Relato: Mi Primita



Relato: Mi Primita

MI PRIMITA


Mi nombre es Daniel y les narrare la primera vez que tuve
relaciones con una menor.



Vivo solo en un peque�o departamento que pago con mi escaso
sueldo, sin embargo acostumbro ir constantemente a casa de mis padres para
visitarlos. En fin, mi historia comienza durante una de estas visitas. En ese
entonces contaba con 26 a�os.



Llegu� a casa de mis padres temprano, era s�bado, como a eso
de las 10 de la ma�ana y durante unas horas estuve charlando con pap�,
finalmente tuvo que retirarse ya que lo hab�an invitado a una fiesta en su
trabajo y no llegar�a hasta en la noche, como a eso de las doce recibimos una
visita, se trataba de mi t�a Ester que venia junto con mi prima Alexandra de 18
a�os, durante alg�n tiempo mi mam� y mi t�a estuvieron platicando, yo por mi
parte me mantuve al margen.



Mi prima estaba en la sala junto con ellas jugando con un oso
de felpa que tra�a con ella, yo miraba la televisi�n.



Finalmente mi t�a dijo:



-Daniel, podr�as cuidar a Ale mientras tu mam� y yo vamos de
compras



-�Por qu� no la llevan con ustedes?- pregunt�



-Sabes que cuando vamos de compras solemos tardar bastante y
Ale se va a aburrir mucho



Record� de inmediato que cuando era ni�o era yo quien las
acompa�aba, y sabia muy bien que cuando mi mam� y mi t�a sal�an de compras era
para comprar casi toda la tienda. Finalmente acced�.



A la peque�a Ale tambi�n le pareci� la idea. Ale y yo nos
llev�bamos muy bien y no le molestaba quedarse con migo.



Momentos despu�s las dos mujeres abandonaron la casa
dej�ndome a solas con la ni�a.



Alexandra era lo que podr�amos llamar un peque�o bomb�n, es
una ni�a preciosa y simp�tica, aunque a veces algo callada, tiene el cabello
negro, lacio y muy largo llega a la altura de sus rodillas, sus ojos son
igualmente negros, hermosos y profundos, con una carita de �ngel que har�a que
cualquiera se derritiera, su cuerpo es esbelto y menudito y su piel como en la
mayor�a de la mujeres de la familia de mi mam� es muy clara, casi blanca.



Ale y yo permanecimos en la sala un tiempo en silencio,
finalmente ella se animo a hablar:



-�Quieres jugar con migo Dany?



-�A que quieres jugar?- pregunt�



-Pues no se, �a ti se te ocurre algo?



Yo permanec� en silencio observ�ndola de pies a cabeza. Era
verano, hacia mucho calor por lo tanto ella vest�a muy ligero, unas sandalias
sin calcetas, un vestidito blanco de manta que llegaba hasta sus rodillas y
sostenido en sus hombros por un par de tirantitos muy delgados y finalmente su
pantaletita blanca de algod�n.



-Ya se- dijo ella interrumpiendo mi meditaci�n -vueltas



Vueltas era un juego que a mi t�a no le gustaba que
practicara con Ale sin embargo a esta ultima le fascinaba, se trataba de algo
realmente simple, la cargaba por la cintura y comenzaba a girar m�s y m�s r�pido
hasta que nos mare�bamos, as� que lo hice sin saber que este juego tan simple
desencadenar�an unos sucesos tan importantes. Le di vueltas un par de veces
hasta que nos mareamos, yo me sent� en el sof� para tratar de reponerme pero
ella intento levantarse y caminar, dio algunos pasos zigzagueando y su pie choco
con la esquina de la pata de la maesa de centro, se trataba de uno de esos
golpes que hacen incluso a un adulto llorar por tanto una ni�a como ella tan
solo rompi� en un lastimero llanto, me levant� r�pidamente y me acerque, ella se
hab�a sentado en el suelo y se sujetaba fuertemente su piecito derecho.



-Me duele Dany, me duele- dijo entre sollozos



-D�jame ver tu pie Ale



La levant� y la llev� al sof� en donde la acomod� recargada
en uno de los brazos del sof�, despu�s me sent� y acomode sus piernas sobre mis
muslos. Lentamente retir� la correa de sus sandalia la cual al retirarla dej�
caer al suelo y mire fijamente su pie, en ese momento algo ocurri�, pensamientos
extra�os cruzaron por mi cabeza.



