Elsa y Juan � Parte III
Finalmente lleg� el deseado d�a de la partida. El vuelo sal�a
de Madrid a las 18:30. En la terminal de Barajas Elsa ten�a la sensaci�n de que
todo el mundo los miraba de una forma rara. Mientras estuvieron en Madrid se
comportaron como madre e hijo, no siendo que alguien conocido los viera.
Viajaban en clase preferente y no iba nadie m�s en el
compartimiento. Cuando termin� el servicio de cabina y quedaron solos, Elsa
encost� la cabeza en su hombro. Si entrara alguna azafata tampoco lo ver�a raro,
adem�s nadie sab�a que tipo de relaci�n ten�an y Juan era mucho m�s parecido a
su padre que a ella. La diferencia de edad se notaba pero tampoco ten�an aire de
madre e hijo.
- �Que locura! Tengo la sensaci�n de que todo el mundo nos
mira como si supiera nuestra situaci�n. � Juan sonri�. � Eso es absurdo, cari�o.
Tu miedo de ser descubierta te est� destrozando los nervios. Es normal que un
hijo viaje con su madre y nosotros nunca nos tocamos en p�blico ni asumimos
actitudes anormales. Si alguien nos vio en Barajas habr� pensado: "Elsa se va de
viaje con el hijo". Londres es igualmente peligroso. Hasta que estemos en la
habitaci�n seguimos igual... maaamiii. - �Qu� gracioso! A prop�sito de mami...
�Ahora que somos una pareja, no te sientes menos hijo m�o que antes? � Juan la
mir� directamente a los ojos. � Mama, lo m�s lindo que tiene nuestra relaci�n,
es que es completa... mejor dicho, es total. Me siento m�s hijo tuyo que nunca.
A la vez siento que eres mi querid�sima esposa. Es algo tan hermoso... tan
incre�blemente bello y dif�cil de explicar... �Y t� c�mo lo sientes? � Elsa
estaba extasiada. Su hijo la amaba y su amante tambi�n. � Al principio fue
dif�cil de asimilar... muy dif�cil... pero ahora siento exactamente lo mismo. Me
siento explotar de amor. Estoy totalmente realizada. T� para m� eres mi
querid�simo hijo, mi marido amant�simo... mi todo. Te has convertido en mi
universo. Ya lo eras, pero ahora con una profundidad total. � La cortina estaba
totalmente cerrada. Se besaron apasionadamente.
Quedaron en el Holiday Inn London Heathrow. Sal�an con
British Airways la noche siguiente para Sydney v�a Singapur. La reserva estaba
hecha a nombre de Mr. Hern�ndez y quedaron en una habitaci�n de matrimonio.
Elsa, mi amor, no me apetece ir al restaurante. No aguanto
m�s tiempo sin poder besarte, sin manifestarte mi amor con miedo de que alguien
conocido nos pille accidentalmente. Adem�s el catering del avi�n no estaba malo
y no tengo hambre. �Y tu, quieres cenar? � Ella lo abraz� con mucha ternura, lo
bes� apasionadamente, sus lenguas se mezclaron. Sent�an sus cuerpos pegados,
Juan le acariciaba los senos... se sentaron en la cama toc�ndose, saboreando ese
momento c�mo si fuera el �ltimo de sus vidas. � No, mi amor, tampoco tengo
hambre y no quiero estar ni un segundo sin total privacidad contigo. Es nuestra
primera noche de amantes en un hotel. Nos duchamos juntos y despu�s nos
acostamos.
Juan, puedes venir que la ducha est� preparada. � Qu� imagen
m�s linda... Su Venus desnuda estaba ya dentro con todo el cuerpo mojado excepto
el pelo que hab�a sido tratado esa misma tarde por el peluquero. Entr� en la
ba�era cogi� gel y empez� a lavarla. � No me mojes el pelo, cari�o. � Le meti�
la mano entre las piernas. - �Este tampoco? � Elsa se ri�. � Mira que eres
malo... � �l continu� su trabajo, mientras que con la otra mano le acariciaba
los dur�simos pezones. Lentamente fue desplazando la mano hasta que lleg� a la
zona del ano. Cogi� m�s gel, fue frotando y casi imperceptiblemente le introdujo
la punta del �ndice en el apretado orificio. � Mmmm... qu� agradable... hazlo
muy despacito querido. Me encanta pero me duele un poco. Ah� nunca entr� nada.
