La cara oculta de mi suegra
Raquel echo un ultimo vistazo al lugar, todo parec�a estar
listo, entonces se desplomo sobre un sof� y suspiro profundamente.
Hab�a sido un trabajo duro, transformar el s�tano en un
peque�o apartamento, ella sabia que era duro para todos, sobre todo para su
esposo deshacerse de su refugio personal. Pero ellos necesitaban el dinero. Al
abrirse en el pueblo, el nuevo Hipermercado, el peque�o negocio de su esposo
hab�a reducido mucho las ventas. Hab�an decidido alquilar el s�tano despu�s de
acondicionarlo, este ahora ten�a un cuarto de ba�o, una cocina peque�a y entrada
separada. Su garaje ahora estaba repleto de muebles viejos que hab�an guardado
en el s�tano.
Mirando al reloj Raquel se dio cuenta ya casi era la hora,
as� que saliendo de ah� fue donde su esposo Juan, encontrando como todos los
s�bados sentado frente a la televisi�n con una cerveza en su mano.
"Querido, Alberto estar� aqu� en cualquier momento, le
importar�a apagar la televisi�n?"
Su esposo gru�o y apago la televisi�n.
"Esta bien" El se quejo " Pero si nuestro yerno, no se adapta
a nuestras reglas, mejor que se busque otro lugar"
- "Por favor Juan, El aceptara, recuerda que desde que
nuestra hija muri�, El ha estado muy solo, y a nosotros nos conviene que alquile
nuestro s�tano necesitamos el dinero, adem�s El aun es de la familia"
Raquel comprendi� que su esposo estaba preocupado por su
negocio, pero ella espera que El tratara bien a su yerno, hacia varios meses que
no lo ve�an y desde que su hija hab�a muerto, casi no ten�an contacto con El,
cuando su yerno les comento que quer�a cambiarse de casa porque la que tenia era
muy grande, les pareci� adecuado alquilarle el s�tano, El estuvo de acuerdo,
hab�an sido sus suegros por 6 a�os, y E�l era un buen muchacho"
Raquel escucho el sonido de un coche estacion�ndose y se
asomo por la ventana, justo para mirar a Alberto baj�ndose de su auto. Al
principio no lo reconoci� del todo, la �ltima vez que lo vio estaba m�s delgado,
sin embargo el hombre que ella estaba mirando tenia un cuerpo musculoso y
definido.
Fue a la puerta y lo saludo con un abrazo y un beso en la
mejilla.
"Hola Alberto, como ha estado, lo veo mas grande"
- "Pienso que varios meses trabajando en la construcci�n han
tenido su efecto " Sonri� su yerno mientras tocaba su plano estomago.
"Adivino que quiere ver el lugar" grito Juan desde la Cocina
Despu�s de un r�pido apret�n de manos con mi esposo, los tres
fuimos al s�tano, "Es un buen lugar" hablo Alberto.
"Lo del precio de la renta ya lo conoce, pero tambi�n quiero
que respete algunas reglas en esta casa Alberto" hablo mi esposo un poco Serio.
"no quiero huespedes aqu� en la noche, ni tampoco que fume ni
m�sica muy fuerte aqu�" dicto mi esposo
Alberto acepto lo que su suegro le dec�a, y les comento que
se mudar�a el d�a siguiente.
Satisfechos de que hab�an encontrado alguien de confianza,
Juan volvi� a mirar la televisi�n y Raquel se dispuso a tomar un ba�o de tina.
Raquel se relajo en el ba�o, y a su cabeza vino la idea de
hacer algo para relajar a su malhumorado esposo. Desde que el negocio hab�a
bajado su vida sexual tambi�n, aunque ya no eran j�venes, pues ella ten�a 58 y
su esposo 63, ellos ahora ten�an tres meses de no hacer el amor. Sin embargo
Raquel estaba segura de que conseguir�a animarlo esa noche.
