Relato: Mi hija y su padre



Relato: Mi hija y su padre

Hola, que tal, mi nombre es Pamela, tengo 40 a�os y he venido a contarles una historia que me ha tenido muy nerviosa y demasiado estresada. Los protagonistas de esta historia son mi hija Ximena y mi esposo Salvador, quien es el padre de Ximena. Como lo puden entender, el titulo es muy explicito y saben de que se trata. Quiero narrar lo que ocurrio y como es que yo no pude darme cuenta de las cosas hasta que yo misma los descubri teniendo sexo en mi cama.

Primero comenzare contado como es mi hija. Ximena es una chica de 18 a�os de edad, es muy hermosa y llama mucho la atencion de los hombres pues desde que tenia 13 a�os su cuerpo cambio tan radicalmente que ya parecia una mujer de 26. Su cuerpo esta muy bien formado, comenzando por sus senos que son grandes y firmes, parecen implantados pero no lo son y vaya que lo sabre yo. Su cintura es delgada, como de modelo de lenceria fina. Sus caderas son algo pronunciadas y por lo tanto tiene un buen culo, tremendo diria yo, tiene m�s que yo. De cara es muy bonita, es blanca, tiene los ojos rasgados pero muy grandes, no se como explicarlos. Su nariz es respingada, sus pomulos son finos, y sus labios son delgados pero igual son muy sexis. Todo esto no lo digo porque sea mi hija, dicen que las madres vemos a nuestras hijas hermosas aunque no lo sean pero lo que les cuento es verdad. Y sinceramente desde que ella comenzo a ponerse asi de "buena" como dicen los hombres, he empezado a tener cierta envidia. Sobre todo porque uno de esos hombres a lo que conquisto con esos encantos fue a mi marido quien les vuelvo a repetir, fue el hombre que le dio la vida.
En cambio mi esposo Salvador es un hombre comun y corriente. Tiene mi edad, 45 a�os. Es delgado, de estatura promedio, usa lentes, se le ha empezado a caer el cabello, en fin, todo un bonachon. El trabajaba para una compa�ia de computadoras muy importante pero un dia la empresa quebro y lo despidieron, ahora es un vigilante de almacen. Debido a su nuevo trabajo sus horarios cambian, a veces trabaja en la noche y a veces trabaja en la ma�ana. A raiz de su despido y al sueldo que �l percibe tuve la necesidad de buscar un ingreso extra asi que empece a trabajar en un mini super como cajera. En aquel entonces nuestra hija solo tenia 15 a�os, estaba por terminar la secundaria y a un paso de entrar al bachiller una vez que terminaran las vacaciones. Ojala lo hubiera podido hacer, ojala esas vacaciones no hubieran sido tan largas. Comenzare unos dias antes.

