En ese tiempo, yo trabajaba con un t�o m�o, ayud�ndole en la
instalaci�n de faenas. Consigui� un trabajo de instalar una red de agua, desde
un r�o a unas casas de campo, donde se plantaban distintos productos, junto con
la crianza de ganado.
Las casas no eran para nada ostentosas, al contrario, digamos
que casas muy pobres, de barro, pero con grandes terrenos cultivables, con
humilde gente de campo, sin embargo los costos de nuestros trabajos eran
financiados casi en su mayor�a por el estado.
El trabajo daba como para uno a dos meses, a si que, como
jefe de obra, ten�a que recorrer las casas y terrenos, viendo por donde
pasar�amos los tubos etc. Y fue a si como la gente del lugar, comenz� a
conocerme, a saludarme con mucho respeto, a pesar de mi corta (edad 27 a�os) y
por sobre todo, agradecidos por el trabajo que estabamos haciendo.
Todos los lugare�os, que no eran muchos, me autorizaron a
entrar sin previo aviso a sus terrenos, ya que constantemente ten�a que hacer
mediciones y otras cosas.
Una tarde que entr� al terreno de Don Jos�, junto con otro
muchacho que me ayudaba, siento que el due�o de casa, me llamaba desde su casa.
Nos acercamos; el viejito nos estaba invitando a comernos unas empanadas que
reci�n hab�a sacado su se�ora del horno de barro, junto a un buen trago de vino.
No me pareci� nada de mala la idea, a si que nos sentamos
bajo las parras a de gustar las empanadas de campo. Don Jos� era un viejo de
campo, de unos 70 a�os calculo yo, flaco, chico, pero muy alegre. Su se�ora, que
la conoc� ese mismo d�a, era una mujer m�s alta que el, calculo unos 55 a�os, un
poco gorda, t�s morena, con unos pechos gigantescos, bueno todo en ella era
grande, pero sus pechos ten�an un volumen descomunal. A diferencia de su marido
que era tan conversador, esta mujer era muy callada y solo se sent� detr�s de su
marido y se sonre�a de las cosas que habl�bamos, sin embargo la mirada de esta
se�ora era muy especial, ten�a como algo de picaresca y me miraba directamente a
los ojos.
Terminamos de comer y agradeci�ndoles su hospitalidad,
continuamos nuestro camino a los terrenos de don Jos�.
Mientras camin�bamos, me sent� observado..... doy vuelta la
mirada ....... era la se�ora de don Jos� que parada al lado de un �rbol nos
miraba alejarnos. Caminamos un poco mas all� y volv� la mirada encontr�ndome
nuevamente con su mirada y su sonrisa picarona.
Comentamos con mi ayudante el tama�o de las tetas de la
se�ora Rosa, realmente era extravagantes. Mi ayudante comenz� a bromear como la
vieja no me hab�a quitado los ojos de encima.
Al salir nuevamente del terreno, la se�ora Rosa con su marido
estaban sentados a la sombra de un gran �rbol. El se despidi� de nosotros, ella
solo sonri�. Nuevamente mi ayudante volvi� a molestar con la mirada de do�a
Rosa, y para que andamos con cosas, el ten�a raz�n, la mirada de ella era
completamente insinuante. Al otro d�a nuevamente tuvimos que ir a los terrenos y
nuevamente paso lo mismo.
Paso como una semana y cuando ven�a en mi camioneta entrando
a los terrenos de la obra, veo a don Jos� que ven�a en direcci�n contraria a mi,
en bicicleta, salud�ndome. Yo sab�a que la se�ora Rosa estaba completamente
sola, ya en ese sitio viv�an solo los dos.
La verdad no estaba en mis planes estar con una mujer como la
Sra. Rosa, pero algo me hizo desviarme a su casa. Estacion� la camioneta a
dentro de su sitio. Al bajarme, pude ver como ella estaba bajo las parras
cociendo algo. Me acerque a saludarla y a pedirle permiso para pasar a tomar
unas medias. Ella me dijo picaronamente que " me daba la pasada " ....
