Relato: Pagando con la misma moneda (I) PAGANDO CON LA MISMA MONEDA
CAPITULO I
Comenzare mi relato dici�ndoles que fui hijo �nico de madre
soltera y por lo tanto muy mimado y consentido, adem�s quiero que sepan que mis
caracter�sticas f�sicas siempre fueron muy delicadas y poco varoniles y siempre
fui considerado como un ni�o bonito con ojos grandes, largas pesta�as, finas
facciones y pelo casta�o claro y cuando estaba en la secundaria sucedi� un hecho
que me marco, ya que mi mejor amigo que tenia en esa �poca, una vez que
est�bamos solos estudiando en su casa aprovech�ndose de mi inocencia en el
aspecto sexual, hizo que le sobara y chupara su pene, quiero decirles que no me
desagrado en lo absoluto pero sabia que eso estaba mal y no volv� a hacerlo.
Cuando estaba en la universidad conoc� a una linda muchacha
llamada Erica que era la mas solicitada y asediada por los muchachos, nos
hicimos muy buenos amigos y despu�s casi por iniciativa de ella novios, yo creo
que me escogi� a mi porque no era como los dem�s y siempre la respetaba, yo por
mi parte acepte porque sent�a admiraci�n por ella, es mas internamente sabia que
de haber nacido mujer me hubiera gustado ser como ella, siempre llevaba la
iniciativa y a mi me agradaba que fuera as� ya que me gustaba sentirme
dependiente.
Cuando terminamos la carrera decidimos contraer matrimonio,
mi madre se alegro ya que tenia dudas acerca de mi masculinidad, quiero decirles
que la luna de miel fue un desastre, los dos lleg�bamos v�rgenes al matrimonio y
me daba cuenta que no tenia la capacidad de satisfacer las necesidades sexuales
de mi esposa, con un pene peque�o y eyaculacion prematura, aunado a mi falta de
experiencia en el terreno sexual.
Ambos trabaj�bamos en diferentes empresas aunque ella con mas
�xito que yo, sexual y profesionalmente me sent�a frustrado y mis preferencias
sexuales se hac�an mas patentes hacia el sexo masculino ya que me sent�a atra�do
por los muchachos mas guapos y varoniles de la oficina y me masturbaba pensando
en la experiencia que hab�a tenido varios a�os atr�s con mi amigo de la
secundaria, las relaciones sexuales con Erica se hac�an cada vez mas espor�dicas
y trataba de evitarlas al m�ximo, solo cuando ella me las exig�a las ten�amos,
pero quedaba de manifiesto mi incapacidad al respecto y nuestras relaciones
maritales se hac�an mas tensas cada d�a.
Al cabo de un tiempo Erica comenz� a llegar mas tarde de lo
debido y sin que yo se lo preguntara me dec�a que estaba saliendo con sus amigas
a tomar caf� o alguna copa, como la ve�a contenta no me atrev�a a cuestionarla y
adem�s ya no me exig�a nada respecto al sexo, yo por mi parte me hab�a refugiado
en la masturbaci�n con revistas de hombres desnudos de grandes penes que tenia
bien guardadas.
En esa �poca mi admiraci�n por Erica crec�a d�a con d�a,
observaba su feminidad y la forma tan sexy y sensual como se comportaba y se
vest�a, cada d�a so�aba con ser como ella, nuestra relaci�n se hab�a
transformado en una buena amistad, los fines de semana que est�bamos juntos
hac�amos ejercicio en un peque�o gym que hab�amos acondicionado en la casa, yo
segu�a sus mismas rutinas y hab�a desarrollado una breve cintura, pompas bien
paradas y piernas largas y torneadas, cuando Erica me ve�a desnudo me dec�a que
seria la envidia de cualquier mujer, despu�s sal�amos de compras al s�per y a
comer a alg�n restaurante, me daba cuenta como la miraban los hombres con ojos
llenos de lujuria y ella se sent�a encantada y coqueteaba con ellos, me sent�a
celoso pero para mis adentros pensaba que si yo fuera mujer har�a lo mismo ya
que la mayor�a eran muy guapos, en algunas ocasiones ella me comentaba de alguno
que le gustaba y yo me hacia el desentendido.
