ZAPATOS (Cap. 1)
Un rayo de luz comenzaba a juguetear sobre sus ojos. Se
resist�a a la realidad del nuevo d�a. Todo su cuerpo le pesaba, se sent�a
cansada. No quer�a despertar. Poco a poco sus ojos se entreabr�an, la pesadez
hacia que se volviesen a cerrar, en ese duermevela se percat� de la realidad, y
se fue haciendo consciente de lo que acontec�a. Elena vio como la luz se
filtraba entre la uni�n de dos gruesos cortinajes de un color gris
metalizado. Estaba tumbada de costado en una cama,
not� los brazos adormecidos junto a su pecho. Gir� un poco la cabeza, su Amo
estaba a su lado.
�
Se sinti� feliz, todav�a no lo conoc�a, pero el calor de su cercan�a le
sobraba. Le vinieron r�fagas a su mente de lo que ocurri� la noche anterior.....
Ten�a instrucciones de llegar frente a la puerta, vendar sus ojos y llamar.
Ya en el lugar, le entr� el miedo, las piernas le temblaban, no cre�a que
pudiesen aguantarle, y si entro y me caigo, seguro que me despide por in�til, y
si no le gusto.
Las dudas aumentaban. Que lejos quedaban ahora esas dudas, esos miedos .
Envuelta como se encontraba en ese halo de felicidad. Hab�a comenzado a
excitarse, y notaba como su co�o se mojaba. Se decidi� y llam�.
La puerta le fue franqueada, su primera sensaci�n, el olor que ya conoc�a,
ahora la fragancia era m�s intensa, m�s penetrante, notaba una peque�a
diferencia con el frasco que ella ten�a para perfumar sus partes �ntimas, para
ser m�s de su Amo. Pensar en la mezcla del olor de la colonia con el de su
cuerpo, le gust�.
Not� la presi�n de una mano fuerte en su brazo justo cuando iba a dar un
traspi�s, la mantuvo erguida, con ese gesto se sinti� desarmada del todo.
Iba decidida a pedir verlo y hablar antes de
comenzar cualquier juego. Ahora sab�a que no lo har�a, le dejar�a hacer. Estaba
entregada. Pod�a sentir la calidez de su presencia, su cercan�a, hac�a grandes
esfuerzos para no abalanzarse sobre �l y besarlo, recordaba sus palabras,
despacio todo llega.
Qued� parada y not� como se alejaba, como se sentaba frente a ella. Pudo o�r
su voz c�lida, ronca, fuerte y segura, tranquilizadora. Comenz� a dar �rdenes,
levantaba mi falda cuando record� que no me hab�a quitado
las bragas, sab�a que eso no le agradar�a, era un
fallo imperdonable que sab�a que me har�a pagar aunque no dijese nada.
Fui desnud�ndome poco a poco siguiendo sus �rdenes, la blusa, mis pechos
grandes, las tetas de una vaca como el dec�a, quer�an
escaparse del sujetador, sus frases jocosas me
enervaban, la mezcla de verg�enza y humillaci�n me pon�a a mil. El sujetador, la
totalidad de la carne a su vista. Not� algo fr�o que recorr�a mis pezones. La
falda cay�, solo quedaban los zapatos, las medias y las bragas transparentes
negras a juego con el sujetador. Con una fusta de doma jugaba con mi cuerpo, me
hac�a levantar los brazos, bajarlos, separar las piernas cerrarlas y
todo sin decir una palabra solo con la fina varilla.
Me dijo que no pod�a tocar el cuerpo sucio de una puta, me sent�a arrastrada a
lo m�s bajo.
O� lo que me parec�an los chasquidos de unos guantes de l�tex poni�ndose en
una mano. Antes de llegar a m�s, tengo que comprobar que el ganado es de
calidad. Eso es lo que mis o�dos oyeron. Me machacaba m�s y m�s, y mi co�o cada
vez se mojaba m�s. El tacto del l�tex recorri� mi mejilla, la acarici� mientras
me susurraba palabras al o�do. Abri� mi boca, repas� los dientes, tap�ndome la
nariz con una mano, meti� los dedos de la otra dentro de la boca hasta que me
dieron arcadas. Agarr� mis tetas, las sob�, pellizc� mis pezones.