El golpe estaba en el me�ique y el anular (donde mas duele
creo yo)



-Descuida Ale, te vas a sentir mejor



-Todav�a duele- insisti�



-Tranquila, voy a s�brate



Le proporcion� un suave masaje en sus deditos hasta que dejo
de llorar, Ale tomo sus oso de felpa y lo abrazo, yo continu� masajeando su pie
prestando especial atenci�n e sus hermosas piernitas blancas, en ocasiones
levantaba un poco m�s su pierna lo cual provocaba que su vestidito resbalara
permiti�ndome ver sus blancos muslos, comenc� a excitarme, de pronto y sin
pensarlo me lleve su pie a la boca y lo bese, Ale sonr�o mostr�ndome que el
gesto le hab�a agradado as� que continu�, primero bes�ndolo suavemente despu�s
chupando sus deditos y lamiendo toda la superficie de su pie, cada que lam�a la
planta de su pie ella re�a y contra�a sus dedos pero en ning�n momento dio
muestras de disgusto. Al estar su pie a la altura de mi cara el �ngulo de su
pierna hab�a subido mucho haciendo que el vestido resbalara aun m�s
permiti�ndome ver su pantaletita blanca.



De pronto ella levant� su otra pierna, yo la mire y ella me
sonri�, as� que retire su otra sandalia y comenc� a besar su otro pie y continu�
haci�ndolo durante algunos minutos m�s, mi excitaci�n fue en aumento.



Lenta y disimuladamente comenc� a deslizar mi mano a lo largo
de su pierna hasta llegar a su rodilla y despu�s continu� hacia su muslito, su
cuerpecito se estremeci� a causa de mis caricias y dejo escapar una ligera
risilla.



-Me haces cosquillas



-�Te molesta?- pregunte, ella neg� con la cabeza -�quieres
que continu�?



-Si... si-dijo



Segu� besando sus pies y acariciando la suave piel de sus
piernas, ahora mis dedos alcanzaban a tocar su pantaleta. Finalmente tome la
decisi�n y deslice lentamente mi mano sobre su pantaleta a la altura de su
vagina, Ale se sobresalto un poco pero no dijo nada, se qued� muy quietecita y
sus mejillas se ruborizaron, cerro los ojos y apret� el oso de felpa contra su
cara como si le diera verg�enza.



Mis caricias se hicieron cada vez mas profundas e intensas,
dej� de besar sus pies y continu� acariciando sus muslos y su chochito sobre la
pantaleta, su respiraci�n al igual que la m�a se acelero un poco, aun tenia el
rostro hundido en el cuerpo de sus osito.



-�Te molesta que haga esto?- pregunt�



Ella neg� con la cabeza y luego dijo con voz temblorosa y
apenas audible:



-Me gusta...me gusta



Esas palabras hicieron que mi erecci�n que ya era intensa
aumentara a un punto que jam�s imagin�, ya nada pod�a detenerme.



-Sientes bonito verdad



Ale no contesto



-�Te gustar�a sentir m�s bonito?



Ale me mir� y asinti� con la cabeza. La levant� un poco y me
deslic� debajo de ella para que quedara sentada sobre mis piernas, una ves en
esa posici�n acaricie nuevamente sus piernas y su chochito pero esta vez deslice
mi mano debajo de su pantaletita. Al tacto su vulva era hermosa, me encontr�
primero con la hendidura de su monte de venus, continu� pasando moment�neamente
por alto su cl�toris para dirigirme directamente a la peque�a abertura que
estaba muy caliente y lubricada, acaricie un momento, solo superficialmente,
despu�s, ya con su lubricante en mis dedos acaricie su cl�toris. Ale tenia los
ojos cerrados y tenia las mejillas coloraditas, de su boca escapaban unos
d�biles quejidos o jadeos mientras que abrazaba a su oso fuertemente contra su
pecho, sus piernitas estaban entreabiertas permitiendo que mi mano y mis dedos
le proporcionaran ese ardiente masaje. Sus piernas se estiraban poni�ndose
r�gidas para despu�s relajarse y contraerse un poco, el movimiento era r�tmico.


-Debes tener calor Ale- le dije



-Si, hace mucho calor



-Te quitar� tu vestidito para que est�s mas fresca �Esta
bien?



-Si Dany



Dicho esto retire moment�neamente mi mano de su entrepierna y
lam� mis dedos, el sabor y el olor de Ale eran fant�sticos, excitantes y
embriagantes. Con mucho cuidado retir� el vestidito de manta dejando su bello
torso al descubierto, contemple su cuerpo en silencio.



-�Por qu� me miras as�?



