Reci�n me hab�a recibido de Procurador , cuando entr� a
trabajar al Estudio Pe�alba y Asociados y nunca imagin� que mi tarea de llevar
adelante expedientes judiciales podr�a generar la historia que les voy a contar.

Me llamo Rafael Costa , tengo 30 a�os, soy delgado pero
fibroso, dicen que bastante buen mozo pero yo no me lo creo, mido 1,78 y peso 73
kgs. De mi abuelo italiano hered� el pelo rubio oscuro y de mi abuela lituana
mis ojos celestes. Soy simp�tico pero algo t�mido, como si siempre pensara que
estoy de m�s o incomodando. Soy gay pero estaba, en el momento de la historia
que voy a contar como retirado tras un desenga�o amoroso. En mi trabajo nadie
sabe de mis preferencias y es mejor as� porque el mundo de los abogados es en
general muy homof�bico con contadas y honrosas excepciones.

Pe�alba hijo, a quien todos llamaban "Lavativa" porque te
hacia cagar entre las patas, me llam� un dia, hace unos cuatro a�os y me pidi�
fuera a ver a un abogado en la misma cuadra del estudio, con los antecedentes de
un asunto que llev�bamos en Mar del Plata , la ciudad balnearia mas imponente de
la Argentina, a 400 kil�metros al sur de Buenos Aires, sobre el oc�ano
Atl�ntico.

Cuando me presentaron a Juli�n, el abogado en cuesti�n, casi
me desmayo. Era un chico de mi edad mas o menos, pelo claro ojos verdes grandes,
algo pecoso, una sonrisa simp�tica y nos ca�mos bien de inmediato. Ellos tambien
llevaban un juicio contra el mismo deudor en Mar del Plata y estaban por trabar
una medida cautelar que podr�a beneficiarnos a nosotros por lo que para proteger
el derecho de nuestro cliente hab�a que ir a Mar del Plata.

Ped� permiso a Lavativa y este me lo concedi� para viajar a
esa ciudad, ese mismo viernes por la noche . Este accedi� con mejor disposici�n
cuanto supo que en lugar de viajar en avi�n (es un vuelo de algo menos de una
hora) ir�amos en el auto de Juli�n, o sea sin costo para el Estudio.

La sola circunstancia de pasar varias horas con semejante
belleza del sexo masculino me hab�a excitado sobremanera. Juli�n mide algo menos
que yo, 1,75 y pesa unos 76 kgs, tiene un cuerpo muy trabajado en el gimnasio,
pero es t�mido, m�s timido que yo a�n, sonrie siempre y tiene una mirada dulce
que te desarma. En ese momento no lo hab�a mirado bien pero su culo es una
belleza redondita y paradita y sus trajes dejan entrever un buen bulto industria
argentina, tama�o familiar, o sea extra large.

Me pas� a buscar ese mismo viernes por la noche por casa en
su auto y yo apenas si llevaba un portatrajes y un bolso. Cuando lo vi, me
calent� enseguida. Ten�a puestos unos bermudas color celeste hasta las rodillas
que dejaban ver un lindo bulto y unas piernas tostadas y suavecitas.

Yo vest�a unos vaqueros viejos que me marcan bien todos los
sectores de inter�s y una camisa a cuadritos que el ponder�. Luego acerc� su
nariz pecosa a mi cuerpo y me dijo " me encanta tu perfume". Seg�n una regla no
escrita que tengo, si otro hombre comenta favorablemente sobre tu perfume es que
entiende, o sea que es tan puto como vos, gay, comil�n , chupa pijas,
mariquita...

Yo no sab�a nada de Juli�n y al principio estaba medio duro,
conversaba seriamente, cont�bamos historias, nos re�amos un poco, como puede
ocurrir entre dos muchachos de similar edad que reci�n se conocen. Pero el chico
me gustaba a rabiar. Es un buen conductor y miraba hacia delante pero yo no
pod�a dejar de mirarlo , de sentir su olorcito, de experimentar una emoci�n
nueva: la que se tiene cuando uno conoce a algjuien y le gusta y tiene ganas de
seguir conoci�ndolo...... Yo sent�a que el estaba c�modo conmigo, incluso
cantaba las melod�as de las canciones que transmit�a la radio.

Era un dia hermoso y en un momento nos pareci� que nos
conoc�amos desde siempre, por lo que las bromas perdieron los l�mites que ten�an
antes: nos sent�amos bien el uno con el otro , no se como explicarlo.

El me ven�a haciendo bromas sobre mi supuesta apostura f�sica
y bromeando con que todas las mujeres me har�an proposiciones deshonestas en Mar
del Plata, eso no me resultaba c�modo porque en el fondo era como si �l
estuviese exaltando mi belleza f�sica.

