Relato: Mi comadre



Relato: Mi comadre

A mi comadre no se por que razones la dej� mi compadre, a
qui�n nunca volvimos a ver, pero eso es lo de menos, pues yo saque mucho partido
de que se haya marchado.


Desde que conoc� me gusto muchsimo, pues tiene una cara de
chica de 15 a�os, pero en ese entonces andaba en los 27. Es bajita, mide 1.55,
pero aqu� viene lo que me calienta de ella: tiene una tetas que desbordan su
sost�n, pues se le nota como se cortan y no le caben dentro. Sus piernas son
bien torneadas, con algo de bello de la rodilla para abajo, pero igualmente
fuertes y firmes como sus senos. Las nalgas las tiene de ensue�o, pues como dije
es bajita de estatura, las tiene bien paradas, amplias y carnosas. Los mejicanos
y centroamericanos saben de lo que les hablo. Cuando se inclina, se le forma un
coraz�n que casi revienta su falda o vestido, pues para mi fortuna nunca usa
pantal�n ni medias. Antes usaba panties como de abuela, pero desde que
comenzamos a coger, se compra bikinis, que al inclinarse se hunde la parte
trasera y se pierde entre los cachetes de las nalgas. Casi siempre usa sandalias
y tiene unos pies que invitan y dicen b�samelos.


Al grano: una ocasi�n en que pase a visitar a mi ahijado,
encontr� a mi comadre un poco triste y acongojada, as� que desde ese momento se
me ocurri� llevarla a la cama y cojermela como perra, pues ya dije que siempre
me gust� y me calentaba cada que la ve�a. Adem�s ese d�a tenia una faldita negra
no muy corta, pero se sent� frente a m� y se le subi� un poco, lo suficiente
para verle los calzones blancos. Se coloc� las manos en medio de las piernas
para tapar dicho rinc�n, pero a mi se me figur� que me dec�a "mira lo que dej�
tu compadre". En la parte de arriba tenia una blusa gris de algod�n que se ce��a
a su escultural torso y como ten�a los brazos juntos cada que respiraba sus
tetas se mov�an excit�ndome el pito.


No pude m�s y me le acerqu�; ella estaba sentada en un sill�n
individual as� que me sent� en el descansa brazos y comenc� a hablarle y decirle
que ella era muy bonita y que pose�a un cuerpo extraordinario, que me encantaba
y que la hab�a so�ado hace poco. Primero se puso nerviosa, pero not� su
calentamiento, luego me dijo que su comadre le daba pena (mi esposa), pero le
dije que en ese momento solo est�bamos ella y yo, as� que me fui a besar sus
carnosos labios pero al acercarme se volteo y no me acepto, estaba a punto de
irme, pero volv� a embestir y le bes� el cabello, las orejas y ella se
estremec�a a la vez que se bajaba huyendo de mis besos, pero oh! Sorpresa, esa
acci�n hizo que se le subiera la falda y sus piernas se abrieron un poco, yo me
puse a mil y ya tenia la verga bien parada as� que puse mi mano derecha en sus
piernas y en ese instante subi� la cara, esa cara de ni�a que me ped�a la
poseyera. Me incline y ahora si me ofreci� su boca que bese con avidez. Puse mi
mano en su entrepierna que estaba caliente y mojada. Le restregu� mi mano sobre
sus calzones y ella abr�a las piernas, me besaba introduci�ndome su lengua que
me absorb�a, pero de reojo yo ve�a mi propio espect�culo: sus piernotas abiertas
ya sin zapatos y la falda hasta la cintura.


En un momento me baje el ziper y le ofrec� mi verga que ten�a
a la altura de su cara; chup� con calentura extrema, pues como ya ten�a tiempo
sola, vaya que tenia hambre de hombre, incluso me lastim� un poco, pero luego
fue calm�ndose y mamando con calma, pues sab�a que desde ese momento ya ten�a un
miembro para ella. Yo sub� su blusa y deje al descubierto las tetas mas redondas
que he visto, pase una mano por atr�s y le desabroche el sost�n as� que se le
liberaron esas toronjas de un tama�o tal que no las abarcaban mis manos. Sus
pezones de un rosa intenso, casi rojos estaban parados y duros como rocas,
brillaban un poco porque estaba sudando y entre sus tetas se percib�a sudor. Yo
me incline sobre esos manjares y los chupe con delicadeza pero a la vez le daba
mamadas fuertes que hac�an que mi comadre se retorciera de placer, porque al
mismo tiempo mi mano ya estaba bajando sus panties acariciando esa mara�a de
pelos mojados y olorosos. Volv� a juntarle las piernas para sacarle los calzones
a lo que ella ayudo con la mano izquierda, pues con la derecha se aferraba de mi
verga que segu�a engullendo y dando leng�etazos y mamadas. Yo ya no pod�a de
calentura y sent� que me ven�a en su boca, pero hice acopio de fuerzas y me baje
a su co�o que lat�a al ritmo de su coraz�n.


