Relato: Fantasias que se cumplen... y se dejan llevar (13)





Relato: Fantasias que se cumplen... y se dejan llevar (13)

Me recog� la piernas desnudas con la mano izquierda dejando
caer el peso de mi espalda sobre el coj�n morado del sof� de casa de Teresa.
Alberto, aquel chico tan femenino de veintitr�s a�os que Teresa me hab�a hablado
en el viaje de ida a la playa me miraba nervioso y por momentos de reojo,
creyendo que yo no me dar�a cuenta. El sol rojizo iluminaba parte del sal�n de
la casa permitiendo distinguir en esa penumbra las motas de polvo que flotaban a
contraluz. El sonido del mar rompiendo contra el puerto llegaba mezclado con
gritos de ni�os, coches pasando por la calle y gaviotas extasiadas de comer el
pescado que los barcos peque�os descargaban.



Cog� el paquete de tabaco de la mesa del centro y le ofrec�
un cigarro a Alberto, que me dijo que no con el dedo. Yo me encend� uno y
respir� hondo peinando hacia atr�s mi pelo largo tan rizado y rubio con la otra
mano. Me quit� una mota de polvo de mi camiseta y me rasqu� la rodilla derecha
de mis piernas desnudas. Dej� el mechero encima del paquete de tabaco en la
mesa.




- Entonces no te aburres aqu� en la playa...



El torci� su cabeza mir�ndome con una sonrisa forzada.




- No... que va...



El calentador de gas de la ducha emiti� una chispa al
encender mi hermana y Teresa el agua caliente. Las dos se estaban preparando
para nuestra primera noche en la playa, y Sonia estaba cambi�ndose en nuestro
cuarto. Nos ten�amos que poner como nunca de guapas para disfrutar de los
�ltimos d�as del verano.




- �Vendr�n tus colegas esta noche con nosotras?



Pregunt� tras soltar el humo. Se notaba que Alberto estaba
tenso, y en m�s de una ocasi�n hab�a intentado cambiar de opini�n sobre lo de
salir aquella noche con nosotras.




- Ehhh... no... no pueden....




- Bueno, vamos a estar aqu� por lo menos 3 d�as m�s...



El me mir� inc�modo. Sab�a por lo que me hab�a dicho Teresa
que Alberto no ten�a amigos y que era un chico bastante solitario. Pero lo m�s
importante, Teresa y su novio Paco sospechaban que cuando se quedaba a solas se
pon�a ropa de chica. Estaba excitad�sima de verme en el otro lado, intentando
que aquel chico se decidiera a hacer lo que el cuerpo le ped�a, convertirse en
una mujer como mi hermana me hab�a convertido a mi. Di otra calada larga al
cigarro mir�ndome orgullosa mis u�as negras cada vez m�s largas pensando como
conseguir�a que aquel chico se convirtiera en toda una mujer.




- Teresa me dijo que te vas a la capital a estudiar en cuanto
acabe el verano �verdad?



El asinti� varias veces.



La conversaci�n no llegaba a ning�n lado �til, as� que al
final me levant� apoyando mis manos en sus piernas. El se quedo unos segundos
mirando mis dedos y despu�s volvi� a la televisi�n. Sonre� contoneando mi culo
en un acto reflejo hasta nuestro cuarto. La verdad es que ya se me hab�a
olvidado andar como un t�o, por la falta de costumbre, y ya colocaba mi cuerpo
como una aut�ntica mujer sin tener que pensarlo. "Quiz�s demasiado, t�a, que
pareces una puta de cuidado", me dec�a mi hermana siempre. Al entrar en el
cuarto Sonia estaba ya cambiada, maquill�ndose delante de un espejo que llevaba
incrustado por dentro su maleta roja. Se hab�a puesto una falda blanca muy
entallada por encima de las rodillas y abierta por un lado. Era muy parecida a
una verde que tenia yo, pero un poco mas estrecha y con un dibujo rojo tatuado
en uno de los lados. Una camisa roja tambi�n muy apretada de manga corta, sus
botas marrones de tac�n cuadrado y los pendientes de aro grandes y plateados
completaban su cuerpo estilizado. Su pelo se divid�a en dos coletas largas y
rubias a cada lado de la cara. Estaba alucinante. Me acerqu� a ella y le toqu�
la espalda mientras se pintaba de rojo los labios.




- �Como va?