Esto lo digo porque fue en ese lapso en donde todo se echo a perder. A raiz del despido de Salvador �l comenzo a caer en depresion, a mi me daba mucha pena verlo asi, queria hacer todo para que recuperara el animo pero nada funcionaba, ni siquiera el sexo lo animaba y eso tambien me ponia mal a mi. La unica persona que lo podia consolar era Ximena, mi hija abrazaba a su padre y le decia que todo iba a estar bien. �l se aferraba a ella y la abrazaba con fuerza, la repegaba a su cuerpo y le hacia cosquillas a veces hasta le levantaba la blusa para hacerle cosquillas en la panza. Yo lo veia como algo normal, pensaba que era mejor que riera a que estuviera triste. Por eso dejaba que ellos hicieran eso y m�s, como dormir juntos, cuando menos me daba cuenta los encontraba acostados en el sillon ella encima de �l o a un lado con la cola de mi hija muy pegada a la entrepierna de su padre. Y eso tambien lo podia tolerar, tambien cuando ellos dos salian de compras, o a buscarme a mi trabajo para salir los tres a comer fuera. Pensaba que Ximena era una ni�a buena que queria ver a su padre feliz pero en realidad era m�s que eso.
Todo lo comence a descubrir cuando una tarde que tuve que descansar me dispuse a hacer limpieza en toda la casa, queria deshacerme de las cosas viejas que no utilizamos. Revise las recamaras y cada cuarto de la casa y tire las reliquias que ocupaban un lugar en la casa. Pero cuando me dirigia al bote de basura que tenemos en el patio mire de reojo al garage y recorde que ese lugar no lo habia limpiado. Crei que eso era tarea de mi esposo pero pense que �l no lo haria asi que tenia que hacerlo yo. Tome algunas cosas que ya estaban rotas y tenian a�os guardadas y las eche a la basura. De pronto me encontre con una caja de zapatos, crei que contenia m�s basura y la abri para asegurarme. Lo que me encontre fueron cartas, cartas de amor que una mujer le escribia a mi marido. Al principio me dio rabia, no podia creer que Salvador tuviera ese descaro de conseguirse una amante cuando en casa lo que le sobraba era esposa. Yo que me desvivia por �l, yo que ponia todo sobre la mesa para tenerlo contento, incluso era yo la que le proponia tener sexo aunque me estuviera muriendo de cansancio. Queria romper las cartas y encararlo, hacer que me dijera quien era esa mujer que solo firmaba las cartas con la --X-- como si se tratara de un anonimo. Entonces pense que tampoco �l la conocia, que era una mujer que simplemente le enviaba las cartas para distraelo porque en ellas no habia mucho que leer m�s que "Eres especial", "Eres un Campeon", "Que daria yo por tener un hombre asi en mi vida". Hasta me dio risa cuando en una de ellas estaba dibujado un peque�o perro muy tierno y como leyenda decia "T.A.M". Incluso crei que la mujer que le enviaba esas cartas era una ni�a que solo se burlaba de �l y lo tenia fantaseando. Me relaje un poco y deje que continuara recibiendo cartas, quiza eso tambien le ayudaria a salir de su depresion.
Entonces comenzaron las vacaciones de verano, nuestra hija Ximena termino la secundaria con buenas calificaciones y ya habia sido aceptada en su nueva escuela. Como premio y en parte por su regalo de XV a�os le decidimos pagar un viaje. Ximena queria ir a la playa, pero mandarla sola era muy peligroso pues una adolescente no podia andar sola por esos rumbos y expuesta a la caza de hombres que pudieran lastimarla. Entonces decidimos mandarla a la casa de sus abuelos paternos, los padres de mi esposo. Era un lugar tranquilo, en medio del bosque, alejado de la ciudad. Creimos que seria un buen para que ella pasara un par de semanas alla, ademas le haria compa�ia a sus abuelos que estaban muy solos. Ella acepto pues queria salir de la ciudad y despejar su mente, hizo sus maletas y se preparo para el viaje. Yo no estaba segura de enviarla sola, asi que le dije a mi esposo que la llevara hasta alla y regresara pues tenia que trabajar. �l acepto, de paso penso que seria buena idea visitar a sus padres a quienes no habia visto en mucho tiempo. Yo no podia ir pues en el mini super no habia suficiente personal por lo de las vacaciones asi que tenia que trabajar y hacer turnos extras. Ximena y su padre se fueron a la casa del campo el sabado por la ma�ana. Se suponia que llegarian en 7 u 8 horas, dependiendo el transito de la carretera pero cuando llegue a casa por la noche y llame por telefono a mis suegros me informaron que ellos no habian llegado. Entonces me preocupe, temi que les hubiera ocurrido un accidente. Se imaginan el nerviosismo por saber de ellos, no podia dormir, estuve pegada al telefono para que mis suegros me encontraran y me informaran si habian llegado con bien pero en toda la noche no supe de mi hija ni de mi esposo. En el trabajo no rendi, hasta me despidieron por dar mal un cambio. Regrese a mi casa y volvi a llamar a mis suegros, por fortuna para el medio dia mi hija Ximena y mi esposo ya habian llegado con mis suegros. Por supuesto que me enoje con ellos y por lo que me paso en el trabajo a causa de su desparacion.

