LA SEXUALIDAD EN LA SOCIEDAD ROMANA
Jorge, un amigo del instituto, que aquella tarde, invitado
por m�, hab�a venido a estudiar a mi casa, me lo resum�a con estas palabras.
- El hecho sexual en los seres humanos no ha cambiado desde
que los primeros de esta especie aparecieron en la tierra. Lo que ha variado, ha
sido la manera de ver o juzgar su sexualidad.
La asignatura de historia, de la que ten�amos un examen la
semana siguiente, era a la que �bamos a dedicar nuestra atenci�n. Eran cinco las
lecciones de las que pens�bamos extraer y subrayar lo m�s importante, para
memorizarlo despu�s individualmente. Comprend�an toda la dominaci�n romana,
desde que R�mulo y Remo crearon Roma, hasta que la invasi�n de las hordas, de
los que llamaban b�rbaros del norte conquistaron y derrumbaron el imperio.
Jorge era mi condisc�pulo predilecto, para algunos compa�eros
del curso podr�a ser un cre�do, porque hac�a gala continuamente de sus muchos
conocimientos, para otros era un pedante, al gustarle quedar diciendo la �ltima
palabra en cualquier discusi�n y para el personal femenino, un chico antip�tico
y desagradable, porque era inaccesible y no se hab�a dejado enamorar.
Verdad es que en un primer vistazo pod�a dar la impresi�n que
todas estas apreciaciones eran verdaderas y podr�amos a�adir las de orgulloso,
diletante y que sabedor, de todas estos defectos o dones, presum�a de ellos,
pero era tambi�n estudioso, leal, ameno, divertido, dispuesto a ayudar al que
consideraba su amigo y sobre todo un joven hermoso, bello y terriblemente
apuesto y guapo.
Para m� era el perfecto prototipo de la belleza masculina,
c�mo debiera ser el f�sico de mi so�ado Pr�ncipe Azul, alto, espigado, moreno,
tez tostada, facciones regulares, ojos negros vivos en ocasiones y so�adores en
otras, dientes regulares asomando entre unos labios rojos, brillantes, turgentes
y gordezuelos y cuando su cara se abr�a en una maravillosa y resplandeciente
sonrisa, se convert�a en el ser que me hac�a so�ar situaciones inconfesables
durante las noches en que mi imaginaci�n le reviv�a, mientras no pudiendo
contenerme, me masturbaba pensando en �l.
No hab�a llegado a saber, a pesar de que nos trat�bamos
mucho, tanto en clase, donde me sentaba en cuanto pod�a a su lado, como en los
descansos, cual era su inclinaci�n sexual. Nunca not� le gustasen los chicos,
pero era que tampoco hab�a hecho ante m� ninguna manifestaci�n de que fuesen las
f�minas el motivo de sus escondidos sentimientos sexuales. Hasta aquella tarde
no hab�amos tenido ocasi�n de tener una conversaci�n seria al respecto y no
pensaba perder la ocasi�n de tenerla, para averiguar lo que tanto me interesaba.
Pensaba que a pasar de tener 15 a�os como yo, no ten�a
definida su verdadera inclinaci�n sexual y pudiendo ser que no la supiera �l
mismo, le pod�a ayudar a encontrarla.
Era una de esas tardes de final del oto�o, que sin hacer
fr�o, te agrada estar en un lugar en el que la temperatura est� caldeada y para
que estuviese lo suficiente hab�a subido dos grados el termostato que regulaba
la calefacci�n de mi habitaci�n, logrando que nos qued�semos en mangas de
camisa.
Est�bamos en el local donde estudio y duermo, en el segundo
piso de mi casa, donde no nos iba a molestar nadie porque mis padres hab�an
marchado a trabajar. Ten�a su autorizaci�n porque les gustaba que me relacionase
con amigos que consideraban buenos estudiantes y Jorge lo era para ellos.
Dispongo de una mesa muy larga, que ocupa toda la pared,
debajo de una ventana que da a un solar cercano, por lo que de frente no nos
pod�a ver nadie. En un extremo de ella mi ordenador, que iba a permanecer
desconectado y seguidamente, en dos c�modas sillas regulables en altura, pero
sin brazos, nos hab�amos sentado uno junto al otro, por lo que la pierna derecha
de Jorge estaba muy cercana a la izquierda m�a.