Me manten�a inm�vil, incapaz de hacer cualquier movimiento, solo me dedicaba
a sentir. Rezaba para que esos dedos fuertes entrasen en mi co�o. La braga
estaba chorreando, me daba verg�enza que lo estuviera viendo. Sin quitarme la
braga, meti� dos dedos de golpe en mi co�o, entraron sin dificultad, otra vez
sus comentarios jocosos. Los dedos salieron y uno de ellos hizo lo propio en mi
culo. Lo sac� y not� como algo r�gido entraba otra vez primero en el co�o y
luego en el culo, pens� que lo estar�a midiendo y el rubor de la verg�enza
volvi� a m�.
Hoy veremos si tu culo es capaz de aguantar, si has cumplido con tus
ejercicios o todo lo que me has dicho es mentira, esas palabras..........
Me gir� y me hizo apoyar las manos sobre la cama, baj� las bragas y dej� las
nalgas al descubierto, las separ� hasta dejar el ano a la vista. Jugueteaba con
una fusta, la pasaba por mi co�o, por mis tetas que estaban colgando. Algo duro
comenzaba a penetrar mi ano, quise que fuera su polla, pero era fr�o, as� que
supe que era un plug. Notaba como mi culo se abr�a, me quejaba y llegaban sus
amenazas, segu�a quej�ndome. Las bragas mojadas de mi celo, fueron metidas en mi
boca, una cinta de empaquetar ancha las manten�a dentro, mis manos fueron atadas
a los laterales de la cama y mis piernas a las patas, as� inm�vil y sin poder
quejarme me prepar� para que el plug abriera mi culo, fue su polla la que
entr�, el miedo que yo ten�a de no poder dar la
talla se disip�, poco a poco fue entrando en m�, me hac�a mucho da�o, las
l�grimas ca�an por mis mejillas, era la �nica muestra que me permit�a, la meti�
toda y se balance� sobre m�, entrando y saliendo, fue soltando mis amarres, las
manos las piernas, me agarr� del pelo y me gir�, dej�ndome arrodillada, quit� mi
mordaza y meti� la polla en mi boca, not� mi propio sabor que me caus� n�useas,
pero no dej� de hacer mi cometido, solo ten�a que abrir la boca y sentir su
presencia, su calor dentro, nada mas. La fusta cay� sobre mis nalgas, a la vez
que entraba y sal�a de mi boca, el culo me escoc�a cada vez m�s, me gustaba cada
vez m�s, sac� la polla de mi boca y se corri� sobre mi cara, intentaba coger
semen con mi lengua, pero con la vista velada me fue imposible, me cogi� en
brazos, me deposit� sobre la cama, quit� mis zapatos y mis medias y ato mis
mu�ecas a la cabecera. Con
una toalla h�meda retiro el semen de mi cara y frot�
mi co�o, retirando el olor de puta en celo...........
Que felicidad, no quiero moverme, no quiero que despierte por mi culpa. Me
dijo que hoy ir�amos a comprar zapatos y por fin podr� verlo.
Empez� a escrutar la habitaci�n, desde el �ngulo que ella pod�a mirar. En la
pared opuesta hab�a un escritorio de madera oscura, un sill�n delante, ese debi�
ser en el que se sent�, penso. Delante vio algo negro brillante, su pulso se
aceler�, no era su zapato, deb�a ser de �l. Intent� incorporarse para verlo
completamente, la fina piel negra era una imagen tentadora, el co�o de Elena
comenz� a humedecerse. Su pensamiento corr�a, no ve�a el d�a en que estar�a
delante de ellos arrodillada, lami�ndolos para su
se�or, esa imagen una y otra vez recreada llegar�a
pronto. Ahora ve�a esos zapatos, reales, no como los hab�a visto hasta ahora en
sue�os. Notaba como se calentaba con ese pensamiento. Sin darse cuenta se movi�,
su respiraci�n se cort�, esperaba expectante la reacci�n, su Amo se gir� un
momento pero sigui� dormido, o por lo menos eso le parec�a a ella.
Sigui� escrutando la habitaci�n, notaba la d�bil molestia de su culo, el
cosquilleo que sent�a. Se sent�a orgullosa de que su Amo lo hubiese usado,
de haber aguantado sin desmayarse, notando como
entraba, como conquistaba cada cent�metro de su cuerpo para su placer, ese
recuerdo le hac�a sentirse bien. Se dio cuenta que la cama ten�a dosel, dos
hermosas columnas de madera sub�an hacia el techo, se vio atada en cruz, a
merced y capricho de quien la ten�a perdida. Frotaba lentamente sus piernas
intententando acariciarse, ya hab�a intentado bajar las manos y subir su cuerpo
pero era imposible.
