Relato: Xena, la princesa guerrera: Perversiones





Relato: Xena, la princesa guerrera: Perversiones

XENA, LA PRINCESA GUERRERA: PERVERSIONES



En la �poca de los dioses, los se�ores de la guerra, y los
reyes,


Una tierra convulsionada, clamaba por un h�roe�


Ella era Xena, una princesa forjada en el calor de la batalla.


Poderosa�pasional�peligrosa�su coraje cambi� el mundo�








Despu�s de su aventura con el Rey S�sifo, que hab�a
encadenado a Celesta, la muerte, para ser inmortal, Xena y Gabrielle se
encontraban en pleno bosque, junto al fuego, viendo las estrellas. Gabrielle,
con la pluma en su mano, escrib�a sin parar en un pergamino, mientras Xena la
observaba con expresi�n curiosa.



-�Qu� haces escribiendo tanto-pregunt�-?.



-Quiero ser barda, o poetisa. Narrar� todas las haza�as de
Xena la guerrera, la implacable justiciera-dijo con un tono de alegr�a-�y si en
el poco tiempo que llevo contigo he visto el reino de los sue�os, al dios Ares,
y a la mism�sima encarnaci�n de la muerte, creo que a tu lado tendr� m�s que de
sobra para empezar-brome�-�



Xena hizo una risa ahogada.



-T� misma, pero recuerda que si est�s a punto de morir, una
pluma servir� de poco. Tu cayado servir� mejor, y no digamos una buena espada�



Gabrielle la mir� con vehemencia. Se notaba que la mujer que
ten�a delante era alguien curtida en las artes de la guerra.



-�Me ense�ar�as las artes m�s extremas de
supervivencia-pregunt� finalmente-?.



-�C�mo?.



-Ya sabes�t�cnicas de muerte, puntos de presi�n, esas cosas�



Xena la mir� un poco, luego lade� la cabeza y la observ�
divertida.



-Mast�rbate.



Gabrielle fue cogida por sorpresa. Ni de lejos hubiera
esperado algo as�.



-��QU�EEEEEEEE-pregunt�, a�n perpleja-!?.



-Para sobrevivir has de estar dispuesta a todo, en cualquier
momento y lugar. Quer�a probarte para ver tu reacci�n, pero ya veo que no est�s
preparada. Otra vez ser�. Buenas noches�



Xena se ech� y se durmi� r�pidamente. Gabrielle se qued�
mir�ndose, pensando sus palabras. Mirando a todos lados, se desnud� con cierta
timidez sobre la hierba. Al estar completamente desnuda, observ� sus pechos, su
cintura, sus muslos, y comenz� a acariciarse. Una mano se pos� sobre su rubio
pubis y empez� a moverse, a excitarse. Ahogaba sus gemidos como pod�a. La otra
mano se fue a sus pechos y se acariciaba los pezones, endureci�ndolos,
excit�ndolos. La joven barda descubr�a, en plena naturaleza, el placer de
satisfacerse a s� misma. Movida por su lujuria, acerc� su cayado y comenz� a
met�rselo en su h�meda vulva, poni�ndose una mano en la boca para no lanzar
gritos de placer que le provocaba aquella situaci�n, a la que se a�ad�a el morbo
de tener cerca a Xena, y que no se enterara. Su cuerpo recib�a pl�cidamente sus
caricias y su boca se humedec�a. Sus dedos se empapaban de sus jugos y se los
llevaba a la boca para gozar de su sabor. Era suave, dulce, le encantaba. Su
cl�toris fue excitado por sus dedos �ndice y coraz�n, meneado de un lado a otro
mientras ella se agitaba en su lecho. Como un enorme alud de nieve, su primer
orgasmo lleg� salvajemente y se derrumb�, sudando y jadeando. Sus fluidos hab�an
salido en exceso y mojado alrededor. Gabrielle sonre�a, satisfecha. No pod�a
creer que hubiera disfrutado tanto. Xena mir� por el rabillo del ojo y vio lo
ocurrido. "�Ser� posible-pens�-, que ha sido capaz de hacerlo?". Se hizo la
dormida, pero le sorprendi� la determinaci�n de Gabrielle. Hab�a m�s en ella de
lo que aparentaba a simple vista.



A la ma�ana siguiente, Xena despert� y se encontr� a
Gabrielle haciendo pr�cticas de espadachina, y jugando con su chakram a intentar
lanzarlo y que volviera. La risa inicial se torn� alarma cuando, lanzando el
circular chakram, �ste comenz� a rebotar en las piedras y casi consigui� darle a
Xena en la cabeza.



-��GABRIELLE-grit� enfadada-!!. No juegues m�s con eso.



