Relato: El bultito de mis hijas







Relato: El bultito de mis hijas

EL BULTITO DE MIS HIJAS


Hola. Me llamo Rafael y espero que me recuerden de las
anteriores historias que vine a contar, en las que, a su debido tiempo, tom� a
mis dos hijas por amantes (para m�s detalles, leer la
y

parte). Debido al �xito de ambas historias, vuelvo para acabar seguir contando
lo ocurrido y desvelar lo que pas� despu�s de que mi peque�a Julia se hiciera
mujer conmigo una noche que su madre y su hermana mayor se hab�an ido de crucero
con un amigo m�o. La historia contin�a, precisamente, donde la dej�



Tras volver de su viaje en el yate de Dar�o, Rosa me hab�a
contado lo mucho que hab�a disfrutado del crucero y con disimulo me hab�a
gui�ado un ojo, insinu�ndome que all� hab�a pasado m�s de lo que me hab�a
contado. Me hab�a dejado en ascuas, con lo que entr� en una necesidad espantosa
y morbosa de saber qu� hab�a pasado. A menudo preguntaba a Rosa por lo ocurrido,
pero ella se hac�a la sueca conmigo, a veces incluso me ignoraba
deliberadamente, lo que solo me pon�a m�s y m�s ansioso de que me contase que
hab�a sucedido. El tener un secreto con el que jugar conmigo la volv�a loca de
contenta, pod�a verlo en su cara, pero a m� me exasperaba constantemente. Llegu�
a un punto, en el que cre� enloquecer de verdad, y tal exaltaci�n me hizo, al
cabo de un mes, urdir un plan jugar con ella como ella jugaba conmigo: ces� de
pronto de preguntarle por aquello, sin dar la m�s m�nima explicaci�n. Ella no me
pregunt� por qu� ya no insist�a m�s, claro que tampoco imaginaba mis intenciones
jejeje. Esper� al fin de semana siguiente, y en cuanto mi mujer se fue a
trabajar Rosa y yo volvimos a las andadas: yo me encontraba sentado en mi sill�n
favorito mientras ella acog�a mi verga en sus amorosas manos, recorri�ndola con
la lengua y bendici�ndola con sus carnosos labios.



-Mmmm�mmmmm�mmmmmmm�eso es hijita m�a, sigue as�, lo haces
muy bien�ch�pamela toda �eh?...uuuuuuuuuuuufff que bien�



-Me encanta verte empalmado Pap�adoro tu polla rica�te la
estar�a mamando hasta el fin de los tiempos�mm mmmm mmmm mmmmm��te gusta como lo
hago papi?...�verdad que lo hago bien?...



-S� mi amor�muy bien�oooooooooooohh que boquita tan
linda�as�, as�iiiiiiiii�que bien la chupaaaaas�aaaaaaah que delicia�



Durante varios minutos m�s estuvo jugando con ella en sus
manos, entreteni�ndose con su juguete favorito hasta que abri� la boca y empez�
una se�ora mamada que me pon�a loco. Mi ni�a hab�a aprendido maravillas en el
arte de la felaci�n, y cada vez me las hac�a mejores. Aunque me costaba tener
los ojos abiertos debido a la forma tan bestial de mamarla, procuraba no perder
detalle de cada maniobra de Rosa con mi polla en su boca. Con sus ojazos verdes
me miraba con complicidad sin dejar por un segundo de venerar cada cent�metro de
mi virilidad. Cuando ya no pude m�s la hice parar y me dispuse a devolverle el
favor: la sent� en el sill�n, la desnud� lenta y de manera sexy, y me lanc� a
probar los preciosos jugos que le sal�an al poco de meter mi lengua por ella.



-Aaaaaaaaaaayyyyy papito que bueno eres�te quiero papiiiii�te
quiero mucho, no te pares por favor�dame m�s, d�melo todo�as�iiiiiii�



En cuanto comenc� a beberme sus jugos supe que Rosita ya
estaba en el s�ptimo cielo. Su carita no tard� en sonrosarse de manera sublime,
estaba preciosa con sus mejillas ruborizadas, sus ojos cerrados y su boca
abierta gimiendo sin parar con mis caricias. Llev� mis manos a sus tiernos
pezones y jugu� con ellos tom�ndome tiempo para disfrutar de su tacto, del roce
natural de su tersa piel con la m�a. Me encontraba obnubilado con la belleza
sexual de mi hija mayor, y mi lengua no cesaba de penetrarla por su conchita
empapada en riqu�simos jugos que beb�a como un ni�o glot�n. Sus manos se posaron
sobre mi nuca y me indicaban donde deb�a darle placer, y luego ayudaban a las
m�as a jugar con sus tetas. Me prodigaba en lamerla cuanto m�s mejor, la quer�a
lo m�s cachonda posible, cuando de repente o�:



-F�llame Pap�, necesito que me folles�venga, entra en m�



Se abri� sobre el sof� mostr�ndose en todo su esplendor.
Estaba para hacerla una foto: desnuda, totalmente abierta de piernas y con su
cuerpo preparado para el placer. Fue entonces que dije con desd�n:



-�Bah!, ahora no me apetece. Ya lo haremos otro d�a.