Mientras se secaba frente al espejo largo, ella dejo caer su
toalla y se miro.
No ten�a un cuerpo tan malo, para una vieja de su edad, ella
pens�, el tiempo y la gravedad hab�an sido amables con su cuerpo, sus senos aun
estaban firmes, su trasero y caderas tambi�n.
Solo las l�neas sutiles alrededor de los ojos y la boca
reflejaban su edad. Fue hasta el caj�n de su ropa y saco su nueva adquisicion,
una peque�a bata de encaje roja que ella hab�a comprado por catalogo, porque no
se atrev�a a comprarla en ninguna tienda, era demasiado atrevida.
Se lo puso, esta prenda servir�a para sus prop�sitos, luego
se maquillo y aplico un labial rojo, cuando estaba finalizando de arreglarse la
puerta del dormitorio se abri�.
"Que es lo que pasa" Pregunto Juan
Raquel entendi� que por la mirada nublada de su marido el se
hab�a emborrachado.
"Nada amor" susurro Raquel y levant�ndose camino lentamente
hacia su marido.
"Pens� que podr�amos hacer el amor esta noche" hablo ella.
El ri� entre dientes, y se acerco, ella pens� que deber�a
seducirlo un poco mas pero ve�a que el estaba motivado.
"Maldici�n, que hace con esa pintura roja sobre su boca,
parece una puta", grito mientras la palma de su mano se restregaba contra la
boca de su esposa.
"Por favor Juan" ella le imploro " No se tan grosero, hagamos
esto especial"
- "Que diablos esta usted usando" el se burlo mientras
retroced�a para mirarla mejor.
La manera en que su marido la miro hizo sentir a Raquel
sucia, ella lamento en ese instante hab�rselo puesto. El la miraba con burla.
"OH Juan lo siento, no se en que pensaba cuando me puse esto"
hablo Raquel mientras sus ojos empezaban a nublarse de llanto.
Ella evito la mirada de su esposo, mientras pasaba a su lado
para dirigirse al ba�o a quit�rselo.
"No tan r�pido" se burlo Juan mientras la tomaba del brazo.
El la jalo y ella percibi� el olor a licor en su aliento.
"voy al ba�o a cambiarme, Juan perm�tame pasar"
- "Diablos Claro que no!, vestida as� parece una puta, - y yo
voy a tratarla como a una" grito Juan mientras la empujaba contra la cama. El se
paro frente a ella, "Por favor Juan, no me lastime, hagamos el amor suavemente,
como estamos acostumbrados" Raquel tenia miedo.
En sus 35 a�os de casada, ella nunca hab�a visto a su esposo
as�, sus recientes problemas en el negocio y sus frustraciones ahora se los iba
a sacar con ella.
"Mujerzuela!" grito Juan y romp� la bata de encaje por la
mitad.
Asustada por el camino que estaban tomando los
acontecimientos Raquel aparto la mirada, cerrando sus ojos, ella lo escucho
deshacerse de sus pantalones, luego como ella lo sent�a caer sobre su vientre,
apretando su cara contra la almohada.
Ella suprimi� un quejido cuando El le cay� encima. Juan tomo
sus senos y pellizco sus pezones, "Juan har� lo que usted quiera, por favor no
me lastime" suplico Raquel entre dientes.
"Esta bien mujerzuela, pongase en la posici�n de Perrito".
Grito Juan
Raquel estaba muy asustada, sent�a como la sudorosa barriga
de su esposo se levantaba d�ndole oportunidad de girarse en la cama, poni�ndose
en la forma que Juan le ped�a.
Su esposo gru�o como un animal, mientras se acomodaba detr�s
de ella,
"Aqu� va mujerzuela!"
Ella dejo salir un agudo quejido cuando el aprisiono un
pu�ado de su cabello y lo jalo hacia atr�s, mientras torpemente la penetraba.