Y se ri�.
Comenc� a caminar al fondo del sitio. Sabia perfectamente que
ella me estaba mirando, di vuelta la mirada y efectivamente ella se hab�a puesto
de pie, apoyada contra uno de los postes del parr�n me miraba alejarme. Llegue
como a la mitad del sitio y oculte bajo unos �rboles fuera de la vista de la
Sra. Rosa. Espere como 5 minutos, sin hacer nada, y volv� a la casa.
Yo sab�a que ella lo quer�a, pero yo aun no estaba decidido,
no me gustaba, pero sus pechos me hac�an fantasear.
Volv� a mi camioneta, ella apoyada en la puerta de su casa,
mir�ndome. Me desped� de ella y ella de mi, con su mirada insinuante. Pens� un
poco y me baje nuevamente, acerc�ndome hacia ella, con la excusa de solicitarle
un vaso de agua.
Ella me hace pasar al otro lado de la casa, donde hab�a una
especie de p�rgola y donde hab�a una llave. Comenc� a beber y a mojarme el
cabello, comentando sobre el gran calor que hac�a.
Yo sab�a perfectamente que ella lo quer�a, pero hablaba muy
poco, solo se limitaba a contestar mis preguntas
Pregunt� por Don Jos� y me dijo que estaba trabajando en la
parcela de un amigo durante toda la semana, eso quer�a decir que estaba
completamente sola y que Don Jos� no regresar�a hasta que empezara a oscurecer.
Sin embargo, esa timidez, no me dio pie para continuar la conversaci�n o
insinuarle algo y me tuve marchar.
Al otro d�a , nuevamente en la tarde, ven�a en mi camioneta a
la misma hora y nuevamente me topo con Don Jos� montado en su bicicleta, rumbo a
la parcela de su amigo. Esta vez segu� de largo, pero al pasar por los terrenos
de Don Jos�, pase lentamente y me encontr� a Do�a Rosa, mir�ndome desde el
p�rtico de su casa. Se notaba que estaba ah� esper�ndome a que yo pasara. Ya
estaba completamente seguro de lo que la se�ora quer�a y me decid� a d�rselo.
Estuve en la obra como media hora y cuando estaba todo
funcionando, tom� mi camioneta y me fui a la casa de Don Jos�. Entre con mi
camioneta, dej�ndola bajo unos �rboles tratando de que de la calle no se viera.
La Se�ora Rosa, al sentir el sonido del motor, sale a la puerta y nuevamente me
saluda con una p�cara sonrisa. La saludo y le pido permiso para entrar a medir.
Igual que el d�a anterior me voy al fondo del sitio, me
demoro como 10 minutos, como si estuviese trabajando y me devuelvo a su casa.
Me acerco a conversar con ella. Su vestido de una sola pieza,
delgado despu�s de muchos lavados, hacia relucir su gruesa figura adem�s un
escote que apenas pod�a resistir el tremendo tama�o de sus pecho, formando un
pliegue en sus pechos que realmente me ten�an loco, haci�ndome muy dif�cil
tratar de mirarla a la cara, ya que mi vista bajaba a su escote una y otra vez.
Esta vez la Se�ora Rosa convers� un poco mas, incluso me hizo
preguntas sobre el trabajo que estaba haciendo. Nuevamente le ped� agua para
refrescarme y nos fuimos a la p�rgola.
Moj� mi cabeza bajo el chorro de la llave.
Ella de pie a mi lado, me miraba como con ganas de decirme
algo, pero nada. Despu�s que cerr� la llave, y ella tambi�n me dijo que se
refrescar�a.
Comenz� a mojar su cara, su pelo, su cuello, y el comienzo de
su escote. Yo parado detr�s de ella a poca distancia, viendo como la se�ora
Rosa, doblada, me mostraba ese generoso trasero, mientras se trasluc�a su ropa
interior a trav�s de la delgada tela.