Me levant� para irme al despacho sin siquiera mirarla: Rosa
qued� at�nita. No se pod�a creer que la dejara con las ganas, y de inmediato se
levant� y me cogi� del brazo.



-No puedes dejarme as�vamos a la cama pap�lo haremos en mi
cama�



-No, no me apetece, no insistas.



-Por favor papi, tengo ganas de hacerlo�por fiiiiiiii�har� lo
que sea papito lindo�har� lo que me pidas pero hazme el amor�



-�Lo que quiera Rosita m�a?.



-��S�!!.



-��Pues dime que viste en el yate de Dar�o!!. D�melo y lo
haremos.



Qued� pillada por sorpresa y fue cuando vio mi intenci�n.
Sonri� con malicia y acept�, as� que nos fuimos a su cuarto y me dispuse a
escuchar su relato.



-Me encontraba en cubierta yendo de un lado a otro mientras
Mam� y la mam� de Jennifer-la hija de Dar�o- estaban juntas todo el rato
charlando como cotorras-eso me hizo re�r mucho-. De repente que sent� ganas de
ir al ba�o y baj� a las habitaciones buscando el ba�o, y pasando por uno de los
camarotes, vi que la puerta estaba entornada, y escuch� a alguien diciendo "Por
favor Pap� quiero hacerlo, lo necesito". Me asom� y vi que era el se�or Dar�o y
Jennifer. �Estaba desnuda Pap�, desnuda sobre la cama!. El se�or Dar�o le dijo
que "Ahora no, Mam� est� cerca y podr�a descubrirnos, pero una mamada r�pida s�,
�te vale?". Ella asinti� y vi como le baj� la cremallera y empez� a fel�rsela.
Me puse h�meda Pap�, me moj� sin parar viendo como Jennifer iba chup�ndosela a
su padre: primero us� la lengua sobre la punta del glande, y usaba las manos
para masajear sus test�culos. Lo mimaba como una profesional, le hac�a cosas que
yo ni siquiera imaginaba. La cara del se�or Dar�o era algo impagable, estaba en
�xtasis. No s� cuanto dur� aquello, pero estuvo mucho rato jugando as� hasta que
la vi abrir la boca y mamarla como una desesperada.


�Incapaz de contenerme empec� a tocarme en mi rajita, primero
lentamente, masaje�ndome a la vez mis pezones por fuera de la ropa. Estaba a
tope, me encantaba hacer de mirona, y me encantaba m�s ver como Jennifer chupaba
y chupaba como una loca de la verga. Incluso cre� que era yo quien se lo hac�a
al se�or Dar�o. Me calent� imaginando que era yo quien se la mamaba, y era una
buena tranca, algo m�s larga que la tuya, pero no tan gruesa. Se me humedec�a la
boca de ver como Jennifer se lo tragaba todo. De golpe y porrazo �l lanz� un
largo gemido y supe que se hab�a corrido, y ella trag� y trag� hasta no dejar ni
gota. Vi como lo mir� con deseo pidiendo m�s, pero �l le dijo "Sigues siendo mi
peque�a mamadora. Ahora de he subir, pero volver� lo antes posible y te prometo
que en cuanto podamos pienso ponerte como las perritas y empalarte hasta
sac�rtela por la boca". Al ver que sal�a fui rauda al ba�o para no ser
descubierta, y por una rendija de la puerta vi como se alej� a cubierta suspir�
de alivio.


�Ten�a la cabeza llena de im�genes lascivas, de cosas que me
encend�an. De inmediato me desnud� totalmente y empec� a dedearme all� mismo.
Era la primera vez que me pajeaba papito, y fue maravilloso-me dijo con una
sonrisa de oreja a oreja-. Lo primero fue tocarme el cl�toris y jugar con �l
usando el dedo �ndice, y con la otra mano me iba toqueteando los pezones para
ponerlos duros. Me sent�a tan bien papito, tan a gusto�me acariciaba, me gozaba,
disfrutaba de mi cuerpecito bien formado: me tocaba mis empitonadas tetas,
acariciaba mi vientre liso, luego segu�a por las piernas y volv�a a mi empapada
fuente de placer. No pod�a detener mis escarceos, no quer�a. A la vez que me
dedeaba recordaba la felaci�n de Jennifer a su pap�, y me imagin� que era yo
quien se la hac�a, era mi boca la que se lo mamaba, era mi lengua la que la
degustaba�Eso me excit� m�s, as� que aceler� mis dedos y los met� dentro de mi
conchita, ten�a tres bien adentro y los mov�a a toda velocidad. Gem�, jade�, y
por fin, ��estall�!!. Hab�a disfrutado como una loca y hab�a tenido un orgasmo
sensacional. Luego, cuando me vest� e iba a salir, me di cuenta de que no hab�a
cerrado la puerta. De haber entrado cualquiera, me habr�a descubierto. Fue
excitante.


�Al volver a cubierta, pas� de nuevo por el camarote donde
estaba Jennifer y escuch� una voz de hombre. Pens� que era su pap� otra vez, y
como la puerta solo estaba entornada, me asom� a ver.



-�Lo era, verdad-pregunt� con ansia-?.