Paramos para ir al ba�o en un parador de la ruta y nos
pusimos a orinar el uno al lado del otro, y yo trataba de no mirar y el hacia lo
propio pero al final miramos y seguimos orinando fuerte como caballos y largamos
una carcajada nerviosa. El lleg� primero a la pileta y atr�s fui yo y me par�
atr�s de el para mirarle el culito y el se dio cuenta y se corri�. Lindas
piernas tenes me dijo y yo le contest� : - quer�s tocarlas? �

El se puso colorado y sali� del ba�o con las manos algo
h�medas a�n.

Cuando llegu� al autom�vil, el estaba al volante y con cara
avergonzada. Me imagin� porque se habia sentido inc�modo por haber hecho
evidente su iinter�s en mi cuerpo y por mi reacci�n. Fue cuando me dijo que lo
perdonara si hab�a sido confianzudo. Yo le respond� que no ten�a nada que
perdonarle. El no encendi� el motor y el ambiente se hab�a caldeado.

Eramos dos chicos calientes el uno con el otro pero t�midos
para admitirlo. En un momento junt� coraje y le tom� la mano. La mano que ten�a
sobre el volante y la envolv� con mis dedos. Su mano era suave un poco mas chica
que la m�a y estaba fr�a a�n por haberla lavado con agua fr�a. Pens� que se
enojar�a con mi atrevimiento pero apret� mi mano y me mir� a los ojos. Y yo
adem�s de sentir la erecci�n que desbordaba mi pantal�n bermuda, sent� como un
calorcito y una ternura por ese chico cuya mano hab�a quedado unida a la m�a por
largos minutos. Al cabo de un rato, me dijo � permiso- para que le soltara la
mano y poder arrancar el veh�culo, y yo se la solt� no sin antes llev�rmela a
los labios y besarla.

En el resto del camino mi mano acarici� su pierna y en algun
momento volvimos a apretarnos la mano , todo ello en silencio y sin decirnos
nada. Hay algo muy sensual en el contacto f�sico sin palabras: es como si los
cuerpos se dijeran cosas que no rompen el silencio pero que si acercan los
sentimientos, los deseos, la comprensi�n.

Antes de llegar, y en un camino secundario y desolado nos
besamos por primera vez, un beso largo mimoso, buscado, anhelado. Un beso con
dientes lengua labios enc�as, saliva y desesperaci�n. El acarici� mi cabeza y yo
me deshice de ternura. Qui�n sos vos abogado que venis a robar mi coraz�n? Qui�n
te puso en mi camino, doctor para que mi amor estallara como un cohete en
Nochebuena? Qui�n te mand� a mi vida Juli�n de las cien pecas y los mil mohines,
para que mi desierta vida se hiciera un vergel , erecto, feliz, entusiasmado?.

No fuimos a los hoteles previstos , sino a un hotelito de
due�os gays cerca del centro, y pedimos una habitaci�n con cama doble, y al
llegar al cuarto, nos tomamos de la mano y encendimos la luz, y a lo lejos se
ve�an los rascacielos de la ciudad y unos fuegos artificiales por el festejo del
santo o santa de los pescadores.

Se desnud� y me desnud� y muy naturalmente nos besamos en la
boca, como dos antiguos amantes. Le dije, que lindo sos doctor y el me contest�
, y Ud Procurador es un poema. Le bes� el brazo y el me bes� el pelo, le
acarici� la mano y el me acarici� el pecho, busqu� su boca y encontr� sus dulces
besos y le dije algo que el no escuch� y me llev� a la cama y ah� nos vimos en
bolas por vez primera, y parec�amos mellizos, iguales, parecidos, dos gotas de
agua de distinto color, y lo bes� y me devolvi� el beso con un suspiro, y le
agarr� la pija y el agarr� la mia y le bese las tetitas y el bes� las m�as y le
dije que lindo sos y el repiti� como un eco, y dijo algo que no escuch� y me
tir� en la cama donde me mont� como si yo fuera un caballo brioso y mi pija dura
roz� su culo suave y lampi�o y mis manos dibujaron la curva de su hermoso traste
y penetraron su hoyito para encontrar el punto �ptimo, y el se estir� con su
cuerpo agil para besarme nuevamente y me chup� la verga con devoci�n y al rato
acab� en su boca y luego se la chup� yo y gran parte del placer estuvo en sus
gemidos y sus gritos, en el poder casi diab�lico de su voz en llamas, en el
grito definitivo del orgasmo de cuatro chorros inmensos.

Mas tarde le met� el "expediente en el orto" esto es penetr�
su culo divino, allan� su morada, viol� su precinto, invad� sus reservas
naturales, tom� posesi�n animus domini de su culo hermoso, y las olas, a lo
lejos escucharon mi declaraci�n silenciosa de amor, de un amor que a�n existe, y
que vivimos a diario en nuestro estudio de abogados.

El lunes siguiente , en horas de la ma�ana se obtuvo el
exhorto y volvimos a Buenos Aires.

galansoy

Escr�banme a POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO.
y si les gust� este relato, val�renlo. Gracias.