Me dijo sin abrir casi la boca poni�ndose el pintalabios.




- Bien... es s�per t�mido, t�a... pero yo creo que esta noche
estar� con nosotras saltando en la pista como una mas...



Sonia se parti� de risa.




- Tengo unas ganas de marcha que te cagas... as� que date
prisa...



Busqu� el cenicero por la habitaci�n y apagu� el cigarro.
Sonia se levant� y me cogi� fuerte de la cintura. Nos besamos de forma larga y
pausada, sintiendo nuestras lenguas cruzarse en el camino. Me toc� el culo y me
introdujo su mano por dentro de mi braguita. Me llev� su dedo hasta el culo y
all� comenz� a tocarme el agujero que yo ya ten�a bastante dilatado del uso
continuo. Cerr� los ojos acariciando mi pelo rubio y rizado con la otra mano.
Sonia era como un sue�o para mi, aparte de ser mi amiga, confidente, adem�s
sab�a como ponerme caliente con solo mirarme. Ella sac� el dedo de entre mis
nalgas, se lo moj� de saliva y r�pidamente me lo volvi� a meter por detr�s. Yo
gem� levemente al notar su u�a dentro de mi culo. Su imagen de antes con el
consolador agarrado al arn�s de su cintura me puso s�per caliente. Me baj� las
braguitas hipnotizado de nuevo por sentirme su mujer y le mostr� todo mi culo
apoyando mis manos en la cama. La excitaci�n de Sonia mezclada a la idea de que
iba a pervertir a Alberto hasta el punto de convertirla en una putita me hizo
temblar de gusto. Sonia con la otra mano comenz� a hacerme una paja r�pida, pero
la dije que parara. Aunque quer�a que ella se volviera a poner aquel cintur�n
con la polla de pl�stico y que me hiciera sentir mujer de nuevo, no pod�a
hacerlo hasta que Alberto sufriera el cambio.




- T�a... ahora no... esta... esta noche...



me costaba decir que no, pero no quer�a que Alberto nos
escuchara antes de tiempo. Sonia me mir� limpi�ndose el dedo con un rollo de
papel higi�nico que estaba en medio de la mesa, junto a su maleta.




- Joder... bueno, como quieras...



La di un beso intentando que el hinchaz�n de mi polla bajara
lo suficiente para que volviera a caber entre mis muslos y que Alberto no lo
supiera hasta cuando lo ten�a planeado.




- Vale, pues vete al sal�n... y dile a Alberto que quiero
ense�arle una cosa aqu�... �vale?.



Dije cogiendo la falda verde. Sonia subi� sus cejas y asinti�
encendiendo un cigarrillo. Si consegu�amos que Alberto entrara en nuestra
habitaci�n saldr�a de all� hecha una mujercita seguro.




- Eres una puta, t�a...



Me dijo Sonia con la mano en el pomo para salir.




- No... la putita esta noche ser� ese chico, ya ver�s...la
mas puta de toda la disco...



Sonia abri� la puerta ri�ndose por lo bajo. Antes de cerrar
me mir� de arriba a abajo sonriendo.




- �Sabes que tu hermana me dijo eso mismo de ti cuando te
pillamos en el ba�o, t�a?... y acert�...



Cerr� la puerta despacio. Estaba excitad�simo al pensar que
podr�a humillar a ese chico como mi hermana me hizo a mi. En cuanto ella cerr�
la puerta busqu� el otro par de botas que mi hermana nunca se pon�a, unas negras
con mucha plataforma, un top blanco peque�o y un sujetador de los m�os rellenos.
Lo dej� todo encima de la cama para que fuera lo primero que viera Alberto al
entrar. Llamaron a la puerta.




- �Si?



Pregunte como si no supiera quien era.




- �Soy... Alberto... que tu amiga me ha dicho que...!



su voz aguda atraves� la puerta.




- �Entra!



Me sent� en la cama intentando disimular buscando algo en mi
malet�n de maquillaje.



El chico entr� mirando hac�a abajo al ver tanta ropa de chica
tirada por la cama. Estaba muy nervioso.




- Cierra la puerta, t�a...



El me mir� asustado cuando oy� lo de t�a, pero cerr� la
puerta. Su paquete se hab�a hecho m�s grande.




- �C�mo has dicho?



me pregunt�.




- Que cerraras la puerta...