En mi soledad renegaba como no hab�a nacido mujer y en una
ocasi�n estando en la oficina me met� al Internet y encontr� varios sitios de
transexuales, me intereso mucho como hab�an desarrollado esos hermosos cuerpos
tan femeninos que para mi eran todo un sue�o, as� me entere sobre el uso de
hormonas femeninas y sent� deseos enormes de usarlas yo mismo, tome datos al
respecto y decid� auto recetarme asumiendo los riesgos que esto implicaba, pero
eran mas grandes mis sentimientos femeninos que decid� hacerlo y saliendo me
met� a la primer farmacia a comprarlas.
As� paso el tiempo, Erica y yo conviv�amos muy poco y ahora
solo algunos fines de semana ya que se iba con sus amigas y amigos de oficina y
como la ve�a feliz pues no me atrev�a a reclamarle nada, yo por mi parte me
hab�a concentrado en mis deseos femeninos y despu�s de tres meses de haber
iniciado mi tratamiento con hormonas empezaba a sentirme diferente, mi libido
sexual hab�a bajado dr�sticamente, ya casi no tenia erecciones, las facciones de
mi cara se hab�an afinado un poco y mi piel se hab�a tornado suave y tersa, por
rutina depilaba mi cara y mi cuerpo y cada d�a me sal�a menos vello y barba,
segu�a haciendo ejercicio pero ya no se marcaban los m�sculos y la grasa se
distribu�a de diferente manera redondeando mis caderas y muslos, tenia los
pezones muy sensibles sent�a los senos abultados, esto hacia que siguiera
adelante y me daba �nimos, pasaron seis meses mas y ahora era evidente mi
aspecto femenino, adem�s me hab�a dejado crecer el pelo que me sal�a mas
abundante de como lo tenia, lo tenia un poco ondulado y ya me llegaba a los
hombros.
CAPITULO II
Un d�a viernes me sent� un poco enfermo y sin ganas de ir a
trabajar, Erica cuando salio se despidi� de mi no sin antes encargarme el
quehacer de la casa y me dijo que llegar�a un poco tarde y que no me preocupara,
ya entrada la ma�ana me levante y tome un jugo y algunas aspirinas para sentirme
mejor y me met� al ba�o, normalmente Erica lavaba sus pantaletas cuando se
ba�aba pero ahora las encontr� tiradas en un rinc�n del ba�o, las levante para
echarlas a la ropa sucia pero note que estaban h�medas de la entrepierna, las
observe bien y me sorprend� porque indudablemente estaban llenas de semen que
comprob� cuando las ol�, al principio me dio mucho coraje porque era obvio que
estaba poni�ndome los cuernos, despu�s recapacite y pens� que realmente era
l�gico que lo hiciera ya que yo era incapaz de satisfacerla, el coraje
curiosamente se convirti� en excitaci�n y envidia pensando como gozar�a mi
esposa con un pene verdadero como los que sal�an en las revistas y termine por
sobarme mi pene, ahora mas peque�o por el uso de las hormonas apenas en
erecci�n, eyaculando casi instant�neamente.
Me met� a ba�ar todav�a excitado renegando de no haber nacido
mujer para ser pose�da por un rico miembro como ella, cuando me estaba secando
frente al espejo que ten�amos de cuerpo entero en el ba�o, con gran gusto
ve�a los avances logrados en los ya mas de nueve meses de estar tomando
hormonas, mi pelo ondulado ca�a sobre mi afeminada cara donde ya no me sal�a
barba, tenia mi cutis suave y terso, nariz respingada y p�mulos salientes
que resaltaban mis ojos grandes color miel con largas pesta�as y labios
carnosos, mi cuello largo en el que nunca se hab�a notado la manzana tan
caracter�stica en el sexo masculino, bonitos hombros sin masa muscular, pezones
agrandados color marr�n como piquitos, sobre unos senos aun peque�os, pero que
ya denotaban su p�ber desarrollo, cintura breve donde nac�an unas hermosas
caderas y nalgas paradas y firmes, ahora solo me sal�a un poco de vello en el
pubis formando un peque�o triangulito y para terminar piernas largas y torneadas
libres de vellos, estaba extasiado y pens� que era hora que naciera la mujer que
quer�a ser.