-Lo siento�es que, me entusiasm�No quer�a hacer da�o a
nadie�



-Lo s�, pero hay que tener cuidado. Si no sabes manejarlas
acabar�as haciendo da�o a alguien.



-�Puedo preguntar algo?.



-Adelante.



-Anoche �por qu� me pediste que me masturbara?.



-�Eso?...Para saber hasta donde estar�as dispuesta a llegar.
Cuando te veas en peligro, usa lo que tengas m�s a mano. Si est�s enfrente de un
hombre y �ste va a matarte, usa tu cuerpo contra �l, haz que baje la guardia,
�lo entiendes?.



-S�, ahora s�. Podr�as hab�rmelo explicado antes, �no crees?.



-Era mejor dejarte con la duda un rato.



Su conversaci�n fue interrumpida por un grito. Las dos
mujeres miraron a la vez: Xena a su izquierda y Gabrielle a su derecha. Sab�an
que algo estaba pasando. De inmediato se armaron y salieron hasta encontrar la
fuente del grito: una mujer que era zarandeada por no menos de diez hombres,
fuertemente armados, que se re�an.



-��BASTA-grit� Xena-!!.



-�Qu�-pregunt� uno de ellos-?. Mirad chicos, dos nuevas
adquisiciones�



-Dejad a esa mujer pac�ficamente, y nadie saldr�
herido-repuso Xena-. Y si no lo hac�is por las buenas, lo har�is por las malas.
�Entendido?.



-��A por ellas!!.



Bien preparada, Xena se lanz� a por ellos mientras Gabrielle,
cayado en mano, se preparada para enfrentarse a los que le vinieran. Con rapidez
y eficacia, las dos mujeres golpeaban a los guerreros hasta dejarlos
inconscientes, eficacia que fue rota, inesperadamente, cuando Gabrielle perdi�
la noci�n de la batalla al mirar a Xena para ver si la necesitaba. Un fuerte
pu�etazo la golpe� y la hizo caer al suelo. Xena lo vio.



-��GABRIELLEEEEEEEEEEEEE!!...



Corri� hacia ella tanto como pudo, y justo antes de dar un
salto que la hubiera puesto entre ella y sus atacantes, un fuerte golpe en la
nuca la dej� inconsciente. Los guerreros se miraron entre ellos, y uno, algo m�s
alto que los dem�s, fue donde estaba Gabrielle.



-Eh jefe�mira lo que nos ha tra�do el gato-brome�-�dos nuevas
mujeres�



-Xanos-dijo otro-, �que hacemos con ellas?.



-Que me maten las Furias ahora mismo si esa de all� no es la
mism�sima Xena. �sta de aqu� debe ser alguna acompa�ante. �Atad a la otra, �sta
nos lo har� pasar muy bien!.



Cuatro de ellos cogieron cuerdas y fueron a por Xena. El
resto se puso al lado de Gabrielle, quien despert�, pero hubiera preferido
seguir durmiendo al ver lo que se le avecinaba. Uno de ellos se abalanz� sobre
ella y meti� mano con fuerza entre sus muslos para palpar sus entra�as. Sus
intentos de resistirse hicieron que los dem�s se rieran, deleit�ndose con el
espect�culo. Gabrielle fue incapaz de resistirse mucho tiempo, y el guerrero
consigui� desvestirla y penetrarla con brutalidad.



-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH�para�nooooooooooooo�



-JAAAAJAJAJAJAAJAJAA�esto te encantar� nena�vas a saber lo
que es un hombre de verdad�



-No�para�d�jame ir�nooooooooooo-soll�zo-�



-�Qu� pasa?. �No te gustan los hombres? Jajajajajaajaja-ri�,
acompa�ado por los dem�s-�cuando acabemos contigo, ser�s una fiel esclava
nuestra�Ahora, �prep�rate!.



Dicho lo cual la agarr� con fuerzas de las caderas y comenz�
a violarla sin pudor alguno, delante de los dem�s, algunos de los cuales ya
estaban esperando su turno. El guerrero le lami� el cuello y la bes� con sus
labios sucios y sus dientes amarillentos. Gabrielle sent�a morirse por el asco
que le daba. En sus �ltimos esfuerzos la joven guerrera sinti� como su violador
arremeti� m�s fuerte hasta hacerla gozar. Inund� sus entra�as de semen y se
sali�, siendo recibido entre v�tores por sus compa�eros. Otro, m�s corpulento,
fue sobre ella.



-Esta nena va a ser lo que significa gozar de verdad. Vais a
ver porqu� la tranca de Mernos es tan famosa desde Corinto hasta el mism�simo
Olimpo...