- Tranquila mujer, lleve a Ximena a otro lugar antes de venir con mis padres - fue lo que me dijo
- �A donde?
- Al pueblo de aqui a lado, le dije que habia muchas cosas bonitas que ver y quiso ir
- �Y donde se quedaron?
- En un hotel
- �Y por que no me avisaste? - pregunte muy enojada
- Ay lo siento amor, pero lo bueno es que ya estamos aqui y con bien y no nos ocurrio nada. No te preocupes - me respondio muy tranquilo
- �Y no tenias que regresar para el trabajo?
- Pedi permiso para faltar el fin de semana
- Ah, a tu trabajo si avisaste y a mi no me pudiste avisar en donde carajos estabas - le respondi colerica
- Ya Pamela, pareces loca queriendo saber todo lo que ocurre. Estoy con mi hija, estoy con mis padres, relajate, enferma - me respondio con palabras que parecia que se habia guardado desde hace tiempo.

La verdad es que yo siempre he sido asi, quiero estar al tanto de todo y me preocupa la seguridad de mi familia y de mi casa, por desfortuna por eso pierdo atencion en otras cosas como el trabajo. Tal vez por mi manera de ser mi esposo se alejaba de mi, y quiza por ello era que tenia un amor secreto. Volvia a revisar su caja de cartas de "amor" y encontre que habia recibido una nueva. Esta era diferente, tenia todo un texto escrito y la letra parecia de una mujer estudiada y no de una colegiala. En la carta se podia leer que su relacion estaba para ir al siguiente nivel, o al menos eso era lo que decia textualmente. Pense que quiza se referia a un encuento en persona. Dude mucho en averiguar quien era la mujer que escribia esas cartas y ahora estaba dispuesta a ir por m�s con mi marido, pero ni yo misma queria saber quien era esa chica anonima "X" pues tenia por seguro que me llevaria una fuerte descepcion y seria el fin de mi matrimonio. La verdad es que despues de tantos a�os me acostumbre a mi marido y no tenia idea de como vivir sin �l, fuese como fuese me habia acostumbrado a �l, lo amaba y �l aun soportaba mi mal carater y eso era mucho para �l. Aunque ese dia no estaba tan segura de que Salvador respetara la union que habia entre los dos, quiza habia visto a su amante y por eso estaba cambiando de humor y era muy seco conmigo. Quise ir a la casa de mis suegros pero preferi aguardar a que Salvador regresara pues volveria a pensar que lo estaba presionando. El domingo mi esposo volvio a casa y pudimos hablar, quise preguntarle sobre sus cartas pero se daria cuenta que habia violado su intimidad y eso era un punto negativo para mi. No queria perderlo. Entonces simplemente le prometi que seria menos controladora con �l, asi nuestra convivencia fue menos drastica.

