Relato: Mi Primera Vez con Diana Fuentes
Mi Primera Vez con Diana Fuentes
Conoc� a Diana Fuentes hace tiempo en una fiesta que dieron unos amigos. Ten�a ella 32 a�os, oriunda de Guadalajara, Jalisco y adem�s era F�sica Medica,el hecho de que era una mujer profesional me cay� muy bien y tambi�n me produjo una primera erecci�n.
Charlamos de muchas cosas y enseguida congeniamos, la fiesta se fue animando y despu�s de cenar y beber abundante licor, alguien puso un disco muy lento, apagaron las luces y encendieron velas e incienso para dar ambiente.
Entonces le tom� la mano, nos levantamos y empezamos a bailar, Diana es menuda mide 1.52 metros, llevaba una cabellera morena-casta�a, ojos marrones, boca de labios gruesos y ancha y pintada con carm�n rojo y u�as pintadas tambi�n de rojo, muy esbelta de tipo, pero con unas tetas enormes y ricas, piernas muy largas, cintura estrecha y delgada de t�rax - se le pod�an contar las costillas; llevaba un vestido corto ce�ido de color negro que le marcaba bien su culo y sus tetas perfectamente y mostraba sus piernas esbeltas. Hac�a bastante calor y con el baile y la visi�n de los cuerpos entrelazados empez�bamos todos a sudar un poco.
Ca�mos mutuamente en nuestros brazos y ella not� mi pene crecer lentamente y formar un bulto delator, yo sonre� t�midamente y ella puso su entrepierna justo delante y empuj� contornear sus caderas hacia adelante y hacia los lados suavemente de manera que ambos cuerpos form�bamos uno solo, as� estuvimos largo rato conversando y bes�ndonos, mi pene estaba tan tieso que tem�a que se notase.
Diana ten�a una lengua muy grande, buscona, caliente y bien educada, despu�s de los primeros besos en sus labios, c�ndidamente dej� abierta su boca, yo me apresur� a llenarla con mi lengua y a besar sus labios, nuestras lenguas empezaron a lamerse y chuparse mutuamente en un impetuoso abrazo que parec�a nunca acabar.
Como estaba muy oscuro y Diana no paraba de sonre�r y besarnos, empec� a bajar mis manos desde su cintura hasta llegar a notar la forma de su culo con ambas manos la sensaci�n fue de infarto. Hac�a ya mucho calor y aquello no mejorar�a mi temperatura.
Diana ten�a un culo muy bien formado y duro, era para perder la cabeza y de hecho ambos la perdimos aquella noche.
Seguimos bailando as� bastante rato hasta que mis amigos empezaban a ver c�mo iba la cosa y a hacer comentarios picantes a nuestras espaldas, pensamos que lo mejor era seguir la fiesta de forma m�s privada y confortable, as� que nos despedimos de mis amigos y nos fuimos a mi departamento.
Ya en casa, Diana se encontraba muy euf�rica y s�per cari�osa, fuimos al sof�-cama y all� le quite el vestido negro al tiempo que le estaba besando cada cent�metro cuadrado que iba dejando expuesto, hab�a sudado bastante y su olor mezclado con su perfume me resultaba exquisito. Se qued� con unas tanga roja y sus pechos hab�an crecido con desmesura; ten�a las piernas muy esbeltas y alargadas y su culo era perfecto: redondo y macizo.
Ella no se qued� atr�s, me quit� la camisa y empez� a besarme el cuello, me pas� su lengua por el pecho y me desabroch� los pantalones, trabaj� con su lengua por mis muslos hasta que lleg� a la altura de mi pene, all� me bajo nerviosamente mi siper descubriendo mi miembro erecto como un sable, vi en su rostro una expresi�n de deseo y lujuria incontenibles, apart� con su mano mi verga y con su lengua busc� la base de mis test�culos, ahora chup�ndolos, hasta hacerlos desaparecer dentro de su boca, todo su labial ya hab�a desaparecido, dejando ahora ver sus carnosos labios con todo su esplendor.
Despu�s de un buen rato le dije que parara que si segu�a iba a acabar, entonces le quit� su bra dejando al descubierto sus ricas tetotas, abr� cuanto pude mi boca para hacerlos m�os pero eran demasiado grandes y el sudor hac�a resbalar mi lengua que chupaba y mordisqueaba sus oscuros pezones, al rato mi lengua empez� a bajar desde sus pechos hacia su est�mago plano y blando; hice un alto en su ombligo peque�o y segu�, le comenc� a desenrollar sus panties rojas, all� hund� mi cara entre sus nalgas y mi lengua inici� la ansiada exploraci�n.
Diana ya estaba tan motivada como yo y el olor de sus partes m�s �ntimas despert� en mi el estado a****l casi m�s bajo, as� que mi lengua empez� a lamer y chupar intensivamente la parte interior de sus muslos, met� mi lengua en su ano explor� toda esa zona d�ndole besos y lami�ndola y mordisque�ndole todas las curvas y recovecos que ten�a, pas� acto seguido a besarle, chuparle su sexo hasta engullirlo dentro de mi boca. Diana empez� a moverse, suspirar, sudar y jadear hasta que me hizo parar porque no quer�a llegar a�n, pero yo a�n entonces no le hab�a ni rozado el cl�toris.
