Bien, Pablo �empez� a contarme una noche, luego de hacer el
amor y mientras prend�a un tabaco-, hoy est�s de suerte y te contar� lo que me
has estado pidiendo. Luego de ese fin de semana en que adem�s del juego de
botella con mis amigos tuve mi primera experiencia l�sbica, que tambi�n fue de
lo mejor, no sab�a c�mo empezar�a la siguiente semana, pero el lunes fue claro
que todos iban cohibidos, Juan incluso, as� que durante un par de semanas no
pas� nada. Elsa y Juan buscaban reconstruir su noviazgo de manita sudada luego
de lo que hab�a pasado, y Luis y Xavier me evitaban en privado, pero en p�blico
ten�an conmigo y con Marisela atenciones crecientes. As� pas� noviembre y yo
dije que si diciembre terminaba de la misma forma., tomar�a cartas en el asunto,
abandonando mi plan seg�n el cual Luisito ten�a que insinuar algo para que yo le
abriera las puertas y las piernas.

Pero no hizo falta: con diciembre empezaron las fiestas, y la
primera fue en casa de una compa�era que no viene al caso, una chava de familia
de lana, y aunque no hab�a m�s que ponche y refrescos, Juan y otros de su cala�a
metieron de contrabando pachitas de ron, y la fiesta tuvo su animaci�n y su
desmadre, en el que, por cierto, no particip� mucho. Pasaditas las doce, en el
jard�n quedamos solos Luis, Xavier y yo, y entonces Luis dijo que ten�an algo
importante que decirme:

"Te adoro, Ari, te adoro, eres la chica m�s bella que
existe..." y as� sigui�, haciendo de tripas coraz�n, con el valor del ron y de
la noche, hasta que Xavier carraspe� con fuerza. "Te amo, pero Xavier tambi�n:
los dos queremos ser tus novios y para no pelear ni estorbarnos, decidimos que
lo har�amos as�: echamos un volado para ver quien te lo dec�a y ya. Ahora, que
lo sabes, queremos que escojas".

Los vi a la media luz que sal�a de las ventanas: Luis era el
que me gustaba, por lo que hac�a, por su car�cter, pero Javier, que era unos
quince cent�metros m�s alto que yo, era un chico guapito, ya un hombre, y se
ve�a tan cortado, tan sacado de onda como Luis: ambos estaban haciendo de tripas
coraz�n...

"�Para que quieren que seamos novios?", pregunt� un poco para
ganar tiempo, pero no nada m�s: mi mente estaba trabajando a toda velocidad. Los
dej� que balbucearan unos minutos, sin ponerles mucha atenci�n, mientras
redondeaba la idea, y entonces los hice callar y se las expuse. Primero les dije
que los quer�a a ambos, que eran mis grandes amigos y que quer�a que lo
siguieran siendo, cada vez m�s, y si me hac�a novio de uno perder�a al otro, y
entonces, ya que los vi pensando en su fracaso, "pero d�jenme pensarlo".

Casi acababa de decir eso cuando lleg� mi madre a recogerme
(mi padre pasaba fuera de casa buena parte de la semana). El d�a siguiente,
domingo, invent� cualquier cosa para salir de casa relativamente temprano, y de
la calle telefoni� a Luis, cit�ndolo media hora despu�s en la estaci�n de
autobuses: pensaba llev�rmelo al campo, a un cerro con un manantial al que luego
�bamos a hacer excursiones mis padres, mis t�os y amigos, donde hac�an asados y
cuanto hay, solitario pero no lejano de XX, un pueblo situado a una media hora
en autob�s. Yo iba vestida con mis botas de caminar, unos jeans holgados y una
amplia chamarra: ense�ar, al menos de salida, lo menos posible.

Cuando lleg� Luis lo salud� como si no hubiera dicho nada la
v�spera, y le dije "vamos a comer a XX". Nervioso asinti�, y ya en el cami�n se
relaj� notablemente cuando yo empec� a hablar de cualquier cosa. Bajando del bus
lo conduje a donde quer�a, que era cosa de una hora a pie, luego de pagar un
taxi que se met�a por un camino secundario. Luis lleg� sudado y sin aliento
porque result� que no ten�a mucha condici�n f�sica. Supongo que esperaba, que
estaba muri�ndose de ansiedad pensando en lo que yo le dir�a: seguro ve�a ya
alcanzado su sue�o.

El peque�o y escondido manantial, como yo esperaba, estaba
vac�o: no se percib�a presencia humana en kil�metros. Debajo de la ropa llevaba
un traje de ba�o, y me desvest� ante su azorada mirada: �l segu�a parado y
entonces yo, en bikini, le dije: "Aqu� quer�a traerte", le dije, y atray�ndolo
hacia m� lo bes�. No era el primer beso que le daba, ni tampoco la primera vez
que me ve�a semidesnuda, pues aquel s�bado de noviembre hab�amos hecho m�s, pero
el contexto era muy distinto...