Hab�amos comenzado ya a estudiar, le�amos en alta voz el
desarrollo de una pregunta o tema del libro e �bamos subrayando, con un
rotulador verde fosforescente, las frases que consider�bamos importantes para
ser aprendidas de memoria despu�s.
Cuando le�mos un p�rrafo que se titulaba "La sexualidad en la
sociedad romana" que aparec�a explicado de una manera breve, resumida y sucinta,
mi amigo intent� ampliar el tema que, seg�n �l conoc�a perfectamente, porque
hab�a le�do varios libros sobre ella.
Todos los pueblos que hemos estudiado, tanto los
prehist�ricos, como los caldeos, asirios, sumerios, babil�nicos, egipcios, hasta
llegar a los griegos, han tenido una dedicaci�n especial para el sexo,
apart�ndolo totalmente de la procreaci�n e incluso del g�nero.
Han sostenido y predicado que al ser el sexo una donaci�n de
los dioses a los hombres es benigno y muy saludable para estos. Todos los
pueblos, de una forma u otra, han divinizado el sexo y los �rganos sexuales
uni�ndolos a hechos de su quehacer diario, vagina = fertilidad = buenas cosechas
y falo = fuerza = poder = riqueza - sigui� explic�ndome mi amigo porque yo
era para �l una mente predispuesta y abierta totalmente a recibir sus
conocimientos.
Estoy de acuerdo contigo, acabamos de estudiar los griegos y
el amor a la griega . . . - me par� cortado en medio de la frase, porque
Jorge se me hab�a quedado mirando con aquellos ojos negros, que te pod�an
taladrar si se quedaban fijos en ti, lo que me hab�a dejado fr�o, temiendo no le
gustase lo que iba a a�adir.
Respir� tranquilizado, cuando despu�s de unos segundos,
sonri� y termin� �l mismo la oraci�n que hab�a quedado inconclusa.
Esa manera de sexo ha llegado con ese nombre hasta nuestros
d�as, porque los romanos la recibieron de los griegos, pero no fueron sus
inventores porque ellos lo recibieron de otras culturas que la practicaban
tambi�n. Fue una forma de gozar aceptada con naturalidad por los romanos.
Posteriormente en las sociedades que se formaron al
desaparecer el imperio romano, todas ellas cristianas, porque el �ltimo
emperador Constantino, que asisti� al desmembramiento del imperio, recibi� el
bautismo, ha sido dif�cil su pervivencia, por los anatemas que la religi�n ha
lanzado durante los veinte siglos posteriores contra toda clase de sexo ejercido
fuera del matrimonio. Especialmente este que adem�s se practica entre seres de
g�neros id�nticos.
Me atrev� a a�adir para reforzar las opiniones que mi amigo
hab�a lanzado.
Creo que la principal raz�n que movi� al naciente
cristianismo a oponerse a esta manera de sexo esta resumido en dos frases
"Crecer y multiplicaos" y la petici�n de la iglesia que se form� a la muerte de
Jesucristo "Crear hijos para el cielo". Eran muy pocos y necesitaban aumentar su
n�mero para tener fuerza en la sociedad.
Lo que no entiendo es que aun hoy el Opus Dei exija a sus
ac�litos que creen familias numerosas, es decir solo follen para tener hijos.
Al principio Jorge segu�a hablando mirando hacia su libro que
ten�a abierto delante, pero seg�n fue avanzando en las explicaciones, se hab�a
girado hacia m�, por lo que nuestras rodillas quedaron enfrentadas.
Lo uno no est� re�ido con lo otro, se puede tener hijos y
gozar de toda clase de sexo - esta vez su radiante, bella y risue�a sonrisa
fue acompa�ada de una caricia de la palma de su mano, que qued� parada, por
encima de la rodilla, en mi pierna, que not� se estremeci� a su contacto.
Todo mi cuerpo sinti� un escalofr�o que no s� si el apreci�,
pero lo que si pudo notar fue la humilde y ratonil sonrisa que le dediqu�,
mientras aumentaba mi atenci�n total a sus palabras. Present�a que presentarme
como un oyente rendido a sus conocimientos pod�a ser mi mejor arma para que se
abriese a m�.
Para no abandonar el tema que comprobaba le entusiasmaba
desarrollar y que a mi me empezaba a producir cosquillas en la entrepierna
pregunt�.
�Cu�les eran las principales reglas del juego sexual entre
los romanos?