Los gru�idos de su esposo iban en aumento. Ella trato de quitarse pero El no la
dejaba mientras segu�a humill�ndola.
"Si mujerzuela, quien es su due�o, quien es el hombre de esta
casa!"
"Es usted Juan, es usted" ella lloriqueaba.
Motivado por la sumisi�n, Juan la penetraba m�s y m�s duro.
Sin poderlo explicar, Raquel empez� a sentir un hormigueo de
placer, la dureza y calor de su esposo despertaron algo dentro de ella.
"Ah si Juan as�"
Pero en el momento en que su esposa empezaba a experimentar
un m�nimo de placer, Juan gimi� y eyaculo dentro de ella en un empuje final.
Ella se encontraba m�s desilusionada que aliviada, cuando el
pene de Juan resbalo fuera de ella. Sin decir una palabra El la solt� y se
desplomo a su lado, un momento despu�s el dormia borracho profundamente mientras
roncaba.
Aturdida Raquel bajo de la cama y fue al ba�o a eliminar toda
evidencia del incidente, botando todo en el basurero, ella se puso su bata de
franela que colgaba en la puerta. Mientras se acostaba al lado del pat�n que
roncaba, ella decidi� que deb�a olvidar aquella horrible noche.
La ma�ana siguiente, ella se levanto, preparo desayuno y
cuando Juan despert� ella lo saludo y se sentaron a desayunar sin mencionar nada
de la noche anterior. Luego fueron a la iglesia como todos los domingos, Juan
menciono que esperaba el serm�n del pastor no fuera muy largo. Definitivamente
este empezaba a ser un domingo t�pico.
Despu�s de la iglesia, Juan se dirigi� a la taberna, para
mirar el juego con algunos compa�eros, mientras Raquel caminaba de regreso a su
hogar.
Cuando llego ella vio como su yerno estaba bajando sus cosas
del coche, entonces caminando hasta donde El le hablo
"Puedo ayudarlo Alberto"
Su yerno puso una caja que cargaba en el suelo y le sonri�,
"no gracias suegra, espero que no le moleste que aun la llame
as�, pero ya casi termino"
"Pero que es esto," dijo Raquel mientras tomaba un libro de
una de las cajas de su yerno. Ella se ruborizo cuando vio el titulo "El amante
de la ciudad" Avergonzada ella puso el libro donde estaba.
"Es un regalo de una amiga" Bromeo t�midamente Alberto.
"ah no se preocupe usted no tiene porque explicarme nada"
Raquel ri� tontamente y camino hacia su casa.
Dentro de su casa, Raquel subi� a su dormitorio, para
descasar un rato antes de que su esposo regresara. Se quito los zapatos, pero no
se quito el vestido mientras se acostaba. Aunque cansada ella no pod�a sacar de
su cabeza el titulo del libro de su yerno.
"Las cosas que leen los j�venes de hoy" pens�.
Ella sab�a que muchas de su edad gozaban el sexo, ella hab�a
o�do a muchas comentarlo en el sal�n de belleza, aunque ella nunca hubiera
hablado al respecto.
Su esposo no llegar�a hasta dentro de dos horas, ella deslizo
su mano bajo el vestido y bajo sus medias, Raquel siempre hab�a considerado que
masturbarse era una de sus debilidades mas vergonzosas, pero en algunas raras
ocasiones ella no pod�a refrenarse a sucumbir a la tentaci�n.
Empez� a fantasear, la imagen de un hombre guapo y alto venia
a su cabeza, mientras se acariciaba suavemente, "Ummmm" gem�a mientras ca�a en
la mas profunda fantas�a, pero entre mas duro se acariciaba su fantas�a empez� a
tomar vida propia, su falda estaba subida sobre su cintura y el colch�n se
estaba humedeciendo con sus jugos, sus piernas separadas, tomo un cepillo de la
mesita y empez� a empujarlo en su vagina.