Bien... hasta ahora. � Juan estaba a cien. Casi se corr�a, entre lo excitado que
estaba y la forma como ella le acariciaba los test�culos con el gel.
Terminaron de ducharse y se secaran el uno al otro dando
especial atenci�n a las zonas er�genas. La cogi� en brazos y la puso sobre la
cama boca abajo, en una toalla grande que hab�a preparado antes. � Te voy a
masajear, mama. Antes me lo hac�as a m� cuando era bebe. Ahora te toca a ti. �
Ten�a preparado un frasco de leche hidratante, pero antes le bes� y le lami� los
pies, introduciendo la lengua entre los dedos que a continuaci�n chup� uno por
uno durante un buen rato mientras le acariciaba las piernas. Era algo que la
pon�a muy nerviosa y muy cachonda a la vez. Elsa disfrutaba cada segundo con un
placer indescriptible. Finalmente Juan ech� la crema en las manos, la dej� que
se calentara un poco e inici� el masaje. Lo hizo con una suavidad
extraordinaria, sin hacerle ning�n da�o, alternado movimientos en�rgicos con
toqueteos casi imperceptibles con las puntas de las u�as eriz�ndole la piel de
excitaci�n.
Cuando lleg� a los gl�teos, la masaje� con bastante crema
teniendo el cuidado de no acercarse demasiado al sonrosado agujerito. Ella
estaba deseando sentir su toque ah� y empez� a moverse gimiendo bajito, lo que
�l entendi� a la primera. Lentamente le abri� las hermos�simas piernas, se ech�
sobre la cama tambi�n boca abajo entre sus piernas. Sin nunca dejar de tocarle,
le abri� un poco el culito y empez� a lamerla en c�rculos, penetr�ndola con la
lengua alternadamente. Era la primera vez que le hac�a semejante caricia.
Emocionado y excitad�simo se dio cuenta que hasta en ese sitio su querida mami,
c�mo tantas veces le llamaba, era toda una perfecci�n. Toda ella ol�a y sab�a
divinamente. Su vulva chorreaba excitaci�n abundantemente y �l la beb�a toda. A
cierta altura le dio la vuelta y empez� a acariciarle el cl�toris con lamidas
muy suaves, introduci�ndole un dedo en el culito ahora mucho m�s profundamente.
Elsa entonces explot� en una serie de orgasmos, totalmente descontrolada, casi
gritando: - �Te amo, Juan! Oh Dios... c�mo amo a mi querido hijo. No puedo vivir
sin tu amor, mi querido. �Qu� Dios me lleve si un d�a tengo que perderte! Eres
mi hijo y mi amante. Nunca me dejes...
Juan no esperaba una reacci�n tan avasalladora. Emocionado se
le ca�an las l�grimas y la besaba. � No mama, no Elsa. Os amo tanto a las dos
que si un d�a pierdo alguna de vosotras me suicido. Hace m�s de 10 a�os que vivo
para momentos como este. Lo que siento por ti es verdadera devoci�n, es m�s que
amor. Si me hubieras rechazado el d�a en que te propuse vivir as� contigo no
habr�a resistido a semejante disgusto. Eres mi diosa, mi Afrodita. � A
continuaci�n Elsa se dio la vuelta poni�ndose sobre �l en un monumental sesenta
y nueve lleno de sentimiento, que pronto los lev� a un orgasmo magn�fico. Juan
se corr�a a borbotones y Elsa lo beb�a todo, sin perder una sola gota. �l hac�a
lo mismo.