El junt� las manos nervioso y despu�s se toc� el pelo. Busqu�
algo ficticio en la maleta.




- Te quer�a ense�ar unas fotos...



Me levant� y busqu� por otra maleta. El miraba todo lo que
sacaba de all� y el tono de su cara iba subiendo.




- Joder... menuda mierda... creo que las tengo en la otra
maleta, no te muevas �vale?... son cinco minutos...



Sal� de la habitaci�n y di varios pasos en el mismo sitio
cambiando la intensidad para hacerle creer que me hab�a ido al fondo del
pasillo. Cruzando los dedos para que aquel chico hiciera algo que yo en su lugar
habr�a hecho ya, me agach� y mir� por el ojo de la cerradura. Mi cara puso una
amplia sonrisa. Como me imaginaba, en cuanto hab�a salido de la habitaci�n
Alberto estaba tocando mi ropa, en especial la falda y las botas. Sin hacer
mucho ruido me fui hasta el pasillo y grit�:




- Ahora mismo voy... tengo que bajar al coche a buscarlas...
�Alberto, tardo diez minutos como mucho, no tengo llaves de abajo as� que �breme
cuando llame! �Teresa y Bel�n se ha ido...! �Te dejo solo en casa!



Abr� la puerta de la calle y la cerr�, obviamente sin salir.
Levant� a Sonia que estaba apurando el cigarro en el Sal�n poniendo a alguien un
mensaje en el m�vil y la lleve corriendo a la terraza. Mi hermana y Teresa
salieron del ba�o con una toalla tap�ndose las tetas y muy maquilladas. Me
miraron extra�adas desde el fondo del pasillo, y yo me puse el dedo �ndice en la
mitad de la boca para que no dijeran nada. Se�ale nuestro cuarto y gui�e un ojo
a Teresa, que se agach� para mirar por la cerradura. Salieron las dos corriendo
y entraron en el ba�o de nuevo haci�ndome gestos de que Alberto iba a salir.




- Sonia... shhhh....



La dije en la terraza.



Alberto hab�a sacado la cabeza al pasillo.




- �Hay alguien?



Ninguna contestamos.



El volvi� a meter la cabeza en el cuarto y cerro la puerta.
Teresa y mi hermana salieron tap�ndose la boca de la risa de puntillas con las
toallas agarradas a la altura de los pechos. Teresa se agach� hasta la
cerradura. En cuanto su ojo se acerc� al agujero me hizo un gesto violento con
la mano para que fuera corriendo a su lado. Me acerqu� tambi�n de puntillas y
Teresa se retir� para que mirara. Alberto estaba cogiendo nuestra ropa. Un ruido
en la terraza hizo que �l tirara la falda verde al suelo nervioso mirando hac�a
la puerta. Nos quedamos muy quietas mirando tambi�n al fondo del pasillo, por
donde Sonia apareci� juntando sus manos en se�al de pedir perd�n con el movil en
la mano.




- Gilipollas.



La deletre� vocalizando sin emitir ning�n ruido.



Ella subi� y baj� los hombros desapareciendo. Por mucho que
estuviera colado por Sonia a veces era tan ni�ata que daban ganas de partirla la
cara para que espabilara. Volv� a mirar por el agujero de la cerradura. Alberto
hab�a recogido la falda y estaba buscando algo con la mirada. Cogi� el top
blanco y lo mir� por detr�s, como buscando la talla. De repente me sent� un poco
cabrona por lo que est�bamos haciendo, pero por otro lado era s�per excitante.
Era como si yo fuera mi hermana y Alberto yo misma en casa de nuestros padres...
Mi hermana se me acerc� al o�do ley�ndome la mente y me susurr� muy suave:




- Esto me suena de algo �verdad, t�a?...



Yo la di un codazo no muy fuerte para que no se descubriera
todo el maravilloso pastel que est�bamos viviendo. Me sent�a realmente una hija
de puta... pero me estaba divirtiendo como nunca.