Pasaron las dos semanas y nuestra hija volvia a casa. La fuimos a buscar a la terminal y la llevamos a casa, para ese entonces yo ya habia vuelto a trabajar pero ahora en una fabrica y con horarios distintos, incluso tenia que trabajar de noche.
No paso ni un dia y mi hija nuevamente estaba pegada a su padre, lo abrazaba, lo besaba en las mejillas, se hacian cosquillas mutuamente y se dormian juntos en el sofa. Eso repito lo podia tolerar, y todo parecia indicar que Salvador no habia visto a su anonima amante --"X"-- ni habia recibido otra carta... Un dia me toco trabajar de noche y ese dia todo comenzo a cambiar. Para empezar no me gustaba trabajar de noche, no queria dejar a mi hija ni a mi marido y tenia miedo que �l no se levantara a tiempo para irse al trabajo.
Pase el turno como pude y las 6 de la ma�ana sali y me dirigi a casa. En aquel tiempo no habia telefonos celulares o no los conocia asi que no tenia manera de como comunicarme con mi familia y avisarles que ya habia salido y que estaba por llegar. Adormilada por la jornada llegue como pude y abri la puerta y cerre muy despacio pues supuse que como Ximena estaba de vacaciones y aun le quedaban dos semanas ella querria estar dormida y levantarse hasta tarde. Se suponia que mi esposo ya se habia ido a trabajar pues era algo tarde. Tome algo de desayunar, me sente en el comedor y cuando estaba a punto de probar bocado escuche un ruido extra�o. Identifique la fuente y escuche que provenia de mi recamara, pense que Salvador no se habia despertado para irse al trabajo. Me acerque a la puerta y justo cuando iba a abrir escuche un gemido de una mujer, un gemido facil de entender pues es el que expresamos cuando sentimos placer. Pense en volverme loca, arrancar la puerta y descubrir a la amante de mi esposo, la autora de esas cartas ridiculas y esa firma cobarde para no revelar su ombre. Era degradante el hecho de que mi marido hubiera metido a su amante a nuestra casa y a parte de todo que se la estuviera cogiendo en nuestra cama. Queria matarlo, pero no me atrevia ni a abrir la puerta. Entonces abria la puerta de la recamara de mi hija, queria sacarla de ahi y llevarmela lejos para que no escuchara las porquerias que su padre estaba haciendo pero cual fue mi sorpresa que Ximena no estaba en su habitacion y su cama no estaba destendida. Entonces me paso por la mente otro pensamiento, que en realidad los amantes de mi recamara no eran mi esposo y su enamorada --"X"--, si no mi hija y algun galan que habia conseguido. Pensar eso me hizo calmarme, de todas formas sabia que algun dia iba a pasar, que iba a encontrar a mi hija teniendo relaciones sexuales con algun novio. Pero esa idea no estaba ni cerca de lo que en verdad ocurria. Pense dejarlos tranquilos pero se me hizo divertido sorprenderla, verle la cara de miedo y sobre todo ver la cara de miedo de su galan asi que abri la puerta de sorpresa y me fingi sorprendida pero el chasco de mi vida me lo lleve cuando vi a mi hija montada sobre la verga erecta de su padre, si, de su padre. Salvador estaba acostado y sobre �l mi hija le cabalgaba como ninfa. �l le agarraba sus pechos y los exprimia como toronjas y mi hija gemia y gemia al sentirse pentrada por 19 cms. de carne rigida. Al verme ambos detuvieron sus movimientos pelvicos, recuerdo sus caras y lo unico que pude ver en ellas era el goce que ambos estaban sintiendo, ni siquiera se veian apenados ni mucho menos arrepentidos. Yo me quede petrificada, no supe que decir ni que hacer, no me esperaba verlos a ellos dos teniendo sexo, ni en mis m�s locos sue�os me lo habria imaginado.

- Mami... - fue lo unico que pronuncio mi hija
- Chinga - fue lo que dijo mi esposo

En cambio yo no dije nada, sali y entrecerre la puerta. Pense que ellos se detendrian pero no fue asi, continuaron con lo suyo y creo que incrementaron su exitacion pues los gemidos de mi hija eran m�s fuertes. Con la esquina de mi ojo alcanzaba a ver por un espejo todo... Mi hija seguia sobre mi marido, �l la penetraba despacio, parecia que no tenia prisa, lo hacia con amor asi como no lo hacia conmigo. Mi hija sollozaba de dolor o de placer, no lo se, solo miraba hacia atras esperando que yo no los estuviera viendo pero ella no podia ver que si los podia espiar. Mi esposo se detuvo, levanto a su hija de su cuerpo y la puso cerca de la orilla de la cama boca arriba y con las piernas cerradas, queria penetrarla lo m�s ajustado posible. �l acerco su pene el cual por cierto no tenia ningun condon encima y penetro la vagina de su hija, ella lanzo otro gemido y �l la metio lo m�s que pudo, cuando me di cuenta los 19 cms. de pene que mi marido tiene estaban dentro de mi hija. �l se movia de atras para adelante, le sujetaba las piernas para que no cayeran justo de los tobillos y al verle los pies a mi hija me di cuenta que estaba usando un par de zapatos de tacon que eran mios y que me encantaban. Era increible lo que ocurria en esa habitacion, la penetracion, mis zapatos, el morbo, la exitacion que mi marido sentia al estar poseyendo a mi hija que era su hija tambien, pero sobre todo lo que sentia al saber que yo podia verlos y escucharlos. Todo eso me hizo excitar, si, soy una mujer igual de pervertida que ellos asi que no pude evitar tocar mi vulva por encima de mi ropa. Quise entrar y ser parte de la fiesta pero mi moral aun estaba muy fresca... Mi esposo no se cansaba de penetrar a su hija, Ximena no paraba de gemir y en cierto momento tuvo un orgasmo que exploto en liquidos y mojo la cama, la panza de su padre y nuestra alfombra.