-Eres una ni�a muy bonita- conteste



Ella me sonr�o. Me incline lentamente sobre ella y bese su
mejilla y despu�s la bese en los labios, fue un besito breve y de puro roce pero
pareci� gustarle, mis besos descendieron a su cuello.



-Me haces cosquillas- dijo riendo



Baje un poco mas y me tope con uno de sus pezoncitos,
peque�ito y rozado, lo contemple por unos instantes y despu�s me lo llev� a la
boca, Ale r�o y su pez�n se endureci�, mientras hac�a esto volv� a deslizar mi
mano bajo su pantaleta, ella no opuso la menor resistencia y segu� acarici�ndole
su chochito.



De pronto y sin previo aviso Ale tubo un sobresalto y me
dijo:



-Dany quiero hacer pip�



-Tienes muchas ganas



-Si



Mi excitaci�n estaba al borde del delirio as� que sin
siquiera ped�rselo o anunci�rselo le quite la pantaleta dejando a la vista su
chochito, Ale intento cubrirse, al parecer le apenaba que le mirara ah�.



-No



-�Qu� ocurre?- pregunte



-Me da pena



-�Te da pena te mire tu conejito?



-Si



-Pero si es muy bonito



-No es cierto


-Claro que si y te lo boy a demostrar



Retire su manita que cubr�a su peque�a almeja, despu�s la
acomode sentada a mi lado, me levant� y me arrodille frente a ella y la sujete
por los tobillos, inmediatamente despu�s separ� sus piernitas, la jale un poco
para que sus nalguitas quedaran justo en la orilla del sof�.



-Es tan bonito que voy a darle un beso



Ale permaneci� inm�vil con las piernas abiertas mirando mi
rostro acercarse cada vez m�s y m�s a su chochito h�medo, mi respiraci�n era
agitada. El momento del primer contacto fue incre�ble, en cuanto mi lengua roz�
su cl�toris todo su peque�o cuerpo se estremeci�, despu�s selle mis labios con
los labios �ntimos de su chochito y comenc� a besar, el sabor era delicioso,
embriagante. Coloco sus manitas sobre mi cabeza y comenz� a ejercer cierta
presi�n.



-Dany... Dany



-�Te gusta Ale? � pregunte separ�ndome un poco de ella



-S... Si... Si me gusta



Despu�s de algunos minutos Ale tubo su primer orgasmo, su
peque�o cuerpo se convulsion� y gem�a y jadeaba profundamente, en el momento del
orgasmo Ale perdi� el control de sus m�sculos y sin quererlo dejo escapar la
orina, fue fascinante, el sabor de su orina me fascin� y me excito aun m�s de lo
que ya estaba. Despu�s de unos instantes Ale se repuso a la fuerte impresi�n del
orgasmo.



-�Qu� fue eso Dany?



-�Qu�?



-Sent� algo muy raro en mi conchita y en todo mi cuerpo



-No te preocupes- le dije -es normal que sientas eso, y dime
�Te gusto?



En su boca se dibujo una gran sonrisa al recordar la
sensaci�n



-Si, me gusto mucho



-Que bueno, esto lo hice para demostrarte lo mucho que te
quiero



-Yo tambi�n te quiero Dany



-�En serio?



-Si Dany, te quiero mucho



Estas palabras hicieron que mi imaginaci�n elaborara en un
santiam�n una pregunta que no pude evitar hacer.



-Ale, �Me ayudar�as a sentir bonito como yo te hice a ti?-
Ella dudo un poco en contestar -�Qu� ocurre, acaso tu no me quieres?



-Si Dany, si te quiero, lo que pasa es que... yo... yo no se
que hacer



-Por eso no te preocupes Ale yo te dir� todo lo que tienes
que hacer �esta bien?



-Esta bien- dijo entusiasmada



Lo primero que hice fue quitarme la ropa, la playera sin
mangas, los zapatos tenis, los calcetines y el pantal�n deportivo quedando
frente a ella �nicamente con mi b�xer puesto y en cuya tela se notaba
perfectamente la tensi�n causada por mi erecci�n. En esos momentos record� que
lo mas probable era que Ale jam�s hubiera visto el pene de un hombre, la raz�n
era por que no tenia padre ni hermanos, mi t�o dejo a mi t�a hace mucho tiempo
por lo que ella se encargo de criar a la ni�a sola, a dem�s Ale estudia en un
colegio privado a donde solo acuden ni�as y las maestras son religiosas. No
quer�a asustar a la peque�a as� que deslice muy lentamente mi b�xer hacia abajo
y despu�s sujete con toda mi mano mi miembro para que no notara de momento sus
verdaderas dimensiones.