Me fui a la recamara y del caj�n de la ropa interior de Erica
saque un conjunto de brasier y pantaleta blanco de encaje que siempre me hab�a
gustado, sabia que me iban a quedar bien ya que casi ten�amos la misma talla, me
puse las pantaletas me quedaron que ni pintadas, como eran de lickra se
ajustaban perfectamente a mi entrepierna y como acomode mi peque�o pene y
test�culos hacia atr�s entre mis piernas no se notaban para nada, obviamente el
brasier no lo iba a llenar ya que ella tiene unos bonitos y turgentes senos, por
lo que decid� no llevarlo, me sent� frente al espejo y cepille mi pelo hacia
atr�s con la idea de ponerme una peluca muy coqueta de pelo ensortijado color
casta�o que a veces usaba Erica, pero ahora tenia que arreglar mi cara, primero
proced� a depilar mis cejas para darles una forma femenina, me dol�a cada vez
que me sacaba los pelitos pero vali� la pena al ver el resultado, ahora me
aplicaba maquillaje en barra para cubrir las imperfecciones de mi rostro y lo
extend�a con una esponjita, esto hizo que mis facciones delicadas y nariz
respingada resaltaran a la perfecci�n, enchine mis pesta�as y me aplique un poco
de rimel, para darle una bonita forma a mis ojos los deline� como ve�a que lo
hacia Erica y puse un poco de sombras claritas sobre mis parpados, marque mis
labios con un l�piz delineador por arriba de las comisuras y los rellene con un
pincel de lipstik color rosa clarito nacarado, ahora luc�an mas grandes y
carnosos, por ultimo aplique un poco de colorete en mi mejillas, me sent�a
totalmente satisfecho con el resultado, no pod�a creer que me estaba
transformando en una linda ni�a, solo faltaba la peluca, fui por ella y la
cepille para acomodarla, recog� mi pelo con unos pasadores y me la puse, me
quedaba perfecta, los chinitos ca�an por mi cara d�ndome un aspecto muy juvenil
y candoroso, fui al closet y saque una minifaldita negra de vuelo, me gustaba
mucho como le quedaba a mi esposa y cuando me la puse y me vi. al espejo
sabia que yo pod�a lucirla igual que ella y as� era, se ajustaba muy bien a mis
caderas resaltando lo levantado de mi trasero y adem�s permit�a lucir mis bien
torneadas y depiladas piernas, complete mi atuendo con un coqueto y ajustado top
color de rosa si tirantes y arriba del ombligo que hacia lucir mi breve cintura
y resaltaba mis peque�os senos que sin brasier hacia que se notaran mis parados
pezones, como ella tenia una gran numero de zapatos de todos colores y estilos y
solo calzaba medio numero menos que yo, no me costo trabajo que me quedaran unas
sandalias negras descubiertas de tac�n alto muy sexis.
Cuando me vi. al espejo de cuerpo entero guauuu!!!! no lo
pod�a creer estaba hecha toda una mujercita de pies a cabeza, aunque caminaba
torpemente con los tacones altos tenia tiempo para acostumbrarme a ellos, y as�
proced� a hacer las labores que Erica me hab�a encargado, puse la ropa sucia en
la lavadora, lave los trastes y alce la casa, cada vez mis movimientos se hac�an
mas femeninos y me acostumbraba a caminar con los tacones movi�ndome
coquetamente, tenia bien estudiadas las actitudes femeninas de mi esposa y
trataba de ser y moverme como ella, cuando termine me di cuenta que tenia que
salir al s�per a hacer algunas compras de cosas que nos faltaban en la despensa,
dude por un momento si deb�a terminar con mi fantas�a o salir as� vestido como
estaba, pero cuando me vi al espejo me sent� tan encantadora que me arme de
valor y decid� salir as�, solo me faltaba ponerme unas u�as postizas y pintar
las de mis pies, fui al caj�n de accesorios de Erica y saque unas u�as
nuevecitas no muy grandes ya pintadas de rosa clarito, no tarde en coloc�rmelas
haciendo lucir mis dedos largos y femeninos, busque un barniz del mismo color y
proced� a pintarme las de los pies separando mis dedos con algodones, me costo
un poco de trabajo pero lo logre, se ve�an preciosos y pod�a lucirlos por lo
descubierto de mis sandalias, complete mi atuendo con unos aretitos de clip y
pulseras y anillos, ya estaba completa, tome un bolso de mano negro, met�
algunos cosm�ticos de los que hab�a usado y perfume Carolina Herrera, no sin
antes aplicarme unas gotitas en los lugares estrat�gicos y dinero, respire hondo
y sal� en busca de mi autom�vil que tenia estacionado enfrente de la casa
caminando con toda seguridad y coqueter�a, sent�a como el viento jugaba con el
vuelo de mi falda y acariciaba mis descubiertas piernas produci�ndome una
sensaci�n muy agradable, me sent�a una mujer total.