Entonces para liberar tensiones y no acabar a�n empezamos a abrazarnos y a besarnos todos los rincones de nuestros cuerpos primero lentamente despu�s con algunas pausas y al final acabamos en un torbellino de sudor, saliva, perfume, lenguas, manos, abrazos y bocas sin fin. Decidimos tomar un respiro y abrir una botella de vino para celebrarlo y despu�s de charlar un poco y comer unas alas de pollo.
Diana agit� una botella y dej� que un chorro de espumoso saliese disparado hacia mi pecho y genitales, con lo fr�o que estaba mi erecci�n se vino abajo r�pidamente. Entonces ella percat�ndose del problema con su mano me empez� a dar un masaje a mis test�culos hasta que logr� de nuevo mi erecci�n, abri� su boca y con su lengua me lam�a el glande y me lo chupaba y besaba delicadamente, seguidamente mi miembro empez� a desaparecer en su boca, cent�metro a cent�metro hasta que lo ten�a todo en el interior de su garganta, entonces empez� a mover su lengua alrededor de mi miembro erecto dentro de su boca y a chuparlo y dejarlo entrar y salir cada vez con mayor rapidez.
Yo ya no pod�a m�s as� que le ped� que parase, pero ella no hizo caso ni pod�a, ni quer�a parar, ten�a los ojos cerrados y la boca llena y estaba desenfrenada, yo agarr� su cabeza y le empec� a marcar el ritmo hasta que al final explot� sin poder evitarlo en el interior de su boca, ella trag� casi todo mi semen, al sonre�r de gozo un hilo de leche blanca le sali� por la comisura derecha de sus adorables labios, yo la bes� y busqu� su lengua, despu�s de besar y chuparle su lengua y labios, me abalanc� entre sus piernas y empec� lami�ndola su sexo y a tragarme sus gl�teos ba�ados en sudor y busqu� su cl�toris con mi lengua, chup�ndolo y lamiendo sin cesar durante unos minutos...
Diana quer�a tirar bien, as� que me hizo parar antes que acabase otra vez y se me mont� encima , al principio aunque estaba h�meda, su sexo estaba muy apretado, me dijo que hac�a meses que no hab�a tenido sexo con un hombre, as� que tuve que lubricar de nuevo la zona penetr�ndola con mi lengua, luego ya me volvi� a montar de nuevo y con mis manos le apart� un poco sus nalgas hasta que mi pene empez� a penetrarla lentamente hasta el fondo, nos bes�bamos con locura, yo sujetaba y tocaba sus muslos fuertes y largos y sus piernas desde aquella posici�n y empezamos un vaiv�n de que se fue acelerando.
Diana empez� a jadear y a moverse, yo la sosten�a ahora agarrando fuertemente sus nalgas con ambas manos y apret�ndole su divino culo lo m�s fuerte que pod�a, sus tetas estaban siendo succionadas por mi boca abierta al m�ximo, sus pezones estaban rojos y h�medos, empez� a sobarme los test�culos, hasta que not� que su mano empujaba hacia adelante mi culo como si tuviese miedo a perderme, sent� al instante que mi erecci�n se volv�a m�s dura y fuerte, mi pene estaba hinchado desmesuradamente y mis test�culos a punto de reventar.
Ella estaba como ida de placer y yo trataba de controlar mi explosi�n, cosa que no pude por mucho tiempo, al poco rato bajo la presi�n de tales est�mulos y de la magn�fica belleza, descargamos nuestras tensiones en un espasmo y temblor mutuos y perfectamente sincronizados y nuestros jugos sexuales se mezclaron en un estremecimiento incontrolable y sublime, acabamos como nunca y nuestra felicidad fue por unos momentos la mejor de mi vida. Nos dormimos abrazados... agotados.
Me despert� con una erecci�n inmensa, empezamos de nuevo a acariciarnos y besarnos como nunca, fuimos a la ducha y all� nos enjabonamos sin dejarnos ni un rinc�n, le lav� el pelo y nos fuimos de nuevo a la cama, all� Diana se sent� en mi cara, reanud� mi exploraci�n de la noche pasada, solo que esta vez mi lengua le atosig� el cl�toris de tal manera de pronto Diana se estremeci� y una oleada de sus jugos cubri� mi cara, t�midamente Diana empez� a acariciar mi pene con una mano, luego agarr� mis test�culos con la otra y comenz� un masaje dif�cil de olvidar.
Cuando estaba mi erecci�n al m�ximo, se puso de cuatro patas en la cama y dirigi� mi pene hacia su vagina, al principio no encontraba el agujero pero al poco rato mi pene se desliz� hacia su interior de donde nunca ten�a que haber salido, Empezamos a movernos y en �sta posici�n yo no dur� ni dos minutos, la avis� que iba a acabar y entonces Diana se separ�, gir� sobre si misma y engull� mi miembro completamente dentro de su boca, yo me gir� y busqu� su concha, empec� otra vez a chuparla y lamer su cl�toris al cabo del poco rato un liquido precioso me cubri� la cara y sent� al instante que la presi�n de su boca en mi glande me hac�a perder el control y regar de nuevo la cara y tetas de Diana...fue un 69 perfecto y como ves inolvidable.