Relato: Sabrina





Relato: Sabrina

Casi toda mi vida he ligado con chicas un tanto mojigatas en
el sexo. Hace un par de a�os, durante una convenci�n, conoc� a una
modelo/azafata que trabajaba en un stand de una compa��a que participaba en el
evento. Despu�s de intercambiar algunas miradas comenc� a conversar con ella. No
parec�a ser la t�pica modelo con un cuerpazo y sin nada en el cerebro. Despu�s
de un rato me dispuse a invitarla a cenar. Como a las 9 de la noche, al cierre
de la exposici�n, pase por ella y marchamos a cenar.


Despu�s de tomar suficiente vino y romper el hielo, la
conversaci�n tom� un matiz eminentemente sugerente. Comenzamos a bromear y entre
broma y broma nos fuimos desinhibiendo cada vez m�s. Le propuse comer el postre
en otro lugar y ella asinti�, sugiri�ndome pidiera otra botella de vino para el
camino y nos marchamos.


Tomamos un taxi, y le pregunt� que ella escogiera el camino,
a lo cual me pregunt� en que hotel me estaba quedando. En el veh�culo, se acerc�
a mi provocativamente y acercamos nuestros labios y nos besamos suavemente. La
suavidad del beso no disminuy� el mensaje del mismo: esta no iba a ser otra
noche m�s para ninguno de los dos. El conductor comenz� a mirarnos por el espejo
retrovisor mientras con cada beso nos calent�bamos.


Finalmente llegamos al hotel. Le pague al conductor dej�ndole
una buena propina quien sonre�do me dijo "Buena Suerte". Subimos a mi suite. Una
vez en la habitaci�n me empuj� a la cama y procedi� a hacerme un strip-tease
dici�ndome "papito, esta noche te cambiar� la vida".


Sabrina, vestida con un conjunto de minifalda y chaqueta de
cuero negra y una blusa de seda gris plomo, unas medias de seda de costura
trasera y unas zapatillas de tac�n alto de aguja. Era todo un sue�o, ojos
verdes, pelirroja, alta, cabello largo rizado. A medida que contoneaba su
seductor cuerpo se quit� la chaqueta con lo cual dos puntos se marcaron en su
blusa, como si fueran botones. Sigui� la minifalda que cubr�a un precioso culo
redondo y duro. A medida que se desvest�a, el sue�o parec�a aun m�s irreal, unos
senos 38D, un cuerpo de guitarra 95-55-90, ya solo cubierto por un conjunto
blanco de encaje, compuesto por un brassier de media copa y un tanga de hilo que
dejaba entrever unos labios bien depilados con una peque�a marca rojiza que los
coronaba. Para el momento que acab� la m�sica, el brassier ya hab�a volado por
los aires.


Abr� la botella de champa�a y serv� dos copas. Comenzamos a
besarnos apasionadamente acarici�ndonos mutuamente. Tocar sus senos era toda una
experiencia. Comenc� a morderle el cuello mientras ella gem�a como gata en celo.
Poco a poco fui llegando hasta sus senos para com�rmelos. Eran todo un manjar.
Unos senos naturales tan grandes duros y parados que desafiaban la gravedad,
coronados cada uno con un pez�n que sobresal�a como un cent�metro de una peque�a
aureola rosada. Entre besos, mordiscos y chupetones le fui lamiendo sus pezones
mientras vert�a la champa�a sobre sus senos.


Sabrina no escond�a su excitaci�n, mientras fui bajando por
su cuerpo hasta su pubis. Finalmente le quit� su tanga para quedar vestida solo
con su liguero, medias y un collar de perlas. Comenc� a jugar con sus
sensaciones, el fr�o de la champa�a y mi caliente lengua sobre su excitado
cl�toris, Se estremec�a. Cada vez que pasaba e introduc�a mi lengua por sus
depilados labios o le mord�a la entrepierna emit�a un gemido mas intenso que el
anterior hasta llegar finalmente a un potente orgasmo que la dej� temblando.


Una vez recuperada, me dijo:




"Gracias..."


"�Porque me das las gracias?, yo tambi�n lo he
disfrutado."


"Es solo que rara vez consigues a un hombre que no sea
totalmente ego�sta y solo piense en �l" coment�


"Es uno de los mejores orgasmos que he tenido, pero ahora
te toca a ti disfrutar" me dijo d�ndome un h�medo beso con sus carnosos
labios rojos




Bailando nuevamente en forma muy sensual comenz� a desnudarme
quit�ndome la corbata, sob�ndome con sus nalgas mi erecto miembro a trav�s de mi
pantal�n que parec�a una carpa. Luego sigui� la camisa mientras me acariciaba
con sus senos la espalda. Sus manos ya dentro de mi pantal�n comenzaron a
acariciar mi duro miembro mientras mord�a el l�bulo de mi oreja dici�ndome:




"Creo que a alguien le gusta que lo atiendan bien..."




Y procedi� a soltar la hebilla de mi cintur�n y quitarme los
pantalones. Ya sin mas ropa que mis interiores y mis calcetines, me comenz� a
mordisquear mi cuello y lamer la espalda. Me dio vuelta y comenz� a sobarme mis
tetillas, y acercando su boca comenz� a morderlas. Tom� la champa�a y la verti�
sobre las mismas, creando una sensaci�n intensa. Poco a poco lamiendo los restos
de la champa�a de mi cuerpo, me quit� el interior y comenz� a besar mi miembro
totalmente erecto de la excitaci�n.


Con una mano Sabrina masajeaba mi miembro, haci�ndome una
paja maravillosa y con la otra me acariciaba los test�culos. Comenz� a besar la
punta, lami�ndome el capullo y pas�ndole la lengua al agujero. Luego pas� la
lengua desde los test�culos por todo el tronco y comenz� a meterse la cabeza en
su boca chup�ndola suavemente. Con una presi�n constante comenz� un sube y baja
con su boca.




"Mejor ponte c�modo, mi amor". Me dijo




Nos movimos entonces al borde de la cama, donde volvi� hacer
lo que maravillosamente estaba haciendo. La tom� por su cabeza para guiar la
mamada (como si eso fuese necesario) y a medida que pasaba el tiempo, chupaba
m�s fuerte, not�ndose las hendiduras en sus cachetes. Era como una aspiradora.
Pero adem�s, su lengua no se quedaba quieta mientras succionaba, haciendo m�s
intensas las sensaciones. Mi orgasmo no estaba lejos. Sabrina se dio cuanta de
ello y de golpe tom� la champa�a, verti�ndola sobre mi glande, lo cual hizo que
las burbujas y el fr�o me creara nuevas sensaciones, retardando mi eyaculaci�n.
Comenz� de nuevo la magistral mamada, acariciando mas fuertemente mis
test�culos. Y nuevamente ante la inminente llegada de mi orgasmo repiti� el
proceso de la champa�a, haciendo esto varias veces. Hasta que me dej� llegar en
el mayor orgasmo de mi vida. Mi leche sal�a por borbotones y ella no desperdici�
ni una sola gota. Nunca ninguna mujer con la que hab�a estado se hab�a tragado
mi leche.




"Donde aprendiste a hacer eso", le dije una vez que pude
recobrar el aliento.


"Cuando tu me hiciste lo de la champa�a, record� que
hab�a le�do en alguna parte lo del efecto retardador del fr�o en los
orgasmos y como sent� que estabas a punto quise probar a retardar tu
orgasmo" me dijo


"Bueno, te puedo decir que es el orgasmo m�s intenso que
he tenido en mi vida"


"Eso significa que te gust�!" sonri�ndose p�caramente.




La tom� en mis brazos y la acerqu� para besarla. Ella parec�a
extra�ada. Le di uno de los besos m�s intensos durante el cual sent� el sabor de
mi propio semen en su boca. El sabor era distinto, pero no me desagrad�.