Cuando llegue al s�per, baje de mi auto y me dirig� a tomar
mi carrito contone�ndome coquetamente, ve�a de reojo como me volteaban a ver los
muchachos y me sent�a encantada, hice mis compras como cualquier ama de casa
y sonre�a a los muchachos que me miraban, me sent�a muy excitada y notaba como
se humedec�an mis pantaletas en mi entrepierna, pague mi cuenta y un muchachito
que llevo los bultos a mi auto cuando le di su propina me dijo "gracias
se�orita", en ese momento me sent� muy especial ya que estaba pasando como una
verdadera mujer.
No quer�a regresar a la casa aun, ya eran como las cuatro de
la tarde por lo que decid� ir a comer algo, hasta ese momento no hab�a tenido la
necesidad de hablar y me dio temor que pudieran identificarme por mi voz, quiero
aclarar que siempre hab�a tenido la voz aguda y hasta cierto punto ani�ada,
muchas veces me confund�an cuando hablaba por tel�fono con una mujer, por lo que
mi temor se disip� y pens� que si la hacia de una manera femenina no se iba a
notar, escog� un restaurante con valet parking para no tener problemas, muy
atentamente el valet me abri� la puerta, tome mi bolso y baje del auto muy
coquetamente dejando al muchacho con los ojos cuadrados, ya que como tenia la
faldita subida me vio hasta la pantaleta, todo turbado me dio mi ticket y le di
las gracias con una picara sonrisa satisfecha por las sensaciones que
seguramente le hab�a provocado.
Cuando iba a entrar al restaurante me di cuenta que en el bar
que estaba en la entrada, tocaban m�sica en vivo muy rom�ntica y adem�s hab�a un
letrero que dec�a que era la hora feliz por lo que decid� meterme en el lugar,
estaba a media luz y con un ambiente muy agradable, me sent� muy coquetamente
cruzando la pierna y no pude evitar que mi faldita subiera ense�ando una buena
porci�n de mis muslos, el mesero se acerco y haciendo mi voz lo mas femenina
posible le ordene una pi�a colada, cuando regreso tra�a dos vasos de mi bebida
ya que como les dije era la hora feliz, r�pidamente tome la primera, realmente
era lo que necesitaba, el d�a hab�a estado muy excitante y tenia que calmarme un
poco, cuando estaba tomando la segunda me fije que un se�or guapo bien vestido
que estaba en la barra sentado frente a mi levantaba su copa brindando
conmigo, t�midamente conteste levantando la m�a que apure hasta el fondo, de
pronto el mesero me llevo dos pi�as coladas mas, le dije que hab�a un error ya
que no hab�a pedido mas, pero me dijo que el caballero de la barra me las
mandaba, como ya estaba desinhibida por lo que hab�a tomado sintiendo un extra�o
cosquilleo en mi entrepierna lo mire con una coqueta sonrisa y levante mi vaso
para agradecerle el detalle, en menos de que se los cuento ya lo tenia sentado
junto a mi ya que el asiento era corrido y me pregunto casi al o�do que si me
pod�a acompa�ar, asombrada por su atrevimiento le sonre� y sin mas le dije que
si y me dijo "No puedo creer que una linda mujercita este tomando tan solita",
fingiendo de maravilla mi voz de mujer le dije que quer�a escuchar la m�sica y
que por eso me hab�a metido al bar, a lo que me contesto "Debo entender que eres
rom�ntica y a mi me gustan las mujeres as�", yo le conteste con candidez que era
muy atrevido que apenas me hab�a visto y ya quer�a ligarme, nos re�mos y
brindamos, como su platica era muy agradable y abierta no me hab�a dado cuenta
que ya hab�a terminado con mis bebidas y ya me sent�a mareada, me hab�a dicho
que se llamaba Luis y yo me hab�a bautizado como Carla, era el femenino de
Carlos, como me llamaba, y como siempre me hab�a gustado decid� que as� me
llamar�a de mujer.