Se acostaron para descansar un poco, dentro de las s�banas. �
Cari�o, tenemos que dormir. Son casi las doce y estoy cansada. Puse el
despertador, ya avisamos a la recepci�n para despertarnos... � No puedo dormirme
sin llenarte con la semilla de mi amor, querida. �Ya tomaste la p�ldora, verdad?
� Elsa se puso a cuatro patitas sobre la cama. � S�, cari�o. Ahora ll�name de tu
amor para que podamos dormir en paz. Tampoco yo puedo abdicar de ese placer.
Pero no me toques en el culito que me duele un poco. Te prometo que te lo regalo
durante nuestra luna de miel. Lo deseo tanto c�mo tu, pero hoy no puedo. � Fue
una sesi�n de amor, sexo, sensualidad, morbo y todo lo que se puede gozar entre
dos seres que se adoran. Finalmente se lavaron y durmieron abrazados.
La ma�ana siguiente despu�s de desayunar fueron en el
"Shuttle" del hotel hasta la terminal y ah� cogieron en tren r�pido que sale
para la Vitoria Station cada 15 minutos. Ah� se quedaron hasta las dos de la
tarde. Elsa quer�a llevar varias cosas que habitualmente compraba en Londres en
sus frecuentes viajes de trabajo.
Ya de vuelta al hotel descansaron hasta las 20:30, hora a que
dejaron el hotel para ir a facturar para el vuelo BA0017 que sal�a a las 22:25.
Despu�s cenaron en el aeropuerto. � Mama, cuando est� trabajando haremos muchos
viajes c�mo este. Adoro viajar, eso lo hered� de ti. �Ya te imaginaste lo que es
estar con las dos mujeres que m�s amo en la vida recorriendo el mundo? Y que
encima no tienen celos la una de la otra ni se montan intrigas ni conflictos,
como suele pasar entre suegra y nuera... � Elsa se ech� a re�r. � Oye majo, yo
nunca le har�a algo as� a mi nuera, en cuanto a llevarme bien con ella eso ya no
lo garantizo, pero la verdad es que con la actual no me podr�a llevar mejor.
Nunca hab�a pensado en esto, pero soy mi propia suegra y mi propia nuera. No
deja de ser divertido... y pr�ctico.
Juan le acarici� la mano muy discretamente, pensando que en
un sitio c�mo el aeropuerto de Heathrow no es dif�cil encontrarse uno con qui�n
menos se espera. � La verdad mama, es que esta situaci�n es por lo menos,
tradicionalmente ins�lita, tiene varios inconvenientes, c�mo tener que vivir a
escondidas, no poder formalizar la situaci�n, etc... pero las ventajas son
tantas que compensa todo eso. Me imagino a la est�pida de tu amiga Mercedes con
sus man�as, su importancia y su chuler�a, si descubriera lo nuestro. � Ella lo
mir� con una sonrisa enigm�tica. � Mercedes... c�mo se ve que no la conoces.
Descr�beme como la ves. � �l no entend�a bien la pregunta ni el motivo de la
misma. � Bueno, no s� bien que es lo que me est�s preguntando, pero intentar�
contestarte. Pues... no le conozco ning�n compa�ero... �Qui�n aguantar�a a una
t�a as�? Me da que es una reprimida sexual, llena de prejuicios, de un chulismo
impresionante, quiz� una de estas t�as que pasan el tiempo en la iglesia... si
alg�n d�a tuvo un orgasmo... habr� sido con el dedo, imagino... no s�, nunca me
di al trabajo de pensar en ella m�s de diez segundos. Es muy guapa... pero me
cae fatal.
Pagaron la cuenta y fueron al "lounge" de British Airways a
tomar caf�. Despu�s se fueron al "Free shop". Mientras caminaban Elsa continuaba
la conversaci�n. - �Te cuento un secreto? - �l qued� intrigado. � Mi madre y mi
mujer no pueden tener secretos conmigo. Adelante. � Pues... �Y si te digo que es
lesbiana? No pongas esa cara que hay m�s. �Y si te digo que lleva a�os
apasionada por m�? Se me declar� varias veces... intent� llevarme a la cama
tambi�n varias veces y las tonter�as que dice y toda la chuler�a es solo para
despistar. � Juan alucinaba. - �Y tu como reaccionaste? � Elsa lo mir� con
picard�a. � �Est�s celoso? No te imaginar�s que me acost� con ella... a pesar de
que una vez me sent� tentada. - ���C�mo??? � No puedes estar hablando en serio.