Ale miro la punta enrojecida de mi pene y tal y como lo
esperaba se sorprendi� mucho, sus ojos se abrieron muy grandes y hermosos y miro
aquella cosa que tenia en frente, lentamente deslic� mi mano hacia atr�s
descubriendo as� todo el glande el cual estaba tremendamente hinchado y
enrojecido, en la punta ya pod�a apreciarse la peque�a gota de lubricante. Muy
despacio permit� que Ale mirara toda mi verga la cual era de un tama�o bastante
considerable (no soy de los que acostumbra medir su pene pero calculo que ha de
tener como unos 18 cent�metros).



Ale se encontraba frente a m� sentada en el sof� mientras que
yo bland�a frente a su angelical rostro aquel gran pedazo de carne, el echo de
ser un adulto mostr�ndole su miembro a una ni�a me excit� sobre manera, y aun
m�s al ver la expresi�n en el rostro de la ni�a, era de asombro, mezclado tal
vez con un poco de miedo y con bastante curiosidad.



-�Hab�as visto uno antes Ale?- le pregunt�



-N...no- me dijo t�midamente pero sin apartar la mirada ni un
solo instante -�qu� es?



-Es mi pene



-�Pene?- su ingenuidad me sorprendi� y me �xito aun mas -�y
por que tienes eso?



-Todos los hombres tenemos un pene- le dije



-�En verdad?



-Si, as� es, �dime, te gusta?



-Se ve algo extra�o- contesto Ale con ingenuidad



-�Quieres tocarlo?



-�En verdad puedo Dany?



-Claro- mi excitaci�n estaba al borde del delirio �t�calo de
aqu�, de la cabecita


Ale estiro su manita hacia m� y desliz� su dedo medio por la
superficie de mi glande, mi cuerpo reacciono al instante con un respingo
asust�ndola a ella.



-Lo siento Dany, �Te lastime?- dijo preocupada



-No, claro que no- dije �sigue... sigue toc�ndolo



Ale recupero la confianza y continuo con el proceso de
exploraci�n de mi sexo, al principio solo con la yema de los dedos, despu�s se
anim� y continuo acariciando la suave piel de mi glande con toda la mano, yo por
mi parte me encontraba extasiado, esas caricias infantiles e inexpertas me
estaban transportando al para�so, deslic� completamente mi mano hacia atr�s
dejando al descubierto toda mi envergadura, Ale estaba absorta mirando y
acariciando. Hizo un movimiento que me sorprendi� un poco, sujeto firmemente mi
glande con toda su manita y ejerci� cierta presi�n, deje que me explorara por
algunos minutos m�s y luego la interrump�.



-Ale...- titubee un poco �dime, podr�as hacerme algo como te
lo hice a ti.



-�Qu� Dany?



-Con tu boquita- Ale dudo un poco



-Es que yo no se



-Anda, yo te digo como �me quieres verdad?- Ale me miro
sonriendo



Ale acerc� su angelical rostro a mi pene y se detuvo cuando
sus labios estaban a escasos cent�metros.



-Ahora Ale- le dije �t�llale tu leng�ita como si fuera una
paletita



La suave lengua de Ale se deslizo por la superficie de mi
glande, la sensaci�n fue incre�ble, al principio solo lo hacia con la puntita,
pero al tomar confianza comenz� a deslizar toda la superficie de su lengua por
mi glande, esto duro algunos instantes m�s, finalmente tome la decisi�n y le
dije:



-Muy bien Ale, lo haces muy bien.



-�En serio?- dijo Ale entusiasmada



-Claro- conteste �pero ahora te pedir� que lo hagas de un
modo diferente.



-�C�mo Dany? Dime- Ale no soltaba el tronco de mi pene y me
miraba con sus ansiosos y hermosos ojos negros.



-Ahora- le dije �tienes que abrir tu boquita lo m�s grande
que puedas y te metes mi pene en ella.



-��Todo?!- dijo ella asustada y sorprendida



-No, claro que no- dije entre excitado y divertido por su
reacci�n �solo la cabecita. Mira, te dir� como hacerlo, con mucho cuidado lo
metes en tu boquita procurando no tocarlo con tus dientes, �nicamente con tus
labios y tu leng�ita �esta bien?- Ale lo hizo al pie de la letra y cuando toda
la cabeza de mi fallo estuvo en su tierna boquita prosegu� dici�ndole �ahora
chupalo como si fuera un dulce.