Luis no dejaba de adularme y decirme que estaba preciosa, yo
ya me sent�a muy excitada y creo que no lo pod�a ocultar, cuando me di cuenta
Luis ya me tenia abrazada y con su mano acariciaba discretamente mis muslos, en
un momento nos vimos a los ojos y no pude evitar que me besara, al principio
suavemente y luego con pasi�n uniendo nuestras lenguas, me sent�a en las nubes
nunca hab�a besado a un hombre y me parec�a lo m�ximo, ahora me dec�a al o�do
que si �bamos a un motel que estaba ah� cerca, estaba a punto de aceptar sin
pensarlo, pero record� mi verdadera condici�n, mi fantas�a iba mas all� de lo
planeado pero deseaba con toda mi alma que se realizara y estaba a un paso de
lograrlo, por lo que me arme de valor y le dije que quer�a aclararle algo,
el pens� en ese momento que yo era una prostituta ya que me dijo "Te pago lo que
me pidas realmente lo vales estas de lujo", me halago que pensara as�
y acerc�ndome a su o�do le dije que era travesti, por un momento pens� que me
iba a mandar a volar pero cual seria mi sorpresa cuando me contesto "Mu�equita
pareces toda una mujercita y yo ya estoy bien caliente y no me voy a echar para
atr�s, as� que si aceptas darme tu culito pues adelante", sin mas pidi� la
cuenta y salimos del bar, le dije que llevaba mi auto pero el me pidi� que nos
fu�ramos en el suyo y luego me traer�a de regreso, no tardamos en llegar al
motel de esos en los que el auto llega hasta la puerta de la habitaci�n, era un
lugar muy cachondo con espejos por todos lados, apenas hab�amos entrado me
abrazo por la cintura peg�ndome a el bes�ndome apasionadamente y haciendo sentir
su tremenda erecci�n sobre mi vientre, bajando sus manos de mi cintura a mis
nalgas acarici�ndolas por debajo de mis pantaletas y con sus dedos buscando mi
ardiente culito, me separe un momento para decirle que tenia que pasar al ba�o,
ya en el ba�o me baje la pantaleta y me sent� a orinar, en esas estaba cuando vi
que hab�a un bidet, pens� que seria buena idea estar limpia para mi estreno, me
quite la pantaleta y abriendo las piernas me sent� soltando los chorros de agua
en mi hoyito, sent� como entraban en mis entra�as y expulsaba el agua, operaci�n
que repet� varias veces hasta que me sent� limpia, me seque y me puse una buena
cantidad de crema que llevaba en mi bolso en mi ansioso hoyito para lubricarlo,
as� como un poco de perfume, me puse la pantaleta y sal� a la recamara al
encuentro con Luis.