- Eres maravillosa hija - dijo mi esposo
- Ya pap�, detente. Mam� esta afuera
- Ella no esta, se fue. Solo estamos tu y yo solos, como en el parque, como en la sala, como en ese hotel que fuimos antes de ir con tus abuelos

Al escuchar a mi marido decir eso pude entender todo. Por a�os mi hija y mi esposo habian tenido una relacion m�s afectiva que la de solo una hija y un padre. Desde que ella comenzo a cambiar de cuerpo mi marido resaltaba las cualidades fisicas de su hija y decia que seria una mujer hermosa, pero lo que en realidad queria decir era que a �l le parecia atractiva. Cada vez que mi hija Ximena queria utilizar faldas cortas o blusas escotadas y yo no la dejaba mi esposo siempre la defendia y me decia que la dejara vestirse como quisiera pues era su gusto, pero lo que en realidad queria era darse un banquete con la vista al mirar a su hija de las piernas y de los senos que comenzaban a crecerle y madurar. Sus paseos en el parque eran para ir de la mano como dos enamorados, sus siestas en el sofa era para tener contacto cercano a zonas herogenas. Y todo termino en esa noche de hotel cuando desaparecieron y yo estaba muerta de la angustia por saber lo que les habia pasado. Lo que yo no imaginaba era que ambos habian entrado a ese hotel como amantes y no como padre e hija. Por ultimo entendi las cartas de "amor" que mi marido guardaba, era obvio que no podian ser de alguien m�s que de nuestra hija que aun no tenia la maduracion suficiente como para escribir una verdadera carta de amor y dibujaba animalitos tiernos. Ademas la forma en que firmaba las cartas no queria decir que era un anonimo, si no que la --"X"-- era por que era la inicial de Ximena. No se si fui muy estupida o ella en verdad era muy lista.
Entonces llego el momento en que culminaron, vi a mi esposo darle las ultimas embestidas a nuestra hija Ximena quien ya no tenia fuerzas en la piernas para tenerlas arriba y las dejo caer sobre los hombros de su padre. Mi esposo se acerco todo lo que pudo a ella y sin sacar mucho su miembro le dio la ultima estocada. Mi esposo eyaculo su semen dentro de la vagina de su propia hija, �l se deshacia de placer mientras lo hacia, tensaba sus piernas y sus gluteos y no dejaba que ninguna gota se escapara del interior.

- Muy bien hecho mi ni�a, ya eres mia otra vez - le dio mi esposo a Ximena

�Otra vez? Entonces ya lo habian hecho otras veces, tal vez pasaron toda la noche haciendo el amor y la eyaculacion que mi marido hacia terminaba en el mismo lugar que esta vez. Sin duda tenia mucho miedo, rabia, desconsuelo. Los vi besarse como un par de enamorados, de lengua, con caricias, diciendose "Te Amo", volviendo a excitarse. No podia ver una vez m�s que ellos se entregaban al placer como cualquier persona, eran padre e hija y debian seguir las reglas de la moral, no me convenia hacer un escandalo pues todo el mundo se enteraria de que mi familia se habia descompuesto, asi que pense que una charla tranquila solucionaria las cosas. Al ver a mi esposo sacar su pene de la vagina de nuestra hija pude ver como su semen caia de nuevo a la alfombra, incluso ya habia una mancha en ella y eso me confirmaba que empezaron a tener sexo mientras yo no estaba. Abri la puerta y los mire, ellos al fin parecian reaccionar pues la excitacion se les habia pasado, mi hija era la alterada pues su cara demostraba m�s temor que la su padre.

