Relato: borrachita se la comieron dos amigos
BORRACHITA SE LA COMIERON DOS AMIGOS En alguno de esos viernes del a�o pasado con puente incluido me sucedi� algo que a�n no lo creo, resulta que nos reunimos en la casa de una hermana de mi esposa que estaba sola porque su marido estaba de viaje y otros dos amigos mas de alla del pueblo. Pepe de 50 a�os que era divorciado y Jaime de 37 a�os y que era casado, s�lo que en esa ocasi�n su esposa andaba de viaje; la velada trascurri� normalmente, bromas, copas, baile, a la medianoche mi esposa estaba euf�rica, ella vest�a un jean azul claro con botas de tacon que le hacian resaltar mas su hermoso culito, blusa sin mangas y escotada, hac�a calor por ser la �poca de verano del a�o, se ve�a juvenil y sexy. El alcohol corri� en serio, botella tras botella, como a la una de la ma�ana mi esposa y su hermana Vero ya sent�an los estragos del embellecedor, bailaban salsa ellas solas, eran un espect�culo para los que estabamos, mi mujer se ve�a muy bien bailando con esos jeans que resaltaban su culito resping�n, mi cu�ada llevaba un vestido rojo arriba de las rodillas, igual con zapatillas y sin medias, , su culo era tambi�n mas grande, la falda se le sub�a por lo mismo cuando bailaba, mostrando a veces el voluminoso culo. Pepe y Jaime no despegaban los ojos de ellas, sobretodo de mi esposa, sus nalgas resaltaban en ese pantal�n vaquero, discretamente se coguian el bulto que ya crec�a en su entrepierna, los humos del alcohol hac�an bien su trabajo, yo me sent�a entre celoso y caliente por eso, mi mente empez� a trabajar de c�mo me gustar�a ver a mi esposa clavada por otro hombre, el ambiente se estaba poniendo muy caliente, ellas con el baile sudaban m�s y en consecuencia les daba mas sed, otra copa y otra copa, al filo de las tres de la ma�ana ellas ya estaban muy tomadas, tanto que tuve que llevarlas a sus respectivas habitaciones, Vero entrando a la habitacion de visitas cayo como una piedra sobre la cama, ni tiempo de cambiarse de ropa, en ese momento solo cerr� la puerta y corr� donde mi esposa, ella se acosto en la habitaci�n de los de casa demasiado tambaleante trataba de cambiarse, con mucho esfuerzo y con mi ayuda logr� quitarle la ropa que tra�a y dejarla solo en tanguita, era una victoria secret color fucsia que se la habia traido de alguno de mis viajes. se ve�a muy rica, tanto que mi verga estaba ya muy tiesa y tuve ganas de metersela ah� mismo, pero al igual que su hermanita cay� de bruces en la cama y a roncar. Cuando sal� de la habitacion la puerta estaba entreabierta y alcanc� a escuchar pasos torpes y apresurados por lo que supuse que mis amiguitos hab�an estado espiando todo lo que hice al cambiar a mi esposa, luego entonces la vieron desnuda, eso me dio mucho celo pero mi calentura era tanta que mi mente empez� a trabajar imaginando a mi esposa en manos de ellos, me hice el desentendido y tomamos otras copas. Ve�a en sus ojos, a parte de los efectos del alcohol, esa chispa de deseo y calentura, por lo que sin medir consecuencias mi charla la dirig� entorno a mi esposa, fui directo al preguntarles que si les gustaba ella, ellos se turbaron pero decentemente me contestaron que era muy linda y que yo era afortunado por tenerla, mi coraz�n casi se sal�a por la emoci�n del momento, estaba a punto de cometer algo que de pronto me arrepenteria pero no me import�, la siguiente pregunta los dej� sin habla pues les cuestion� si les gustar�a comersela, despu�s de toser y analizar la respuesta me contestaron que ellos eran amigos y que no har�an tal cosa, que si ella no fuera m�a entonces s� les hubiera gustado tenerla, eso fue para mi suficiente, ya hab�a logrado despertarles m�s el morbo y yo ya estaba muy caliente, me sent�a muy mareado del vino y de la emoci�n, fue cuando decid� correr el riesgo y me lance dici�ndoles lo siguiente: Ustedes son mis amigos y lo he comprobado con la respuesta que me dieron pero quiero confesarles algo que desde hace a�os traigo en la cabeza, conf�o en su discreci�n????? Ni cortos ni perezosos me dijeron que desde luego confiara en ellos, que no me defraudar�an despu�s de esa larga amistad, en fin, despu�s de un profundo suspiro comenc� dici�ndoles que amaba a mi esposa y que mi vida a su lado hab�a sido satisfactoria en todos los terrenos, pero que ten�a una fantas�a, ver a mi esposa haciendo el amor con otro, que nunca me he atrevido a dec�rselo por que estaba seguro que me