-No, Pap�, no lo era: se trataba de tres amigos del se�or
Dar�o, gente a la que vi en cubierta hablando con �l antes de bajar. Jennifer
estaba con ellos ��y se la estaba mamando a los tres!!. Los tres ten�an buenas
vergas, y ella iba de uno a otro mamando como una perra en celo. Nunca cre� que
Jennifer fuera tan caliente papito, estaba anonadada-a lo que me re� no solo por
su comentario si no por las cosas que Dar�o me hab�a contado de ella en su d�a-.
Iba de una a otra, y cuando no estaba chupando una, la manten�a erecta con sus
manos. Pajeaba, mamaba, volv�a a pajear�era de locura, y dios m�o, volv� a
ponerme caliente en seguida. Antes de darme cuenta ya me estaba metiendo mano
como una posesa viendo como Jennifer hac�a malabarismos para jugar con tres
trancas a la vez. Cansada de mamar se puso en la cama desnuda y abierta e invit�
a los amigos de su pap� a ir por ella. Los tres se desnudaron con rapidez y
empezaron a atacarla sin tregua: dos com�an sus tetas y uno su panocha,
intercambi�ndose cada poco tiempo, se besaban apasionadamente con ella, lengua
con lengua, parec�an aut�nticos enamorados.


�Masajearon su cuerpo por todas partes, lo besaron una y otra
vez, desde sus pies hasta su frente y su pelo y vuelta. Incluso introdujeron
deditos por su orto, y a ella le gust� a tenor de sus gemidos. Cansados de lamer
la pusieron en posici�n y lo que vi nunca lo hubiera imaginado: uno la tom� por
el orto, otro por la panocha y el tercero por la boca. �Estaba totalmente
rodeada de vergas!. Ojal� hubieras podido verlo papito. Qued� fascinada, y
quiero que sepas que un d�a yo tambi�n quiero hacerlo. La cara de Jennifer
mientras los tres machos se la beneficiaban era un aut�ntico delirio, una
maravilla. Parec�a que le iba la vida el intento. Fue culeada, follada y mam�
mucho tiempo, ni siquiera s� cuanto. Adem�s, ella los animaba jadeando como una
perra, les dec�a "h�ganme lo que quieran, prostit�yanme, env�cienme, forn�quenme
con todas sus fuerzas". Excitados por ello la vi gemir de dolor cuando dos de
ellos se la metieron a la vez por su conejito, y como no, al tercero se la chup�
para no dejarlo de lado. Poco despu�s se turnaron y se lo hicieron por el orto.
El que quedaba libre tap� su boquita con su verga y as� evit� que gritase, y se
la metieron por todas partes hasta dejarla cubierta de lechita. Al final uno de
ellos solt� un fajo de billetes y le dijo "A las putas se las paga. Esto para
ti, te lo has ganado". �Y sabes que dijo ella?. En vez de enfadarse dijo
contenta "Gracias, pero la pr�xima vez te pedir� m�s dinero, que yo lo valgo, �o
no soy una buena putita?". El amigo lanz� otro fajo y ella los bes� a los tres.
Cuando salieron me ocult� de nuevo en el ba�o, y cuando volv� a cubierta,
Jennifer estaba all� con su vestidito de volantes sonriendo como si nada hubiera
pasado.



��Virgen misericordiosaaaaaaaaaaa!!. Menuda historia, que
calent�n llevaba encima. La ten�a tan dura como para partir un muro de
ladrillos. Cog� con fuerza a Rosa poni�ndola debajo de m� y sin pre�mbulos la
penetr�. No me sorprendi� notar que ella estaba h�meda despu�s de contarme su
secreto. Estaba tan salido que solo pod�a pensar en gozarlo a lo salvaje, a lo
bestia, en plan violador. No s� como ella supo ver mi intenci�n y se abri� del
todo para rodearme con sus piernas dici�ndome que aceptaba hacerlo as�. Ambos
est�bamos muy necesitados, y muy cachondos.



-�AS�IIIIIIIIII! S�IIIIIIIII M�TEMELA
PAPIIIIIIIIIIIIII�F�LLAME VIVA, HAZME TUYA, REVI�NTAMEEEEEEEEEE�



Me incorpor� ligeramente apoyando las manos en la cama para
tener un punto de apoyo y sub� la intensidad de los bombeos todo lo que pude.
Era presa incontenible de un arrebato de pasi�n como hac�a tiempo no ten�a.
Estaba desbordado de lujuria, me chorreaba por los cuatro costados. La carita
desencajada de placer de mi hija mientras hac�amos el amor era indescriptible:
se convulsionaba y retorc�a de un lado a otro, gem�a con los dientes apretados,
me ara�aba la espalda desesperadamente, buscaba retenerme apretando sus piernas
alrededor de mi cintura, me ped�a con gritos de lujuria que la llevase hasta los
confines del mismo universo. �ramos como una turbulenta y vertiginosa ca�da en
picado desde miles de metros de altura, nuestras sensaciones estaban al l�mite.
Volv� a ponerme sobre ella y la bes� con angustiosa necesidad, me revolv� en la
cama con ella, la puse encima m�o un poco para que me cabalgara tal como yo la
estuve penetrando y desde luego me mont� a horcajadas retorciendo y estrujando
mi miembro con sus paredes vaginales, me exprim�a como si pretendiera dejarme
vac�o. Al echarse sobre m� volvimos a girar para volver a como est�bamos antes,
ella puso sus manos en mi culo para apretarlo y ordenarme que la martillease m�s
fuerte, yo apret� mis acometidas y llevados por la pasi�n del momento ella y yo
explotamos como un mill�n de supernovas a la vez.