Mi comadre se acomodo en su sill�n donde se convirti� en mi
reina y yo en su lacayo; abri� las piernas hasta donde pudo y yo contemple un
co�o lleno de pelos brillantes por sus jugos, ya que como no se depila, los
tiene largos y abundantes; sus labios superiores son de un negro mate y los
inferiores as� como su hendidura son rosa intenso que con la cantidad de jugos
que emana hace que ese co�o brille y huela delicioso. Yo me arrodille y comenc�
a mamar ese agujero de miel, yo ten�a mis manos en sus descomunales tetas
amas�ndolas y manose�ndolas, pero tuve que bajarlas a las piernas, pues mi
comadre se mov�a tanto que no atinaba a mamarle bien esa conchita. Levante sus
pies y los apoye sobre el borde del sill�n y abrace sus piernas ahora
flexionadas para ahora si darme un banquete; comenc� a meterle mi lengua y
separar sus labios, y no nos hicimos esperar, pues las ansias de los dos eran
muchas as� que me fui a su botoncito que es de un tama�o enorme, debe medir un
cent�metro. Lo aprisione entre mis labios y lo mame con delicadeza, pero ya era
imposible contener los espasmos de mi comadrita, sin embargo se aguanto lo que
mas pudo y yo lam�a, chupaba, succionaba y beb�a el hermoso co�o, hasta que
sent� su corrida de donde brotaba un r�o de l�quido espeso y salado, su olor me
excitaba mas y mas. Entonces me incorpore y la levante de su sill�n de placer,
la voltee, ella supo que hacer: se apoyo con sus manos en el asiento y me puso
sus nalgas abiertas e incitantes a ser penetrada como una perra en brama, separo
esas lindas piernas que tiene y vi su ojete que coronaba en esa posici�n a un
co�o ya profanado por mi boca, yo baje mi pantal�n y ya con la verga bien
suelta, la penetre de un solo golpe, sin esfuerzos pues mas que h�meda, estaba
escurriendo, ella se bajo mas al apoyarse sobre sus codos y eso hizo que se le
abrieran aun mas las nalgas y yo sintiera que llegaba hasta su coraz�n, mi
comadre jadeaba y se retorc�a como si se fuera a morir, se notaba su cara
caliente y saciada por estar poni�ndome su culo blanco yo no pude mas y me
aferre a su cintura y bombeaba su agujero con fuerza y pasi�n mir�ndola ah�
inclinada recibiendo mi pene; ve�a su cabello c�mo se mov�a al ritmo de la
cogida que le proporcionaba; sin poder contenerme mas, le descargu� toda mi
leche que sali� a chorros, la empuje tan fuerte que su cuello estaba torcido
contra el respaldo del sill�n y la lastime un poco; mis piernas estaban fundidas
a las de ella que sent�a carnosas y firmes. Nos incorporamos y ella me limpio la
verga con un pa�uelo deshechable y la beso con ternura cerrando los ojos con su
boca de chiquilla, me sub� mi pantal�n y ella alcanz� sus panties, se los coloco
y se bajo la falda, se acomodo el sost�n y se volteo al momento que me dec�a:
"abr�chamelo" pero con mis espasmos, y la calentura del momento, me dol�an los
huevos y hasta el alma �casi no me pod�a mover!, me acerque y le abroche el
sost�n que hac�a esfuerzos por no ceder a tan descomunales tetas con sus pezones
aun parados pero ya suaves.


Mi comadrita se sent� y pense que se pondr�a a decir que
hab�amos hecho mal, que se arrepent�a, que se sent�a sucia, etc. Sin embargo me
dijo: "te gusto?" con su cara de chica ardiente que quedo insatisfecha, y yo le
conteste que me hab�a encantado, pero que por lo calientes que nos pusimos tan
r�pido, solo la hab�a penetrado dos minutos, a lo que ella contesto: "me haz
hecho sentir mujer de una forma maravillosa, solo av�same cuando vengas que te
esperar� dispuesta a todo"


As� que ah� comenz� una aventura que hasta ahora no se donde
parar�, pero ya les redactar� mis correr�as que al d�a de hoy, llevamos tres
encuentros, nunca nos desnudamos por completo, pues tenemos que aprovechar el
tiempo que tenemos y adem�s hemos descubierto que eso nos calienta mas.


Esto es ver�dico. Escr�banme si interesa:
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