Hoy me siento putilla. Tengo irreprimibles ganas de sentirme
una nenita f�cil, a disposici�n de quien desee usar mi cuerpo para satisfacerse.
Hoy voy a ser Sara de nuevo. Sara, mi alter ego, la ciberzorra, la
calientapollas gratuita. La ninfa secreta y accesible que vive bajo mi piel de
universitario joven.

Mi exnovia, en la cama, me trataba muchas veces como a una
mujercita, penetr�ndome con sus dedos mientras mi polla palpitaba, tensa y
quieta, en el fondo de su co�o. Gracias a ella he descubierto poco a poco, en el
transcurso de este a�o, el salvaje placer que me proporciona el cambio de roles,
la feminizaci�n de mi cuerpo, el continuo e imparable multiorgasmo mental
que acompa�aba cada embestida de sus dedos, cada jadeo abandonado, cada palabra
sucia susurrada en mi o�do mientras me sodomizaba. Hay que follarse a las
mentes, afirma el l�cido personaje Dante en la pel�cula Mart�n Hache.

Yo siento mi mente penetrada, anegada, rendida ante la
evidencia de estar gozando como una perra... algo que no hubiera imaginado
siquiera hace un a�o, cuando a�n pensaba que exist�a una muralla infranqueable
entre dos sexos, que s�lo hay heteros u homos, s�lo blancos o negros, s�lo
hombres o mujeres. Ahora comprendo que los modos de gozar son infinitos, que el
�nico l�mite del placer es la frontera de la propia Imaginaci�n, esa Venus
veleidosa y m�rbida que, en mi caso, me lanza a transformarme, a adoptar todas
las m�scaras, a jugar a todos los juegos, a descubrir regiones inexploradas de
mi cuerpo y de los cuerpos que me rodean.

Pero basta de filosof�as y justificaciones. Es el momento de
Sara. Mi sustituta. Mi yo m�s perverso y divertido. Camino desnudo hacia el
ba�o, con movimientos lentos y sugerentes, balanceando las caderas en el
principio de la transformaci�n. Me contemplo largamente en el gran espejo, que
ocupa toda una pared, mientras la Imaginaci�n invade poco a poco mi imagen.
Tengo 22 a�os, soy muy flaquito y bastante alto, con larga melena oscura, los
ojos casta�os e intensos, la cara fina de rasgos suaves, los labios gruesos y
jugosos, ahora h�medos, semiabiertos. Mis caracter�sticas f�sicas me permiten
asumir en seguida posturas y gestos similares a los de una chica. Sobre una
banqueta, bien doblada, se encuentra mi vestimenta, que he ido recopilando del
armario de mis novias y de alguna tienda... Voy poni�ndome prenda tras prenda,
como una prostituta coqueta, comprobando c�mo me queda cada nuevo a�adido.

En primer lugar me pongo mi tanguita negro, con encajes
primorosos en los bordes y un lacito en la parte superior. Me doy la vuelta
suavemente, con inocencia fingida, como una modelo jovencita de porno light, y
levanto un poco el culo atravesado por el hilito negro del tanga. Me gusta mi
culo, prieto, peque�o, bien formado, como pidiendo ser traspasado por una lanza
de carne. Siento la suav�sima y exigua tela sobre mi ano ya h�medo, mi pene ya
semierecto. Miro al espejo de espaldas, por encima de mi hombro, y susurro:
estoy cachondita... quiero que me des ca�a... y frases por el estilo.

Entonces me apoyo en el lavabo para subirme las medias,
finas, que llegan hasta mi entrepierna y envuelven mis largas piernas. Me
estremece el voluptuoso tacto de la seda. Despu�s me pongo un sujetador rojo y
estrecho que oprime mi pecho y mi espalda, y me coloco dos peque�as hombreras a
modo de relleno, formando unos pechitos diminutos y traviesos como melocotones.
Luego me enfundo una minifalda tambi�n roja, mi preferida, tableteada y con un
poquito de vuelo, que apenas cubre mi tanga, y un top ajustado, blanco, de
tirantes, que acent�a el contorno de mis tetitas y deja al aire mi vientre liso.
Envuelvo mi cuello con un fino foulard de seda y me calzo dos botines
negros de cuero con bastante tac�n. Arreglo mi melena con horquillas para darle
volumen y, por �ltimo, me pinto la l�nea negra de los ojos, un poco de sombra
azulada alrededor, un poco de colorete en las mejillas y los labios rojo cereza
con brillantina. Vuelvo a mirarme y una vez m�s me sorprendo. Estoy viendo una
puta, y esa puta soy yo, y eso me vuelve loca.

Camino hacia el ordenador, sintiendo mis corvas tensas y mi
culito alzado por los tacones. Junto a la pantalla descansa mi falo, un
bote de champ� de uno 16 cms. Me introduzco en un chat con mi nick habitual,
Saradulce. La excitaci�n crece por momentos, soy una zorrita callejera en una
ciberesquina, aguardando a los clientes. Me encanta esperar a me abran los
privados, a que me cortejen los hombres solitarios y con las pollas tiesas en la
soledad de sus pantallas.

J�venes salidos, maduros casados chateando a escondidas,
viejos solitarios, parejas morbosas... No niego mi cuerpo a ning�n cliente,
siempre y cuando acepte que soy chico vestido de nena (eso es lo primero que les
digo a todos, para que no haya decepciones) y que tenga webcam, como yo, para
ver c�mo se masturba mir�ndome. Como buena puta, mi objetivo es cumplir los
caprichos del cliente. Soy como las chiquillas que se desnudan en los web shows
de pago, pero yo soy gratuita y trabajo por gusto; el sue�o de cualquier pajero.

