Segu� cogiendo con Toby todo el resto del a�o. Mis padres
nunca sospecharon nada. Siempre tuve mucho cuidado. Cuando fui a la universidad,
en una ciudad cercana, me mude a vivir con una amiga del colegio, Ana, que
estudiaba lo mismo que yo. Por supuesto me lleve a Toby conmigo. Nuestra
relaci�n sigui� igual que siempre, esta vez ocult�ndosela a mi amiga, en vez de
a mis padres. Nosotras sal�amos con chicos de vez en cuando. Y llegue a
acostarme con alguno de ellos. Y me gustaba, pero nunca como con mi Toby.
Una noche, Ana hab�a salido y yo sab�a que volver�a tarde,
as� que me llev� a Toby a mi cuarto y le puse a darme gusto con su leng�ita. �l,
como siempre, se port� estupendamente y me lam�a con su t�pico entusiasmo. Yo no
intentaba aguantar los gemidos de placer puesto que estaba sola en la casa... o
eso cre�a yo. De pronto me pareci� escuchar algo en el pasillo. Levante la
cabeza un poco y mire disimuladamente hacia la puerta. En la oscuridad del
pasillo distingu� a Ana de pie mir�ndonos fijamente. Me asuste un mont�n y se me
bajo todo la excitaci�n, pensando que ella iba a entrar escandalizada,
llam�ndome pervertida y vete a saber que. Pero no hizo nada, se quedo all�
parada, mirando fascinada como el perro me com�a el co�o. Pasado el primer
susto, me tranquilice un poco y segu� mirando de reojo hacia la puerta. Saber
que Ana mi miraba me excitaba todav�a mas. Toby segu�a con lo suyo tan contento.
De pronto vi que Ana se llevaba la mano a su entrepierna y empezaba a darse
masaje en el chichi. Se estaba excitando al mirarnos! Aquello me provoco todav�a
mas. Empece a decirle cosas al perro para que ella me oyera:
-Si, Toby, sigue... As�, bonito... assi! C�meme toda, bien
rii... co. Entre la habilidad del perro con la lengua, y saberme observada, me
vine antes de lo normal. Entre los espasmos, vi como Ana se alejaba procurando
no hacer ruido. Lo mas seguro a hacerse una paja para quitarse las ganas.
Despu�s, me qued� pensando en lo que hab�a pasado, asombrada de que Ana no
hubiera dicho nada, y sobre todo de que, por lo visto, se excitara mir�ndonos.
Tambi�n me qued� un poco preocupada porque no sab�a qu� iba a hacer ella ahora
que hab�a descubierto mis inclinaciones sexuales.
Los d�as siguientes fueron un poco tensos. Aunque ella no
sabia que la hab�a visto, y aunque yo no me sent�a culpable ni nada, no sabia si
deb�a tratar de explicarle a ella la situaci�n, o dejar correr la cosa. Ella
tambi�n se notaba intranquila. Tampoco sabia que hacer. Pasaron unos cuantos
d�as, y al final no pude resistir los nervios y decid� cont�rselo todo.
-Ana, puedo hablar contigo un momento? -Si, que pasa? -Ven
vamos a sentarnos.
Nos sentamos en el sill�n de la sala y ella me miro un poco
nerviosa. Se notaba que sabia de que quer�a hablar. Como no sabia muy bien como
abordar el tema, fui directa al grano.
-El otro d�a, cuando volviste de la calle, te vi en la puerta
mientras Toby me... bueno, ya sabes.
Ella se quedo callada un rato, miro al suelo, sin saber que
decir. Al final dijo:
-Si. Te vi... Pero no te preocupes, no voy a decir nada... No
es asunto m�o -Bueno, pero es que yo quer�a explicarte... -Si, si...
Nos quedamos en silencio un rato y luego ella lo rompi�
diciendo:
-Parec�as disfrutar mucho...
Eso si que no me lo esperaba.
-Pues la verdad es que si. Es riqu�simo. -Hace mucho tiempo
que lo haces? -Como a�o y medio
Y le cont� como empez� todo. Como paso la primera vez. Como
me lami� tan rico, como me quede obsesionada con probar de nuevo y como, al
final, deje que me cogiera. Ella escuchaba atentamente sin casi parpadear.
Cuando acabe ella se quedo mir�ndome con la boca abierta durante un buen rato.
No sabia que decir. Yo miraba hacia delante, un poco preocupada por su reacci�n.
Al cabo del rato ella dijo:
-Y que tal es?