� Ella lo tranquiliz�. � Tranquilo, que no lo hice. Mira es mejor nos vayamos
ahora que ya iniciaron el embarque... a pesar de que no hay prisa. Los de
primera clase somos los �ltimos en embarcar. Ya continuaremos la conversaci�n.
Infelizmente no nos faltar� tiempo. Odio a los vuelos de larga distancia... pero
en este caso los fines justifican los medios.
La primera clase iba casi vac�a. Ellos iban en la pen�ltima
fila del lado derecho y los pasajeros m�s cercanos eran una pareja jovencita,
seguro que en luna de miel, cuatro filas m�s adelante y en el lado opuesto. Los
asientos, mejor dicho, los sof�s eran muy c�modos y volumosos, lo que daba mucha
privacidad... e ideas a Juan sobre la forma de ocupar parte de tiempo del viaje.
La llegada a Singapur estaba prevista para el d�a siguiente a las 18:30, hora
local.
Finalmente despegaron. El tiempo estaba bueno y no hubo
turbulencia. Las azafatas sirvieron bebidas y una cena de muy buena calidad.
Mientras tanto madre e hijo conversaban.
Cu�ntame lo de Mercedes, cari�o. �Dices que una vez te
sentiste tentada a acostarte con ella? � Mira Juan, entre nosotros no puede
haber secretos y tenemos que ser lo suficientemente maduros para entender
ciertas cosas. De otro modo somos iguales que aquellos que nos mandar�an a la
hoguera por pr�cticas incestuosas. � Es cierto, pens� Juan. � Yo estaba
sexualmente muy sola. De hecho, el �ltimo hombre con qui�n me acost� antes de ti
fue tu padre. Empezaba a andar muy confundida y deprimida con el desarrollo de
lo nuestro. No pod�a admitir ni siquiera ante mi misma que me sent�a
avasalladoramente atra�da por mi propio hijo. Llevo a�os arrastrando este
problema... � Juan puso su mano sobre la suya acarici�ndola, muy comprensivo. �
Una tarde me invit� a su casa. Ya sab�a para qu�, pero a�n as�... fui. Bebimos
un poco y tu sabes que raramente lo hago. Entre el alcohol y mi estado de
esp�ritu no pude resistir y me dej� besar. Estaba excitad�sima. A cierta altura
me acord� de ti, me levant� y le dije que me iba. No pod�a continuar, pero lo
hice m�s por mis prejuicios que por otra cosa. Tengo que admitir que me
apetec�a... y mucho. Al llegar a casa me masturb� y fue un orgasmo delicioso,
pero antes de correrme solamente pensaba en ti. Esto ocurri� el d�a siguiente al
masaje que te di cuando te hiciste una contractura en el tenis. Andaba loca de
deseo por ti, me acordaba de tu erecci�n y de lo que dese� en ese momento
hacerte correr en mi boca y beberte todo... ya te hab�a probado antes. � Juan la
mir� incr�dulo � S�, mi amor. Aquella noche de la tormenta cuando ten�as catorce
a�os. Cu�ndo me inundaste con tu r�o de pasi�n, �te acuerdas? - �C�mo podr�a
olvidarlo? Me qued� helado. No sab�a ni que decirte. � Pues esa vez me moj� la
mano sin querer y cuando quise darme cuenta me la hab�a lamido... No s� porque
lo hice, pero no fue tan inocentemente como durante a�os me quise convencer a mi
misma. Me encant� tu sabor. A partir de ah� empez� el drama de Elsa. Tu sabes lo
que pasaste, pero no dimensionas como estaba yo, el conflicto que ten�a conmigo
misma... y todo lo suport� solita. No hay amiga en todo el planeta en qui�n se
pueda confiar para contar algo as�.