-��PAP�AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!�



-���TE QUIERO TE QUIEROOOOOOOOOOOOOOOOO!!...



Quedamos derrumbados sobre la cama abrazados y d�ndonos
besitos a diestro y siniestro. Nos estuvimos acariciando el pelo, nos miramos a
los ojos como si fu�semos enamorados, nos sonre�mos�Ambos est�bamos jadeando por
el esfuerzo, hab�a sido demasiado. Acarici� todo su lindo cuerpo que con
angustia buscaba pegarse a m� todo lo posible. Parec�a como si estar lejos de m�
fuera algo insoportable. Vi esa angustia en sus ojos y la calm� con piropos y
caricias, y sonre� cuando ese miedo desapareci�. Jugamos a entrelazar las manos
y me las bes� con sus ojitos llenos de amor. Fueron los minutos m�s intensos de
toda la noche.



-Pap�, �si yo tengo novio podremos seguir haciendo esto?.



No me hizo falta mucho para comprender que se hab�a fijado en
alguien seg�n me pregunt� eso, y que de ah� ven�a su miedo, as� que le dije la
verdad:



-S�lo si t� quieres mi amor. Ya sabes que depende de ti.



-Gracias papito. Eres el mejor.



Nos besamos de nuevo y sonre�mos con ternura. Hab�a sido un
polvo excepcional, pero yo necesitaba m�s. No pod�a creerlo pero ya estaba
empalmado de nuevo, y eso no era habitual, no tan pronto. La narraci�n de Rosa
me hab�a sobreexcitado y ahora deb�a calmar mis ansias. Tan salido me encontraba
que solo una cosa podr�a calmarme, as� que me levant� de la cama de un salto.



-�A d�nde vas papa�to?.



-A ver a tu hermana, y t� vienes conmigo, me vas a ayudar.



Fuimos juntos al cuarto de al lado y all� estaba, durmiendo
el sue�o de los justos. Era como un �ngel. Con cuidado la bes� en la frente y
luego en los labios. Luego la acarici� y ella despert� con la m�s candorosa de
sus sonrisas.



-Hola papi.



-Hola mi amor. Lamento despertarte, pero es que te necesito.
Mira como estoy-dije se�alando con la vista mi visible erecci�n-. Vengo para
darte lo que tanto tiempo llevas pidi�ndome.



Se le iluminaron los ojos cuando se lo dije. Por fin yo hab�a
cedido a sus muchas s�plicas.



-Tu hermana nos ayudar� para que no pase nada malo y para
apoyarte en todo momento. �Lista preciosa?.



-Lista pap�.



-Pues ponte en posici�n, y t� Rosa ponte debajo de ella.



Julia se desnud� a toda prisa y se coloc� con las manos
apoyadas en la cabecera de la mesa, a cuatro patas. Rosa se coloc� debajo de su
hermana como ped� y yo me acerqu� por detr�s de mi hija peque�a, acarici�ndola
con paciente lentitud y masajeando su conchita y su orto.



-Que afortunada eres, cuando a m� me pas� no tuve una ayuda
como �sta-dijo Rosa-.



-S� que lo soy, pero de tener una familia que me ama tanto
como yo a ella.



Tanto Rosa como yo esbozamos una amplia sonrisa de orgullo.
Luego prosegu� mis caricias hasta que reemplac� mi dedo por mi lengua,
practicando el beso negro en el orto de mi peque�a para sensibilizarle esa parte
que iba a ser m�a. Rosa acariciaba a su hermana y se miraban como c�mplices,
cogi�ndose de las manos y acarici�ndose un poco. Los gemidos de Julia ya eran
prominentes a esas alturas, y Rosita me miraba con picard�a esperando no
perderse ni un solo detalle del evento, pero antes de intentarlo, me acerqu�
para que ambas preparasen la herramienta de trabajo.



-Anda, sed buenas y bes�dmelo un poco, as� har� menos da�o.



Muy obedientes ambas me lo jalaban a gusto. El ver a mis dos
peque�as mam�ndome a la vez era una imagen que dif�cilmente olvidar�a nunca. Sus
manitas y sus lenguas succionaban y acariciaban a la par: cuatro manos y dos
bocas bendec�an cada mil�metro de su adorada verga hasta dej�rmelo a punto de
nieve. Fue cuando cada uno volvi� a la posici�n asignada prepar�ndonos para el
ansiado momento: la punta de mi manubrio choc� con su orto intentando entrar,
pero a�n estaba algo cerrada a pesar de mis esfuerzos. Julia gimi� con fuerza y
se agarr� a Rosa entrelazando sus manos. Yo prosegu�a mis intentos de desvirgar
su lindo orto, cosa que consegu� a la cuarta vez. Ella lanz� un chillido de
dolor y Rosa la confort� bes�ndola intensamente a la vez que miraba como yo me
hund�a entre las nalguitas de mi peque�a. Me qued� quieto sintiendo la
maravillosa opresi�n de su recto alrededor de mi pene y mirando como ambas se
besaban de forma sensual, provoc�ndome intensas sensaciones. Nunca pens� que
verlas morre�ndose como posesas me pusiera a cien, pero as� era. Me curv� sobre
la espalda de Julia y yo tambi�n quise participar bes�ndome con las dos. El
inesperado tr�o que nos hab�amos montado era demencial.