Estaba muy cerca detr�s de ella, cuando un movimiento de
ella, hizo que nuestras ropas se juntaran. Mi verga qued� justo detr�s de esas
nalgas roz�ndolas suavemente, me acerque a ella repitiendo el roce, simulando un
descuido, en caso que la Sra. Rosa me rechazara ... mas ... eso no paso. Ella se
qued� en la misma posici�n e incluso se movi� un poco hacia atr�s haciendo que
sus nalgas chocaran contra mi verga que luchaba por salir del pantal�n.
Yo no me mov�, esper� ver que reacci�n ten�a, puede que solo
sea mi imaginaci�n... pero no... un nuevo movimiento, esta ves de lado a lado,
me indic� que esta hembra estaba sintiendo mi verga apoyada en sus grandes
nalgas y que le estaba gustando.
Repet� mi movimiento, esta ves de una forma mas descarada, y
ella nuevamente ech� el culo hacia atr�s.
Ya era mia .....La tome de la cintura atrayendo su cuerpo
hacia mi ..... ella no dec�a nada. Comenc� a moverme haci�ndole sentir como me
ten�a, mientras ella aun sin decir nada, apoy� las manos en el costado de la
pileta, y echaba su cuerpo hacia atr�s haciendo que el contacto fuera mayor a�n.
Yo nervioso hacia los lados , por si alguien nos estaba
viendo, pero los �rboles no dejaban ver nada, a si que me doble sobre ella y me
apoder� de esas tetas que hace rato me ten�an caliente.
� Ac� no, vamos pa� adentr�!
Y tu marido
No llega , si no hasta tarde ....
Entramos a su casa y en el comedor la tome por detr�s
nuevamente esta ves tocando sus tetas a mi antojo, manose�ndolas muy
fuertemente. Ella disfrutaba sentir como lograba calentar de esa manera a un
joven desconocido.
En esa misma posici�n, comenc� a desabrochar los botones de
su vestido y logre sacar una de sus dos tremendas tetas, agarrando un pez�n de
medidas extraordinarias. La di vuelta y me coloque a chupar cual ni�o, esa
tremenda ubre, metiendo en mi boca ese tremendo pez�n moreno, mientras ella
acariciaba mi cabello y yo sacaba su otro pecho ...
Mis manos comenzaron a levantar su vestido agarrando sus
nalgotas, ca�mos a un sof� que casi se desarma con nuestro peso de golpe.
Sub� su vestido lo mas que pude y sin dejar de chupar sus
tetas, comenc� a desabrochar mi pantal�n. Mi verga sali� lista para la pelea y
separando sus piernas ( una sobre el sof� y la otra en el piso) , le corr� sus
calzones .
Una abundante mata de pelos negros qued� expuesta ante mis
ojos, la acaricie con mis dedos y not� lo mojada que estaba. Sin pensarlo dos
veces, con mis pantalones a media pierna, apunt� mi herramienta a esa h�meda
cueva y comenc� a penetrarla igual que un animal en celo, una y otra vez,
sacando de su interior de esa mujer, grandes gemidos. Manoseando sus nalgas y
sus tetas.
No voy a decir que dur� mucho, ni que lo hicimos en distintas
posiciones, al menos no ese d�a Como 10 minutos despu�s de estar penetr�ndola y
chupando sus tetas a la vez, comenc� a acabar sin ning�n preservativo, ni nada
al interior de esa hembra, sacando mi verga exhausta y completamente mojada.
Me levant�, nos re�mos, casi no nos dijimos nada, nos
vestimos y me march� muy r�pidamente para evitar sospechas entre mis muchachos
Me sub� a la camioneta y al salir pude ver como la se�ora
Rosa, me miraba desde la puerta de su casa, con la misma mirada insinuante, pero
esta vez con una sonrisa muy diferente ...
Comentarios a
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO
Si alguna mujer chilena desea emitir alg�n comentario ....
muy bien venidos ser�n.