"Tu eres bien distinto..." me dijo "... otros con los que
he estado no se les ocurrir�a besarme despu�s de acabar en mi boca".




Serv� de nuevo champa�a en las copas y ya sobre la cama nos
relajamos y disfrutamos el momento conversando sobre nuestras vidas. Sabrina a
sus 24 a�os era una mujer so�adora a la que hab�an maltratado mucho en
relaciones anteriores. Ahora hab�a decidido tomar ella el rumbo de su vida.


Solo verla ah�, desnuda, al lado m�o en la cama, era una
fantas�a realizada. Poco a poco, mi miembro se fue recuperando. Comenzaron las
caricias mutuas, los besos y nos colocamos en posici�n para hacer un 69, yo
debajo, ella arriba. Comenc� a besar, y mordisquear suavemente su entrepierna.
Con mis dedos comenc� a explorar sus labios. Le met� mi dedo �ndice en su boca,
el cual lami� como lo hab�a hecho antes con mi miembro. Con mi dedo humedecido,
comenc� a masajearle su prominente cl�toris. Al mismo tiempo, ella se meti� en
su boca uno de mis test�culos mordisque�ndolo ligeramente estimul�ndolo adem�s
con su lengua, y con su mano comenz� a masajear mi pene.


Comenz� a lamerme los test�culos poco a poco sigui� hacia
atr�s, y con un dedo humedecido comenz� a masajearme el ano sin tratar de
introduc�rmelo. Visto su inter�s en el tema anal, comenc� a lamerle los labios
hacia el ano y comenc� a hacerle un beso negro, lo que ella acept� e igual�.
Mientras lam�a su ano, fui introduciendo un dedo en su h�meda vagina, y la
estimul� con un mete-saca. Poco a poco fui a�adiendo el segundo dedo y despu�s
un tercer dedo. Mi miembro ya estaba totalmente erecto y listo para ser
enfundado.


Me voltee coloc�ndome en la cama boca arriba con mi miembro
perfectamente parado y listo. Ella abri� un preservativo y me lo coloc� con su
boca. Ella se mont� frente a mi de cuclillas y fue introduci�ndose mi miembro
suavemente. Comenz� entonces un movimiento de sube y baja lento pero continuo,
mientras yo le masajeaba sus pezones y sus senos. Al rato cambi� de posici�n y
comenz� a cabalgarme un poco m�s r�pido, y m�s r�pido y despu�s a galoparme.
Tuvo al menos dos orgasmos seguidos. Cambiamos de posici�n: la puse en cuatro y
me acerqu� por detr�s. Con un poco de aprehensi�n exclam�:




"Por favor, no por el culo que aun soy virgen por all�"


"No vamos a hacer nada que tu no quieras..." le dije
"pero no te molest� que te hiciera un beso negro"


"Al principio tuve miedo pero no quer�a que te
decepcionaras. Adem�s sab�a que si te lo ped�a te detendr�as."


"No te preocupes, pero yo se que cuando lo hagas te
volver�s adicta a ello."




Le introduje mi pene en su vagina y comenc� a darle con
suavidad al principio, masaje�ndole primero las nalgas y luego acerc�ndome al
ojete. En esta posici�n con cada embestida llegaba m�s profundo. Sus gemidos ya
comenzaban a ser alaridos. Las embestidas eras fuertes y profundas. Sabrina y yo
un nuevo y potente orgasmo, drenando mi leche en el preservativo y sintiendo
como se estremec�a su cuerpo, tras del cual al ver su cara pude constatar
l�grimas saliendo de sus ojos.


Sin sacar mi pene de su vagina, ella se acost� sobre mi
pecho. Los dos dormitamos por como una hora, creo y entonces mi pene comenz� a
revivir ante los masajes que recib�a de su vagina. Sab�a que el juego no hab�a
terminado. Volvimos a hacerlo, esta vez en posici�n de misionero. Despu�s nos
fuimos a ba�arnos en un jacuzzi para relajarnos en agua caliente y sales de
ba�o. Hacerlo en el agua siempre ha sido muy excitante. Ella sentada de espalda
a mi sobre mi miembro en un suave y lento sube y baja. Mientras tanto mis manos
masajeaban sus grandes senos mientras mord�a suavemente el l�bulo de su oreja y
le comentaba lo rico que se sent�a mi pene siendo masajeado por sus m�sculos
vaginales. Ella simult�neamente acariciaba su cl�toris e introduc�a uno o dos
dedos conjuntamente con mi pene entre sus labios. Ambos llegamos a un gran
orgasmo conjunto, que hizo estremecer nuestros cuerpos quedando abrazados
relaj�ndonos en el agua ya templada. Descansamos un poco y terminado el ba�o,
fuimos a la cama y nos quedamos dormidos de tanta actividad.



A la ma�ana siguiente, despu�s de un cort�simo sue�o me
despert� el tel�fono. Era mi llamada despertador. Deb�a ir a las oficinas
locales de mi compa��a. Le escrib� una nota a Sabrina que aun dorm�a
placidamente en la cama desarreglada. En la misma le agradec�a por una noche tan
especial indic�ndole que desayunara y aprovechara las instalaciones del hotel.
Le propuse vernos nuevamente en la exposici�n en la noche y le dej� el n�mero de
mi m�vil en caso que quisiera contactarme.


Sal� a la oficina y al llegar, Claudia, la secretaria de mi
jefe, me pregunt�:


- "Raul, te ves distinto. Que te pic� que est�s tan
asquerosamente feliz?"


Yo solo sonre� y entr� a mi oficina. Mi d�a transcurri� con
el ajetreo caracter�stico, extra�ando aquella mujer tan rica y sensual.


En la tarde recib� una llamada de ella:




"Hola", me dijo con una voz sensual y melosa, "te
acuerdas de mi?"


"Como olvidarte!" Contest� en voz baja...


"�Nos vemos esta noche? Pregunt� insinuantemente


"Claro, paso por ti a la exposici�n?"


"No, mejor nos vemos en el lobby de tu hotel, listos para
salir"


"Ok, hasta entonces bella!"




El solo hablar con ella me hab�a excitado. All� me hallaba en
mi oficina en frente de mi secretaria con una erecci�n tremenda. Claudia era una
mujer de unos 25 a�os, de estatura promedio, de cabello negro liso corto, ojos
azules y un cuerpo bien formado, el cual nunca hab�a notado, pero dif�cil de
apreciar a trav�s de su discreto vestuario, siempre muy corporativo. Hoy llevaba
un conjunto color rosa claro de falda debajo de la rodilla, chaqueta y una blusa
azul oscura. Llev�bamos una relaci�n estrictamente profesional con mucha
confianza aun cuando nos conoc�amos desde hace varios a�os. Nunca la hab�a visto
con otros ojos que los de una compa�era de trabajo, pero aquel d�a algo cambi�.


Me apresur� a terminar el trabajo para marcharme al hotel.


Ya saliendo de la oficina Claudia me sonri� dici�ndome




"Espera, yo tambi�n voy saliendo. Si quieres te llevo a
tu hotel..."


"Gracias te acepto el avent�n, te ayudo con algo?"


"No te preocupes..." y bajamos en el elevador hasta su
auto.




Esto no era inusual. Claudia muchas veces me dejaba en el
hotel cuando visitaba la oficina. Ten�amos a�os conoci�ndonos. En algunas
ocasiones hasta cen�bamos juntos pero nunca hab�amos pasado de all�.


Una vez en el auto, despu�s de tocar algunos temas de la
oficina, comenzamos a tocar la vida privada. Hac�a unos tres meses que no nos
ve�amos y ten�amos mucho que conversar. �Que ha pasado con aquel? �Y aquel
otro?...




"Como te va con Juan, aun sigues saliendo con el? le
pregunt�...