Se detuvo a saborear la dilatada vulva de Gabrielle, la cual,
a su pesar, se debat�a entre el placer que le estaban dando y el horror que
soportaba de lo que se adivinaba como una enorme sesi�n continua de perversi�n.
Mernos sigui� devorando la enrojecida vulva hasta ver que ya estaba humedecida,
y sin darle tiempo a reaccionar, la penetr� con tanta fuerza que Gabrielle se
sinti� morir. La estaban partiendo en dos. Le dol�a. Le dol�a la forma tan
asquerosa y brutal de forzarla. Fue cuando comprendi� que Mernos no alardeaba:
el tama�o de su miembro era muy grande, casi no le cab�a dentro. Notaba como
llegaba hasta el fondo de sus entra�as y a�n as� quedaba un poco fuera. Con
sencillez la cogi� en sus brazos como una ramita y la bombe� una vez, �y otra, y
otra, y otra!, hasta hacerla gritar. Sus pechos se mov�an a ritmo de sus
embestidas, que pr�cticamente la dejaban en estado de shock. Animados por la
escena, los dem�s comenzaron a cuchichear entre ellos y antes de darse cuenta,
Gabrielle estaba atrapada entre tres guerreros. No comprend�a lo que iba a
pasar.



-Abre la boca, peque�a�es hora de tomar tu biber�n�



Gabrielle se neg�, pero el guerrero tap� su nariz y sin
ox�geno, tuvo que abrir la boca de par en par para respirar, momento en que
aprovech� para meterle todo su miembro en la boca. Los otros dos, detr�s de
ella, la penetraron por sus dos agujeros. Un dolor m�s intenso de lo que nunca
hab�a sentido la atraves� por todo su ser cuando sinti� que su culo hab�a sido
desvirgado, y no era para menos: el propio Mernos(un gigante de 2 metros calvo,
de ojos oscuros) hab�a sido el responsable. Comenz� entonces una carrera entre
los diversos hombres para ver quien disfrutaba antes de la rubia muchacha.
Mernos, desde atr�s, arremet�a con su fuerza animal, mientras Doclo(un enano de
1�57, de pelo negro, largo) la penetraba, echado debajo de ella, y Seion(un
rubio de 1�65, de ojos verdes y cara sucia) la forzaba a que se la chupara.
Gabrielle no sal�a de su asombro, no se imaginaba que una mujer pudiera ser tan
humillada en su vida. De haber sabido lo ocurrido, nunca hubiera seguido a Xena.
Hubiera sido mejor quedarse en su aldea. Se sent�a rodeada de demonios, que la
estaban forzando a m�s no poder. Y a�n quedan m�s por venir. Durante algo m�s de
una hora, la joven barba descubri� lo que era la humillaci�n total. Su cara, su
pelo y sus entra�as estaban cubiertas de semen. Estaba sin fuerzas, desnuda,
tumbada en el suelo, cuando Xanos orden� que la ataran y la llevaran al
castillo. Los dem�s cogieron las armas y las ropas de las guerreras y las
llevaron para qued�rselas.



Cuando Xena despert�, lo hizo atada de pies y manos, en el
suelo. Su coraza hab�a volado, lo mismo que el resto de su ropa y sus armas.
Estaba completamente desnuda, en una habitaci�n sin ventanas, adornada con
extra�os s�mbolos de la pared al techo, que le parecieron de alg�n culto
religioso que desconoc�a. En ese momento, Xanos apareci� al lado de ella: un
hombre de color, de ojos negros profundos y mirada altiva, casi de odio.



-Hola Xena. Es un placer conocerte. Perdona que te atemos,
pero es por precauci�n. No queremos que intentes matar a ninguno de los
nuestros-se escucharon numerosas risas de fondo, ante lo cual vio que no estaba
solo-��sabes una cosa?. La chica que hiciste huir ten�a que cumplir un designio
muy importante, pero ya que no la encontramos, tu joven amiga servir� para
nuestro prop�sito�



-Dejad en paz a Gabrielle cerdos. Si quer�is hacer algo, que
sea a m�. Hac�dmelo a m� antes que a ella�



-Oh, no te preocupes por eso. Te haremos lo mismo que a ella,
de eso puedes estar segura.



Xanos se baj� sus pantalones y Xena entendi� de inmediato lo
que ocurrir�a. Aparte de la repugnancia que sent�a, sab�a lo que deb�a hacer.
Call� y dej� que �l se pusiera en posici�n, encima de ella, y la penetrara.