Sonre� cuando Alberto descubri� mi sujetador con relleno, y
a�n m�s cuando se lo puso encima de la camiseta roja que llevaba. Se mir� varias
veces en el espejo de Sonia hasta que por fin se decidi� a quitarse la camiseta.
Su abdomen no ten�a un maldito pelo, y adem�s no parec�a hab�rselos depilados...
iba a ser una chica guap�sima, me dije. Record� como me sent�a yo al hacer
aquello con la ropa de mi hermana y casi me corro de gusto. Era la excitaci�n de
saber que en cualquier momento te pod�an pillar... y a�n as� lo hac�a con mi
polla tiesa. Mi hermana me dio un golpe en la cabeza para que dejara de moverme.
Entend�a tan bien a aquel chico que tuve ganas de entrar ya y decirle que no
hab�a nada malo en lo que estaba haciendo y que viviera la vida como le diera la
gana. Pero por culpa de mi hermana, que adem�s de convertirme en mujer, me hab�a
convertido en una zorra cre�da, y en ese momento estaba disfrutando como una
loca de hacerle aquella putada al chico.



Alberto se hab�a puesto el top sobre mi sujetador con
relleno, y se tocaba los pechos como si fueran de verdad delante del espejo. La
verdad es que le quedaban de puta madre... tenia que aprender a colocarlos de
forma mas real, pero eso era solo cuesti�n de tiempo. Teresa me mir� asintiendo
y abriendo los ojos, en lo que entend� que entr�ramos ya, pero la dije que
esperara. La deje mirar un poco hasta que ella se puso de pie moviendo la mano
de arriba a abajo y tap�ndose la boca con la otra para no re�rse. Alberto se
estaba haciendo una paja con los ojos cerrados.



Para nuestra desgracia el tel�fono de casa de Teresa comenz�
a sonar. Teresa dio dos saltos por el pasillo pero Sonia lo hab�a descolgado
justo antes tirando del cable. Al mirar por el agujero de nuevo Alberto estaba
parado mirando la puerta con las manos preparadas para quitarse mi ropa en un
segundo y con su pene fuera del pantal�n. Al ver que no pasaba nada volvi� a
contemplarse en el espejo. Tras varios segundos se quit� el pantal�n vaquero
mostrando unas finas piernas estilizadas, tambi�n sin pelos, lo que confirmaba
el hecho de que siempre habr�a gente que realmente nacer�a en el sexo
equivocado. Se puso unas braguitas negras y el�sticas de Sonia y despu�s meti�
su cadera en mi falda verde. Por �ltimo se puso las botas negras y de
plataforma. Estaba guap�sima, aunque le faltara el maquillaje, las formas de
andar y colocar sus hombros para parecer una mujer de verdad. Volv� a sonre�r
pensando la suerte que ten�a de tenernos all� mirando como hac�a eso. Embobada,
segu� mirando como quien se mira en un espejo antiguo, cuando not� la mano de mi
hermana que me apretaba el brazo.




- �Entramos o no?



Si entr�bamos as� a la vez le podr�amos crear un trauma al
chico, pens� en un alarde de inteligencia de los pocos que mi hermana me hab�a
dejado, porque ya me hab�a acostumbrado a ser un chica pija y caprichosa que
solo piensa en chicos, moda y cotilleos. Mi hermana y Teresa se metieron en el
ba�o y Sonia se volvi� a esconder en la terraza ri�ndose por lo bajo. �ramos
unas zorras de cuidado, pero merec�a la pena. Mientras Alberto se hacia una paja
r�pida, con una mano acariciando su culo en pompa debajo de la falda verde y la
otra agarrada a su miembro duro, abr� la puerta muy deprisa.



Alberto se quedo completamente quieto como un conejo en medio
de la carretera deslumbrado por un faro. No sab�a que hacer. Comenz� a ponerse
rojo de la verg�enza buscando algo con lo que taparse... como hice yo en su
momento delante de mi hermana y Sonia.




- Ehh... esto... no... no es...



Yo le mostr� la palma de mi mano para que se callara.




- Vaya, vaya...



Le dije cerrando la puerta con llave. El hizo adem�n de salir
por la puerta pero me interpuse en su camino. Se sent� con la mano en la cabeza.




- No... ehh...



No pod�a decir nada el pobre de los nervios. Yo sab�a lo que
era eso, y por un momento pens� en dejar que se fuera, pero justo en ese momento
sali� la Yolanda s�dica que ten�a dentro.




- Joder... No sab�a que fueras una ni�a tan mona...



Le dije riendo. El me mir� asustado y comenz� a quitarse las
botas. Me acerqu� y le cog� del hombro para que parara.




- No... ahora que estas tan guapa no te lo iras a quitar,
�verdad?