Mientras se masturbaba fuertemente con el cepillo, ella se
retorci� en la cama, el hombre de su fantas�a, ya no era un desconocido, ahora
era su yerno Alberto.
"Tomame Alberto, Oh Alberto, tomame!"
"OH Alberto, Alberto, Albertooooo!!"
Gozando del m�ximo placer, Raquel no escuchaba la puerta
abrirse.
"Me llamaba usted suegra?, esta todo bien?." Alberto dec�a
mientras entraba en la habitaci�n.
Ella fue tra�da a la realidad al ver a su yerno frente a
ella, bajando su vestido se tapo. Estaba muda, a fin de cuentas que pod�a decir,
la mirada de su yerno era de sorpresa y mortificaci�n.
"OH, lo siento suegra, yo pens� que me llamaba" dijo Alberto
apresuradamente mientras sal�a de la habitaci�n.
Raquel estaba paralizada, tenia un p�nico absoluto, sin dudar
su yerno la hab�a visto masturbarse, e incluso peor, la hab�a escuchado
haci�ndolo a su nombre. "No podr� mirarle la cara otra vez", pens�.
Despu�s de varios minutos llena de temor y p�nico, y con
lagrimas en sus ojos, Raquel trato de pensar que iba a hacer, Alberto era el
esposo de su hija muerta, no da�ar�a la reputaci�n de su suegra, fue al ba�o, se
lavo la cara, deb�a hablar con su yerno, explicarle todo, reuniendo todo el
valor que pod�a bajo al s�tano y toco la puerta.
NO hubo respuesta, ella sabia que el estaba dentro.
"Alberto, por favor, necesito hablar con usted"
Alberto abri� la puerta,
"Si se�ora, en que le puedo ayudar?" El estaba avergonzado y
actuaba como si nada hubiera pasado.
"Alberto, yo me siento muy mal por lo que acaba de suceder"
Alberto la interrumpi�.
"Suegra, por favor yo me disculpo, no tengo derecho a
entremeterme con usted, estoy muy apenado, y le prometo que no volver� a
suceder"
Raquel se sinti� aliviada, su yerno parec�a sincero, ella
siempre lo considero un buen hombre muy maduro a sus 28 a�os. Un poco m�s
tranquila ella sinti� ganas de llorar.
"Suegra, esta usted bien?"
Las palabras no salieron, se sent�a mareada y sus rodillas se
aflojaron, cayendo en los brazos de su yerno. Lo pr�ximo que ella supo era que
estaba en el sof� y Alberto le estaba dando un vaso de agua. Ella lo tomo mas
tranquila y hablo.
"Bien, Alberto, que verg�enza lo que usted debe pensar de mi"
Alberto ri� entre dientes y se sent� a su lado.
"La verdad fue una situaci�n incomoda"
En lugar de llorar otra vez Raquel ri�., Sabia lo rid�culo
del apuro, aqu� estaba su yerno, reci�n pasado a su casa, y hab�a encontrado a
su suegra masturb�ndose con un cepillo. Ella no lo culpar�a si El sal�a por esa
puerta y nunca regresaba.
"Alberto, estoy muy arrepentida, usted debe pensar muy mal de
mi" Dijo ella suavemente.
- " La verdad no soy quien para juzgarla, a fin de cuentas yo
tambi�n he hecho lo mismo pensando en usted" hablo Alberto t�midamente.
Raquel abri� sorprendida su boca
"De verdad?"
-" OH si mas de una vez, para ser sincero"
Raquel se sinti� extra�ada y curiosa, " Alberto yo nunca
pens� que usted tuviera malos pensamientos conmigo, como paso eso?"
Alberto se acerco un poco y hablo suave " Yo siempre he
pensado que usted es una mujer muy bonita, aun cuando mi esposa viv�a,"
- "Pensaba usted que yo era bonita?" dijo extra�ada
"Si muchas veces fantasee con usted"
- "y.." Pregunto Raquel aun m�s curiosa "Que tipo de
fantas�as tuvo?"