Cuando lo vi. ya estaba totalmente desnudo, era delgado pero
musculoso, muy velludo y con un pene riqu�simo largo y grueso en total erecci�n,
acudi� a mi encuentro y me beso, sent�a su duro m�stil sobre mi vientre, me
quite la falda mientras que el me quitaba el top acariciando y besando mis
endurecidos senos, me cargo en sus brazos para depositarme en la cama, me acost�
boca abajo, me quito la pantaleta y abri� mis piernas y comenz� a pasar su
lengua por mi ano, mil escalofr�os recorr�an mi cuerpo y paraba mis nalgas para
recibir su caliente lengua, me volteo frente a el y acerco su pene a mi cara
para que se lo chupara, lo tome con la mano y t�midamente comenc� a lamer su
cabezota, con trabajos me lo pod�a meter a la boca y con mi mano ara�aba
suavemente sus test�culos con mis u�as largas, estos se sent�an retra�dos y
pr�ximos a estallar, como sinti� que pod�a venirse me pidi� que lo dejara, me
coloco como perrita y con sus manos separo mis nalgas, sabia que se aproximaba
el momento tantas veces so�ado, abr� las piernas al m�ximo parando el trasero
para recibir su embestida, al primer piquete recule ya que sent� un dolor
tremendo, el con gran experiencia volvi� a intentarlo, pero ahora me tomo de la
cintura y no dejo que me saliera y poco a poco me lo fue metiendo hasta el
fondo, mord� una almohada para no gritar, ya sent�a sus bolas chocar contra mis
nalgas y como me tenia sujeta de las caderas, empez� a moverlas en c�rculos
mientras bombeaba lentamente su miembro en mi ano ardiente, poco a poco
aumentaba sus movimientos y no tardo en explotar dentro de mi, cuando se separo
se recost� y yo me puse entre sus piernas para chap�rsela y probar los restos de
su tibio n�ctar que todav�a escurr�a hasta que se le paro de nuevo, esa tarde mi
calentura acumulada, para mi deleite, hab�a sido apagada por Luis, me cogi�
desenfrenadamente en todas las posiciones imaginables como si hubiera sido una
verdadera mujer, me dol�a todo, pero aun as� deseaba que ese placer excitante
durara por siempre.
Luis tambi�n hab�a quedado mas que satisfecho y me dio su
tel�fono para que lo llamara cuando deseara salir con el, salimos del motel y me
llevo a mi auto y nos despedimos con un calido beso con la promesa de tener
pr�ximamente un nuevo encuentro, me confeso que nunca lo hab�a hecho con un
travesti pero que conmigo era diferente ya que para el era una linda mujercita,
situaci�n que me hizo sentir muy especial y verdaderamente mujer.
Ya eran cerca de las diez de la noche as� que me apresure
para llegar a la casa ya que tem�a que Erica llegara antes que yo, pero no que
esperanzas ella no estaba todav�a, me estacione y baje los bultos de lo que
hab�a comprado en el s�per, acomode las cosas en su lugar y me met� al ba�o ya
que sent�a como me escurr�an los l�quidos del amor con los que Luis me hab�a
llenado las entra�as y que mojaban mis pantaletas, pens� ahora que hab�a pagado
a Erica con la misma moneda, ya est�bamos parejos, tuve que ponerme una toallita
de las de Erica para no manchar mas las pantaletas y aproveche para retocar mi
maquillaje.
Fui a la sala de la casa y me serv� una cuba para darme
valor, hab�a decidido hablar con mi esposa esa misma noche a costa de lo que
fuera, no estaba dispuesto a renunciar a la felicidad que hab�a experimentado
ese d�a y me sent� a esperarla en la sala de la casa frente al televisor,
satisfecho de haber cumplido mi fantas�a a plenitud, me sent�a cansado y con mi
anito rosado pero feliz de haber encontrado el camino de mi sexualidad y mi
realizaci�n como mujer.