-Mmmmmmmmm��ya est� bien metida papi?...uuuuuufff me has
llenado de ti papi, te siento muy dentro m�o�



-Compru�balo mi amor, t�calo para ver lo adentro que la
tengo�



Gui� su manita y toc� mi miembro para comprobar que, tal y
como dije, estaba totalmente hundido entre sus tersas nalgas. La forma en que me
toc� y palp� para notar como hab�a entrado era deliciosa, eran como suaves
caricias.



-�Te gusta notarla dentro, verdad?.



-Uuuuuuuuff s� que me gusta�vamos pap�, dame por el
culo�quiero que me des por el culo-pidi� con angustiosa necesidad-�



-Vamos all� Julita, y ag�rrate a tu hermana: este viaje
tendr� muchos baches y vas a salir rebotando por todas partes.



Tanto Rosa como Julia se rieron entre dientes. Yo acarici� el
precioso culo penetrado de mi hija menor, luego me ensaliv� un dedo para pasarlo
por su vulva fresca y h�meda y sin prisa pero sin pausa empec� mis contoneos con
las caderas, iniciando una penetraci�n serena. Quer�a disfrutar al m�ximo de esa
primera vez por el orto de mi peque�a y no correrme demasiado pronto. Ella
suspiraba y gem�a sintiendo como mi miembro se deslizaba entre las paredes de su
dilatad�simo ano, se aferraba a Rosa y �sta la acariciaba y mimaba con sus manos
y sus besos. Sin comerlo ni beberlo est�bamos cumpliendo el anhelado sue�o de
estar los tres juntos, y era una locura. Rosa se volv�a loca devorando las tetas
de su hermana, las com�a y chupaba con gran deleite; yo procuraba seguir el
bombeo dejando que cada penetraci�n fuera para ella una riada de sensaciones
encontrada; y ella se dejaba llevar por la verga de su padre y las manos y boca
de su querida hermana mayor. Cuando alcanzamos un ritmo com�n nuestro deseo
hab�a crecido tanto que me hab�a lanzado a la desenfrenada, cule�ndola m�s
fuerte y salvaje y ense��ndola a aguantar el dolor para convertirlo en placer.
Rosa y yo masaje�bamos su panocha al un�sono hasta que cog� por las caderas a mi
peque�a y me sent� como una locomotora sin frenos de lo r�pido que estaba
haci�ndoselo. Sus jadeos resonaban por todo su cuarto al igual que el sonido de
mis caderas contra sus nalgas. Est�bamos a tope, nos sent�amos plet�ricos.
Queriendo disfrutarlo m�s la propia Julia empez� a menearse para seguirme el
ritmo de mi acometida y Rosa se hab�a girado para comerle la vulva a su hermana
y que �sta hiciera lo mismo, o al menos que la masturbara. Como si fueran
oleadas provocadas por un maremoto el orgasmo nos fue sacudiendo cada vez m�s
intensamente hasta que finalmente fuimos arrollados por �l.



-Ahh ahh aaahh aaahh aaahh aahh aaahh aah aahh�ya viene, ya
vieneeee���me corro Julia me corrooooooooooooooo!!�



-��S�iii papiiii dame m�s fuerte sigue sigueeeeeeeeeeeee!!�



Fue como llegar a las puertas del cielo. Varios chorros
salieron de mi verga para llenar su culito de mi leche caliente y ella se
relami� al notar como es le escurr�a entre las nalgas. Cuando se la saqu� estaba
al rojo vivo, pero Julia estaba m�s radiante que nunca. Centr�ndonos un poco en
Rosa ambos la estuvimos calentando hasta que tambi�n lo goz� siendo presa de
nuestros besos y nuestro amor. Cuando mir� a mi hija peque�a �sta me miraba con
los ojos brillantes, exultantes de j�bilo.



-Ha sido genial papuchi. �Me dar�s por el culo m�s veces-me
pregunt� ilusionada con su vocecilla dulce-?.



-Claro que s� preciosa m�a, a ti y a tu hermana. Os quiero.



-Y nosotras a ti-dijeron a la vez-.



Se rieron como dos ni�as. Yo me sent�a el padre m�s
afortunado por tener a dos hijas tan bellas y amorosas. Les dije que antes de ir
a dormir me lo chuparan para que tuvieran raci�n de leche. ��La virgen!!, casi
se daban de bofetadas por ver quien me lo mamaba m�s tiempo. Las calm� diciendo
que lo hicieran a la vez, y casi me arrancaron la vida. Era incre�ble sentir dos
bocas chup�ndome. Al final volv� a correrme y lo hice en sus bocas para que se
lo tragaran todo, y lo hicieron como sibaritas. Despu�s de eso ellas fueron a la
cama y yo tambi�n, con un sentimiento de orgullo que no me cab�a en el pecho.
Hab�a sido una noche triunfal.