-Mmmmmmmmmmmm�Xena la guerrera�es todo un honor�



-Noooooooooooo�paraaaaaaaaaaaa�aaaaaaaaaahh aaaaaaaahh
aaaaaaaaaaaahh aaaaaaaaaaaahh aaaaaaaaaaaaahhh�no sigas�



-Que ardor�Se nota que eres guerrera�tienes fuego dentro�



M�s risas. Deb�an ser cinco, seg�n calcul� Xena. Y entre
ellos, el que pudiera sacarla del apuro, pero deb�a esperar. Xanos, por su lado,
fue a probar las legendarias tetas de la princesa guerrera, que mordisque� y
lami� como un demente.



-Vaya tetas�chicos, esto hay que probarlo��sta zorra tiene
unas tetas m�s apetecibles que las de la propia Afrodita�



Sigui� chup�ndolas un buen rato, mientras su mente no dejaba
en pensar en Gabrielle. �sta, en un altar, hab�a sido vestida de blanco impoluto
de pies a cabeza, mientras monjes vestidos de rojo y negro cog�an plumas y
hac�an signos sobre �l. Como en trance, Gabrielle desliz� el traje, y su cuerpo
qued� al descubierto. Uno de ellos hizo una marca en su muslo izquierdo, justo
al lado de su vulva, y luego recit� algo. Acariciaron su cuerpo por todas
partes, sintiendo su dulzura, su frescor, su juventud. Despu�s ella se ech� en
el altar, y el primer monje se acerc�, se desnud� y comenz� a penetrarla sin que
ella protestase. Los
dem�s monjes segu�an rezando mientras esperaban su turno: uno tras otro, en
lenta parsimonia, penetraron a Gabrielle, algunas veces dos o tres al mismo
tiempo, disfrutando de tenerla en trance, sin que pudiera protestar. Era su
juguete sexual particular. En otra parte, Xanos hab�a gozado del cuerpo de Xena,
la cual estaba con la cara manchada de semen. Seion fue el siguiente.



-Qu� bien te ves con tu carita manchada, "princesa
guerrera"-le dijo-. Cuando acabemos contigo ser�s nuestra esclava, como tu
amiguita jajajajaajajajaja�vamos all�uuuuummmmm aaaaaaaaahhh�voy a gozar como
un dios�



-Noooooooo�bastaaaaaaaaaa�noooooooooooooo�.aaaaaaaahh
aaaaaaahh aaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaahh�por los dioses, para, paraaaaaaa-dijo
Xena, con l�grimas en los ojos-�d�jameeeeeeeeeee�



Seion no dijo nada. Solo sigui� acariciando el atado cuerpo
de Xena y lo hizo elevarse un poco para poder acometerla mejor. El desgarro que
sent�a no era comparable al odio que crec�a segundo a segundo. En cuanto llegase
el momento, no iba a dejar piedra sobre piedra de ese lugar. La polla de Seion
trabajaba como un martillo de ritmo incesante, la penetraba sin parar, y �ste
dejaba caer saliva sobre los pechos de Xena. La sensaci�n de sentirlo hizo que
ella tuviera nauseas. Despu�s le pellizc� los pezones con fuerza, haci�ndola
gemir de dolor. Tambi�n meti� sus dedos en el culo de la guerrera, relami�ndose
de ver como ella sollozaba y gem�a de dolor, para luego sacar su espada y
meterle el mango en el culo, desgarrando su ano. Los hombres estaban encantados
de ver a la poderosa Xena dispuesta para satisfacer sus caprichos, de verla no
solo humillada si no indefensa, y se maravillaban al descubrir que el fuego que
demostraba en la batalla no era el �nico fuego que pose�a. Las l�grimas de Xena
ca�an incontenibles por su cara. No deseaba hacerlo, pero le era imposible
aguantarlas en su interior. La sensaci�n de humillaci�n que sent�a era inmensa.



-Aaaaaaaaahh aaaaaaaahh aaaaaaaaahh�nooooo,
d�jameeeee�d�jame...



-Uuuuufffff que caliente est�s, tus entra�as son como un
volc�n�aaaaahh aaaaaaahh aaaaaaahh�oooooohhh que fuego�oooooohh ooooooohh
ooooohh oooooooohh oooooohh�s�iii,
��S�IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!....



-NO, NOOOOOOOO�����AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!...