"No, rompimos hace como dos meses" dijo con la voz
entrecortada


"�Que pas�? �Qu� te hizo el infeliz?"


"Mira Raul, no se si contarte, fue horrible..." me dijo
llegando al hotel


"Ven vamos a tomarnos algo y as� conversamos..."


"Tienes una cita, mejor lo conversamos luego. Quieres que
pase por ti en la ma�ana."


"Mejor nos vemos en la oficina"


"Ok!"




Despidi�ndome le fui a dar un beso en la mejilla ella gir�
levemente su cara hacia mi con lo que nuestros labios se tocaron suavemente.
Ella sonri� p�caramente y se fue. Yo medio confundido entre al lobby del hotel,
pregunt� en recepci�n si hab�an mensajes.


Sub� a mi habitaci�n para darme un duchazo y cambiarme. Como
a las 8:00pm recib� una llamada desde el lobby




"Hola..." dijo sugestivamente "te espero en la barra del
bar".




Baj� en el ascensor y me dirig� al bar. Entrando al mismo
pude notar una mujer de espaldas con un traje strapless verde grama ce�ido al
cuerpo muy corto, que dejaba ver unas piernas enfundadas en una medias de malla
y unos zapatos de tac�n de aguja.




"Sabrina", exclam�!


"Hola mi amor!"




Estaba bell�sima! Esta mujer me quitaba el aire con solo
verla.




"�Que quieres hacer? �Donde quieres ir?" le pregunt�


Bueno, vamos a cenar algo y decidimos durante la cena.


"Escoge t� el restaurante..."




Tomamos un taxi y ella le mencion� el nombre de un
restaurante al chofer. Mientras nos dirig�amos al lugar ella se acurruc�
conmigo.




"Te extra�� esta ma�ana cuando despert� y no te encontr�
en la cama" me dijo...


"Ayer la pase muy bien... y me tuviste pensando en ti
todo el d�a"


"Amor, te garantizo que hoy la vamos a pasar aun
mejor..." me dijo sugerentemente.


"Espero te agrade la comida francesa" me dijo al llegar
al restaurante.




No era un sitio lujoso, m�s bien parec�a un t�pico �bistrot
franc�s�, alegre, algo ruidoso, oscuro y rom�ntico. Entramos, ella ten�a todo
preparado, el �maitre� nos condujo a un privado, destap� la champa�a y nos
sirvi� las copas dej�ndonos luego a solas. Ella sentada a mi lado en el peque�o
sof� comenz� a acariciarme mi cabello mientras tom�bamos los primeros sorbos de
aquel elixir dorado. Un suave beso encendi� el ambiente. Y los besos siguieron
subiendo el tono, a medida que nuestras lenguas se volv�an a conocer como
animales en celo. Su mano poco a poco fue acariciando mis pantalones y con sus
rojas y largas u�as esgrim�a el contorno de mi pene y mis bolas. Yo por mi parte
comenc� a jugar con sus voluptuosos senos, notando que no llevaba puesto ning�n
�brassier�.




"Espera, que la noche apenas comienza y debemos ordenar
nuestra cena." dijo


"De acuerdo, aunque ya se lo que quiero como plato
principal"


"... Vamos a ver el men�"




Caracoles, ensalada de endivias, pato a la naranja, steak a
la pimienta, lenguado a la termidor, solo leer la lista de platos era todo un
placer. El maitre tom� la orden y nos dej� a solas nuevamente...


Ella procedi� a abrirme el pantal�n con la punta de los
dedos. Suavemente deline� la forma de mi miembro con sus u�as. Se puso delante
de mi y comenz� a soplar su caliente aliento sobre la cabeza de mi pene, el cual
deseaba salir a trav�s de la tela de mi ropa interior. Lentamente con sus
delicados y largos dedos fue acariciando me quit� los interiores y comenz� a
acariciarme desde los sacos de los test�culos hasta la punta del glande,
paje�ndome lentamente. La extrema excitaci�n que sent�a me hac�a implorarle que
me hiciera llegar, pero ella me indic� que quer�a que tuviera el mayor orgasmo
de mi vida.


A pesar que estuve cerca de llegar varias veces, Sabrina se
encarg� de detener a tiempo cada orgasmo a su voluntad. Finalmente tom� el
�ltimo sorbo de la copa de champa�a y luego comenz� a succionar con fuerza
mientras me estimulaba el glande con su lengua. Poco a poco un orgasmo comenzaba
a gestarse en mi pr�stata. Una vez que el primer gran chorro comenz� a salir,
Sabrina me hizo eyacular los pr�ximos chorros directamente en el mismo. Cuando
ya los chorros comenzaban a espaciarse en tiempo, comenz� a aplicar la misma
succi�n anterior dren�ndome por completo. La copa hab�a quedado bastante llena.
Sonri�ndose me dijo, "este es parte de mi postre. Ya tu tendr�s el tuyo luego".


Me guardo el pene dentro del pantal�n y nos pusimos a esperar
que el mesonero nos trajera la comida. Me hab�a dejado "seco"...


Una vez terminada la comida solicitamos un co�ac como
digestivo. Cuando lo trajeron, Sabrina mezcl� el suyo con los zumos que me
extrajo tan divinamente y lo tom� como si fuera lo �ltimo que beber�a en la
vida, sin dejar gota en la copa. El ver la imagen de esta imponente mujer
delante de mi tom�ndose una copa de c�ctel de semen, me excit� de tal manera que
mi pene se puso duro otra vez sin contacto alguno. Ped� la cuenta y nos
marchamos del lugar abrazados como quincea�eros.


Regresamos a mi hotel. En el taxi, Sabrina no dejaba de
excitarme cont�ndome que ten�a pensado para la noche. A medida que sub�amos en
el ascensor, nos com�amos a besos. Al pasar la puerta, me quit� mi saco, deshizo
el nudo de mi corbata y luego de espaldas a mi fue quit�ndome lentamente la
corbata mientras frotaba su culo contra mi pene. Tom� mis manos con las suyas y
las coloc� sobre sus senos. Sus pezones estaban duros y erectos, desafiando la
delgada tela de su ce�ido vestido. Mientras yo masajeaba sus tetas ella comenz�
a sobarme mis caderas. Le comenc� a besar el l�bulo de una oreja, luego el
cuello, los hombros para luego darle la vuelta y ponerla de frente a mi. Entre
besos y chupetones, ella comenz� a quitarme la camisa y abrirme el pantal�n.
Poco a poco fue bajando a a nivel de mis tetillas mordi�ndolas ligeramente.
Hab�a quedado en medias y zapatos, los cuales r�pidamente me quit�. Ella segu�a
totalmente vestida a�n. Intent� levantarla para desvestirla pero continu�
jugando con mi pene en su boca.


Finalmente se levant� y me cruz� su pierna derecha con mi
piernas y comenz� a ronronear como una gata. Mis manos recorrieron todo su
cuerpo y le quit� el vestido dej�ndola en liguero, medias y zapatillas. La tom�
en mis brazos y la llev� al sof� y de rodillas fui acarici�ndole las piernas
mientras le quitaba los zapatos. Posteriormente le desabroch� las medias del
portaligas y le retir� delicadamente las medias. Proced� entonces a besarle y
lamerle los pies. Eran unos pies delicados y muy bien cuidados. Esta mujer
podr�a dedicarse a modelar sus pies. Nunca hab�a hecho esto en mi vida, pero
estos pies me hab�an creado una atracci�n especial. Poco a poco fui subiendo con
mis atenciones por la pantorrilla, la pierna, los muslos, su entrepierna hasta
llegar a su sexo. Ella tuvo varios orgasmos sin haber llegado a tocar sus partes
�ntimas.