A la ma�ana siguiente lo primero que hice fue llamar a Dar�o
y contarle todo lo ocurrido con pelos y se�ales. �l qued� estupefacto y me
orden�, cuanto antes, que encontr�ramos el momento para llevar a cabo nuestro
plan secreto orquestado ya hac�a tiempo. Buscando un hueco en nuestras agendas,
tuvimos suerte y encontramos la oportunidad que tanto anhel�bamos en las
vacaciones de verano, aunque tuvieron que pasar un par de meses hasta que
tuvimos v�a libre para llevar a cabo el tan ansiado proyecto.



Dar�o, aparte de tener yates y coches, tambi�n pose�a una
casa en una isla a varios d�as en barco(la isla no era suya, claro est�), que
sol�a usar como casa de verano para vacaciones, y lo que fuera. Como estaba
apartada de las ciudades del lugar, estaba garantizada toda la intimidad que �l
y yo necesit�bamos, as� que, cuando le dije a mi esposa Teresa y a mis hijas de
ir all� a pasar las vacaciones, casi me comieron a besos las tres. Un par de
d�as despu�s ya est�bamos en el muelle subiendo al barco de Dar�o, el Vesta,
donde estaban su mujer(Herminia) y Jennifer, de la que no pod�a apartar la
mirada debido al relato de Rosa, y poco falt� para empalmarme all� mismo
vi�ndola en bikini resaltando sus curvas.



Un d�a despu�s de llegar all�, Dar�o y yo cogimos las ca�as
de pescar(hab�a buena pesca en una cala cercana) y pedimos a las ni�as que
vinieran con nosotros para que aprendieran. Aceptaron encantadas, y Herminia y
Teresa, tan cotillas como eran, prefirieron quedarse charlando de famosillos y
otras cosas, con lo que ya estaba todo arreglado. En cuanto llegamos a la cala,
que estaban lejos del alcance de todos, dejamos las ca�as junto a la pasarela
bien encajadas para que no cayeran y los cinco bajamos a los camarotes para
cumplir nuestro proyecto: intercambiarnos a nuestras hijas.



-Hijas, quiero que vay�is con el se�or Dar�o y que hag�is
todo lo que os pida, �de acuerdo?. Deb�is obedecerle en todo, por qu� Jennifer
har� lo mismo conmigo.



Ambas asintieron y fueron con Dar�o, mientras que Jennifer
vino hac�a m� contone�ndose y provoc�ndome con su carita de �ngel. Ten�a unas
proporciones perfectas para sus 16 a�os, sensuales, frescas, muy apetecibles: su
carita marm�lea, con sus ojos azulados y su pelo casta�o claro(liso y corto) se
antojaba irresistible. Era una dulzura sublime combinada con la m�s caliente
perversi�n.



-Hola Jennifer, �lista para satisfacerme?.



-Har� todo lo que me pidas. Ser� tu m�s fiel esclava y tu
puta m�s caliente.



Bufffffff que ni�a, menuda zorra.



-Entonces quiero que bailes para m�, que te contonees y te
vayas quitando la ropa, pero no te desnudes, qu�date con las braguitas, o el
tanga, o lo que lleves puesto.



Ni corta ni perezosa, aunque no hab�a m�sica, empez� a bailar
como una aut�ntica gog� de discoteca. �Que contoneos, que golpes de cadera!. De
gog� pas� a streaper y empez� a quitarse ropa, mientras que de lejos ve�a
encantado a Rosa mamando a Dar�o mientras �ste descubr�a las delicias de la
panocha de Julia. Jennifer, con la mirada lasciva, ardiente, me desafiaba a
seguir mir�ndola mientras su cuerpo se mov�a. A veces parec�a J-Lo, a veces
Stacy Ferguson(la chica del grupo Black Eyed Peas)�La virgen con Jennifer, era
una diablesa surgida del infierno para tentar a los hombres, era un bicho de
mucho cuidado. Ya me estaba tocando todo empalmado y ella ni siquiera se hab�a
quitado el sujetador. Mi vista se posaba directamente en la parte baja de su
bikini, donde destacaba un bultito prominente, visible, y sobretodo apetecible.
Jennifer sigui� bailando y se desnud� de cintura para arriba. ��Guau!! que
pedazo de tetas me dej� ver, parec�an las de Traci Lords o Angelina Joli�. Ya me
parec�a que eran algo grandes para su edad, pero no me imaginaba eso, y lo mejor
es lo firmes que estaban. Ten�a la polla a reventar, a punto de nieve. La hice
venir hasta m�a y comenc� a frotarla por encima del ba�ador.



-�Sabes que es lo que m�s me gusta?. Frotarte este bultito
por encima de la ropa. Lo hago siempre que puedo con mis hijas y a ellas les
encanta. �A ti te gusta?.