Ahora, lector, imagina que has encontrado a Saradulce... Nos
citamos en el MSN y conectamos nuestras c�maras. La tuya enfoca a tu
entrepierna, a�n cubierta por el pantal�n, en la que se percibe un bulto
creciente... La m�a, m�s alejada, muestra mi cuerpo completo, vicioso,
sugerente. Inicio una conversaci�n para ponerte a 100, representando el papel de
nena pijita que no ha roto un plato en su vida, con una falsa inocencia que
acent�a tus ganas de ense�arme a pollazos una lecci�n, por calientapollas. Te
hago creer que no s� lo que quieres de m�, que me da verg�enza exhibirme, que es
la primera vez. Te hago sentir que est�s pervirtiendo a una nena modosita.

Cuando sacas tu polla impaciente y brillante del pantal�n, te
pido que la empieces a menear frente a m� y comienzo mi espect�culo. S� que
est�s cachond�simo... y que hoy es tu d�a de suerte. Me levanto y separo la
silla para que veas bien. Bailo para ti como una guarra, como una adolescente
borracha en una discoteca. El movimiento de mis caderas hace que la faldita se
levante continuamente y puedas verme el tanga... mis gestos son obscenos, a
veces me doy la vuelta y levanto la falda con las dos manos para volver a
bajarla en seguida... por el rabillo del ojo contemplo c�mo te pajeas, apenas
sin escribir nada, absorbido por mi show de cerda barata. Cuando vuelvo a
sentarme, ya est�s a punto de estallar. Me encanta lo f�cil que es pon�rtela
dura, y te lo digo.

Cada insulto tuyo aumenta mis ganas de que me poseas como a
una mu�eca, y tambi�n te lo digo. Me exiges que te muestre bien el culo y te
obedezco, arrodill�ndome en la silla, de espaldas a la c�mara; levanto la
faldita hasta mi cintura y bajo el tanga muy despacio, mirando por encima del
hombro, hasta que ves con detalle la redondez perfecta de mi culito juvenil.
Separo las nalgas con las manos y me inclino para mostrarte mi ano abierto,
mojado, estrechito, indefenso ante tu pene. Vuelvo a fingir inocencia cuando me
preguntas si tengo alg�n juguete, y pronto muestro a la c�mara el bote de
champ�. Acerco mi boca y lamo morosamente, con la puntita de mi lengua... la
base, los lados, la punta... y de repente me lo trago hasta la garganta y
empiezo a sacarlo y meterlo fuerte y r�pido, con todas mi lengua fuera, como si
me jodieras la boquita pintada. Uy, presiento que est�s a punto... que te
correr�as en mi boca y en mi carita de nena malcriada, agarr�ndome del pelo,
d�ndome mi merecido.

�O prefieres romperme el culo, mi amor? Ya s� que s�...
Agarro la webcam y la sit�o al borde de mi cama, yo me tiendo sobre ella de
espaldas a ti con cuidado para que veas bien... Mira mis piernas largas
envueltas en las medias, los tacones duros como mi polla, que entrev�s, tambi�n
dura, delgadita y larga... me pongo a 4 patas sobre la almohada e introduzco el
bote de champ� en mi culo, sin contemplaciones, me jodo como si fuera un falo
impenitente, me sodomizo a lo salvaje frente a ti, voyeur de lujo... el bote me
penetra entera, me hace tuya, me hace gritar como una zorra que disfruta de su
propia violaci�n. Dame por culo. T�mame as�. Revienta a tu puta. No puedes
o�rme, pero sabes que te lo digo, a gritos, a susurros, entregada a tus
embestidas de macho que se desahoga en mis entra�as. Ninguna polla resiste a mi
espect�culo. La tuya tampoco. Cuando me giro para mirarte, p�cara, con la cara
roja y la lengua pase�ndose por mis labios, contemplo un largo chorro de leche
que escapa de tu polla agitada y mancha tu mano. Acerco mi mano a la c�mara,
como si fuera la tuya, y la lamo pausadamente mientras te vas relajando.

Me preguntas si me he corrido y te miento, te digo que s�
para que te sientas m�s macho. Charlamos un rato, sigues dese�ndome y no quieres
perderme, pero el sino de una puta es regresar a su esquina, no pertenecer a
nadie, dar placer a todos. Nos despedimos con un beso cari�oso. S� que mi imagen
te acompa�ar� esta noche, en tu cama, solo o con tu mujer, o con tu novia, o con
tu novio. Tambi�n s� que alg�n d�a me entregar� de veras, en la realidad, a un
hombre que me haga sentir tanto placer que ni siquiera soy capaz de imaginarlo.
Por el momento, vuelvo al chat en busca de nuevos clientes. Me gusta que, al
menos, se diviertan conmigo tres o cuatro antes de correrme y regresar a mi lado
masculino, a mi vida normal, a mi yo de siempre. Pero Sara sigue viviendo
en los sue�os de docenas de hombres, en mis propios sue�os, en mi Imaginaci�n.

Un beso a todos los lectores. Gracias por leer. Estar�
atento/a a vuestros comentarios. Por cierto, todo lo narrado es estrictamente
real... Sois los primeros en saber mis secretitos, jeje. Muac.