Le levant� las piernas, poni�ndolas en mis hombros, y comenc�
usando mi lengua a juguetear con su cl�toris, con su vagina y su ano, masajeando
sus duras y carnosas nalgas. Otro orgasmo se acercaba, as� que comenc� a
estimularle su ano, introduci�ndole primero un dedo y luego a medida que el
ojete ced�a introduje otro dedo.




"Parece que hoy vas a darme tu virginidad" le dije


"Mi amor, se muy delicado, que he escuchado que duele
mucho por ah�..."


"Conv�ncete que s�lo te har� gozar como nunca los haz
hecho. Y en cuanto, al dolor, el mismo no lo vas a sentir si te relajas y
logramos que tu ano se relaje"




Para este momento ya ten�a tres dedos en su culo y con la
lengua no dejaba de estimularle el cl�toris. Orgasmo tras orgasmo le facilitaron
relajarse y disfrutar el proceso.


Sub� a la cama y le ped� que se sentara sobre mi pene, el
cual no pod�a estar m�s duro sabiendo lo que le esperaba a continuaci�n. Sabrina
estaba nerviosa pero confiaba en mi y el hecho que ella misma se ensartar�a le
permitir�a controlar la situaci�n en caso que el dolor fuera mayor al tolerable.
Poco a poco fue tratando de introducir el glande, lo cual le cre� cierta
aprehensi�n, pero una vez que el mismo hab�a entrado ella sinti� que lo lograr�a
y se meti� el resto de un solo tir�n. No lo pod�a creer, mi pene en el culo de
esta diosa. Y comenz� entonces un mete y saca con unas contracciones del ojete,
lo cual masaje� en una forma �nica mi pene. Llegamos simult�neamente en un
orgasmo intenso que me hizo descargar mi carga en su culo. Ella se recost� boca
arriba sobre mi y la abrac� masaje�ndole sus deliciosos senos sin
desconectarnos. Esta era una sensaci�n que nunca hab�a sentido: su culo fue
masajeando mi pene para volverlo a la vida.


Sabrina me sugiri� meternos en el jacuzzi y disfrutar un
relajante ba�o de burbujas.




"Creo que te ha gustado esta nueva experiencia"


"Si... nunca pens� que pudiera sentir algo tan intenso
sin tocar mi sexo" coment�


"Hay un dicho que aplica muy bien aqu�: �el sexo mientras
m�s asqueroso, m�s rico�..."


"Si, eso he escuchado, pero no se si me atrever�a a otras
cosas..."


"�Has estado con una mujer?


"No!, bueno cuando estuve en la escuela, tuve una corta
experiencia l�sbica con una compa�era..."


"�Te gustar�a tener un tr�o?




Y sus ojos se iluminaron con la sugerencia, pero no contest�.
Tom� mi pene y comenz� a besarlo, meti�ndoselo en la boca, comenzando una de sus
famosas mamadas. Me sub� m�s a la orilla del jacuzzi para evitar que se ahogara.
Cuando mi pene estaba listo para otra sesi�n, la tom� en brazos y le dije que
cruzara sus piernas alrededor de mi cintura y frot�ndole mi pene sobre sus
labios vaginales y su cl�toris se lo introduje en su vagina. En un movimiento de
sube y baja fuimos d�ndonos otro banquete de gusto. Cambiando varias veces de
posici�n terminamos sentados dentro del jacuzzi consiguiendo otro maravilloso
orgasmo.


Nos secamos y decidimos irnos a la cama a dormir, durmiendo
acurrucados el resto de la noche. A la ma�ana siguiente, mi faena en la compa��a
continuaba.


Al llegar, Claudia me esperaba con un caf� en mi oficina. Se
notaba que algo le pasaba y quer�a conversar conmigo.



Entramos a la oficina y cerr� la puerta. Ven�a ataviada en un
conjunto de falda y chaqueta color azul marino y una blusa blanca semi
transparente, zarcillos y collar de perlas negras. Nos sentamos y comenzamos a
conversar.




"Me dejaste algo preocupado ayer"


"No te preocupes, tu cara se aviv� mucho cuando recibiste
la llamada y no iba a da�ar tu velada"




En ese momento entr� una llamada a mi m�vil. Era mi jefe
dici�ndome que una crisis hab�a explotado y que deb�a partir a otra ciudad, para
negociar un acuerdo de emergencia. Me indic� que llevara a Claudia para que me
apoyara en lo que fuese necesario. Le comuniqu� a Claudia lo que deb�amos hacer
y le dije que fuese a casa a empacar lo necesario para un viaje de un par de
d�as. Y que nos encontrar�amos en el aeropuerto.


Regres� a mi hotel. Sabrina estaba en el jacuzzi, tomando un
ba�o de burbujas. Cada vez que la ve�a mi pene quer�a asomarse del pantal�n.




"Preciosa, se me present� un asunto de importancia que
har� que me ausente por unos d�as. Si quieres qu�date en el hotel, la suite
ya est� contratada. En lo que regrese, me encantar�a verte otra vez..."


"Cari�o, no te preocupes por mi. En lo que me avises
estar� aqu� para ti. Si lo deseas, me quedar� en el hotel, pero preferir�a
quedarme en casa hasta que vuelvas."


"Est� bien, pero si quieres usar las instalaciones del
hotel, aqu� esta una llave para ti. Ya le di instrucciones al gerente del
hotel que tu eres mi invitada y que no te falte nada"




Y en ese momento me hal� hacia ella meti�ndome en la tina.
Hicimos el amor y apenas d�ndome tiempo para empacar lo necesario, me llam�
Claudia desde el lobby indic�ndome que deb�amos irnos.


Nos dirigimos al aeropuerto, mientras revisaba los
antecedentes del caso. No era algo sencillo lo que tendr�amos que enfrentar.


Tomamos el avi�n y Claudia me ayudaba a familiarizarme con
los detalles de lo que �bamos a negociar. Decidimos tomar un descanso y tomar
algo.




"Ahora cu�ntame que te sucede. Ning�n hombre vale lo
suficiente para tenerte tan triste"


"Es que no se si deba contarte. Fue tan desagradable."


"Hace tantos a�os que nos conocemos, creo que hay la
confianza suficiente para que puedas apoyarte en mi. Pero si no lo
deseas..."


"Mi relaci�n con Jorge iba de lo mejor, ten�amos los
mismos intereses, nos acopl�bamos bien, pero el era mucho m�s sexual que yo"


"A que te refieres. Tu nunca has sido una estrecha. Te
agradaba pasarla bien, seg�n recuerdo."


"Bueno, si, pero quiz�s no soy todo lo atrevida que el
quer�a. El ten�a mucha experiencia y quer�a ense�arme nuevas experiencias y
yo comenc� a retraerme en mi misma, con lo que Jorge fue aburri�ndose."


"Y terminaron y ahora estas sola"


"En parte. Conseguir con quien salir es relativamente
f�cil, pero me he vuelto fr�gida y ya no lo disfruto. Fingir el orgasmo es
sencillo, pero no puedo enga�arme a mi misma."




Y se ech� a llorar. Yo la tom� en mis brazos tratando de
consolarla. Entre sollozos me sigui� dando detalles. El mayor problema es que
Claudia le encantaban los hombres y su ex novio hab�a querido tener una org�a
con otras parejas. A el le encantaba el �sexo duro� y ella no estaba preparada
para ello.


Entonces, como parte del abrazo s�bitamente me bes�. Siempre
me hab�a parecido una mujer muy sensual, pero nunca me atrev� a dar el primer
paso.




"Perd�name!, no he debido hacerlo..." me dijo entre
sollozos.


"�Porqu�?


"No es correcto. Es que adem�s de ser mi amigo, eres como
mi jefe, y la n�mina no se toca."


"Todo est� bien. Somos amigos. Tu eres una mujer muy
atractiva. Siempre me lo has parecido."


"No quiero da�ar nuestra amistad..."