-Mmmmmmmmmmmm�nunca me hab�an hecho esto�siempre me met�an
mano por dentro de la ropa�me gusta mucho�se siente delicioso�por favor d�jame
ver tu polla tiesa�d�jame que te la mame�



Ante semejante petici�n no iba a decirle que no, as� que me
desnud� del todo y le dej� ver mi amoratada erecci�n. Jennifer se arrodill� y
empez� a pajearme un poco mientras probaba el sabor de mi verga con su lengua.
Queriendo saber que tal iba Dar�o con lo suyo, mir� y vi como ahora era Julia
quien se tragaba toda la herramienta de �l mientras Rosa se dejaba chupar, y por
las caras que pon�an, se notaba que lo estaban pasando de miedo. Yo segu� a lo
m�o llevando a Jennifer a la otra cama(eran dos peque�as que se pon�an juntar
como una grande, pero que ahora hab�amos separado para la ocasi�n) y mont�ndonos
un 69 de infarto. Despu�s de un largo rato de tocar su bultito hasta ponerlo m�s
tenso que una cuerda de piano aparte el ba�ador y observ� una vulva
sorprendentemente abierta, y no cerraba nunca. Menuda ca�a deb�a estar
recibiendo cada d�a, pens�. A la primera lametada su cuerpo se tambale� de parte
a parte, respondi�ndome con un lamet�n desde la base a la punta de mi glande que
me eriz� la piel. Antes de darme cuenta Jennifer estaba chorreando sobre mi cara
como una catarata, su cuerpo era una m�quina de sexo que reaccionaba a la m�nima
ocasi�n, al m�s leve roce. Sus jugos eran pura lujuria y me los beb�a a toda
prisa, pues chorreaba mucho. Del mismo modo, Jennifer devoraba el esmegma que me
sal�a de la verga y segu�a chupando queriendo sacarme la leche, pero eso deber�a
esperar.



Excitado justo al l�mite del orgasmo, me sal� de ella y la
tumb� en la cama abierta de piernas. Ella se dejaba hacer y me miraba con deseo,
me ped�a "vamos se�or Rafael, f�llame�.f�llame viva, destr�zame con tu manubrio,
emp�lame ya". Una petici�n que pensaba cumplir jajajajaa. No me anduve con
delicadezas y la penetr� de una sola estocada, hundi�ndome en ella todo lo que
pod�a. El ardor de su cuerpo me quemaba, me ard�an todos y cada uno de los poros
de mi piel. Con rapidez empec� a trabaj�rmela, empujando con ritmo de martillo
pil�n y ella me ayudaba cruzando sus piernas por mi cintura para sentir todo mi
miembro dentro suyo. Estaba echando un polvo espectacular, realmente alucinante.
Esa chica era una verdadera folladora, una gran jodedora de padre y se�or m�o.
Si se hubiese dedicado al porno no lo har�a mejor. Mi verga iba y ven�a de ella
cada vez m�s r�pido, mis ansias por gozarlo crec�an en progresi�n geom�trica y
ella no dejaba de gemir gozar y moverse debajo m�o. Llev� una mano a su culo y
se lo apret� con fuerza para aferrarme m�s a ella, apret� un poco m�s y
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH�Oh d�os m�o, hab�a sido un orgasmo fulminante. Llen� su
concha de mi leche y me tumb� en la cama llev�ndome la mano a la cabeza para
quitarme las perlas de sudor.



-�Ves como mi hija era una zorra-me dijo Dar�o mientras
estaba empezando a tirarse a Rosa-?.



-Es una fiera, una aut�ntica cerdita, una puerca, una golfa
barata�



-Dime m�s guarradas-me dijo-, me gusta que me insulten, que
me sodomicen, que me fuercen, me gusta que me peguen, que me manden, me encanta
que me pongan vestiditos para fetichistas y me encantan los d�os l�sbicos�yo
vivo para follar�



-�Pues ponte a cuatro patas puta asquerosa, que ahora vas a
sufrir!. ��Pienso dejarte el culo m�s ancho que el Arco del Triunfo!!.



Se puso sin rechistar y la penetr� en seco, sin esperar nada.
La muy guarra se agarr� a la almohada para soportar la embestida y me puse sin
dilaci�n a culearla. Realmente ten�a un culo exquisito, digno de una diosa. En
cuanto la tuve penetrada comenc� las endi�adas m�s salvajes que jam�s di,
quer�an reventarla, partirla en dos, deseaba verla sufrir mientras mi verga se
abr�a paso por su orto. No estaba seguro de si le destrozado el orto como
merec�a, pero desde luego yo lo iba a intentar por todos los medios. A la vez
que enculaba a esa loca de la verga pod�a o�r los enormes jadeos de Rosa, que
estaba a punto de gozar con Dar�o(y Julia a su lado con cara de loba hambrienta
deseando ser la siguiente). Mi ni�a follaba a la perfecci�n, Dar�o se lo pasaba
bomba sacando y metiendo su enorme palo de las entra�as de mi adorada hijita.
Queriendo gozar a la vez que ella me esforc� en acelerar las acometidas y
embestir el culo de Jennifer a lo loco. Para acelerar el cl�max deslic� dos
dedos por su vientre hasta su panocha y se la masaje� febrilmente, ordenando
luego que se lo hiciera ella misma. La apret� por las tetas, las estruj� y ara��
reteni�ndola muy apretada contra m�, segu� d�ndola duro y a los pocos segundos
de escuchar el grito de Rosa al gozar Jennifer y yo tambi�n explotamos de lo
lindo.