Eso me tranquilizo. Al menos no sali� corriendo de la casa.
-Es FANTASTICO!! Mejor que ning�n hombre que yo haya
conocido. -De verdad? No te hace da�o ni nada? -No, para nada, y eso que fue mi
primera vez. -De verdaaad? Te desvirgo el perro? -Si, y fue tremendo, te digo.
Entonces ella dijo algo que me dejo pasmada:
-Crees que yo pueda probar? -De verdad? Quieres? -Bueno, si
dices que es tan delicioso... no? -No te haces idea! -Tu crees que el me lo haga
a mi? -No s� porque no... vamos a probar. Toby! Ven bonito! -Ahora? Pero...
ahora mismo? -No te preocupes, ya veras como te gusta.
Toby se acerco correteando, pero tranquilo, porque ve�a a
otra persona en la casa. Yo le dije a Ana:
-Desn�date, ya veras que efecto le hace
Ella se levanto y empez� a desnudarse. Se quito la camiseta y
luego el brasier. Tenia una tetas muy bonitas la Ana. Mas grandes que las m�as,
pero muy firmes, con unos pezones muy grandes. Se quito los pantaloncitos y
luego los pantis. No pude evitar mirarle la entrepierna. Tenia un co�ito
precioso, color casta�o, bastante peludo. Yo la hab�a visto desnuda muchas
veces, claro, pero no se porqu�, aquella vez, al verla totalmente desnuda en
medio de la sala, la vi de otra manera y sent� una rara excitaci�n. Toby estaba
un poco extra�ado el pobre. Se notaba que no comprend�a esta nueva situaci�n,
porqu� no era yo la que estaba desnuda. Me miraba a mi, como si esperara verme
desnudarme tambi�n, y luego miraba a Ana, que me miraba a mi como pregunt�ndome
qu� hac�a ahora. De todas formas eso no le impidi� a Toby responder como de
costumbre, y para cuando Ana quedo desnuda, el ya la ten�a tiesa.
-Si�ntate con las piernas abiertas y ya veras...
Ella lo hizo y Toby, con una �ltima mirada hacia mi, como
pidiendo permiso, se acerc� a ella, le olisqueo el chochito y... empez� a
com�rsela como hac�a siempre conmigo. Ana solt� un chillido, medio de susto,
medio de placer. A las pocas lamidas ya estaba recostada en el sill�n,
despatarrada, gimiendo como loca, mientras el perro se la com�a toda con la
eficiencia que siempre demostraba. Yo la miraba gozar, sabiendo lo que estaba
sintiendo, y notando como me humedec�a yo misma con el espect�culo. Al poco rato
Ana se vino por primera vez. Cerro los ojos y todo su cuerpo se contrajo en un
espasmo de placer. Igual que hacia conmigo, Toby sigui� chup�ndoselo hasta que
le hizo venirse varias veces mas. Al final, yo misma le separ� de ella para que
se recuperara. Ana jadeaba como una locomotora, tratando de recuperar el aliento
despu�s de venirse varias veces.
-Ay! Que cosa mas buena! Este perro es una maravilla! -Te
gusto? -Que que? No me has visto? -Pues cogiendo es todav�a mejor -Mejor? No
puede ser... -Cr�eme -Tengo que probar eso. Dime como lo hago! -Ven, ponte de
rodillas y ap�yate en el sill�n.
Ella lo hizo y Toby, que la ten�a, por supuesto, dura como un
palo, se fue hacia ella di-rec-ti-to. Se le subi� encima de un salto y la agarro
como siempre hac�a conmigo. Con la pr�ctica que ten�a ya de follarme a mi, le
encontr� el agujero a Ana enseguida. Cuando empez� a presionar, ella solt� un
peque�o grito:
-Aydiosmio! Aydiosmio! Me la va a meter! Aydiosssmmmmmmmm!
No pudo seguir hablando. Toby se la estaba metiendo bien
rico. Yo me hab�a sentado en el suelo y me agach� para ver como lo hac�a, ya que
nunca lo hab�a visto desde aquel �ngulo, claro. Vi como su polla tiesa entraba
en el sexo de Ana, separando los labios de su vulva a medida que la penetraba.
Aquella visi�n me puso aun mas cachonda de lo que estaba. Con su t�pico �ltimo
empuj�n, Toby se la meti� completa. Ana no dejaba de hablar mientras tanto:
-Mmmh, que rico! Mmmmh, que gusto! Que polla mas buena!