Fue la mejor mamada que me hallan hecho en toda mi vida,
aunque al principio lo hacia torpemente debido a su obvia inexperiencia, poco a
poco comenz� a tomar practica. Yo, por mi parte, la sujete por su cabeza y
comenc� un ligero movimiento de mete y saca masturb�ndome con su boquita, el
movimiento era corto y lento, no quer�a asustarla y mucho menos atragantarla con
mi verga. Las sensaciones que experimente fueron grandiosas y me llevaron a uno
de los orgasmos mas placenteros de mi vida. Me vine a chorros en la dulce
boquita de Ale, esto pareci� sorprenderla pero no dejo de mamar ni un instante
bebi�ndose hasta la ultima gota de semen que le estaba proporcionando. Cuando
hube terminado de venirme Ale se separo de mi lentamente a la vez que terminaba
de tragar los �ltimos remansos de semen que quedaban en su boca, yo por mi parte
intentaba reponerme de tan encantadora pero a la vez agotadora experiencia.



-Sabe raro- dijo Ale mirando directamente mi pene



-�C�mo dices linda?



-Tu pip� sabe raro y estaba muy espesa- agreg� �me la tom�
porque tu te tomaste la m�a- yo sonre�



-No preciosa, lo que probaste no era pip�



-�A no?- yo negu� con la cabeza -y entonces �qu� era?



-Es una lechita blanca que los hombres sacamos cuando
sentimos tan rico como cuando tu te hiciste pip�- tome mi verga y la acaricie un
poco, exprimiendo un peque�o residuo de semen que aun quedaba adentro asomando
una gotita al exterior- mira, aun queda un poquito si quieres verla.



Ale mir� la gota blanca que estaba a punto de caer de la
punta de mi glande, entonces, con su dedo �ndice la recogi� y la observo durante
algunos segundos sin decir ni hacer otra cosa, finalmente la acerc� a su rostro,
para ser mas exacto a su nariz y la oli�, despu�s macillo la gota con su dedo
�ndice y pulgar y finalmente se la llevo a la boca y la unt� en su lengua
sabore�ndola como si fuera un exquisito manjar. Todo este espect�culo hizo que
mi pene que estaba semi fl�cido se colocara nuevamente en su posici�n de firmes.



-Ya se puso dura otra vez Dany- Ale sonre�a -�por qu� se pone
as�?



-Lo que pasa- contest� �es que se pone as� de dura y grande
cuando algo me gusta a mi, o me excita



-�Yo te gusto?



-Si, as� es, eres una ni�a muy bonita- Ale se sonrojo y
sonri� �dime Ale, �quieres seguir jugando a esto?



-Siiii�- contesto ansiosa



-Muy bien, pero vamos a hacer algo diferente �esta bien?


-Si Dany



Le ped� que recogiera su ropa y la m�a, y una vez que ya la
tenia toda en sus brazos la cargu� y la lleve por las escaleras a la planta de
arriba, en un principio pens� en llevarla a la habitaci�n de hu�spedes, (era la
habitaci�n que yo ocupaba antes de mudarme) pero record� que la cama era muy
peque�a y lo que yo quer�a era espacio para moverme as� que con Ale en mis
brazos me dirig� al cuarto de mis padres.



La habitaci�n de mis padres es amplia y muy c�moda, la cama
es queen size y esta completamente alfombrada. Una vez dentro deposit� a Ale
sobre la cama, ella quedo recostada sin moverse y se ve�a muy bonita, tome todas
la prendas que llevaba en su regazo, �nicamente se quedo con su oso de peluche.
Despu�s le ped� que se recostara boca abajo, ella lo hizo sin chistar y entonces
pude contemplar su hermoso culito en todo su esplendor, el juego dio comienzo.



Sin decirle nada me coloque sobre ella y haciendo a un lado
su larga y sedosa cabellera comenc� a deslizar mis labios por la suave piel de
su cuellito, la piel de la ni�a se puso chinita y dejo escapar algunas risillas
pero no hizo nada por detenerme, entonces comenc� a bajar lentamente besando y
lamiendo su espalda la cual se arqueaba con cada contacto. Bese su espalda por
alg�n tiempo y segu� bajando, mi excitaci�n y la suya aumentaron cuando llegu� a
sus nalguitas, firmes y duritas, redonditas y suaves, sin ning�n defecto,
despu�s de b�salas las tome firmemente con mis manos y las separ�, Ale reaccion�
endureciendo los m�sculos y apret�ndolas



-�Qu� haces?- me pregunto



-Solo quiero ver tu culito



-Pero por ah� hago popo



-Lo se- dije con voz serena para tranquilizarla �pero te
acabas de ba�ar as� que esta limpio, �o no?