CAPITULO III
Ya hab�a tomado varias cubas y por lo entretenido de la
pel�cula que estaba viendo no me hab�a dado cuenta del tiempo que hab�a pasado,
en eso escuche el motor del auto de Erica que se estaba estacionando, ya eran
cerca de las tres de la ma�ana, apague el televisor y permanec� sentado a
obscuras, cuando ella entro prendi� la luz y se sorprendi� al verme y abriendo
los ojos como plato me dijo incr�dula "�Eres tu Carlos, porque estas vestido de
mujer?", animado por las cubas que me hab�a tomado me levante movi�ndome
coquetamente y le dije "Ahora soy Carla, amorcito que te parece" d�ndome una
vueltecita parando el trasero, como ella tambi�n estaba medio tomada se ri� y me
dijo "Pues francamente pareces una zorrita muy buena", a mi tambi�n me dio risa
por lo que me dijo e ir�nicamente le conteste "Una zorrita como tu cari�o, me
encontr� tus pantaletas llenas de semen en el ba�o, as� que si tu puedes coger
con otros no veo porque no pueda hacerlo yo tambi�n", ahora se puso seria y me
dijo "Debes entender que tu como hombre no funcionas cari�o y yo tengo que
saciar mis necesidades sexuales, pero no sabia que te gustaban los hombres", le
conteste que tenia raz�n y que no quer�a hacer una escena de celos y que
entend�a que como hombre no funcionaba porque siempre hab�a deseado ser mujer y
que me hab�a casado con ella porque la admiraba como mujer deseando ser as�
alg�n d�a y que ahora hab�a hecho realidad mi sue�o, y que si me gustaban los
hombres, por lo que me hab�a tomado y por el uso de hormonas estaba muy sensible
y no pude evitar sentarme a llorar en el sof�, ella se conmovi� y se sent� junto
a mi y me dijo "Me hubieras dicho eso antes y con gusto te habr�a ayudado, te he
llegado a querer como un hermano", le conteste que todav�a me pod�a ayudar ya
que hab�a decidido tener una nueva vida y que ahora no me iba a echar para
atr�s, me limpio las lagrimas con su pa�uelo y comenzamos a platicar como si
fu�ramos hermanas y le cont� todo lo que me hab�a pasado ese d�a, ella estaba
asombrada y me felicito por el valor que hab�a tenido para afrontar mi situaci�n
y me dijo que contara con ella para lograr mis prop�sitos, se abr�a para mi el
camino que siempre hab�a deseado y sent�a que ahora pod�a llegar a encontrar mi
felicidad.
Como ya era muy tarde me dijo que nos fu�ramos a dormir y que
ma�ana hablar�amos con mas calma, ya en la recamara me quite la peluca y la
ropa, Erica tenia tiempo que no me ve�a desnudo y ahora se daba cuenta de los
avances de mis formas femeninas y me dijo "�Oye pero si estas hecha toda una
mujercita, hasta las tetas te est�n creciendo!", le explique que estaba tomando
hormonas desde hace mas de nueve meses y que me sent�a muy contenta con los
cambios, me sent� frente al espejo del tocador y solt� mi pelo para cepillarlo,
ella no sal�a de su asombro y me dijo que estaba muy linda y saco de su closet
una camisetita y me la dio para dormir, nos acostamos y nos dormimos abrazadas.
A la ma�ana siguiente Erica me despert� de mis dulces sue�os
femeninos dici�ndome "Arriba floja lev�ntate ya porque tenemos muchas cosas que
hacer", abr� los ojos con gran pesadez y para mis adentros me gustaba que me
tratara ahora como si fuera yo mujer y que me tomara en cuenta para sus planes
ya que tenia tiempo que no lo hacia, cuando me levante y entre al ba�o ella ya
estaba en la tina de hidromasaje, me sent� en el BBC. a orinar y sent� como me
sal�an aun por mi adolorido ano los jugos que Luis hab�a depositado dentro de
mi, y Erica me dijo "Metete conmigo, con este ba�o vas a quedar como nueva", me
met� a la tina frente a ella cerrando los ojos sintiendo como los chorros de
agua acariciaban suavemente mi cuerpo, sent� que Erica se incorporo por una
esponja que empez� a pasar por mis senos que de inmediato se endurecieron
resaltando mis erectos pezones, sent�a muy rico y dejaba que siguiera adelante,
ahora la pasaba por mis muslos y mi entrepierna provoc�ndome escalofr�os y una
peque�a erecci�n, abr� los ojos y me dijo con ojos de lujuria "Eres tremenda
cari�o ya estas caliente �Verdad?, lastima que a mi no me gusten las mujeres
porque si no te cogia ahora mismo", me dio risa y entre seria y de broma le dije
que me hab�a encantado como Luis me hab�a hecho el amor, a lo que me contesto "Y
eso no es nada cari�o vas a ver cuando te presente con mis amigos que son muy
guapos y bien calientes", Erica ahora pasaba la esponja por sus senos con una
mano y con la otra bajo el agua acariciaba su entrepierna emitiendo peque�os
gemidos de placer y al poco rato yo hacia lo mismo y no tardamos en venirnos las
dos.
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Relato: Pagando con la misma moneda (I)
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