Le tome delicadamente la barbilla, gir�ndole la cara hacia mi
y la volv� a besar. Fue un beso suave pero apasionado. Sin darnos cuenta el
vuelo hab�a terminado y est�bamos ya en tierra.


Bajamos del avi�n y nos dirigimos al hotel que nos hospedar�a
mientras desarroll�bamos nuestro trabajo. Nos registramos en una suite ejecutiva
de dos habitaciones que nos permitir�a trabajar en privado y sin problemas a
cualquier hora. Entramos a la suite y al cerrar la puerta soltamos las maletines
para fundimos en un largo beso.


En instantes comenc� a mordisquearle el cuello mientras ella
emit�a peque�os gemidos de placer. Pronto sali� su chaqueta y su blusa y
finalmente una falda de color blanco. Un par de preciosos senos atrapados por un
brassier de media copa de seda blanca eran el marco de un hermoso cuerpo. Un
tanga tipo hilo color blanco que hac�a juego con el resto de su ropa interior
mostraba un culo perfecto.


Su suave y blanca piel se sent�a mis manos como una fina
porcelana mientras la acariciaba. Su boca, enmarcada por rojos labios que
resaltaban su sensualidad, contrastaba con su piel. Su liso y oscuro cabello
resaltaba su natural belleza.


Mientras nuestras bocas se reconoc�an con pasi�n mi ropa fue
saliendo de mi cuerpo no sin la ayuda de sus suaves y �giles manos. Pronto
Claudia se volte� apoyando su culo sobre mi pene. La suavidad y firmeza de estas
dos redondeces masajeaban deliciosamente mi pene poni�ndolo cada vez mas duro.
Mis manos pellizcaban con suavidad los ricos pezones mientras masajeaban sus
senos y le mordisqueaba el cuello y las orejas. Nunca hab�a pensado estar as�
con ella. Los dos est�bamos muy excitados. De pronto Claudia me tom� del pene
con su mano derecha y me llev� a la habitaci�n sugiri�ndome que me sentara en la
cama. Arrodill�ndose comenz� a propiciarme una mamada deliciosa ayud�ndose con
sus manos y sus afiladas u�as. Con sus labios me comenz� besando la cabeza,
lami�ndola suavemente por todo el borde y jugueteando lleg� al centro de la
misma. Poco a poco fue bajando lami�ndome todo el tronco mientras me apretaba
las bolas entre sus manos y luego meti�ndose un test�culo en la boca mordi�ndolo
suavemente, mientras me masajeaba el ojete del culo intentando penetrarlo. Su
boca comenz� a mamarme la cabeza, tragando la mayor parte de mi pene mientras me
estimulaba analmente. No pude aguantar mucho este delicioso suplicio: termin� en
la boca de Claudia, justo cuando ella me penetr� de golpe con sus dedos, sin
desaprovechar gota alguna de mi leche.


La sub� a la cama quit�ndole la poca ropa que aun le quedaba
puesta. Sus senos eran hermosos, grandes pero sin perder la forma, firmes,
blancos como la leche con un erecto pez�n que parec�a el borrador de un l�piz y
una aureola rosada coron�ndolo. El solo verlos era una invitaci�n a mamarlos.


Sus piernas eran largas y bien definidas. Sus pies eran
peque�os para una mujer de su tama�o. Su pubis mostraba un total cuidado,
depilado salvo por un peque�o tri�ngulo oscuro de pelos perfectamente cortados
que coronaba el cl�toris.


La tend� sobre la cama boca arriba mientras nos bes�bamos y
le acariciaba su cuerpo. Comenc� a besarle el cuello, luego el pecho, y los
senos, bajando por su plano vientre de gimnasio hasta llegar a sus piernas.
Proced� a abrirme camino lentamente ante su sexo. Lo que ten�a ante mi era un
manjar: unos labios gruesos que invitaban a ser besados y mordidos abr�an camino
a un invitante y muy visible cl�toris. Comenc� a lamerle los labios y ese rosado
bot�n al tiempo que introduc�a en suaves embestidas mi lengua en su vagina. Sus
gemidos eran cada vez m�s altos. Juguete� con mi lengua el rosado ojete de su
hermoso culo lubric�ndolo suficientemente para poder penetrarlo con mi lengua.
S�bitamente su cuerpo comenz� a estremecerse violentamente al llegar a un
tremendo orgasmo. Observ� su cara. L�grimas sal�an de sus ojos entre sollozos.




"Es uno de los orgasmos mas intensos que he tenido" me
dijo una vez que recobr� el habla...


"No sabes la alegr�a que me da el haberlo hecho realidad
para ti..."


"Ahora te toca gozar a ti, mi amor"


"M�s de lo que ya goc� con la mamada que me diste?"


"Ni sue�as lo que vas a sentir..."




Y procedi� a revivir mi ya vivo pene acarici�ndolo con sus
u�as en toda su superficie, desde mis test�culos hasta el sensitivo glande. La
sensaci�n era indescriptible: era una mezcla de placer y dolor cada vez que sus
u�as pasaban por la cabeza. Moj�ndola con su lengua comenz� a mordisquearla
mientras me apretaba los test�culos y comenzaba a explorarme el culo con su otra
mano. Hizo entonces que me diera la vuelta coloc�ndome en cuatro para comenzar a
comerme el culo agresivamente y con la mano derecha empez� a pajearme. Introdujo
un dedo en mi culo, y comenz� a cogerme con su dedo y su lengua. Cuando mi
esf�nter hab�a dilatado lo suficiente procedi� a meterme un segundo dedo y as�
hasta que logro meterlo c�modamente. Ya estaba cerca del orgasmo. No se como
hizo pero logr� detenerme el orgasmo. Me volte� y me dijo que me acostara boca
arriba para comenzar a cabalgarme. Primero lo de espaldas a m� como sent�ndose
sobre mi miembro. Poco a poco fue aumentando la velocidad. Parec�a una posesa.
Luego cambi� de posici�n: de frente. Sus m�sculos vaginales comenzaron a
masajearme como nunca. Sin poder controlarme acab� en grandes chorros de semen
dentro de su caliente vagina. Nunca hab�a tenido tanto semen despu�s de una
larga sesi�n de sexo oral. Ella solo me sonri� y dijo:




"�Te gust�?"




No pude ni pronunciar palabra, pues se me hab�a ido el
aliento. La tarde hab�a pasado. Decidimos descansar un poco antes de prepararnos
para nuestro compromiso de negocios en la cena. Tomamos un relajante ba�o en el
jacuzzi. La hice recostarse en mis brazos de espalda a mi. Ella era otra persona
a la que hab�a visto en la ma�ana.




"�Como puede haberte dejado Juan? Eres maravillosa!


"D�jame contarte... Juan fue un excelente amante. Aprend�
mucho con el. Entre tantas experiencias ambos nos volvimos bisexuales,
mantuvimos diversos tipos de org�as y lo gozamos mucho. Comenzamos a tener
practicas sado, convirti�ndome yo en su esclava personal. Juan se estaba
volviendo adicto a esta pr�ctica, y yo aunque soy sumisa, me di cuenta que
esto se estaba saliendo de las manos. Un buen d�a me oblig� a un
"fist-fucking", y a medida que m�s me quejaba mas me maltrataba. Fue
entonces que decid� cortar esa destructiva relaci�n.




En ese momento la abrac� fuertemente entre mis brazos y le
dije que nunca permitir�a que algo similar le pasara mientras yo estuviera
cerca. Salimos del ba�o y fuimos a nuestras respectivas habitaciones para
prepararnos para la cena. Yo aprovech� para darle una ojeada final a los papeles
que tra�a con la informaci�n del proyecto a negociar.


Como dos horas m�s tarde, veo a Claudia aparecer en mi
habitaci�n ataviada con un traje rojo fuego que la hac�a verse como la diosa que
era, sin perder la imagen profesional que siempre la acompa�aba.