La peque�a ni�a relaj� sus m�sculos dej�ndome separar sus
nalguitas y revelando ante m� su peque�o orificio anal, dado el color de su piel
tan clara el color se su culito era de un hermoso rosa, similar al de sus
pezones. Acerqu� mi rostro lentamente a ese precioso culito rozado y lo toque
con la punta de mi lengua, el culito de Ale reacciono de inmediato al contacto
contray�ndose y ella inmediatamente apret� sus nalguitas de nuevo y arqueo su
espalda dejando escapar un quejido, despu�s de esa reacci�n sus nalguitas
volvieron a relajarse y me permitieron seguir con la exploraci�n anal.



Mi peque�a ni�ita dejaba escapar unos suaves y sensuales
quejiditos de su garganta cada vez que tocaba su ano con la punta de mi lengua,
en ocasiones ejerc�a algo de presi�n para as� introducir la puntita en su
estrecho conducto prohibido. Poco a poco Ale comenz� a levantar sus nalguitas
formando una gr�cil curva en sus espalda, dejo de apretar su trasero
permiti�ndome lamerlo con toda libertad, no pudiendo aguantar mi excitaci�n hice
algo sin pensar, coloque la punta de mi dedo medio en la entrada de su cuevita y
utilizando la saliva como lubricante comenc� a introducirlo lentamente, Ale no
hizo movimiento alguno, solo dej� escapar un ligero quejidito mientras mi dedo
se abr�a paso lentamente en el interior de aquel estrecho y caliente hoyito,
despu�s de unos instantes not� que su culito se relajaba, esto ocurri� cuando
hube introducido la primera falange de mi dedo, despu�s comenc� a girarlo
lentamente para que se abriera y se relajara m�s y una vez que esto paso
introduje mi dedo m�s profundamente, hasta la mitad.



Ale aun continuaba con su culito al aire mientras que
abrazaba su oso de peluche fuertemente y jadeaba sin parar. Despu�s de unos
instantes de sodomisarla, retire mi dedo y volv� a lamer su culito.



-�Te gusto Ale?- le pregunte



-Me doli� un poco al principio, pero luego se sinti� rico.



-As� son la mayor�a de estos jueguitos, al principio se
siente raro pero despu�s se siente muy rico, dime �quieres que te siga
ense�ando?



-Aja- Ale deposit� sus caderas sobre la cama y yo continu�
besando su cuero.



Bes� sus piernitas comenzando por los muslos y luego a sus
pantorrillas, su piel era tan suave y tersa, piel de durazno como dicen algunos,
al llegar a sus pies los bes� de nuevo lam� la planta de sus pies arrancando
risas de su boquita.



-Ahora date la vuelta Ale- le orden�, ella muy obediente lo
hizo



Al encontrarse boca arriba pode apreciar nuevamente su
hermoso rostro que me miraba con cierta enso�aci�n, acerqu� mi rostro al suyo y
le di un beso en los labios igual que el anterior, Ale me sonr�o y me devolvi�
el beso.



Mi lengua continu� desliz�ndose por todo su cuerpo, le lam� y
chup� los pezones, su barriguita planita, su ombligo, sus axilas lo cual la hizo
re�r bastante, pas� a su montecito de venus y a sus piernas, su cuerpecito era
m�o ahora. El cuerpo de Ale reaccionaba a cada una de mis caricias, a veces
tenia sobresaltos o respingones, su piel se erizaba y de su boquita escapaban
risillas y quejiditos que me pon�an a mil.



-Me gusta, me gusta, me gusta... rico, rico- era todo lo que
llegaba a articular.



-Ale- le dije deteni�ndome- �quieres seguir?



-Si...m�s...m�s...por...favor- dijo jadeando



-De acuerdo- dije �pero ahora tu tienes que volver a chuparme
a mi �esta bien?- Ale me mir� sin contestar, despu�s desvi� su mirada a mi
enhiesto fallo y asinti� con la cabeza.



Me recost� a un lado de ella y sostuve la base de mi pene
sacudi�ndola ligeramente, este movimiento parec�a divertir a mi angelita, acto
seguido ella se inclin� sumisamente acercando su rostro a mi pene el cual estaba
a reventar. Lo primero fue su lengua, que como antes comenz� a deslizarse por la
piel amoratada de mi glande y despu�s, poco a poco comenz� a deslizarlo al
interior de su boquita. Esta vez la mamada no duro mucho, yo la detuve y le
indique que pasar�amos a otra arte del juego.



-�Y ahora que vamos a hacer?- me pregunto emocionada.