- Mam� - pronuncio Ximena mientras se tapa los senos con su antebrazo y su vagina con la mano
- Ximena, podrias salir, quiero hablar con tu padre - le pedi sin mirarla a la cara
- No salgas Ximena, si tu madre quiere hablar que lo haga. Tu ya eres una mujer, y estas implicada en esto - denuncio Salvador
- Esta bien. Alguno podria explicarme que paso aqui... - pregunte resignada
- Bueno Pamela, es evidente. Ximena y yo nos amamos, y nos lo hemos demostrado. Esto ya tiene tiempo - confeso mi esposo descaradamente
- �Cuanto?
- Dos a�os. Cuando Ximena cumplio 13 comence a fijarme en ella como mujer. A pesar de que tratabas de ocultar su cuerpo con prendas grandes cuando yo
la abrazaba podia tocarla y podia sentir que mi hija ya era toda una se�orita. Todos los dias la tocaba y podia darme cuenta como ella iba madurando,
como se iba conviertiendo en la diosa que es ahora

Al escuchar el sinismo con que mi marido hablaba tenia unas ganas enormes de golpearlo pero ni todos los golpes que le pudiera dar lo iban a cambiar de parecer. Mi esposo, en realidad estaba muy enamorado de su hija, de mi hija, y lo demostro acercandose a ella y besandola en los labios enfrente de mi. Mi hija trato de rechazarlo pero al igual que me pasaba a mi, Salvador nos provocaba algo que no nos dejaba ignoralo asi que le correspondio el beso.

- �Como pudiste hacerlo Ximena? �l es tu padre - le recrimine
- Lo se, y por eso lo hice. Al igual que tu, yo lo amo y no hay otra persona en el mundo con quien quiera estar y con quien quiera hacer el amor - me respondio ahora m�s convencida de lo que sentia y de lo que habia hecho - me guarde para �l por mucho tiempo, esa mancha que ves ahi es la prueba de todo el amor que le tengo

Mire hacia la cama y observe las sabanas manchadas de sangre, mi hija le habia entregado su virginidad a su propio padre y �l la habia tomado como un objeto cualquiera. La mancha se habia secado pero aun conservaba el aroma, ademas de que toda la recamara olia a sexo.

- �Le diste tu virginidad a tu padre? �Estas loca Ximena? - pregunte desconsolada
- No estoy loca mam�, estoy enamorada. Siempre quise que el fuera el primero en mi vida, pensaba hacerlo cuando fuimos a ese hotel el dia que no nos encontrabas pero ese dia solo tuvimos sexo oral como antes lo habiamos hecho. Pero ayer en la noche paso, y fue la cosa m�s hermosa que pude haber
sentido - me confeso mi hija mirando a los ojos a su padre y tocando su pene con la llema de sus dedos incitandolo de nuevo
- �A donde vas Pamela? - me pregunto mi marido
- No se, lejos, donde no sepa de ustedes y donde no vea las porquerias que hacen - les recrimine
- Quedate. Aun podemos seguir siendo la misma familia... Yo aun te amo, y sabes, aun me excitas mucho - me pidio mi marido

Salvador me tomo del cuello y me lo apreto, me comenzo a asfixiar mientras me besaba y yo aturdida por todo lo que ocurria y mi falta de sue�o me deje llevar. Ademas como los habia visto coger tambien a mi me hizo excitar asi que cedi. Salvador me despojo de la blusa, luego de los pantalones y nuestra hija le ayudo a quitarme el sosten y mis calzones.

- Hija, algun dia cogeras tan rico como lo hace tu madre - mi esposo le dijo a nuestra hija