Consumada la violaci�n, Seion recogi� su espada y dej� paso a
otro, pero no fue uno quien si no dos los que fueron, ya que Mernos consigui�,
pese a que estaba maniatada, ponerse debajo de ella, y apuntando bien, enterr�
toda su enormidad dentro del culo Xena, quien dio un grito que reson� por todas
partes. Jam�s hab�a sentado un dolor tan intenso, ni cuando el mango de la
espada de Seion la hab�a forzado. Mientras Doclo la penetraba desde arriba
Mernos taladraba su ahora desvirgado ano con una furia tremenda, casi demon�aca.
Su boca abierta emit�a jadeos sin parar, pero fue acallada cuando Xanos se
acerc� y se la meti� en la boca. Entre una cosa y otra, Xena fue violada por
todos sus agujeros repetidas veces, durante una eternidad. Agotados, se fueron
dej�ndola con un guardia, mientras Xanos, oy� decir, iba a hablar con cierta
guerrera del templo. Sabiendo que estar�an solos, sonri�: por fin hab�a llegado
el momento que tanto deseaba, el momento de su venganza. Xanos, por su parte,
hab�a llegado a las estancias de la guardiana, que estaba desnuda, sobre las
rodillas de un guerrero, d�ndole la espalda, al tiempo que lo cabalgaba, con sus
pechos rebotando del meneo. Otros dos, a su lado, estaban quietos mientras ella
los masturbaba, y uno, casi sentado sobre el que cabalgaba a la guerrera, la
penetraba analmente. "Es incre�ble-se dijo �l-, como aguanta esta mujer, es
insaciable".



-Gran Guerrera, tengo novedades que contarte�



-��B�jate los pantalones, ahora!!.



Tan alto y tremendo fue el tono que Xanos no tuvo tiempo de
reaccionar. Solo obedeci� y la guerrera, sin dilaci�n, comenz� a chup�rsela a
Xanos por completo, mientras pajeaba a otros dos y dos la penetraban. La
guerrera iba arriba y abajo como si tuviera muelles en sus muslos. Cinco contra
una y pod�a con ellos. Por los gemidos de ellos ella sab�a que se acercaban al
goce y aceler� sus sentadas. Entre estertores y fuertes gritos de placer, la
guerra goz� del que ten�a entre sus piernas, luego del que ten�a en su culo, y
despu�s se centr� en los dem�s para que gozaran. Se sac� la tranca de Xanos de
la boca y le orden� que acabara �l solo el trabajo. Uno tras otro, los tres
eyacularon sobre el rostro de la guerrera, que se trag� todo el semen con
avaricia. Luego se pas� la mano por la cara para limpiarse, y sus ojos, que
mostraban una alegr�a casi esquizofr�nica, miraron a Xanos.



-Has eyaculado muy poco. �Qu� has hecho antes de venir?.



-Es lo que ven�a a decirte. Hemos encontrado a dos mujeres. A
una la est�n haciendo el ritual y a la otra nos la hemos trabajado los chicos�



Sin palabra alguna, la guerrera se visti� y cogi� su armadura
y su arma, para ver que pasaba. Los dem�s la siguieron.



Minutos antes, en cuanto Xanos se hubo ido de la habitaci�n
donde Xena estaba atada, �sta se vio sola con el guarda, y no perdi� el tiempo.



-�Eh, t�!. �No quieres hac�rmelo una vez m�s?. Estamos los
dos solos, y si me sueltas una mano, te har� la mejor paja que hayas tenido en
tu vida�



-Yo�no puedo�adem�s, si te soltara una mano podr�as
liberarte�Xanos me matar�a�



-Tonto, t� tienes una espada, y yo estoy indefensa�ser� muy
obediente, har� todo lo que pidas-dijo haciendo gestos de chica pura e
inocente-�



Alentado por las palabras, y aludiendo a su orgullo, Xena
hab�a convencido al guarda, que se puso encima de ella, con los pantalones
bajados, para que ella le masturbara. Con la espada apuntando al cuello desat�
una mano y tal y como hab�a dicho, comenz� a masturbarlo. El guarda pronto cerr�
los ojos absorto, y de golpe, la mano de Xena se lanz� a por su cuello,
apretando puntos de presi�n y paraliz�ndolo.



-As� aprender�s a fiarte de las mujeres.



Poco a poco consigui� desatarse y una vez libre vag� desnuda
por el templo, esperando encontrar la armer�a. Con el miedo de ser encontrada y
vuelta a ser forzada, aument� su precauci�n. Mientras tanto, en el altar, los
monjes ya hab�an acabado de violar a Gabrielle, en algunos en posturas tan
obscenas que ser�a imposible describirlas. Entonaron entonces el �ltimo c�ntico
para concluir la ceremonia.



-La marca est� colocada. Esta mujer ha sido la gran
elegida-dijo uno-.



-S�, hermano-replic� otro-. M�s tarde o m�s temprano, esta
mujer alumbrar� al mal m�s grande que la humanidad haya visto, a la fuerza m�s
mal�vola desde Dahak.