Toby, como le hab�a ense�ado, se quedo quieto una vez que la
tuvo toda dentro. Yo espere un momento y luego le di la orden:
-F�llala, Toby, f�llala!
Cuando Toby empez� a culearla con su tremenda potencia, ella
ya no pudo seguir hablando, solo pod�a gritar de gusto a cada enclavada. Yo,
mientras tanto, me hab�a quitado tambi�n los pantalones y los pantis y me estaba
masturbando bien rico, sin poderme contener, all� al lado de ella. Miraba como
Toby se la follaba con una mezcla de excitaci�n. y celos. Celos de ver a mi
macho cogi�ndose otra hembra. Nunca pens� que sentir�a celos del perro, pero
nuestra relaci�n era muy profunda y yo lo sent�a como mi macho, mi semental,
solo para mi... Por otro lado, ver gozar a Ana de aquella manera (y yo sab�a
bien como estaba gozando) me pon�a calent�sima. Al poco rato, igual que yo, Ana
se vino con un largo grito de placer. Tambi�n igual que yo, se corri� varias
veces m�s, hasta que Toby la reg� toda por dentro con su potente corrida. Yo me
vine tambi�n mir�ndolos gozar a ellos...
Quedamos los tres agotados, respirando agitadamente, sobre
todo Ana. Toby se la saco y ella se dejo caer al suelo sin poderse sostener. Me
sent� a su lado y le dije:
-Viste? Es mejor o no? -AYDIOSMIO! Es tremendo! Que gustazo!
Y tu cuanto tiempo llevas disfrutando de esto sin cont�rmelo? -Bueno, en
realidad desde que me lo hizo la primera vez, ya no he podido parar. Llevo como
a�o y medio haci�ndolo casi a diario. Pero no me atrev�a a cont�rtelo. Como iba
a saber que te iba a gustar? -Ay, hija... si yo tuviera esto en casa, no saldr�a
para nada...
Yo sonre� porque la entend�a muy bien. Ella vio que estaba
medio desnuda y me dijo:
-Que? Te lo hiciste mir�ndonos eh? -Ay hija, es que me puse
muy caliente, no pude evitarlo. Pero solo me vine una vez, no como tu. -Pues
dale, dile que te lo haga. Puede hacerlo as� seguido? -S� que puede, s�. No es
como los hombres. -Pues venga, dale. No te quedes con las ganas...
Me convenci�, aunque, sin saber porque, me daba un poco de
corte hacerlo delante de ella. Pero las ganas pod�an mas. Le cog� el miembro a
Toby y empec� a masaje�rselo para que se le endureciera de nuevo. Al poco rato
la ten�a dura otra vez. Era incre�ble!. Me puse en cuatro y le dije:
-Toby, ven bonito, dame gustito anda!
El se acerco por detr�s y me monto como siempre. Sent� la
familiar sensaci�n de su polla entrando en m�, y no pude evitar un "Co�o, Toby,
que riiico!". Se quedo quieto, esperando mi orden, pero yo no estaba para perder
tiempo:
-F�llame, Toby, f�llame bien duro!
Y el cumpli� como buen semental. Me dio una enculada
tremenda. Quiz� por lo excitada que yo estaba de saber que Ana nos estaba
mirando, no se, el caso es que sent�a que me la met�a m�s fuerte, m�s adentro y
que me sent�a m�s su perra que nunca antes. Mientras me cog�a, yo miraba a Ana,
sentada a mi lado. No s� cuantas veces me corr�, hasta que sent� la delicia de
su eyaculaci�n inund�ndome las entra�as y, como siempre, rebosando por mi vagina
y chorreando por mis muslos.
Cuando se separo de m�, me sub� al sill�n como pude, y me
quede all� recuperando el aliento. Ana estaba a mi lado, todav�a desnuda.
-Hija, que cosa! C�mo te viniste. Es tremendo tu perro...
-Uf, si, es delicioso. Te lo dije. -Y... este... te importa si de vez en
cuando... yo... trato de nuevo? -No mujer, trata cuando quieras. Veras que nunca
te decepciona. -Nunca hab�a visto a otra persona chingando... Me gusto ver como
lo hac�ais. Es ch�vere. -Si, a mi tambi�n me gusto mirar como te lo hacia a ti.
Yo note algo raro en su tono de voz, pero no pens� mucho en
ello. Estuvimos las dos all� tiradas un rato descansando, y luego nos fuimos a
ba�ar y salimos a comer.
Continuar�...
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