"Me dejas sin habla"


"Imag�nate como se quedar�n ellos"


"Creo que me facilitar�s convencerlos"




Eran como las 19:00 de la noche y partimos al restaurante
escogido. All� conversar�amos del negocio y luego cenar�amos. En el lobby del
hotel, no hubo hombre que no me envidiase.


Al llegar, a la reuni�n hicimos las presentaciones de rigor.
Nuestros futuros asociados de negocios no dejaban de mirar a Claudia quien no
solo los impresion� con su belleza sino con la eficiencia y conocimiento de la
materia. La reuni�n transcurri� con tranquilidad. La primera etapa de la
negociaci�n hab�a concluido y al d�a siguiente tendr�amos otra reuni�n a las
10am. Regresamos al hotel y una vez en la suite, decidimos dedicarnos un rato a
decidir la estrategia para el d�a siguiente. Verla vestida era tan excitante
como tenerla desnuda. Ella decidi� recogerse antes que yo y se fue a su
habitaci�n.


Yo estudiaba la informaci�n que reci�n hab�a recibido en la
computadora sobre el caso. Record� a Sabrina y le llam� a su celular.




"Hola preciosa"


"Hola cari�o, te extra�o. Que tal te ha ido"


"Bueno, tu sabes, trabajo es trabajo" mientras me
recordaba la tarde con Claudia


"Pareces cansado. Deber�as decirle a tu asistente que te
de un masaje para relajarte. Quien sabe, quiz�s la convenzas a algo m�s..."


"Tu y tus ideas. Siempre pensando en sexo"


"Esta bien, tu te la pierdes. Despu�s no te quejes
conmigo..."


"Te llamo en lo que pueda. Chao!"


"Chao!"




No lo pod�a creer. Sabrina me estaba sugiriendo que me
divirtiera con Claudia. Me parec�a incre�ble haber encontrado a dos mujeres tan
incre�bles...


Decid� leer un rato en la cama. Me desnud� pues siempre
duermo sin ropa, y tom� una revista. Escuche un golpeteo en la puerta. Extra�ado
fui a abrir la puerta luego de ponerme un short. Era Claudia, en un albornoz
blanco que hab�a llegado a mi habitaci�n.




"No puedo dormir"


"Yo tampoco"


"Dicen que hacer ejercicios antes de dormir facilita el
sue�o". Dijo con picard�a y desabroch�ndose el albornoz.


"Claudia, eres insaciable"




Y nos fundimos en un beso mientras el resto de la ropa
desaparec�a por los aires. Mientras acariciaba su terso cuerpo me di cuenta de
una nueva sorpresa que me ten�a preparada Claudia. En su vagina hab�a un
consolador el cual comenz� a vibrar tan pronto ella accion� una perilla de
control.




"Quiero que me des por el culo con el vibrador en mi
vagina para que sientas una sensaci�n �nica" me dijo mientras comenzaba a
mamarme nuevamente mi ya erecto miembro.


"Tus deseos son �rdenes"




Y comenzamos otra larga sesi�n de sexo. Cuando met� mi pene
por su ano la sensaci�n era muy agradable. Pero cuando ella encendi� aquel
aparato, la sensaci�n se volvi� a�n m�s excitante. El masaje que sent�a por la
vibraci�n a lo largo de todo el pene y en especial del glande, hac�a que el
mete-saca fuera aun mas rico, mientras los m�sculos de sus esf�nteres ahorcaban
mi miembro. A medida que ten�amos sexo, cada orgasmo se hac�a m�s intenso.
Dormimos abrazados hasta la ma�ana siguiente.


Desayunamos y nos vestimos para la reuni�n. Claudia se visti�
un poco m�s atrevida hoy, con un vestido color mandarina, de falda corta y
amplio escote delantero, el cual insinuaba a mirar sus pechos cubiertos por la
tela. Nuestros asociados de negocios llegaron a la suite y comenzamos las
discusiones. Claudia se inclinaba en alg�n momento para darme alguna informaci�n
al o�do, dejando entrever sus senos a nuestros futuros asociados, los cuales
perd�an moment�neamente la concentraci�n. Para las 2 de la tarde, hab�amos
llegado a un acuerdo en los t�rminos de la negociaci�n. Decidimos ir a celebrar
juntos, e hicimos arreglos para regresar al d�a siguiente.


Una vez que nos despedimos tomamos un paseo por la ciudad.
Claudia hab�a sido clave para la negociaci�n, as� que decid� que fu�ramos de
compras a la zona de tiendas exclusivas.


Fuimos a diversas tiendas, en las que Claudia se prob� desde
lencer�a, hasta ropa y zapatos. Finalmente compramos un conjunto de cuero, botas
de tac�n alto y lencer�a. En el camino pasamos por un sex-shop y decidimos
entrar a ver que encontr�bamos. Los hombres que estaban en la tienda se quedaron
boquiabiertos al ver una hembra tan apetitosa entrar a una "tienda" como esa.
Claudia le agrad� la sensaci�n de excitar de esa manera a los dem�s y empez� a
ver la diversidad de cosas que vend�a la tienda. De pronto se acerc� a mi y me
dijo:




"�Puedo?"


"Lo que quieras"




Y seleccion� un estimulador anal, unas bolas chinas, un
vibrador doble y un strap-on dildo de gran tama�o, adem�s de gel lubricante.
Pagamos y nos marchemos.




"Amor, tenemos que estrenar lo que compramos" me dijo...


"Desde luego" le dije pensando en la ropa.


"Que bueno que est�s de acuerdo, que me muero de ganas.
Vamos al hotel"




Su excitaci�n me hab�a tomado por sorpresa. Una vez en
nuestra suite, le ped� que se vistiera con su ropa nueva. Regres� de su
habitaci�n en pocos minutos. Era una diosa, un sue�o. Mi expresi�n debi� ser muy
elocuente pues, seleccion� una m�sica muy sugerente y comenz� a realizar un muy
sugestivo strip-tease. Primero sali� la chaqueta de cuero, luego la blusa
dorada, despu�s la falda. El conjunto de bra e hilo dental dorado la hac�a ver
como toda una modelo er�tica. Qued�ndose con las botas y la lencer�a se acerc� a
mi para desvestirme al ritmo de la m�sica, no sin gemir como una gatita en celo.
Cuando me desnud� totalmente comenz� a estimular mi ya erecto pene. Me acost� en
el sof� y con sus botas empez� a masajearme mi miembro. Cuando estaba a punto de
tener mi primer orgasmo, apret� fuertemente mis test�culos, previni�ndolo.


Se quit� entonces las botas y el resto de la lencer�a para
quedar totalmente desnuda. Entonces pude darme cuenta que ten�a las bolas chinas
en el ano. Me tom� por el pene y me llev� a su habitaci�n, donde ten�a todos los
"juguetes" que hab�amos comprado.




"�Conf�as en mi?" me dijo mientras sacaba una venda de
terciopelo negro


Absolutamente! Se que no me har�as da�o.


�Deseas tener la experiencia sexual m�s intensa que puede
sentir un hombre?


Estoy en tus manos.




Sab�a a que atenerme. Sab�a que me iba a estrenar la
retaguardia. Me vend� los ojos y me at� con esposas a la cama. Comenz� entonces
a estimularme todo el cuerpo con su ropa de seda y unas plumas, haciendo que mi
piel se erizara. Mi piel era un incre�ble receptor de est�mulos. Poco a poco
comenz� a lamer mi cuerpo comenzando por los dedos de mis pies, subiendo
lentamente por ambas piernas hasta llegar a la ingle. Sin tocar mi pene, solo
respir� sobre el y cre� que llegar�a, pero repitiendo la operaci�n anterior,
previno mi orgasmo y mi consiguiente eyaculaci�n. Sigui� lami�ndome el cuerpo
hasta llegar a mis tetillas, las cuales comenz� a mordisquear con pasi�n. Subi�
hasta mi boca para darnos un excitante beso.