Mientras algunos se felicitaban, Xena hab�a conseguido, de
casualidad, dar con la armer�a y ya estaba preparada para el combate. No solo
cogi� su equipo si no tambi�n el de Gabrielle, para cuando la encontrara.
Matando a cuantos se interpusieran en su camino, lleg� hasta el altar, donde
tropez� con la horrible ceremonia diab�lica. Justo en ese momento Xanos y la
guerrera encontraban al guarda en el suelo paralizado y con los pantalones
bajados.



-Esa perra ha conseguido escaparse. Dad la se�al de alarma.
��Dar� mil monedas de oro a quien me la traigaaaaaa-grit� Xanos-!!...



Xanos fue con los dem�s, mientras la guerrera qued� mirando
unos segundos la habitaci�n y el lugar donde Xena estuvo atada, con expresi�n
sorprendida.



-No es una guerrera cualquiera-se dijo-, si estando maniatada
y desnuda pudo derrotar a un guarda y soltarse�



Inmediatamente se fue con Xanos y los dem�s, mientras las
alarmas sonaban tarde. En el gran altar bull�a el caos m�s absoluto. Entregada a
sus viejos instintos asesinos, Xena mataba a todos los monjes y guardas que se
pusieran a tiro. Lanzando su chakram, desat� las correas de Gabrielle, pero un
temblor de tierra se sucedi� y un agujero se abri� justo detr�s de su compa�era,
la cual segu�a inm�vil. La bestia cogi� a Gabrielle con sus tent�culos y la
atrajo hac�a s�. Fue hacia ella queriendo salvarla, pero m�s guardas se
interpon�an, y mientras Xena iba abri�ndose paso como pod�a, la bestia penetr� a
Gabrielle y comenz� a violarla doblemente con un tent�culo especial surgido de
entre los dem�s, que perfor� sus dos agujeros. Sus pechos fueron rodeados por
dos peque�os tent�culos y movidos, mientras dos ventosas se colocaron en sus
pezones y comenzaron a succionar de ellos. Xena contempl� horrorizada aquella
escena, y para cuando la bestia acab� en Gabrielle, Xena pudo lanzar su chakram
y cort� un par de tent�culos. Gabrielle cay� al suelo y pudo recogerla antes de
que se estrellase. De una fuente cercana le ech� agua y sali� del trance.



-Oh Xena���Xenaaaaaa!!. Yo lo ve�a�pero no pod�a
protestar�Sab�a que vendr�as, lo sab�a-solloz�-�



-Luego me lo agradecer�s�Ahora debemos irnos�



Primeramente, y antes de que llegaran los dem�s, Xena carg�
contra la bestia, con una forma entre calamar y buitre, mat�ndola. En su
moribundo retorcerse, su cuerpo dio contra un par de pilares y el templo comenz�
a temblar en se�al de que se ven�a abajo. En ese momento Xanos y los dem�s
llegaron al altar, encontr�ndolas all�. Gabrielle acababa de vestirse y con su
cayado en mano estaba preparada. Los dem�s las rodearon, pero se mostraban algo
temerosos, lo que no pas� desapercibido.



-Vais a morir todos-dijo Xena-.



-Ya lo veremos-contest� Xanos-.



Uno tras otro comenzaron a luchar contra las dos mujeres, y
uno tras otro fueron derrotados y muertos, algunos antes de caer al suelo. En
menos de minuto y medio solo quedaban Mernos y Xanos. Sin darse cuenta, en mitad
del combate Xena y la guerrera del templo entablaron una breve batalla, que
acab� cuando la otra guerrera qued� noqueada casi de inmediato. Solo quedaban
cuatro personas en pie.



-��Mernos es m�o-grit� Gabrielle furiosa-!!.



-Es todo tuyo. Vamos Xanos�ven por m�



Haciendo dos combates simult�neos, Xena y Gabrielle se
enfrentaron a sus violadores con verdadera ira asesina. Si bien Xanos demostr�
ser un fiero guerrero, no pudo superar a Xena, y tras una zancadilla, �sta lo
mand� contra las paredes, clav�ndose un tronco que sobresal�a en mitad del
pecho. Gabrielle, por su parte, hizo que Mernos bajara la guardia al ense�arle
los pechos, y aprovech� para darle una fort�sima sacudida en su entrepierna.
Dolorido, se sacudi� en el suelo. Gabrielle dud� un momento, y luego, sin m�s,
fue hacia �l y con la espada de Xena lo remat�. Los temblores se hicieron m�s
fuertes y fue cuando se decidieron a salir. Tras esquivar piedras que ca�an del
techo y muros que se ven�an abajo, salieron del templo y Xena vio m�s de cerca
los s�mbolos.



-Era una especie de templo de la oscuridad. Deb�an tramar
algo importante.