En Roma el "buen sexo" se le consideraba un regalo de los
dioses y por lo tanto era aceptado en todas sus formas, Estaba bajo el
patrocinio de la diosa Venus. Si esta lo regalaba a los hombres �Por qu� estos
debieran rechazarlo, y m�s aun las autoridades prohibirlo?
�Que se consideraba "buen sexo" - inquir� anhelante
temiendo que al que yo quer�a llegar a desarrollar con mi amigo Jorge fuese
considerado "mal sexo"
Respir� tranquilo cuando me lo explic�.
En todas las sociedades la �lite que detenta el poder intenta
mantenerlo y as� suced�a tambi�n entre los romanos. Se consideraba "buen sexo",
cualquiera acci�n sexual que se ejerciera con personas de casta o clase social
inferior. Se regulaba de esta manera, que los considerados de la clase
dirigente, pudiesen estar libres totalmente de follar o sodomizar a cualquiera
pero no lo fueran ellos.
Pens� decir, porque sus padres hab�an recibido por herencia,
una de las mejores fincas de la zona donde viv�amos.
T� eres de una clase m�s pudiente que la m�a - pero me
mord� la lengua porque era una invitaci�n demasiado expl�cita.
Mi t�ctica debiera seguir siendo el animarle, hacerle ver que
a donde quer�a llegar yo, era normal en una sociedad tan culta como la romana,
hacer como la serpiente a Eva, pero que fuese �l quien tomase la iniciativa, por
lo que solo supe poner cara de bobalic�n y ojos de ternero enamorado (si los
terneros fuesen capaces de enamorarse) a la vez que puse mi mano encima de la
que �l hab�a puesto encima de mi muslo y que permanec�a parada all�.
Quiz� fue al quitarse el jersey que llevaba puesto cuando
vino o por casualidad, se le hab�a desabrochado uno de los botones de la camisa
blanca del uniforme y por la postura que ten�amos ve�a el inicio de su pecho
tostado por el sol y una de sus abultadas tetillas, con un pez�n que aunque no
pretend�a mirar, para que no se diese cuenta de mi deseo, era la atenci�n de mis
ojos, junto a una verruguita alentejada que ten�a cerca de �l.
- Entre los ciudadanos libres y los esclavos no hab�a
ninguna restricci�n sexual en cuanto a actos a desarrollar ni a edad. El esclavo
era una mercanc�a que les pertenec�a y excepto matarle sin causa, pod�an
utilizarlo a voluntad.
Solo el precio que alcanzaban los esclavos j�venes que fuesen
v�rgenes retra�a la edad de utilizaci�n. Por uno o una de estas condiciones, he
le�do se quejaba el moralista romano Cato, se pod�a pagar lo que val�a una
granja.
Los "usados" aquellos que hab�an sido penetrados ten�an
precios inferiores y los que estaban en la casa y no se deseaba vender se
utilizaban normalmente, adem�s de las labores caseras, para el sexo. Era como
comprar un "Porche" y no lo utilizarlo nunca.
�Entonces aceptaban toda clase de sexo? - Dije sutilmente
sin apartar la mano que cubr�a la suya.
Casi todas. Algunas se hac�an, pero estaban muy
desacreditadas. No todo el sexo que conocemos, a pesar de todas estas libertades
de la sociedad romana estaba autorizado, hab�a tambi�n limitaciones y
prohibiciones.
Otra vez se presentaba en m� la incertidumbre y no quise
mover la mano que descansaba encima de la suya y que pensaba acercar a las
partes calientes de mi cuerpo.
El sexo entre mujeres estaba mal visto. El hecho l�sbico no
aparece en ninguno de los murales, pinturas de vasijas o �nforas que han llegado
hasta nosotros. La mayor�a se conservan en el "gabinete secreto" del Museo de
Arqueolog�a Nacional de N�poles y pertenecen a los encontrados bajo las ruinas y
cenizas de Pompeya ciudad que desapareci� en el a�o 79 despu�s de Cristo, bajo
una de las erupciones del volc�n Etna.
Ese acto a mi no me interesa - contest� sonriendo de una
manera que consider� p�cara y a�ad� para que quedase se�alada por donde se
dirig�a mi inclinaci�n sexual.