En ese momento mi marido me penetro por detras, sin lubricar mi ano me metio su verga totalmente erecta y comenzo a bombear. Me dolia pero todo eso me tenia muy caliente asi que no pude negarme a seguir, mientras mi esposo le mordia los senos a Ximena y mi propia hija me masturbaba la vulva. Despues de penetrarme tanto como quiso, mi marido saco su pene de mi ano y me dio la vuelta, me acosto sobre la cama y me penetro la vagina con sus 19 cms los cuales ya extra�a tener dentro de mi. Luego mi hija se subio a la cama y puso su vulva sobre mi cara, con mi lengua le estimule los labios y aun tenia rastros del semen que Salvador le habia dejado. Sus jugos y los de mi marido me los comi, mi marido me penetraba tan pronfundo que tambien me provocaba orgasmos que explotaban y mojaban la cama y la alfombra, mi hija trato de hacer un 69 conmigo pero no podia porque mi marido no sacaba su pene de mi vulva. Entonces ellos comenzaron a besarse y la invito a mamarle el miembro. De vez en cuando mi hija pasaba su lengua por mi vagina y me sacaba un gemido que me hacia mojar otra vez. Era inverosimil como mi marido se estaba dando un banquete con nosotras, primero lo habia hecho con su hija y despues conmigo.

- Ahora es turno de darle leche a tu mami Ximena. Tu ya tuviste suficiente - le dijo mi esposo a nuestra hija

Salvador me tomo de la cintura y me repego a su miembro el cual se me introdujo por mi vulva totalmente humeda. Comenzo a bombear, 5, 10, 15 veces y en cada una me arrebataba unos orgasmos bestiales, tenia mucho tiempo que no lo veia tan excitado y todo eso era gracias a nuestra hija Ximena. De pronto volvio a tensar su cuerpo y fue cuando un gran chorro de semen inundo mi vagina, �l me apreto los senos y se acerco a mi oido diciendome "Te Amo" en repetidas ocasiones. Termine exhausta, cuando mi marido saco su pene flacido del interior de mi vagina invito a Ximena a que lo chupara y se lo dejara limpio y asi lo hizo nuestra hija hasta que todo el semen que aun quedaba en el pene de mi marido se acabo. Yo estaba muy cofundida, no sabia que hacer, que decir, sabia que lo habian hecho ellos dos era muy malo pero lo que hicimos los tres habia sido fantastico y queria que se repitiera.

- �Cuantas veces lo hiciste con Ximena? - le pregunte a mi esposo
- Tres veces. �Por que?
- �Y usaste condon?
- No mujer, Ximena me pidio que no lo hiciera. Queria que eyaculara dentro de su vagina
- Pero... Ximena, puedes embarazarte - le informe a mi hija
- Lo se mam�, quiero tener docenas de hijos con pap� - me contesto Ximena
- Y sabes que Pamela, tu aun eres muy joven, tienes 37 a�os, quiza con suerte aun puedo embarazarte - replico mi esposo tratando de callar mi boca demandante y prejuiciosa
- Si mam�, te imaginas que las dos quedemos embarazadas al mismo tiempo. �Que emocion! - aplaudio mi hija llendose a su habitacion a ponerse ropa limpia

Entonces Salvador se acosto a mi lado, me dio un beso en los labios y comenzo a acariciarme. Yo tuve que responder, aunque estaba confundida estaba totalmente excitada con lo que habia pasado y con lo que habia visto que preferi callar y dejarme amar como mi marido habia dejado de hacerlo.

- Tranquila mujer, nadie se va a enterar de lo que paso aqui. Seguiremos como siempre, una familia - comenzo a decir mi esposo tratando de invitarme a su nueva sociedad
- Pero y si Ximena se embaraza - pregunte asustada - he escuchado que el incesto es peligroso
- No importa. Si nuestra hija se embaraza diremos que la violaron o que tuvo una mala experiencia con alguien, y si el bebe sale enfermo pues ni modo,
ese sera el destino que debe tener ese bebe quien por cierto va a ser concebido con amor fraternal asi que no hay que temer. Podemos amarlo aun asi