-Me hicieron algo Xena. Me hicieron algo horrible�



-Lo s�. De noche lo veremos. Ahora salgamos de aqu�



A los pocos segundos de irse, otra figura sali� del templo, y
detr�s de ella, Seion, quien parec�a haber sobrevivido milagrosamente.



-�Qui�n era esa-pregunt� ella-?.



-Es la gran Xena-respondi� �l-. �Qu� piensas hacer ahora,
Calisto?.



-Pues seguirla. Me ha quitado el mejor trabajo que ten�a, me
ha derrotado como si fuera una cualquiera, y para colmo, ha matado a Xanos, el
mejor hombre que hab�a conocido. Juro odio eterno a Xena-repuso con un tono
furioso, entre dientes-. Pienso seguirla, pienso matarla, y lo har� sola.



Cogi� su espada y sin volverse mat� a Seion de un tajo,
decapit�ndole. Con su sonrisa demente, comenz� a caminar, sin prisas, hasta
donde Xena pudiera ir para darle alcance. Sab�a que, de alg�n modo, volver�a a
encontrarla�



De noche, Xena miraba a Gabrielle, la cual ten�a un papiro en
su mano y una pluma en la otra, que temblaba notablemente. Cuando hizo el
intento de escribir algo Xena la detuvo.



-�Se puede hacer que haces?.



-Puedes dar testimonio, para recordarlo.



-Si escribes algo de esto-dijo sacando su espada-, te la
meter� en tus entra�as y te violar� con ella hasta desangrarte. Esto no se
sabr�, ����ENTENDIDO!!??.



-De sobra-dijo asustada-. Quiero tener hijos alg�n d�a�



Xena dej� la espada y le dijo a Gabrielle que no se moviera,
para ir comprobando sus da�os corporales y luego revisando su vulva, mirando la
extra�a se�al, que estaba desvaneci�ndose con el paso de las horas.



-Te repondr�s-asent�-. Con el tiempo, pero te repondr�s.



-Por fuera, quiz�-contest� cabizbaja, mientras Xena iba junto
al fuego para calentarse-, pero �c�mo podremos vivir con el recuerdo de todo
esto, de todo lo ocurrido, a�n sin anotarlo?. Ha sido terrible�



Xena call�, meditabunda, mirando las llamas.



-Hay una manera-dijo sin volverse para mirarla-.



Gabrielle gir� la cabeza, sorprendida. El tono pesimista de
su compa�era no auguraba nada bueno. Sabiendo que ella lo dir�a de todos modos,
no pregunt�.



-Existen un par de puntos de presi�n-respondi�-, en la nuca y
la cabeza. Si calco correctamente, todo lo ocurrido en las �ltimas 24 horas lo
olvidaremos. Ser� como un mal sue�o�



-�Todo?, �todo todo?.



-S�, todo-dijo tajante-.



-�Cu�l es la trampa?.



-�La trampa?...Que no es un remedio absoluto. Eso quiere
decir que con el paso de los a�os, volveremos a recordarlo.



-�Cu�nto tiempo?.



-Depende de la persona. Dos, tres a�os�o quiz� cinco o seis,
como mucho.



-�Crees que para entonces, tanto t� como yo seremos m�s
maduras, que seremos m�s fuertes de cuerpo y mente?...Lo que quiero decir es�



-Ya te he entendido. Es posible. Quiz� para entonces podamos
afrontarlo mejor.



-Entonces hazlo. Ser� lo mejor�



Xena fue hacia Gabrielle y puso sus manos en la posici�n
correcta. Un momento antes de hacer la presi�n, Gabrielle se adelant� y la bes�.



-�Qu� haces?.



-Estar dispuesta a todo-susurr�-�



Como queriendo librarse del mal recuerdo, Xena no se
resisti�, dejando que su compa�era y ahora amante la abrazase. La calidez de sus
bocas y el amor que ahora se profesaban hacia que poco a poco lo ocurrido hace
tan solo unas horas comenzase a ser olvidado. Gabrielle tumb� a Xena en el
suelo, quit�ndole la coraza para verla desnuda. Xena respiraba con rapidez;
estaba tan excitada como Gabrielle.