Solt� una carcajada. El me mir� con los ojos llenos de
lagrimas.




- Menuda sorpresa... �y Teresa sabe que en verdad eres una
ni�a tan guapa?



Me imagin� que yo tuve aquella cara mezcla de espanto y
excitaci�n, porque su paquete hab�a crecido una barbaridad, al igual que el m�o
al recordarlo, se�al inequ�voca de que aquella noche Alberto har�a su primera
salida como... habr�a que buscarle un nombre femenino... gracias a Dios que mi
hermanita era cojonuda para aquellas cosas. Comenc� a quitarme las bragas
mientras Alberto me miraba embobado. Las dej� encima de las maletas marrones de
mi hermana y poco a poco le fui ense�ando mi entrepierna. El abri� mucho los
ojos y despu�s me mir�.




- �Tu...?... �eres...?



Yo asent�.




- Si. Hace unos a�os me pas� algo parecido a ti...



sonre� record�ndolo.




- y ahora m�rame... as� vas estar tu a partir de esta
noche...



El estaba ya completamente ido. Eran muchas sensaciones para
solo dos minutos. Me miraba la polla embobado.




- T�cala si quieres... sigue funcionando... �y mis pechos?...
mira...



Me quit� el sujetador de relleno y la camisa se quedo plana,
pese a los peque�os bultos que las hormonas me estaban creando.




- �Ves?... pero a que tu cre�as que era una mujer... �verdad?




- Si.. ehh... pero...



Segu�a mirando mi pene y de vez en cuando miraba a la puerta.




- Vamos a hacer una cosa, y se que te mueres de ganas... Yo
te regalo lo que llevas puesto si...



Mir� para ambos lados. Su paquete estaba a punto de estallar.




- Si te vienes as� vestidita esta noche con nosotras de
marcha.



Una mancha comenz� a aparecerle en medio de las bragas de
Sonia.




- �Que me dices?... �Una noche de juerga como una amiga
nuestra mas?. Pero no ensucies las braguitas de Sonia, que se va enfadar...



Alberto se mir� la entrepierna y se dio cuenta de que ten�a
la polla fuera. Yo me sent� a su lado y le cog� el pene con mi mano.




- Nosotras te maquillamos, te cuidamos toda la noche y tu
disfrutas de algo que se que quieres desde hace much�simo, �vale?



Su cara era un poema. No sab�a que hacer, si salir corriendo
o meterse debajo de la cama.




- �Que problema ah�?




- No... no...




- Nadie te reconocer�... te lo digo por experiencia... ser�s
mi prima... mi primita que no puede hablar porque est� af�nica...




- �Af..? �Af�nica?




- Tienes que aprender a modular tu voz... si no queda muy
raro...



El cuello de Alberto era alargado y su nuez, como la m�a, era
completamente invisible. Comenc� a subir mi mano por su pene, toc�ndole la cara
con la otra.




- Eres una chica guap�sima... de verdad... tu d�jame que te
convierta en toda una mujer... �de acuerdo?



Alberto estaba teniendo un segundo orgasmo. Era el momento
perfecto para re�rnos un poco.




- �Teresa, ven un segundo!



Alberto mir� hac�a la puerta con gesto de p�nico. Teresa
entr� con unos pantalones negros muy ajustados con unas rayas blancas, unas
sandalias de mucho tac�n y un top cruzado de una tela reluciente amarilla muy
corto. Joder, pens�, yo quiero uno igual.




- Hola, Alberto...



Le dijo.



Alberto casi se desmaya. Comenz� a llorar como llor� yo
delante de mi hermana. Teresa se fue hasta �l y se arrodill�. Me mir� y yo negu�
con la cabeza.




- Va a ser la mas guapa de la noche...



El me mir� de reojo sec�ndose las l�grimas. Vi a mi hermana
que iba a entrar y la dije que no con la cabeza. Ella puso cara de disgusto,
pero por primera vez en su vida me hizo caso. La cabeza de Sonia apareci� por
detr�s de Bel�n sin parar de re�r. Yo abr� mis ojos enfadada y ellas
desaparecieron hac�a el sal�n. Teresa le estaba tocando el pelo a Alberto para
que se tranquilizara. La parte de mi que estaba disfrutando abri� la boca.




- Mira Alberto, si no te vienes con nosotras esta noche as�
vestidita se los diremos a todo el mundo.



Alberto puso cara de espanto.