Alberto aparto su mirada.
"NO suegra, no creo que sea correcto dec�rselo"
Raquel supo que su yerno estaba apenado.
"Por favor Alberto cu�nteme"
-" Bueno se�ora se lo advert�"
Raquel sab�a que estaba entrando en terreno peligroso, pero
no le importo, ella estaba cansada de no ser satisfecha por el pat�n de su
marido, estaba sorprendida de que su yerno la hubiera visto como un objeto de
lujuria.
Entonces levant�ndose se paro frente a su yerno. Alberto la
miro curioso.
"En su fantas�a que se supone que yo hacia?" Dijo Raquel
sonriendo coquetamente.
"Mmmm" Alberto sonri� tambi�n y se recost� en el sof�, "Usted
se quitaba el vestido"
Sin vacilaci�n, Raquel desabrocho uno a uno los botones de su
vestido, sonri� burlonamente mientras abr�a su vestido, lo quitaba sobre sus
hombros y lo dejaba caer al piso.
Mir�ndolo sensualmente Raquel sigui� preguntando a su yerno
"Y ahora�?"
Alberto recorri� con sus ojos el cuerpo de su suegra,
admir�ndola, estaba frente a El, �nicamente usando un sost�n y unas medias
blancas de encaje.
Raquel noto la enorme protuberancia en su pantal�n mientras
El se levantaba y la encaraba, ella sinti� un escalofri� cuando el se quito su
camiseta, revelando un pecho ancho y musculoso, y un vientre liso y duro.
"Porque no agacha y me ayuda con mis pantalones?"
Raquel no estaba segura, pero se animo, arrodill�ndose frente
a su yerno, tomo el bot�n del pantal�n y lo desprendi�, bajando su pantal�n,
despu�s t�midamente deslizo el calzoncillo, estremeci�ndose viendo como el
enorme pene saltaba fuera casi golpeando su nariz, el �nico hombre a quien ella
hab�a visto su pene era a su esposo, pero comparado con este era muy peque�o, el
de su yerno era casi dos veces mas largo y bastante mas grueso.
"Chupalo" Hablo Alberto
Raquel se sorprendi� esto seria una cosa nueva, y ella no
estaba segura de hacerlo.
"Alberto, yo nunca he hecho esto antes" tartamudeo
El acaricio su cabello, "Has como si comieras cono de helado"
Sujetando la enorme verga, ella empez� a meterlo en su boca.
"OH si que bien, eso es se�ora" Gimi� Alberto, mientras su
suegra segu�a con su trabajo, deslizando su lengua por todas partes,
desliz�ndola arriba y abajo, Alberto empujo su verga mas adentro en la boca de
su suegra, ella chupaba su verga hambrienta, aunque ella nunca en la vida se
hubiera imaginado haciendo esto, ah� estaba haciendo lo que pensaba solo hac�an
las prostitutas.
"OH Si suegra, m�melo as�, ohh voy a terminar�!
Raquel chupo m�s fuerte la verga de su yerno.
"ahhhh ohhh ahhh si ohhh"
Raquel tosi� cuando el primer chorro de esperma de su yerno
choco contra su garganta, sac�ndolo de su boca sinti� como el esperma salpicaba
su cara.
"OH si suegra, oh si esto es todo suyo!" Hablo Alberto,
mientras gem�a de placer.
En ese momento el sonido del coche de Juan estacionando
llegaba a sus o�dos.
"OH por favor, mi esposo ha llegado" Exclamo Raquel
Levant�ndose, Alberto la ayudo a vestir, pero antes de salir,
ella hizo una promesa a su yerno.
"Regresare aqu�, tan pronto como el duerma, quiero estar con
usted!"
Y salio r�pidamente de ah�.