Las mujeres puafff �. - esta �ltima palabra despectiva
fue acompa�ada de un peque�o avance de su mano por mi muslo, llevada por la m�a,
que segu�a permaneciendo encima. Qued� parada muy cerca del empiece de mis
�rganos sexuales, sin que Jorge hiciese ning�n gesto de que se debiera retirar
de all�.
- Otra prohibici�n era el sexo en grupo - continu�
enumerando las prohibiciones Jorge.
Casi sali� de mi boca pero me contuve una vez m�s,
- Hoy solo somos dos.
La felaci�n tambi�n estaba en la lista de las prohibiciones,
hubo juicios a ciudadanos libres acusados por libertos que les acusaron de
haberla mamado, �� je, je, je !!.
- Con las ganas que tengo de hac�rselo y que me lo haga ��
Habr� que prescindir de ello !! - pens� al o�rselo decir.
- El cunnilingus a pesar de ser palabra latina, estaba
tambi�n prohibido.
- �� Poco nos va a quedar para hacer !! - segu�
dici�ndome en mi interior algo preocupado.
- Las penas que les impon�an era la p�rdida de la jerarqu�a
si la pose�a. Se le marginaba socialmente se le impon�a el estatus de "infame"
el mismo que ten�an las prostitutas, los gladiadores y los actores que no pod�an
votar ni representarse ante un tribunal.
Despu�s de todas estas prohibiciones seguramente por la cara
de desencanto que yo creo representaba dijo quedamente.
La homosexualidad masculina era aceptada entre los romanos.
Estuve a punto de soltar un �� viva !! porque esta frase
dicha de la manera que la pronunci�, me abr�a el camino para que su mano
avanzase el peque�o trayecto que le faltaba para que llegar a mi verga, que
esperaba ya endurecida
Pero no me lanc� a caminar porque sigui� diciendo a
continuaci�n.
En Roma el sujeto activo no perd�a ante la sociedad, no as�
el pasivo que era muy mal visto. Si se demostraba que siendo ciudadano libre se
dedicaba recibir el pene de otro hombre en su cuerpo, aunque fuese de clase
inferior, era despreciado y considerado un ser disoluto.
Solamente los prostitutos lo hac�an. La prostituci�n
masculina estaba constituida por los de m�s bajo nivel social aunque estaba
autorizada y regulada por leyes, Pagaban impuestos y celebraban su fiesta el d�a
de Venus igual que las prostitutas.
Yo soy activo y aunque no estamos actualmente en la sociedad
del imperio romano, hab�a intentado que en la mente de los dos pareciese que si
lo estuvi�semos, pero despu�s de o�r lo que Jorge hab�a dicho, indudablemente no
creo que aceptase ser pasivo conmigo por dos razones.
Cuando alguien duda de su sexualidad y quiere gozar del sexo,
he comprobado, piensa es menos gay o maric�n, si la mete �l y adem�s para la
mentalidad de mi amigo, despu�s de estudiar una sociedad tan permisiva como la
romana, que fuesen despreciados los que pon�an el culo, no creo aceptase que yo
le follase.
Mientras pensaba esto le estuve mirando fijamente y al notar
que mi polla se estaba empinando, llegu� a la conclusi�n que poder acariciar
aquel cuerpo, bien valdr�a ponerme debajo.
Por �ltimo te voy a contar dos curiosidades - me dijo
Jorge
Mientras segu�a hablando, mi mano mil�metro a mil�metro fue
llevando la suya avanzando por mi muslo. Cuando notaba algo de resistencia
paraba. La consideraba normal porque ve�a por la cara de Jorge ansiosa,
enrojecida el deseo del sexo, se opon�a al poder de su mente y cerebro, que
seguramente se lo negaba.
En la cultura romana el amuleto de la buena suerte era un
falo. Estaba representado por todas partes en las calles, en las casas y en
peque�as joyas encima de ellos mismos.
Otra curiosidad era el tama�o de los penes, les gustaban los
normales, de tama�o m�s bien peque�o, as� como este tuyo .. . . . - me lo
agarr� loco de deseo cuando pude hacer que su mano llegase hasta �l.
A partir de este momento comenz� una sesi�n de sexo que otro
autor aprovechar�a a describir, yo solo quiero deciros que si hubi�ramos sido
ciudadanos romanos nos hubiesen castigado a perpetuidad como "infames", porque
utilizamos todos los tipos, posturas y modelos de realizar sexo que conoc�amos y
se nos ocurri�.