- No... no la hagas caso... no se lo diremos a nadie.



Dijo Teresa sonriendo.




- Son las nueve. A las diez nos vamos todas, �de acuerdo?



Comenc� a tocarle el paquete con mis u�as. Estaba muy duro.
Me encantaba el papel de educadora... casi tanto como mi hermana hab�a
disfrutado conmigo. Alberto pasaba su vista de mi a Teresa y de nuevo a m�. Mir�
mi mano tocando su paquete. Yo apret� un poco y despacio lo introduje por dentro
de las bragas. Teresa se levant� dando un paso atr�s. No estaba acostumbrada a
nuestro desparpajo sexual. La vi sonre�r y se sent� encima del aparador de
enfrente a la cama encendi�ndose un cigarrillo. Alberto abri� la boca sudando.




- Vas a estar preciosa esta noche...



Susurr�...



Ten�a una cara preciosa, alargada y sus ojos negros eran una
pasada de profundos... adem�s, verle as� vestido con mi ropa por primera vez
tambi�n me calentaba mucho. Llev� mis labios hasta su paquete y le lam� el
paquete mientras le miraba.




- Eres una chica, Alberto... siempre lo has sido... �quieres
disfrutar como lo hace una mujer?...



El hab�a entrecerrado los ojos, pero asinti�. Estaba entrando
en la espiral sin fin y en ese momento podr�amos hacer con �l lo que
quisi�semos.




- Pero antes tienes que pasar la prueba...



Alberto me mir� cruzando las cejas. Yo me abr� de patas
ense�ando toda mi polla, menos grande y fuerte que antes por las pastillas de
hormonas pero todav�a duro y alargado.




- C�memela.



Alberto me mir�, despu�s mir� a Teresa que se r�a fumando el
cigarro.




- Venga... como una buena puta... dale... Con esa faldita que
llevas pareces una zorrita de cuidado... Sin miedo, t�a...



Le empuje la cabeza hasta mi entrepierna. Era como un pelele,
un trapo con el que jugar. Antes de llegar a mi polla el abri� la boca.




- Bien... empieza... suave...



Mi pene se introdujo en su boca chocando con los dientes.




- Despacio... hazlo despacito...



Le empuje del brazo hasta que se puso arrodillado en el suelo
delante de mi, con su cabeza entre mis piernas. Mi polla segu�a en su boca, que
comenzaba a coger ritmo.




- As�... bien... mas r�pido...



Su cabeza cogi� velocidad y me lam�a como si lo hubiera
estado haciendo toda su vida. Seguro que hab�a practicado con zanahorias, me
dije sonriendo para mi. Le cog� del pelo y le obligu� a que se la metiera
entera. El respondi� de inmediato.




- Bien... puta... eres toda una puta... �te gusta chupar
pollas, verdad?...



Teresa se re�a a carcajadas, y mi hermana entr� por la
puerta.




- Toma ya... Joder con Albertito...



Descargu� mi semen sin avisarle, y Alberto tuvo que parar
para no ahogarse. Escupi� varias veces sobre el suelo y despu�s se qued� parado
sin mirarnos. Mi hermana como siempre en esos casos fue la primera en hablar.




- Vamos a ver si yo me entero... �La zorra que esta en el
suelo es Alberto?...



Le mostr� la mano para que el la cogiera.




- Ven aqu�, anda... que yo ya tengo experiencia en esto... te
voy a dejar como deje a mi hermanito aquel d�a... a puntito para que luego te
desvirguen ese culito que tienes.



El dudo unos instantes quit�ndose el resto de mi semen de los
labios. Se levant� sin mirar a ninguna y le dio la mano a mi hermana. Los dos
salieron por la puerta hacia el ba�o. De espaldas Alberto parec�a casi una
mujer... si tirara los hombros hac�a atr�s para dejar que sus pechos salieran y
moviendo las caderas un poco mas estar�a de muerte. Estaba excitada como nunca
al ver un chico tan t�mido a punto de convertirse en toda una mujer como yo.




- Alberto... Ponte muy guapa, �vale?



Le dijo Teresa antes de salir. El mir� de reojo e intent�
andar con los tacones sin chocarse contra el pico de la cama. Cerraron la puerta
y Teresa se acerc� a m� d�ndome un cigarrillo.




- Joder... Pobrecillo...