Junto al escritorio hab�a una banqueta tambi�n de madera, de algo mas de un
metro de largo y casi medio metro de ancho, tambi�n se levantaba del suelo casi
medio metro. Pens� en un pedestal donde ser ofrecida para su
exposici�n y venta, o para ser atada a cuatro patas
dejando sus nalgas al aire para un buen castigo. La vejiga comenzaba a
molestarle la sent�a llena, aguantaba, sab�a aguantar y aprovechar el momento.
Dio un respingo y se asust� cuando una mano empezaba a penetrar entre sus
piernas rumbo a su co�o, su primera reacci�n fue cerrarlas, cuando se dio cuenta
que solo podr�a ser el, las abri� de golpe, al m�ximo.
Recorri� la raja despacio, recre�ndose en el gesto. Una voz susurrada en su
o�do, cierra los ojos. Orden que cumpli� instintivamente. La putilla ya est�
caliente, no espera a que su Amo se lo ordene, ella se excita y se calienta por
su cuenta, como siempre sin pensar en nadie, solo en ella misma. Se acuesta
mojada, se levanta mojada, oliendo a perra en
celo, que pensar� el servicio el hotel cuando cambie
las s�banas. Todo esto lo escuchaba llena de rabia, de verg�enza, sintiendo como
un dedo masageaba su cl�toris en c�rculos como a ella le gustaba. Sab�a que no
pod�a aguantar mucho sin correrse, hac�a lo imposible por poner la mente en
blanco, cuanto m�s lo intentaba, m�s sent�a el efecto inverso.
Cogi� su pierna de arriba y la subi� hasta su pecho, ya sab�a lo que le iba a
hacer, se arrodill� en su espalda, una rodilla entre sus dos piernas y la otra
tras su culo, se inclin� hacia adelante y la polla comenz� a entrar en su ano,
no quiero una palabra, ni un sonido de tu boca, tan solo gracias cuando termine,
as� la posey� de nuevo entre l�grimas de dolor y de felicidad.
Gracias.
Termin�, solt� las cadenas y en brazos la llevo al cuarto de ba�o. Recost� la
cabeza contra su pecho, poblado de pelo, quiso que ese momento durase siempre,
acunada entre sus fuertes brazos, protegida en su pecho.
Llegaron y la deposit� de pie en la ba�era.
- No te has corrido todav�a verdad? Abre los ojos, as� me veras, te vas a
masturbar en mi presencia. Tambi�n se que tienes ganas de orinar, bastantes, as�
que cuando est�s a punto de correrte me pedir�s permiso y te orinar�s a la vez,
notar�s como el l�quido caliente recorre tus piernas, como te ensucias, a la vez
que tu co�o expulsa tus jugos de puta.
Elena manten�a su mirada baja, no se atrev�a a levantarla, era consciente del
rubor de su verg�enza, y todas las ganas que ten�a de verlo las reprim�a, no se
atrev�a, ya habr� otro momento, comenz� a tocar el cl�toris, sab�a que al m�s
m�nimo roce se correr�a.
- Mi Amo, por favor permita que esta puta se pueda correr, por favor
perm�tame ya no aguanto m�s.
- C�rrete
Comenz� a emitir peque�os grititos, e intentaba orinar a la vez y el orgasmo
se le cortaba y segu�a masajeando el cl�toris, por fin consigui� unificar las
dos cosas a la vez y el orgasmo explot�, sus espasmos fueron grandes, el orgasmo
largo e intenso. No not� como unos brazos la rodeaban mientras dur�, y el agua
tibia comenz� a caer sobre su cabeza y su espalda, apoyada contra la pared not�
como sus piernas eran abiertas y desde atr�s la polla de su Amo comenz� a
penetrar su co�o, bajo el agua, su co�o fue
de su Amo, dur� una eternidad y volvi� a correrse
sin prisas, las manos fuertes recorr�an sus tetas se apoyaban en su caderas
apretaban sus nalgas.
Cuando termin�, la enjabon�, la aclar� y sec� con dulzura. Ahora si lo hab�a
mirado, suspir�, gratificada de la imagen que esperaba, de su amor, de un amor
que sab�a que nunca ser�a de ella. Pero como el dec�a hay que vivir el momento.
Se afeit� y visti�.
- Te espero en el restaurante para desayunar. Te quiero sexy. Sobre la cama
tienes la ropa que vestir�s. No tardes
- No mi Amo en seguida estar�.
Antes de salir, entr� en el cuarto de ba�o y bes� la mejilla de Elena, unas
risitas se le escaparon a �sta.