(Continuaci�n del relato "Violada(1)"
Estaba sola en ese s�tano, completamente desnuda sobre la
silla de ginec�logo, con los muslos chorreando semen y la boca reseca, y lo peor
de todo, ten�a los pezones pinzados y el dolor empezaba a hacer mella en mi
cansado cuerpo. As� que, aunque todav�a temblaba de miedo, no pude evitar
quedarme dormida.
Despert� al o�r las ya conocidas voces de mis secuestradores.
La puerta se abri� y aparecieron ellos desnudos, esta vez tra�an unas cuerdas
acolchadas. To�o fue el primero que se acerc� a mi, me quit� las pinzas y bajo
sus labios hacia mis pezones chup�ndolos fuertemente.
-�Qu� tal zorrita, nos has echado de menos?- dijo el viejo
reflejando en su voz el exceso de alcohol que llevaba en su cuerpo- Yo a ti s�,
mira lo dura que tengo la polla, no he dejado de pensar en como iba a probar ese
co�o durante todo este tiempo.
Mientras hablaba se agarr� su pene con las manos
mostr�ndomelo todo empalmado de nuevo.
Sus manos comenzaron a acariciar mis muslos ascendiendo hasta
mi sexo, me meti� un dedo, luego otro y otro, hasta cuatro, los met�a y los
sacaba, pasaba la mano desde mi cl�toris hasta mi ano, prepar�ndome con mis
propios jugos. Yo, con todas esas caricias y teniendo en cuenta lo bien que
estaba trabajando mis tetas el otro hombre, empec� a excitarme a pesar de la
verg�enza y humillaci�n que estaba sufriendo.
Los dedos de Esteban pronto dieron paso a su polla. Me la
clav� hasta el fondo con un golpe seco, esta vez ya no sent� dolor, pues estaba
h�meda. El muy cabr�n empez� a bombear lentamente, gozando con cada embestida,
debido al grosor de su pene jurar�a que hasta sent� entre mi vagina cada una de
las venas que lo rodeaban. La cara del viejo era una m�scara de la m�s absoluta
lujuria.
-��Joder zorra, como me pones!!. ��Venga To�o ch�pale bien
las tetas que parece que le est� gustando!! Se nota que esta t�a ha nacido para
recibir pollas.
La lengua de To�o empez� a ascender por mi cuello, me mordi�
el l�bulo de la oreja mientras me susurraba: "Pero que pedazo de guarra estas
hecha, sigue as� putita y ver�s lo bien que te vamos a tratar". Sus manazas
tomaron mis dos tetas y las amasaron con firmeza, con sus dedos pellizc�ndome
los pezones.
Esteban sac� su polla de mi co�o llena de mis jugos, restreg�
su glande por mi cl�toris y por mis labios vaginales hasta llegar a mi ano.
Intento meterme la punta, yo me puse tensa, era virgen por ese agujero y nunca
quise probar el sexo anal, me daba miedo el dolor que me pod�a producir, y m�s
con un pene de ese grosor.
-Anda To�o deja de sobarle las tetas y ay�dame a preparar el
culito de esta puta.
-Espera, dame un segundo, voy arriba a por algo que ayude.
-����Por favor!!- solloc� mientras ve�a como el m�s joven
sal�a del s�tano- no me la meta por el culo, no creo que pueda soportarlo. Har�
todo lo que me pidan, ���pero eso no!!!
-Mira zorra, estoy harto de ver a ni�atas como tu que temen
que les claven la polla por el culo y luego disfrutan como nunca. Te la voy a
clavar lo mismo que he hecho con tu co�o. Depende de ti el que te duela o el que
te corras del gusto. Rel�jate, ser� mejor para ti.
To�o vino con un bote de vaselina, unt� una buena cantidad en
su mano y empez� a meterme varios dedos por mi estrecho ano para conseguir
dilatarlo. Esteban con una mano se masturbaba mientras con la otra acariciaba mi
co�o.
As� estuvieron unos minutos, yo me iba relajando poco a poco.
Ten�a asumido que esto no hac�a mas que empezar y que era mejor seguir el
consejo del viejo. As� que simplemente me deje llevar, dej� que mi cuerpo tomara
las riendas y empec� a gemir.
-Muy bien zorrita, quiero o�r tus gemidos. No hay cosa que
mas me guste que encular a una perra en celo.
Cuando consideraron que mi esf�nter estaba lo suficientemente
dilatado, To�o se apart� y volvi� a colocarse cerca de mi cara y Esteban empez�
a met�rmela. Los primeros cent�metros costaron un poco, pero una vez metido el
glande el resto entro con facilidad. Not� dolor, pero pude soportarlo. Cuando ya
me la ten�a completamente clavada empez� a bombear con un ritmo m�s r�pido y
profundo.
Mis gemidos se hicieron m�s fuertes y To�o me desat� los
brazos, ten�a las mu�ecas entumecidas, me las frot� con las manos hasta que la
sangre volvi� a circular entre ellas. Tom� la polla de To�o con mi mano derecha
y me la met� en la boca mientras con la izquierda le masajeaba los huevos. Mi
lengua y mi mano iban acompasadas, mi mano bajaba hasta su base y detr�s iba mi
lengua, me la met�a en la boca, succionaba, trazaba la l�nea de sus venas con
mis labios, me deten�a en el glande y lo besaba, as� una y otra vez.