- Jajajaj... de probrecillo nada, t�a, ya veras ma�ana el l�o
que va a tener cuando se despierte...




- �Lo tuyo fue as�?



Yo comenc� a buscar que me pondr�a para la noche. Estaba
s�per caliente y ten�a unas ganas horribles de llevar de la mano a Alberto por
ese nuevo mundo.




- Lo m�o fue... especial. Conf�a en mi hermana, Tere.



Rebusqu� por entre el mont�n de ropa que hab�a tirada en
medio de la cama algo realmente provocativo para ponerme bajo la atenta mirada
de Teresa. Esa noche seriamos las cinco chicas mas salvajes de la disco, y
Alberto disfrutar�a por primera vez de ser una amiga mas del grupo.



Bueno, de nuevo otra parte mas de la vida de Yolanda a
vuestra disposici�n. Gracias a todos aquellos que segu�s la historia y me
anim�is a seguir con ella. Si quer�is hacerme alg�n comentario sobre los relatos
o lo que se os pase por la cabeza, ya sab�is donde estoy.


Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .


Número de votos: 1
Media de votos: 10.00


Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta






Relato: Fantasias que se cumplen... y se dejan llevar (13)
Leida: 410veces
Tiempo de lectura: 19minuto/s





Participa en la web
Envia tu relato







Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Encuestas

Afiliados



























cuentos y relatos porno incesto lesbicohijo se folla a su madre borrachami vecina culona relatorelatos porno el pene enorme infidelidad plomeroRelatos mi hijo nos coje atodas Porno relatos orgias con la familiarelato erotico rompiendo el culo al curaRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gaysRELATOS DE SEXO CON MI HIJASTRA SOFIARelatos porno sobrinas gratisrelato mi hijo pollonrelatos porno de hijas peque culiadas Relato erotico abuelito aprovechadorelatos eroticos jugando con mi hijastra de 8relatos eroticos m coji a m abuela x el culorelato vacacione con mamaCoguendome a la domestica negra madura; relato eroticome folle a mi nieto menor relatosMi Odisea incestuosahistorias eroticas de nenas de 9 gratisMisrelatosporno.com/hijas primera vez relatos sexo cineRelatos me folle a mi hermana y la desvirgüeconfesiones de sobrinas y tio en femeninomi tia esta durmiendo y yo le meto el pene a la mala en su vajinawww.la leche del abuelo 2 relatos eroticos.comrelatos pornos entre primosrelatos eroticos como gime su esposaMe violo mi compadre relatos eroticos bisexualesmi hijita de 9 añitos relatomi rica esposa en hilos y vestida como puta folla con el amigo morborelatos/relato9652_De-esposa-ejemplar-a-puta-de-lujo-(18).htmlmi pequeña nieta relatos pornocuentorelatopornomisrelatosporno ifidelidadprima culona relatos xxxcuentos eroticos con as sirvientasRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezRelatos gays asi asi metemelaPapa me coges porno relatorelatos eroticos arrimon en estadiorelatos desvirgando hermana de 11Relato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos eroticos tabus padres e hijasrelato follando con mi madrastrahistorias porno gratisrelatos calientes de chicas perdiendo la virginidad con sus amigosesposa virgen culo relatoswww.relatos.super.zoofiliarelatos eróticos mi sobrina de 9Historias lesbicas de mama e hija productor cogiendo a danna paolarelato porno escuelarelatos porno de me dejo follar x el padre de mi noviorelatos porno high school fuckersel mparquez relatos de sobrinashistorias eroticas de padre e hija de 7Cuentos calientes en el cineRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos mi vecina una nenitaRelatos desvirgue a mi sobrina menorrelatos eroticos en la escuelame coji una monja historiasrelatos eroticos.mi hermana de nuevemujeres culiandorelatos sexo anal con suegraswww.relatos.pornograficos.incestosrelatos hot con el barberoRelatos muy jovencita fui seducida por mi abuelo y me quito la virginidadRelatos lesbicos hotmi maestra me viiolo. relatoscogi con mi compadre , relato gratisrelatos porno de amor filial con imagenesRelato caliente coji con mi sobrinoRelatos porno tabuRelatos porno amor filial mis hijas reichel y cristina bdlol.rurelatos eroticos desflorando a mi nieta dormidafollada universitariaWww.de relatos de sexo incesto y amorfilialMi hija de 13 relatos eroticos