Le di un beso y me tir� un clavado al ojo de agua, que me
tapaba hasta el pecho, y le grit� "ven, ven conmigo". Obviamente, no iba
preparado, y se avent� con el pantal�n puesto, y una vez m�s nos besamos. "Est�s
muy sucio", le dec�a yo, mientras lo tallaba con un poco de pasto, sin dejar de
darle peque�os besitos en toda la cara. Ten�a la verga bien parada y yo estaba
bastante caliente, as� que sal� del agua, agarr� sus ropas y las m�as y las
extend� tras unos matorrales, y le ped� que saliera. Cuando lleg� a mi lado, ya
me hab�a insertado yo un �vulo espermicida y quitado la parte superior del
bikini, mostr�ndole los pechos que ya conoc�a �l. En cuanto lleg�, lo abrac� y
comenc� a besarlo otra vez, aprovechando que parada de puntitas casi alcanzaba
sus labios. Le desabroch� el pantal�n y se lo baj�, y toqu� suavemente su
aparato, sintiendo como palpitaba en mi mano. Entonces empec� a masturbarlo
suavemente, mientras �l me acariciaba los pechos y la espalada y no dejaba de
comerme a besos. No tard� mucho en descargar una buena cantidad de leche en mis
manos. Lo acost� sobre su espalda y yo me puse a su lado, acarici�ndole el
pecho, los hombros, el cuello, hasta que su verga empez� a dar se�ales de
recuperaci�n, momento en que lo mont�, apretando su aparato con mi cuerpo y
movi�ndome despacito sobre �l.

Luis no dec�a nada: con los ojos bien abiertos me miraba, y
con las puntas de sus dedos rozaba apenas mi cintura, mi cadera, el nacimiento
de mis nalgas, excit�ndome m�s de esa manera que si me tomara con decisi�n. Yo
me mov�a de tal forma que su pito parado fuera y viniera sobre mi cl�toris y la
entrada de mi vagina, por encima del tanga, pero no quer�a prolongar ese momento
m�s tiempo y ya estaba yo bastante lubricada, as� que pas� a lo siguiente: el
tanga de mi bikini era de los que se amarran con un par de mo�itos a ambos lados
de la cadera, as� que deshice ambos y sin moverme, con un r�pido movimiento me
despoj� del obst�culo y apoyando las rodillas, me elev� un poco, agarrando
firmemente la picha de Luisito... �l se semiincorpor� sobre un codo, abri� los
ojos a�n m�s, si cabe, y dijo en voz casi inaudible "pero... pero" y antes del
tercer pero, su cabecita hab�a entrado en m�.

Me deslic� despacio hasta media asta, y luego de una peque�a
pausa, empec� a subir y bajar despacito, muy despacito. Luis me ten�a agarrada
de la cintura y s�lo me miraba, respirando profundamente, hasta que por fin hizo
algo: sus manos aumentaron la presi�n sobre mi cintura y empez� a dirigir mis
movimientos, haci�ndolos cada vez m�s r�pido, y cada movimiento era acompa�ado
de un gemido suyo.

Apenas empez� as�, yo llev� mi mano derecha al cl�toris, y
empec� a masajearmelo con energ�a, y pronto cada uno de sus gemidos era
acompa�ado por un gritito m�o, cuando �l se vino ya estaba yo con los ojos en
blanco y no dej� de moverme hasta alcanzarlo, unos meneitos despu�s.

Me acost� sobre �l, sin sacarme su aparato: ya se saldr�a por
su cuenta, para disfrutar el contacto de su piel junto a la m�a, y sus caricias
en mi espalda. Francamente, para ser su primera vez, no hab�a estado nada mal,
aunque hay que considerar que el hecho de saber que lo desvirgar�a me hab�a
tenido muy caliente un par de meses, y hab�a echado le�a al fuego desde esa
ma�ana. La primera parte de mi plan se hab�a cumplido, y adem�s pod�a a�adir una
muesca a la cacha de mi pistola imaginaria.

Seguimos acarici�ndonos sin decir nada durante un buen rato,
y luego me par� y poni�ndome el bikini, fui a lavarme al ojo de agua, donde me
alcanz� Luis. S�lo en cuanto me hube vestido, y cuando �l terminaba de hacerlo,
le pregunt�: "�y ahora, qu� dices?" Solo me contest� cuando iniciamos la bajada:
"te amo... te amo", sigui� diciendo. A pesar de la dificultad que tuvo para
expresarse, porque el pobre no entend�a nada, dec�a que quer�a ser mi chico y
todo, sobre todo en cuanto le dije que se despreocupara por un posible embarazo.

Lo dej� hablar, y luego le dije que yo prefer�a que fu�ramos
amantes y no novios, amantes y los mejores amigos, con la expresa condici�n de
que todo quedara en secreto. El dec�a que pod�amos ser las dos cosas: noviecitos
de mano sudada delante de todos y... pero no lo dej� continuar. Le dije que
ser�a como yo le dec�a y, por supuesto, termin� aceptando, jur�ndome que por �l,
nadie se enterar�a. Entonces hizo la pregunta que yo esperaba: "�y Xavier?" Lo
mir� y le dije: "esta es la parte que te costar� trabajo, porque Xavier s� ser�
mi noviecito", pero piensa que �l me excitar� y t� me gozar�s, y que lo nuestro
ser� m�s importante, porque tu y yo compartimos los libros y el ajedrez y ahora
el sexo, y le exigir� que me deje seguir siendo amigo tuyo... y es que, �sabes?:
nunca he tenido un novio como Dios manda".

Parece que la idea no le disgust� del todo, porque quedamos
de acuerdo. La segunda parte de mi plan (que constaba de cuatro) empezar�a al
d�a siguiente, aunque por lo pronto ten�a la tarea de buscar un lugar donde
poder follar a gusto con Luisito.

Aqu� termin� Ariadna de contarme, y sin decir agua va, se
mont� en mi pito, para entonces firmemente enhiesto, y ahora yo os sugiero que
trabaj�is el vuestro.

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