Relato: no se como lo hice, pero me sedujo
Hola a todos, soy una mujer de 45 a�os, me llamo Arantxa, soy casada hace ya varios a�os, tengo una hija de 14 a�os, siempre tuve una vida normal junto a mi marido y mi hija, hasta que en el edificio donde vivo se mud� un hombre, argentino, buen cuerpo, muy simp�tico, divorciado, vive con su hija de 15 a�os, y varios animales. Cada vez que nos ve�amos nos salud�bamos de cortes�a, un hombre ya dije muy simp�tico, una vez el estaba en el parque que hay frente a casa y yo como estoy en el paro, fui a tomar sol y por casualidad baja el con sus perras y sus dos serpientes, nos saludamos y nos pusimos a hablar, "quieres sentarte mientras tus perras corren?", le dije dejando un trozo de la toalla en la que estaba sentada yo, el me sonri� y se sent� a mi lado, nos dijimos nuestros nombres, �l se llama Eduardo, y conversamos muy amablemente, un hombre muy educado, pero algo extra�o, en un momento de la conversaci�n me dice que tengo unos hermosos pies, cosa que nadie en mi vida me hab�a dicho, pero bueno, nos fuimos cada uno a lo suyo. As� seguimos hablando y entablamos una peque�a amistad, una tarde lo veo paseando a sus perras, y yo hab�a conseguido un trabajo temporal, ven�a molida, nos saludamos y le cont� sobre mi trabajo, que estaba reventada, "bueno Arantxa, ahora una ducha, ropa c�moda y a descansar", me dijo, "hay si, estoy deseando darme una ducha, haber si se me va el dolor de los pies que tengo", le dije, "decile a tu marido que te haga un masaje en los pies", me dijo, "es que mi marido no esta, no hay nadie en casa ahora", le dije, "si quer�s te lo doy yo", me dijo riendo, "bueno, lo voy a pensar", le dije riendo y me vine a casa, me duch�, pero los pies me mataban, siento que sube en el ascensor y como vive frente a mi departamento lo llamo y le digo si de verdad me dar�a un masaje en los pies, cosa que �l acepto de inmediato, dejo sus perras en su casa y vino a la m�a, yo estaba con la bata de salida del ba�o, nos sentamos en el sill�n del sal�n de casa y el me hizo poner mis piernas sobre las suyas, y hablando me empez� a dar un masaje en los pies, que sensaci�n tan grata, que relajada me sent�a a medida que Eduardo me daba ese masaje, me estiraba los dedos de los pies, apretaba suavemente la planta, yo intentaba que mi bata no se abra, que no se me viera nada, ya que yo realmente quer�a solo un masaje en los pies como �l me hab�a dicho, pero la sensaci�n de relajamiento era tal, que cerr� mis ojos, hasta que siento que Eduardo, me levanta una pierna y me empieza a lamer un pie, a meterlo en su boca, a morder los dedos, a pasar su lengua por la plata de mi pie, eso fue algo que jam�s me lo hab�an echo, sent� como una descarga por todo el cuerpo, me levantaba mas la pierna y me mord�a el tal�n, me hac�a cosquillas, pero era tan agradable la sensaci�n, que no me importaba que la bata se me fuera abriendo dejando mi pierna casi al completo destapada, sent�a como pasaba su lengua por la parte de abajo de los dedos de mis pies y su mano me iba a acariciando la pierna, eso me puso mas nerviosa si se puede llamar as�, sent�a unas cosquillas extra�as en mi estomago, Eduardo segu�a subiendo su mano, mientras mis pies pasaban de uno en uno por su lengua y su boca, que sensaci�n tan agradable y a la vez extra�a, estaba con un desconocido que me estaba chupando los pies y su mano sub�a peligrosamente a mi co�o, y yo no hac�a nada por evitarlo, mas bien lo dejaba, abr�a poco a poco mis piernas, me dejaba llevar por esa sensaci�n de relajamiento, sent�a su lengua pasar por entre los dedos de mis pies y el dedo de su mano pasar por el borde de mi braga, yo solo atinaba a estar con mis ojos cerrados, disfrutando, me sent�a cachonda, me asuste cuando me sent� mojada, cuando sent� su dedo pasar por los labios exteriores de mi co�o, cuando me abri� la bata dejando mis tetas al desnudo, estaba en una nube, no me importo que me estuviera bajando la braga, mas bien yo lo ayudaba levantando mi cadera, sent�a como a medida que me lam�a los pies, mi braga iba bajando dejando mi co�o a su disposici�n, yo solo atinaba a gemir de placer, siento que Eduardo me termina de quitar las