Esteban segu�a encul�ndome, la met�a y sacaba constantemente,
pero se ve�a que al viejo le gustaba jugar y not� como empez� a met�rmela de
nuevo en el co�o. As� empez� un mete saca co�o-ano que hizo que mi orgasmo
llegar� inmediatamente. Me corr� como nunca antes lo hab�a echo, mi cuerpo
tembl� ante el placer que sent�a. Nunca me hab�an follado de esa manera.
-Muy bien puta, lo est�s haciendo muy bien.
El primero en correrse fue To�o, me pill� en uno de los
momentos en que ten�a su polla fuera de la boca, as� que me lleno de semen toda
la cara y el pelo, pues fue una eyaculaci�n tremenda, tom� mi cara entre sus
manos y recogi� el semen esparcido para luego restreg�rmelo por las tetas, yo
chupe su mano, me met� sus dedos en mi boca y despu�s le limpi� el pene.
Se comprende que la visi�n de To�o corri�ndose en mi cara
hizo que Esteban se excitase as� que cuando estaba a punto de eyacular sac� su
polla de mi culo y se corri� en todo mi co�o y vientre. L�gicamente, tambi�n
tuve que limpiarle la polla con mi boca.
Despu�s de aquel polvazo, me soltaron las piernas y me
dejaron bajar de la silla de ginec�logo. Me llevaron a la cama y nos tumbamos
los tres par descansar un rato. No dijimos ni una sola palabra, tan s�lo
esperamos a que nuestras respiraciones se tranquilizasen.
Al cabo de uno minutos vi como To�o se levantaba e iba hasta
el rinc�n donde hab�a dejado las cuerdas. Yo ya ni pensaba siquiera, era una
marioneta en manos de estos dos hombres y dejar�a que me hiciesen lo que
quisieran.
En el techo hab�an enganchadas tres argollas, To�o pas� las
cuerdas entres ellas y qued� con la forma de una especie de columpio. Con los
ojos le hizo una se�al a Esteban, y �ste, todav�a tumbado a mi lado me dio un
fuerte azote en el culo y me dijo:
-Ven putita, vamos a seguir jugando.
Yo me levant� como una aut�mata y me acerqu� a la zona del
columpio. Primero me ataron las manos y me dejaron suspendida de puntillas,
luego pasaron una cuerda entre cada uno de mis muslos, cuidando que la parte
acolchada sujetara todo mi peso, y me subieron, dej�ndome con las piernas bien
abiertas y mis dos agujeros a la altura de sus pollas.
To�o se coloc� detr�s de m� y me empez� a sobar las tetas de
nuevo. Las amas�, pellizc� mis pezones y empez� a estirarlos. Esteban fue a por
las pinzas, me acarici� el co�o y me las coloc� en ambos pezones, pero esta vez
las pinzas llevaban una cadena que pasaron por detr�s de mi cuello de manera que
mis pezones quedaran en todo momento estirados. Eso me produjo bastante dolor,
pero a la vez me excit� y empec� a mojarme de nuevo.
Los dos empezaron a pajearse para volver a tener sus penes
duros, y cuando lo consiguieron fui por primera vez en mi vida doblemente
penetrada. La posici�n de las cuerdas proporcionaba bastante movilidad, me
sosten�an a su antojo mientras me iban perforando el co�o y el culo. Cada uno
iba a su ritmo y yo no pod�a parar de gemir, realmente me estaba gustando. No
paraban de decirme groser�as al o�do: "Puta". "Zorra", "Vaya
co�o que tienes", "�Te gusta como te meto la polla?" o "No voy a
parar hasta que te taladre". Perd� la cuenta del n�mero de veces que me
corr�. En el �ltimo de los orgasmos ya casi no tenia fuerzas ni para gemir.
Se corrieron casi al mismo tiempo, llenado mis agujeros con
su leche, dej�ndome sucia y humillada, pero a pesar de todo eso, goce como una
perra.
Despu�s volvimos a descansar y ya en la cama me follaron de
nuevo una y otra vez, una y otra vez. Al amanecer, me sacaron del s�tano, me
duch� y me vest�, cuando sal� del ba�o me estaban esperando, me vendaron los
ojos, me subieron a un coche y me dejaron en el mismo punto del parque donde me
secuestraron. Despu�s se fueron sin decir una sola palabra.
Cuando llegu� a casa completamente conmocionada, encontr� en
el felpudo de la puerta un sobre, lo abr� y le� la nota que en �l hab�a: "Hemos
gozado contigo como con ninguna otra, has sido la mejor puta que hemos tenido y
sabemos que a ti tambi�n te ha gustado. Si quieres repetir, te esperamos en el
parque el martes que viene. To�o y Esteban".
Por supuesto que repet�, pero eso ya es otra historia.
(Espero que os haya gustado el final de mi relato, cualquier
comentario envi�rmelo a mi email)