Cuando Juan entro en la cocina, ella vio por sus pasos que el
estaba borracho, normalmente esto la molestar�a, pero en las actuales
circunstancias, esto era bueno, su esposo subi� al cuarto y se acost� a dormir
profundamente.
Una vez que escucho los ronquidos de su marido, ella fue al
ba�o, se quito el vestido, y se dirigi� al s�tano donde golpeo levemente la
puerta.
"Pase!"
Su yerno estaba completamente desnudo, tan pronto como ella
entro El la abrazo apasionadamente, y la beso.
"Suegra usted es una mujer impresionante"
Entonces tomandola de la mano la llevo a la cama, la verga de
Alberto estaba muy dura y grande, Raquel se pregunto si ella seria capaz de
aguantar ese enorme miembro en su interior.
Acost�ndola le pidi� que levantara las piernas, Raquel
obedeci� levantando sus piernas y sosteni�ndola con sus brazos, Ella estaba
completamente abierta lista para El.
"Suegra d�game lo que quiere" dijo Alberto.
Raquel no supo que responder, aunque lo que ella deseaba era
bastante obvio. Timidamente hablo
Quiero que me haga el amor"
Apenas ella pronunciaba estas palabras su yerno hund�a su
enorme verga en la vagina de ella.
"OHhhhhhh oooooohhh!"
La lastimo un segundo, ella rasgu�� su espalda con sus u�as,
mientras
El se deslizaba completamente dentro de su interior.
"Oh si as�, Ho ohhh as� ahhhhhh!"
El apenas hab�a comenzado a cogersela y ella ya estaba
llegando al cl�max, clavando aun mas sus u�as en la espalda cuando llego al
punto culminante.
"ahhhhhh ahhhhhh Ho mmmm!"
Entonces Alberto acelero sus empujes, sintiendo los espasmos
del cuerpo de su suegra, El jadeo fuertemente mientras soltaba todo su esperma
caliente y espeso dentro de su suegra.
"Oh me siento tan bien" Gimi� Raquel
Sacando su verga, sin decir una palabra, Alberto se levanto
de la cama y fue al ba�o, Raquel sinti� un extra�o choque emocional en su
interior.
"OH lo que he hecho!"
Ella se levanto y salio, cuando se dirig�a a la puerta, se
detuvo, se devolvi� y tocando suavemente la puerta hablo.
"Alberto, mejor me voy!"
El no contesto nada, mientras ella sal�a del lugar.
En los siguientes d�as Raquel hizo lo posible por evitar
encontrarse con su yerno, ella pensaba "Debo olvidarme de todo"
Pero olvidarlo no era f�cil cada noche, cuando ella se
acostaba y ve�a a su marido roncar, ella recordaba lo que vivi� con su yerno.
Una semana despu�s Juan le comunico que ir�a con unos
compa�eros a pescar el fin de semana, Raquel sinti� que ella tambi�n deb�a salir
de su casa, la tentaci�n de visitar a Alberto era muy grande, as� que con la
esperanza de salvar su virtud, Raquel decidi� visitar a su hermana.
En cuanto Juan salio a su viaje, Raquel despert� y empez� a
empacar, cuando ella se paro enfrente de su armario, ella sinti� la sensaci�n de
ser mirada, ella giro para encontrar a su yerno en la puerta con una sonrisa en
su cara, su coraz�n se acelero cuando lo vio entrar y cerrar la puerta.
"Suegra a donde va? Pregunto El
"Voy a casa de mi hermana!" respondi� nerviosa
"Lastima " hablo Alberto seriamente mientras se acercaba mas
a Ella, "Tengo muchas cosas que mostrarle"
Raquel supo que ella no ir�a a ning�n lado, cuando su yerno
le quito el camis�n, y la empujo en la cama,
El sonri� cuando ella abri� las piernas esper�ndolo
"Si, siempre la he deseado suegra, creo que este fin de
semana, usted va a saber cuanto" hablo Alberto mirando como se humedec�a ansiosa
la vagina de su suegra.
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