Poco a poco comenz� a frotar su senos por mi cuerpo hasta
llegar a mi boca pidiendo que le mordiera los pezones. Despu�s comenzamos a
hacer un 69 y cada vez que iba a tener un orgasmo ella me lo preven�a.
Finalmente me coloc� el culo en la cara y comenc� a realizarle un beso negro.
S�bitamente me quit� la venda y me mostr� aquellas bolas chinas y me pidi�
s�calas con tu boca. El orgasmo que tuvo fue tan intenso que casi se desmay�.
Cuando finalmente se recuper� me dijo:




"Fue muy intenso. Estas listo para el tuyo?"


"Estoy en tu manos. Tu eres mi ama."




Estas palabras hicieron que apareciera un brillo especial a
sus ojos. Era como si tener el control le daba un placer especial. Me retir� las
esposas y me comenz� a mamar el pene nuevamente. De pronto me pidi� que me
levantara las piernas y comenz� a chuparme los test�culos. Tom� el vibrador y lo
acerc� al tronco de mi pene. Las vibraciones eran muy estimulantes. Con su
lengua comenz� a mojarme el ojete y lo acariciaba con su otra mano. Poco a poco
fue acercando aquel pene de pl�stico a mi ojete, mientras las vibraciones
relajaban mis m�sculos anales. La sensaci�n era incre�ble.


El vibrador me fue penetrando suavemente. Mi ano se hab�a
dilatado sin ning�n dolor. Mas bien lo que hab�a sentido era una sensaci�n de
placer que imaginaba era la misma que sent�an las mujeres cuando eran penetradas
vaginal y/o analmente.




"Estas listo para lo mejor?" me pregunt� Claudia


�Y es que hay m�s?


No has sentido nada a�n...


"Haz lo que quieras conmigo..."




Coloc�ndome en cuatro, sigui� acarici�ndome los test�culos
mientras me lam�a el culo. Luego con una mano comenz� a untarme un gel en mi
ano. Al voltear me di cuenta que ella se hab�a colocado el pene de pl�stico y
sab�a que no tardar�a en ser penetrado.




"Mi amor, ahora dejaras tu virginidad en mis manos y a
partir de este momento sobrepasar�s los l�mites del placer para realmente
conocer como siente una mujer, lo que te har� un amante sin limitaciones."




Entonces ese pene comenz� a acercarse a mis nalgas, frotando
y poco a poco intentando entrar por mi ojete. El glande de pl�stico era bastante
ancho para mi culo, pero este fue cediendo poco a poco ante la presi�n que
ejerc�a Claudia. El dildo fue penetr�ndome suavemente y una vez que me llen�
totalmente mi esf�nter, Claudia se detuvo unos minutos a fin que me acostumbrara
a tenerlo dentro.


La sensaci�n de estar con este miembro pl�stico invadiendo mi
interior era extra�a, pero no desagradable. Entonces Claudia me dijo,




"Vas a sentir lo divino que es ser cogido por un buen
pene"




Y comenz� un mete y saca suave y continuo. La sensaci�n de
llenura era algo que nunca hab�a imaginado. Esta nueva sensaci�n no conllevaba
ning�n dolor. Era m�s bien una mezcla de plenitud y placer. Continuamente,
Claudia aumentaba el �mpetu de la cogida, mientras me masajeaba los test�culos
con una mano y me pajeaba con la otra hasta que comenc� a jadear cada vez mas
intensamente acerc�ndome al orgasmo. Cuando de mi pene comenz� brotar semen a
borbotones ella me insert� el pene pl�stico hasta el fondo y se mantuvo acoplada
a mi hasta que mi orgasmo ces�. Hab�a regado mi leche por toda la cama. Nunca
hab�a llegado tan intensamente y con tanta cantidad o al menos eso creo.


Me abraz� por la espalda sin retirarse aun de mi y me susurr�
al o�do:




"Ahora debes entender porque a las mujeres nos gusta
tanto el sexo y porque algunos hombres se vuelven homosexuales..."




No le dije nada al momento, pero ya no me parec�a una locura
lo que me dijo. Estaba extenuado y feliz. Esta mujer me hab�a hecho pasar una
frontera que nunca hab�a pasado. Finalmente retir� su pene y fuimos al cuarto de
ba�o a relajarnos en el jacuzzi.




"Como sab�as que no te iba a rechazar la idea" le
pregunt�...


"Hubieras dicho algo en la tienda cuando est�bamos
comprando los juguetes. Sab�a que quer�as experimentar nuevas sensaciones y
que mejor momento que este."


"Sabes que no soy homosexual. No me veo haci�ndolo con un
hombre."


"De eso hablaremos en otro momento. Una vez que has dado
el primer paso, no es dif�cil que el siguiente sea un transexual o una org�a
con otra pareja. Aunque creo que te tomar� algo de tiempo o las personas
adecuadas para dar ese paso"


"�Como sabes tanto de esto?"


"�Se te olvida lo que te coment� de Juan? Con �l aprend�
muchas cosas agradables al igual que muchas desagradables y fue por estas
�ltimas que tuve que dejarlo. El sexo con �l siempre era una sorpresa. El
problema fue cuando el comenz� a ser agresivo y a hacerme da�o en sus
pr�cticas sado."


�Quieres decir que eres bisexual, y que viste como �l
ten�a sexo con otro hombre?"


"Pues si, y adem�s fui su esclava, pr�ctica en la cual
estuve con varios hombres y varias mujeres simult�neamente. Entre las
pr�cticas sado, el me azotaba, me ataba, para despu�s usar cera caliente o
prensas de colgar ropa sobre mis pezones, me� en mi boca y sobre mi cuerpo,
lo cual aun me parec�a excitante".


"Lo peor fue cuando me degrad� totalmente como persona al
nivel de considerarme un animal el cual deb�a tener pr�cticas sexuales con
otros animales. Una vez hasta trajo un perro al cual tuve que practicarle
sexo oral ante la amenaza de ser castigada. Juan me oblig� a ponerme en
cuatro delante del perro, el cual no desaprovech� la oportunidad de saciar
su instinto cogi�ndome sin piedad. Ese fue el momento que supe que deb�a
cortar esa relaci�n, pues no imaginaba que m�s pudiera querer que hiciera
para satisfacerlo."


"Ahora entiendo todo..." le dije


"Tu eres distinto. Tu me tratas como una reina. Yo se que
podemos tener una relaci�n abierta y mutuamente gratificante."




Ya era de madrugada y decidimos ir a dormir para en la ma�ana
preparar las maletas e irnos de regreso. Dormir con ella era algo muy agradable.
En la ma�ana me despert� mientras Claudia me mamaba el pene lista para una
sesi�n matinal antes de desayunar.


Desayunamos en la terraza de la suite y mientras com�amos,
comenzamos a jugar con la comida entrando en un juego sexual que continu� en la
cama. Finalmente nos duchamos, hicimos maletas y nos marchamos al aeropuerto.



Una vez en el avi�n comenzamos a conversar sobre lo sucedido
entre nosotros. Definitivamente no quer�a perder a Claudia, pero tampoco deseaba
dejar a Sabrina. Ambas me gustaban demasiado y as� se lo hice saber a Claudia.




"Por mi no hay problema. Es m�s quiz�s hasta podamos
estar los tres juntos."


"No se si a Sabrina le guste la idea. Creo que no le
importar�a compartirme, pero no se si un trio sea de su agrado."


"Plant�aselo cuando est� a punto de tener un orgasmo y
ver�s que gustosamente aceptar�. Yo creo que ella es muy agresiva por lo que
me has contado."