bragas, como me abre las piernas y me empieza a lamer y chupar el co�o, casi grito de placer, sent�a como me daba suaves mordidas en mi cl�toris, arrancando fuertes gemidos de mi garganta, como baja lentamente su cabeza lamiendo todo mi co�o, y me levanta mas la piernas y siento su lengua lamer mi ano, era la primera vez en mi vida que alguien me lam�a el ojete, fue tremendo, hermoso, estaba tan caliente que yo misma le ped�a que me penetre, Eduardo no me hac�a caso, segu�a lamiendo mi ano, y su dedo buscaba mi ojete empezando a meterse dentro, yo hab�a echo el amor por el culo varias veces, no me asustaba tener una polla dentro de mi culo, de echo me gustaba hacerlo de vez en cuando, pero con Eduardo era distinto, quer�a que me meta su polla por todos lados, que me folle como jam�s nadie me hab�a follado, Eduardo se puso en pie y se empez� a quitar la ropa, yo cuando vi su polla fuera, al alcance de mi boca, se la empec� a chupar como loca, no era una polla enorme, era una polla normal, pero mas gruesa que la de mi marido, yo la disfrutaba dentro de mi boca, mientras �l se desnudaba, me cogi� de la cabeza y empez� a meterla y sacarla de mi boca como si me estuviera follando por ah�, yo abr�a mi boca para disfrutar de su polla, la saca de mi boca, se sienta en el sill�n, me coge de la mano, y me hace sentar frente a �l, yo con mi mano acomod� su polla en la entrada de mi co�o y me fui sentando, haciendo que su polla desaparezca dentro de mi co�o, mientras Eduardo me chupaba las tetas, me mord�a los pezones, me hac�a poner cada vez mas loca, yo empec� a mover mi cintura con toda la polla de Eduardo dentro de mi co�o, estaba gozando como una loca, que bien me estaba follando ese argentino, era la primera vez en los a�os de matrimonio que enga�aba a mi marido, pero no me importaba estar metiendo los cuernos al mi esposo, estaba disfrutando como jam�s hab�a disfrutado, yo no soy una mujer de haberme corrido muchas veces, pero con Eduardo fue distinto, me hab�a corrido dos veces y quer�a mas, sent�a su polla llenar mi co�o, nos bes�bamos las bocas, nuestras lenguas se met�an el la boca del otro, mis tetas estaban hinchadas de tanto que Eduardo me las hab�a chupado, "Arantxa, date la vuelta, te la quiero meter en el culo", me dijo besando mis labios, "si cari�o, por donde quieras", le dije, bajando de su polla, agache mi cabeza y me la volv� a meter en la boca, dando una peque�as chupadas a esa polla tan hermosa, le doy la espalda, me abro las nalgas y Eduardo acomoda su polla contra mi ojete, dejando que me baya sentando lentamente sobre su polla que se iba metiendo sin dificultad ninguna por mi ojete, hasta quedar sentada sobre �l, con toda su polla dentro de mi culo, empec� a mover mi cintura en c�rculos, sintiendo como su polla me abr�a el ojete, una mano empez� a acariciar mis tetas y la otra a meter sus dedos dentro de mi co�o, "hay cari�o, me estas matando, c�rrete dentro de mi culo si quieres", le dec�a moviendo mi cintura y abriendo mis nalgas con mis manos para que su polla entre hasta el fondo de mis intestinos, "quiero que me tragues la leche", me dijo, pasando su lengua por mi oreja, haciendo que me estremezca, yo en mi vida no hab�a tragado muchas veces semen, me gustaba mas que me lo dejen o bien en mi co�o o bien en mi culo, pero con Eduardo fue distinto, saque su polla de mi culo, me puse de rodillas entre sus piernas y me met� su polla en mi boca chupando como jam�s lo hab�a echo, el me cogi� de la cabeza y me hac�a subir y bajar con su polla dentro de mi boca, hasta que siento como le empieza a palpitar su polla dentro de mi boca y dando un fuerte gemido, comienza a correrse dentro, sent�a sus chorros de leche caliente, fuerte, espesa llenar mi boca, la tragaba, la tragaba con deleite, con placer, me gustaba ver a ese hombre retorcer su cuerpo de placer mientras yo le tragaba su leche, mientras pasaba mi lengua por toda la cabeza de su polla, as� estuve hasta que no deje ni una gota de leche sin tragar, lamiendo su polla, arrodillada entre sus piernas, disfrutando de ese hombre que por un simple masaje en los pies me folla por todos lados y con el �nico con el que le met� los cuernos a mi marido.