Juan se levant� y fue al "toilet". Cu�ndo volvi� pidi� a una
azafata mantas y almohadas. Las luces de la cabina estaban reducidas a una casi
total oscuridad para que el pasaje durmiera. Se acomodaron en los asientos y se
taparon con las mantas. Al meter la mano por debajo de la manta de Elsa not� que
esta ten�a la falda desabrochada y se hab�a quitado las braguitas. Su vulva
estaba literalmente inundada. No se ve�a nadie. Juan se arrodill� en el suelo y
la chup� toda. � Eres loco, Juan... �y si alguien nos ve? � Elsa logr� tener su
orgasmo en silencio. Cuando se volvi� a sentar, sonriendo le dijo: - Nadie nos
ha podido ver. Cuando fui al servicio me di una vuelta por los pasillos y es
totalmente seguro. Podemos amarnos a cubierto de las mantas. Tu te pones sobre
el lado izquierdo y yo tambi�n. Te pones encostada a m� y lo dem�s lo resuelvo
yo. �Quieres, mami? � Ya sabes que no puedo rehusarte nada. Lo que tu digas,
cari�o. En Londres compr� unas toallitas buen�simas para que nos lavemos
despu�s. C�mo ves, tienes una mujer muy previsora. Tambi�n compr� otra cosa que
nos gustar� mucho, pero eso para otro d�a. - Juan estaba ya a camino del
orgasmo, retras�ndolo todo lo posible para correrse con Elsa. � Cuando
terminaron y se limpiaron, Elsa fue al "Toilet" a echar las toallitas y a hacer
pis.
- Cari�o, ahora ya puedo hablar. �Qu� fue lo que compraste en
Londres? � �Conoces a mi amiga Sonia, verdad? - �Aquella del pelo cortito con
aire de monjita inocente? � Risas... � Pues esa "monjita inocente", como dices
t�, me ense�� algo inimaginable, dado su aspecto "na�ve". El marido la
acostumbr� desde el tiempo en que eran novios a follarle el culito. Dice que ni
sabe si le gusta m�s por delante o por detr�s. Hace como un mes nos cont� que
hay un gel magn�fico que se llama "K-Y Jelly". Discretamente me lo apunt� y
compr� dos tubos. � �Excelente idea, mi amor! Me gustar�a ser mosca para poder
escuchar las conversaciones instructivas que vosotras ten�is en ese grupo de
amigas. � Elsa se re�a con gusto. � Elsa, dame tus braguita, cari�o � Las tengo
en el bolso. �Para qu� las quieres? � Juan no le contest�. Abri� el bolso las
cogi� y las oli� repetidas veces. Afortunadamente estaban totalmente
empapadas... �qu� aroma tan agradable! Las guard� en el bolso y se quedaron los
dos dormidos.
Legaron a Singapur cuarenta minutos antes de la hora
prevista. Tuvieron que cambiar de avi�n. El siguiente era tambi�n un Jumbo de
British Airways, vuelo BA 7306 con salida a las 20:00 y llegada a Sydney a las
05:10, hora local. Sali� en hora pero lleg� como una media hora m�s tarde. Fue
un vuelo bastante desagradable, con desviaciones continuas para evitar tormentas
y alguna turbulencia. Iba pr�cticamente lleno y no pudieron tener ninguna
privacidad para sus juegos de amor. Durante la noche, a cubierto de la oscuridad
de la cabina y de las mantas con que se cubr�an, se masturbaron mutuamente. Nada
m�s pudieron hacer dadas las circunstancias.
Ese d�a lo pasaron en Sydney descansando en el hotel para
recuperarse de la diferencia horaria. El siguiente d�a, despu�s de un vuelo
interno de dos horas y media se desplazaron en un hidroavi�n � la peque�a isla
que era el destino final del viaje.
... Sigue...