"Ya veremos..."





Una vez en tierra, regres� a mi hotel, donde encontr� a
Sabrina esper�ndome. Estaba bell�sima, vestida �nicamente con una camisola de
seda verde que hac�a juego con sus sensuales ojos verdes. La picard�a que
mostraba la sonrisa de sus carnosos labios rojos me hizo tener una erecci�n
inmediata.




"Estas feliz de verme o tienes unas llaves muy grandes en
el pantal�n" me dijo con sensualidad mientras se acercaba.


"Aver�gualo tu misma"




Poni�ndose de rodillas, no tard� m�s que unos segundos en
abrirme el pantal�n y meterse mi miembro en la boca, propici�ndole una estupenda
mamada. Ver su cabeza coronada por aquella melena de rizos rojizos era como un
sue�o. El solo verla me excitaba tanto que me causaba incredulidad. �Como pod�a
estar as� despu�s de dos d�as de sexo con Claudia?


Unos minutos despu�s de este estupendo recibimiento, me
deshice de mi pantal�n, la levant� en brazos y la llev� a la cama. Ella me
desvisti� quedando como llegu� al mundo frente a esta diosa pelirroja. Casi de
inmediato y sin hablar comenzamos a hacer un 69 que nos llevar�a a tener un
potente orgasmo simult�neo.


Le propuse entonces que fu�ramos a cenar y luego a bailar.
Acept� gustosamente. Quer�a vestirse para mi.


Se puso un traje de encaje negro ce�ido al cuerpo escotado
tanto al frente como en la espalda que dejaba ver claramente sus formas y unas
zapatillas de tac�n alto de aguja. Cuando estaba lista le dije:




"Cierra tus ojos" mientras me pon�a detr�s ella.




Saqu� entonces una gargantilla de oro planchado y se lo
coloqu� retir�ndole las perlas. De la gargantilla colgaba un dige con una
esmeralda que hac�a juego con sus ojos. Se sorprendi� con el regalo al abrir los
ojos.




"Es un peque�o adorno que resalta el verde de tus ojos"


"Es bell�simo, gracias..." y se volte� a darme un beso
apasionado.


"Espero que esto no sea para decirme adi�s"


"Ni lo sue�es"




Y como dos adolescentes agarrados de manos salimos de la
suite para tomar el taxi. Fuimos a un restaurante japon�s y luego a una
discoteca exclusiva de la ciudad. No recordaba quien me la hab�a recomendado.


All� comenzamos a bailar y nos conseguimos a algunos amigos
que no tardaron en comenzar a bromear sobre que finalmente me hab�an echado el
lazo. Era evidente que esta mujer me gustaba much�simo.


Fue entonces que not� que Claudia hab�a entrado a la
discoteca. Nos miramos y de inmediato Sabrina supo de quien se trataba. Claudia
se acerc� a nosotros y d�ndome un beso en la mejilla me salud� para luego
presentarse ante Sabrina quien la invit� a sentarse con nosotros. Despu�s de
algunos tragos y una entretenida conversaci�n, Sabrina me propuso que la sacara
a bailar. Era una pieza lenta y rom�ntica. Mientras bail�bamos me coment�:




"Te gusta mucho Claudia, verdad? Se nota de la forma en
que la miras"


"Si me agrada, pero tu me vuelves loco"


"No te preocupes, creo que si somos sinceros no hay
porque sentir celos"


"Eres muy abierta para haber sido herida tan
recientemente"


"Quiz�s, eso es lo que me ha hecho abrirme as� y madurar.
Creo que debemos vivir nuestra vida al m�ximo sin hacerle da�o a los que
queremos, pero sin imponernos limitaciones que nos hagan vivir una vida
infeliz..."




En ese momento cambi� la m�sica a un ritmo m�s atrevido
sensual. Claudia se acerc� a nosotros y comenzamos a bailar los tres juntos. Yo
era el queso entre dos apetitosas lonjas de pan. El baile paso a ser un fest�n
de caricias y besos entre los tres. Fue en ese momento que sab�a que iba a ser
una larga y excitante noche. En medio de tragos y m�sica decidimos marcharnos al
hotel para continuar la fiesta que hab�amos comenzado en aquella discoteca. Al
llegar al hotel orden� una botella de champa�a y fresas. Subimos a la suite y
entre caricias y besos las chicas comenzaron a desvestirme. Una vez en pelotas
Claudia sac� las esposas de su bolso y me amarr� a la cama. Ambas parec�an
haberse puesto de acuerdo, pues comenzaron a realizar un strip-tease a duo con
una m�sica muy sensual. Nunca pens� que Sabrina pudiese dar el paso a la
bisexualidad de una manera tan f�cil y natural. El espect�culo que daban estas
dos diosas era algo muy sensual: las dos chicas se acariciaban y besaban sin
pudor. Claudia sac� el resto de los juguetes que compramos en nuestro viaje y
comenz� a usarlos con Sabrina, quien respondi� muy bien.


Claudia le explic� a Sabrina como usar el dildo doble, el
vibrador, el estimulador anal y las bolas chinas. Claudia entonces se acerc� a
mi con el vibrador, me levant� las piernas y comenz� a estimularme el ojete con
aquel endemoniado aparatito, hasta lograr introduc�rmelo mientras le dec�a a
Sabrina que me mamara el pene. Las sensaciones que pude sentir fueron algo del
otro mundo.


Claudia retir� el vibrador y me introdujo el estimulador anal
para seguir dilat�ndome el culo. Sabrina no dej� de mamarme el pene. Cuando
sensaba que estaba cerca de eyacular, se deten�a para evitarlo. Una vez bien
dilatado, me retir� el estimulador anal y me introdujo las bolas chinas
diciendome:




"Hoy vas a tener el mayor orgasmo de tu vida. Y ser�
inolvidable!"




Sabrina, comienza a cabalgar a Raul. Dicho y hecho. Mientras
ella me cabalgaba, Claudia comenz� a introducir el vibrador en el culo de
Claudia. Las sensaciones que se transmit�an a mi miembro a trav�s de la vagina
me estimulaban como nunca antes. Cuando ya nos encontr�bamos cerca del orgasmo,
Claudia comenz� a jalarme las bolas chinas retir�ndolas impulsivamente de mi
ano. El orgasmo al que llegamos nos hizo gritar como posesos. Quedamos
exhaustos. Sabrina se reclin� sobre mi cuerpo abrazada a mi cuello. Claudia se
acerc� bes�ndonos er�ticamente y retir�ndome las esposas.


Lo que Claudia me hab�a prometido era cierto. Ni siquiera en
nuestras sesiones anteriores de sexo pod�an compararse con lo que hab�a sentido.




"Ya has dejado atr�s el tab� del sexo anal. Hay pocas
fronteras que te faltan por cruzar. Una de ellas es tener sexo con otro
hombre"


"Creo que prefiero pasar y no tener esa experiencia"


"No digas de esa agua no beber�"


"Es verdad" dijo Sabrina "Yo nunca pens� que pudiese
hacer lo que hice hoy con Claudia, y ya ves"


"Y lo que nos falta por hacer" dijo Claudia mientras le
daba un beso acarici�ndole sus rizos rojizos.




Y esas dos mujeres que me volv�an loco comenzaron a besarse
con pasi�n. Claudia y Sabrina comenzaron a acariciarse sus redondeces
coloc�ndose en un perfecto 69. Con ayuda de los juguetes continu� la
estimulaci�n de sus intimidades. Claudia entonces me dijo




"�Y tu piensas quedarte a mirar no mas?"




Entre las dos comenzaron a mamarme el pene hasta pon�rmelo
duro. Hacer el amor con dos mujeres no era una experiencia nueva para mi, pero
el hacerlo con dos mujeres que se compenetraban tanto era algo espectacular.

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Relato: Sabrina
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