Yo no sabia que m�s que decir, estaba muerta de sue�o y de cansancio por la cogida que me habia dado mi esposo que termine quedandome dormida sobre las sabanas manchadas con la sangre de mi hija. Por la tarde desperte y me dirigi a la cocina, mi esposo preparaba la comida mientras mi hija leia una revista. Tal vez ahora era momento de aclarar todo, de hacer denuncias, de hacerlos entender que lo habia hecho estaba mal pero no dije nada y al veme mi hija me ofrecio una taza de cafe la cual acepte con todo gusto. Comimos normalmente, del tema no hablamos hasta que en la noche antes de irme al trabajo mi marido quiso que Ximena y yo lo acompa�aramos a la recamara de nuestra hija en donde nuevamente nos volvio a coger a las dos. Primero lo hizo conmigo, tan salvaje, tan duro, sabia que yo era una mujer que resistia bastante asi que no tuvo piedad de mi y al final acabo en mi vagina, otra vez recibi su semen espeso en mi interior y mil orgasmos declararon que yo estaba complacida. Mientras me preparaba para irme pude escuchar como mi esposo hacia suya a su hija, la penetraba sin parar aunque a ella se la metia despacio y con delicadeza pues su vagina aun no era muy madura ademas de que Ximena era m�s fragil. Los oir terminar en un orgasmo mutuo y cuando volvi a entrar a la recamara de mi hija pude ver la vagina dilatada de mi peque�a inundada con el semen de su padre, una vez m�s.

- �Ya te vas mujer? - me pregunto mi marido
- Ya. Nos vemos ma�ana, y no te la cojas tanto, aun es una ni�a - le pedi un poco celosa
- Descuida, esta fatigada. Tal vez hasta ma�ana lo volvamos a hacer, yo tampoco doy m�s
- Bueno. A ver si puedes cambiar las sabanas de nuestra cama, y las pones a lavar - le pedi como ultimo favor
- Esas sabanas las voy a conservar asi como estan. Esa mancha de sangre va a ser el recuerdo de hoy, de la manera en como todo empezo. Que te vaya bien mi amor - me despidio mi eposo con un beso y una nalgada

Desde ese dia mi marido era una bestia semental, no se como lo hacia pero creo yo que era porque Ximena lo excitaba demasiado que tenia siempre ganas de sexo. Por eso yo tambien decidi hacer lo mio y baje unos kilos de peso, me puse muy buena y eso le dio mucho gusto a mi marido. Nuestra familia se convirtio en un trio amoroso prohibido, por eso a nadie invitabamos a casa ni siquiera a otros familiares.

Pasaron 3 meses y un dia como cualquier otro mi hija Ximena se puso enferma, le dieron ascos y nauseas asi que la llevamos al doctor. El resultado fue un embarazo inequivoco pues los analisis sanguineos no mienten. Mi hija y su padre se pusieron muy contentos, obviamente festejaron con m�s sexo y me incluyeron en la celebracion. Ahora ya no me importaba que Salvador eyaculara dentro de la vagina de nuestra hija, total, mi mayor miedo ya se habia realizado. A las tres semanas de habernos enterado que Ximena estaba embarazada yo tambien comence a sentirme mal y fui al medico, el resultado era el mismo. Cuando se lo dije a mi hija y a mi marido volvimos a tener sexo. Han pasado tres a�os desde entonces y nuestras vidas ahora son asi:

* Yo tuve un hijo varon, mi marido lo bautizo como Sergio y lo quiere mucho. Haber tenido otro hijo con mi marido reafirmo lo que siento por �l, y asi mismo Salvador me agradece ser como soy y aceptarlo como �l es.

* Ximena tuvo una hija de la relacion incestuosa que tuvo con su padre. La llamaron Patricia y es una ni�a muy sana, muy linda y muy cari�osa. Mi marido y yo la llamamos nieta ante la gente, decidimos que seria mejor decir que era nuestra nieta producto de una relacion lastimosa entre Ximena y algun galan.

Mi hijo y la hija de mi hija con su padre ahora tienen tres a�os y juegan felices por la casa. Salvador sigue cogiendonos a mi y a su hija, a escondidas de los ni�os que aun no entienden lo que hacemos. De hecho pocos lo entienden. Debido a las ultimas veces que Salvador y nuestra hija han tenido sexo, Ximena esta embarazada otra vez. La familia se esta haciendo grande gracias a ellos dos y sus incontrolables ganas de coger.
Queria escribir esto porque me parece que si no lo hacia iba a decirlo a alguien cercano y nos iban a descubrir, y la verdad no quiero que lo hagan.



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Relato: Mi hija y su padre
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