-�Recuerdas lo que te dije?, que algunas de estas cosas e
sienten raro o un poquito doloroso cuando se empieza.



-Siii�- dijo ella



-Bueno lo que sigue hora es una de esas cosas- se podr�n
imaginar en lo que estaba pensando. Estaba a punto de cortarle las alas a este
angelito.



Tenia que decidir la mejor estrategia para hacer m�o su dulce
conejito. Finalmente le ped� que se colocara sobre m� y se sentara sobre mi
polla, ella lo hizo obedientemente y se sent� sobre m� aplastando el duro trozo
de carne contra mi vientre as�, entonces, su conejito se tallaba contra el
cuerpo de mi polla. Con mi mano derecha alcanc� el buroe de noche que estaba a
un lado de la cabecera de la cama de mis padres. Yo sabia perfectamente que mis
padres continuaban con una vida sexual activa y eso inclu�a el sexo anal,
tambi�n sab�a que en el caj�n el buroe mi padre guardaba una botellita con
lubricante, en efecto, una vez abierto el caj�n localic� sin dificultades dicha
botella, los ojitos de Ale no hab�an perdido de vista mis movimientos en ning�n
instante.



-�Qu� es eso?- pregunt�



-Esto, linda, es una cremita transparente que nos va a ayudar
para nuestro jueguito- contest� en un tono juguet�n.



-�Haaa!- exclam� ella -�y como es el juego?



-Lo que te voy a hacer ahora es meter en tu conejito mi pene-
Ale abri� muy grandes sus ojos mir�ndome con asombro y luego mir� hacia abajo
apreciando mi enorme trozo.



-Pero... no va a caber, esta muy grandote



-Por eso no te preocupes, tu conejito es muy el�stico y,
adem�s para eso es la cremita.



Aun con dudas en su rostro hizo todo lo que le ped�a, primero
derram� un poco del lubricante en sus manitas y le ped� que untara todo mi pene,
luego yo le unte m�s lubricante en su chochito y de paso masturb�ndola un poco.
La hora hab�a llegado, la tome por las caderas y la levant� un poco, coloque la
punta de mi pene en la entrada de su capullito y despu�s la dej� bajar poco a
poco. Debido a su excitaci�n no fue dif�cil que entrara la mitad de mi glande
estirando al m�ximo sus labios mayores, dej� que su propio peso la llevara hacia
abajo.



-Duele- me dijo



-�Te duele mucho Ale?- ella asinti� con la cabeza y cerrando
los ojos fuertemente �no te preocupes, recuerda que al comienzo siempre duele.



Ella se inclin� un poco hacia el frente y coloco sus manitas
en mi pecho para recargarse, su carita se arrugaba debido al dolor pero aun as�
se segu�a viendo preciosa, despu�s de observarla pasivamente durante unos
segundos tome la decisi�n de desvirgarla. Le dije que relajara su cuerpo lo m�s
que pudiera sujet�ndola firmemente por las caderas realic� una sola estocada con
fuerza y en menos de un segundo la mitad de mi pene estaba dentro de ella. Ale
reaccion� tal y como yo lo esperaba, dejo escapar un bastante audible grito de
dolor, por sus mejillas se derramaron las lagrimas reci�n surgidas de sus
ojitos, sus u�as se me enterraron en el pecho. Despu�s del grito, de su boca
solo surg�an suplicas de que me detuviera, de lo mucho que le dol�a y m�s
llanto.



Su vagina era maravillosa, sumamente estrecha, c�lida y
h�meda, coloque mi brazo detr�s de ella y la abrac� fuertemente atray�ndola
hacia mi cuerpo, ella me abrazo y recarg� su cabecita en mi hombro, su llanto
hab�a disminuido un poco as� que me dispuse a culminar correctamente la
penetraci�n introduciendo lo m�s que se pudiera mi fallo en su conejito, esta
acci�n hizo que Ale volviera llorar e incluso a intentar separarse, luch� un
poco con ella hasta conseguir que se tranquilizara un poco, la abras� de nuevo,
en esta ocasi�n ella mordi� mi hombro haci�ndome sangrar un poco.



Despu�s de algunos minutos Ale dejo de llorar, hab�a entrado
en una especie de estado de semiinconsciencia, lo cual me permiti� comenzar a
bombear lentamente dentro de su conejito el cual ya se av�a ensanchado lo
suficiente. Ah� estaba yo, cogiendome a mi primita Alexandra de 18 a�itos y lo
estaba disfrutando como un loco. De mi pene �nicamente entraban dos terceras
partes llegando hasta el fondo, el bombeo comenz� a agarrar cada vez m�s ritmo,
fue en esos momentos cuando me percat� de que el cuerpo de Ale comenzaba a
reaccionar siguiendo pasivamente con el sube-baja. La mir� al rostro, ella me
devolvi� la mirada, le sonre� y ella me sonri�, lo peor hab�a pasado, ahora ale
comenzaba a disfrutar.