-Uuuff que orto, que puta eres�goza Jennifer goza�eres una
putona, voy a llenarte el culo de lecheeeee �AAAAAAAAAAAHH�



-Oh s� que bien ll�namelo p�rteme en dos dame duro no pares
dame por el culo dame dameeeeeeeeeeeee�AAAAAAAAAAAAAAAAHHH�



Qued� tirado en la cama plet�rico de alegr�a. Hab�a sido la
enculada m�s incre�ble de mi vida, mejor que las que hice a mis ni�as. Jennifer,
a mi lado, se sacaba el semen que se le escurr�a entre las nalgas y se lo com�a
que daba gloria verlo. Era una viciosa en toda regla, Dar�o no exager� ni un
�pice cuando me hab�a contado lo putita que era su peque�a tiempo atr�s. �ste,
por su parte, hab�a dejado que Rosa recuperase fuerzas y ya estaba centrada en
pasarse por la piedra a Julia, quien estaba de lo m�s feliz haci�ndole una
mamada, y solo era el principio de una tarde repleta de placeres incre�bles.
Como hab�amos salido poco despu�s del mediod�a, ten�amos unas 7 � 8 horas por
delante para disfrutar todo lo que quisi�ramos. Las tres fueron enculadas y
folladas hasta que casi nos dejaron vac�os, y como colof�n Jennifer, la
ninf�mana insaciable de las tres, se foll� a mis hijas delante nuestro. Nunca
hab�a visto a Rosa y Julia tan espl�ndida como cuando la hija de Dar�o las us�
como le dio la gana, toc�ndolas y foll�ndolas hasta que se corrieron como si
fuesen jovencitas violadas. Para cuando volvimos, nosotros dos nos hab�amos dado
un apret�n de manos como verdaderos c�mplices, y ellas ya eran oficialmente
nuestras fieles ninfas del placer.



Fue el mejor verano que pas� nunca. Jennifer ven�a todos los
d�as a provocarme, exhibi�ndose en bikini y dej�ndome ver lo que ocultaba cuando
nadie miraba, relami�ndose con la lengua para decirme que quer�a polla a todas
horas. Por su parte, Rosa y Julia hac�an lo propio con Dar�o, y como eran dos en
lugar de una, sab�an jugar entre ellas para volverlo loco. Cuando miraba hacia
ellos y ve�a lo que hac�an con �l me invad�a un sentimiento de orgullo pues
sab�a que eso era creaci�n m�a. Los cinco follamos en todas las habitaciones de
la casa, pues Herminia y Teresa sal�an a pasear al pueblo, al otro lado de la
isla, y nos dejaban v�a libre para corrernos a rabiar. A petici�n de Jennifer,
que era la m�s veterana de las tres(seg�n supe m�s adelante, pues ya desde los
10 a�itos ven�a siendo la putita de su papi), Dar�o y yo probamos la doble
penetraci�n no solo con ella si no con mis hijas, y lo hicimos con un espejo
delante nuestra para ver en primer plano la cara de rabiosa satisfacci�n que
ellas pon�an cuando sent�an dos pollas penetr�ndolas. Por cierto que la doble
penetraci�n fue probada en sus cuatro variantes: una verga en la panocha y otra
en la boca; una en la panocha y la otra en el orto; dos por la panocha y
finalmente dos por el ano. Me parec�a imposible que ambas entrasen en el mismo
sitio, pero as� fue. ��Magistral!!. Aquellos dos meses no hubo m�s cosa que sexo
y sexo(incluyendo a nuestras esposas: hab�a que cumplir con los deberes
maritales para no llamar la atenci�n), y nada nos gustaba m�s que acariciar sus
bultitos y ver como se mojaban. Fue el mejor momento de todos nosotros.



A d�a de hoy, varios a�os despu�s de lo ocurrido, Dar�o y
Herminia se separaron por "diferencias conyugales"(Herminia pill� a Dar�o con su
secretaria, a la que tambi�n se cepillaba) y Jennifer se qued� con su padre, al
que desde ese momento tuvo en exclusiva para ella sola. Teresa y yo seguimos
juntos y nuestras hijas son ahora unas mujercitas hechas y derechas: Rosa tiene
un novio que es como el hijo que nunca tuve, un chico al que aprecio mucho y �l
a m�. Es m�s, creo que �l sospecha que algo pasa entre su novia y yo, pero
tambi�n sospecho que la idea m�s que escandalizarlo le gusta, a tenor de lo
salido que es. Julia, por su parte, tambi�n ha tenido sus coqueteos con alg�n
chico(aparte de algunos fugaces escarceos l�sbicos, que siempre me contaba en
confidencia), y ahora est� saliendo con un compa�ero de clase bastante guas�n
aunque en el fondo es buen chico. Dar�o y yo hemos seguido teniendo nuestros
encuentros(y evidentemente nuestras hijas tambi�n se han seguido viendo de
cuando en cuando) para rememorar aquel verano de lujuria. Por mi parte, espero
que hayan disfrutado leyendo las tres partes de c�mo mis hijas y yo nos hicimos
amantes, y como la historia fue subiendo de tono hasta alcanzar cotas
inimaginables. Ya no me queda m�s que contar, salvo desearles que lo pasen bien,
que ustedes padres disfruten con sus hijas(lo mismo que las madres con sus
hijos) como yo lo sigo haciendo, y que si en el futuro ocurre algo nuevo, ya
volver� para contarlo. Gracias por leerme y hasta siempre...


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Relato: El bultito de mis hijas
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