-Tienes un cuerpo precioso Xena�eres muy guapa�



-Vamos, ven a m�ven y �mame��mameeeeeee�



Hab�a una enorme necesidad en sus palabras. Gabrielle lo not�
y fue hacia ella, acariciando los pechos de su admirada acompa�ante y probando
el sabor de sus pezones. Tom�ndolos en la boca, pasaba la lengua por ellos y
notaba como se endurec�an y lo bien que sab�an. Xena comenz� a retorcerse de
placer mientras abrazaba su amante para que siguiera goz�ndola. La mano derecha
de la joven baj� por su vientre y not� la humedad que hab�a entre las piernas de
la fogosa guerrera. Los dedos se mov�an �giles y febriles, excit�ndola por cada
uno de los rincones de su cuerpo. Le lami� el canalillo y volvieron a besarse un
buen rato, hasta que Gabrielle fue, con su lengua pegada al cuerpo, lami�ndola
hasta llegar a su co�o h�medo y chuparla con fuerza. Rode� con sus brazos los
muslos de Xena y se aferr� a ellos para seguir chup�ndola. El calor que emanaba
de ella excitaba sus sentidos y la azoraba, lo mismo que el sabor de su
excitaci�n. Se sent�a incapaz de pararse: aquello la encantaba hasta extremos
enloquecedores. Cada jadeo que Xena daba era una se�al a seguir haci�ndole el
amor.



-Aaaaaaah aaaaaaaah aaaaaaaaaaah aaaaaaaahh�que maravilla�por
fin alguien me domina, para variar�por fiiiiiiiiinn�dom�name Gabrielle�hazme
tuya�



-Vamos Xena�ahora me vas a comer a m�Vas a probar mi sabor�



Gir�ndose 180 grados, Gabrielle puso su co�o en la cara de
Xena para que �sta comenzara a lamerla, mientras Gabrielle segu�a bebi�ndoselo
todo. En aquel 69 l�sbico las dos mujeres se entregaron totalmente a una a la
otra, chup�ndose y acarici�ndose por todos los rincones de sus cuerpos desnudos,
acelerando al sentir la inminente explosi�n de placer que iba a hacerlas gozar
de verdad.



-Mmmmmm mmmmmm mmmmmm mmmmmm mmmmmmm�vamos Xena vamos�c�rrete
conmigo�.aaaaaaaaaahhh que bien me chupas�aaaaaaaaaahh aaaahh aaaaaaaaaahh�



-Aaaaaah aaaaaaah aaaaaaaaah aaaaaaaaahh�mmmmmmm sigue,
sigue�oh dios�Gabrielle����GABRIELLEEEEEEEEEEE!!...te amoooooooo�



Con sus manos en la vulva de otra se pusieron cara con cara y
se frotaron con fuerza hasta gritar de verdad. Tumbadas la una junto a la otra
se prodigaban en caricias y besos. Gabrielle puso sus pechos a la cara de Xena
para que los lamiera un rato. Despu�s se dieron un largo beso con lengua
sellando un momento m�gico.



-Ha sido maravilloso�te quiero Gabrielle�eres mi amor�



-L�stima que lo vayamos a olvidar-se lament� Gabrielle-�



-El amor no se olvida, no para siempre. Si debemos acabar
juntas, ten por seguro que m�s tarde o m�s temprano, ocurrir�. �Lista?.



Gabrielle afirm� con la cabeza y se visti�, ech�ndose luego
al otro lado del fuego. Xena fue hacia ella y presionando con fuerza, la dej�
inconsciente. Despu�s volvi� a su sitio, se visti�, acarici�ndose un momento y
pensando "ojal� no tarde mucho en volver a sentir la boca de Gabrielle en mi
cuerpo", y presionando los mismos puntos en ella misma, qued� inconsciente en el
acto.



Al despertar, poco despu�s de despuntar el alba, las dos lo
hicieron con un sentimiento de extra�eza, ya que se sent�an desplazadas, como si
no fuera all� donde se hab�an ido a dormir la noche anterior.



-�Qu� tal has dormido Xena?.



-Muy bien, como un tronco. Creo que pocas veces he dormido
tan a gusto.



-Lo mismo digo. Oye, �no tienes la sensaci�n de que nos han
cambiado de lugar o algo as�?.



-S�, es cierto, o quiz� que nosotras no recordemos bien el
sitio. En cualquier caso, ya no tiene remedio. Creo que no estamos lejos de
donde viven las Amazonas, �te apetece ir a verlas?.



-S�, claro-contest� ilusionada-.



Recogieron sus cosas y se pusieron en marcha. Justo antes de
partir, vio en su muslo izquierdo una extra�a marca, pero al volver a mirar
segundos despu�s, hab�a desaparecido. "Bah, ilusiones m�as", se dijo, y
comenzaron su viaje, sin acordarse de lo vivido el d�a anterior, pero sabiendo
en sus corazones que, pasado el tiempo, volver�an a recordarlo con todo el
horror que hab�an padecido en sus propias carnes�



FIN


�


XENA Y GABRIELLE




CALISTO


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Relato: Xena, la princesa guerrera: Perversiones
Leida: 5908veces
Tiempo de lectura: 22minuto/s





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