La cogida fue monumental, un hombre no sabe lo que es el sexo
hasta que se encuentra en el interior de una peque�a. Yo hab�a tenido relaciones
con otras chicas desde los quince a�os pero todas hab�an sido o de mi edad o
mayores que yo, ahora lo estaba haciendo con una ni�ita y puedo decir con
certeza que es la gloria en la tierra.



El bombeo que realizaba en el conejito de Ale segu�a siendo
lento y tranquilo, yo lo estaba disfrutando mucho y no quer�a estropearlo con un
arrebato de lujuria salvaje que asustara de nuevo a mi peque�o �ngel as� que
continu� con ese ritmo. Despu�s de algunos minutos note que Ale comenzaba a
moverse por ella misma sobre mi erecci�n, hasta esos momentos ya no hab�amos
intercambiado ninguna palabra pero si muchas miradas y gracias a ello sabia
perfectamente que ella lo estaba disfrutando, finalmente dije:



-�Ya paso el dolor?



-Aja �contest� ella.



-Que bueno, y dime, �qu� sientes ahora?



-Se...se...sien...te rico, me...gus...ta...mu...chooo �dec�a
entre jadeos y suspiros.



A estas alturas mi miembro se deslizaba mas f�cilmente en su
interior as� que me fue posible arreciar el movimiento complementando as� los
vaivenes que ella realizaba. Mis manos no se manten�an quietas, acariciaba sus
nalguitas y su espalda al igual que sus pezones. Ella intentaba imitarme
acariciando mi pecho y vientre y tambi�n tocaba mis pezones excit�ndome aun m�s.
Despu�s le ped� que cambi�ramos de posici�n y as� lo hicimos, logre girar su
cuerpo sin sacarle mi pene. Ahora ella se encontraba sobre mi d�ndome la
espalda, en esta posici�n me resultaba m�s f�cil acariciar su cl�toris
haci�ndola disfrutar m�s, luego nos recostamos de lado, su pierna qued� sobre mi
y continu� entrando y saliendo de ella. Tuvo un orgasmo tras otro, y cada uno
significaba m�s placer para m� ya que su vaginita se contra�a con bastante
fuerza en cada corrida proporcion�ndome un masaje de ensue�o hasta que,
finalmente yo tambi�n estalle junto con ella en un orgasmo maravilloso que me
dejo fuera de m� por algunos minutos.



Cuando por fin pude recuperarme mi respiraci�n aun estaba un
poco agitada, por su parte Ale parec�a haberse quedado dormida pero abri� los
ojos cuando saqu� mi pene ya fl�cido de dentro de ella. Mi miembro estaba
cubierto de semen, jugos vaginales y un poco de sangre. Me incorpor� y tomando a
Ale en mis brazos la llev� al ba�o en donde tomamos un merecido y reparador ba�o
en la tina de hidromasajes de mis padres.



-Dime Ale, �qu� te pareci� el juego? �le dije mientras
acariciaba suavemente su pubis debajo del agua jabonosa.



-Me doli� mucho, al principio, despu�s me gust�



-�Te gustar�a que sigui�ramos jugando as�?



-No se, �siempre duele?



-No Ale, solo duele la primera vez. te quedara dolido tu
conejito por un par de d�as, pero eso ser� todo, despu�s podemos seguir jugando
y ya no te va a doler.



-Bueno, si ya no me va a doler entonces si



-�Entonces si que?



-Entonces si quiero seguir jugando a esto.



Salimos de la ba�era, nos secamos y vestimos y la instru�
acerca e los cuidados que deb�a tener con su ropa interior para que no se
manchara por si sangraba un poco y su mam� no se diera cuenta. Fue Ale misma la
que dijo que era nuestro juego secreto, esto me convenci� de que no lo dir�a a
nadie, le hab�a gustado y ahora era mi c�mplice en la travesura.



Han pasado varios a�os desde entonces, Ale tiene 18 a�itos y
su cuerpecito ya comienza a presentar cambios discretos de su transici�n a la
madurez sexual, continuamos follando, incluso a estas alturas ya se la he metido
por el culito pero en fin, esa es otra historia.




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Relato: Mi Primita
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