mandar�a al diablo y me tachar�a como el mayor de los pervertidos. Por supuesto que como siempre, los amigos creen saberlo todo me dieron miles de consejos, siempre manteniendo la chispa del deseo en sus miradas, ya que se hab�an cansado de todas sus sabias palabras, les dije que ya hab�a probado de todo, pero que no funcionaba, a quemarropa les solt� mi deseo de que esa noche quer�a compartirla con ellos, que si aceptaban participar en mi fantas�a, casi se desmayan con mi confesi�n, les pregunt� su opini�n, ellos con falsos prejuicios me dijeron que eso no pod�a ser, nuestra amistad, etc, etc., tajante coment� que si no deseaban entonces olvidaran el asunto, por supuesto que cambi� su actitud y dijeron que s�lo lo har�an por m�, que me estimaban mucho, bla bla bla, no se hagan los pendejos � les dije -, creen que no me d� cuenta que me espiaron cuando la estaba cambiando en la habitacion??, s�lo intercambiaron miradas apenados, imaginen como estaba yo de caliente al imaginar a mi esposa disfrutada por otros mmmmmmmmmmm, ya saben lo que es capaz de hacer el alcohol Ansiosos cuestionaban que como le har�amos para lograr mi objetivo a lo que yo les coment� que cuando ella tomaba de esa manera, se dormia profundamente y que no despertar�a, que esa era nuestra oportunidad, entonces me levant� del sof� y les dije que me siguieran, nos asomamos en la rec�mara en silencio y lo que vimos casi nos hace venirnos, estaba ella acostada bocabajo, con las piernas semiabiertas y una cobija casi a la cintura, su calzoncito metido entre sus nalguitas, guauuuuuuuuuu, seguramente ten�a calor. (tengo fotos de esa noche) Antes de hacer nada corr� a buscar mi c�mara digital, no me pod�a perder ese momento tan delicioso y lleno de lujuria. Yo estaba muy nervioso, mi coraz�n lat�a como loco, tom� algunas fotos, ellos con los ojos cuadrados y el bulto de su pantal�n muy grande, babeaban con ese espectacular cuadro que ten�an enfrente, entre incr�dulos, sorprendidos, calientes y alcoholizados, quiz� imaginaban que s�lo era una ilusi�n producto de la borrachera, pero no, era una realidad y provocada por mi deseo de cumplir mi fantas�a de compartir las ricuras de mi esposa. Les ped�a que no comieran ansias, que no quer�a lo ech�ramos a perder, me acerqu� a ella y me sent� a su lado, quer�a estar completamente seguro que dorm�a profundamente antes de que Pepe y Jaime entraran, ellos s�lo ve�an tras la puerta, comenc� acarici�ndole las nalgas para ver su reacci�n y nada, incluso su respiraci�n era pesada, en ocasiones roncaba, acerqu� mi rostro a su entrepierna y pude percibir su aroma de mujer, no pude m�s y saqu� mi verga que ya dol�a de estar prisionera y comenc� a pajearme, segu� olfateando entre sus nalgas y ese aroma suave que solo yo conozco me ten�a como loco, ella ni se inmutaba, entonces se me ocurri� algo, como saber si deber�s no sent�a nada, hice a un lado su calzoncito y comenc� a toca ese agujerito que tantas fantas�a me tra�a a la mente, sab�a que eso no le gustaba y en situaci�n normal me hubiera hasta golpeado, me ensaliv� mi dedo medio y comenc� a meterlo despacio, lento, sent�a su calor en mi dedo, poco a poco lleg� hasta el fondo, y nada, ella incluso la sent� demasiado relajada, flojita, su respiraci�n a�n muy pesada, eso me convenci� de que no estaba fingiendo, entonces llam� a mis amigos y les dije, ahora es cuando, pero con cuidado y no me la lastimen, ellos ya ten�a al igual que yo, la verga de fuera, al verlos me asust� un poco, la de PP era m�s grande que la m�a, como de 23 cms de largo y ancha y torcida, Jaime la ten�a m�s blanca y delgada, pero igual de larga, ambas estaban muy erectas por la excitaci�n y por lo que ve�an venir. El primero en acercarse fue Jaime, comenz� haciendo lo mismo que yo hice, acercar su rostro a su entrepierna y percibir su aroma de mujer, luego inici� una serie de lamidas de entre sus muslos, hasta las puntas de sus pies, chupaba dedo por dedo metiendo su lengua entre ellos, despu�s subiendo nuevamente se detuvo chupando en la parte trasera de sus rodillas hasta volver a sus ricas nalgas, Se notaba que Jaime era un experto, pues lentamente pasaba su lengua por todo su culito hasta acercarse a esa rajita que oculta un rico tesoro, volvi� a sacar su tanga de entre sus nalgas y la hizo a un lado, con suavidad las abri� y poco a poco lameteaba entre ellas, bajaba hasta su vagina mordiendo sus labios, trataba de introducir su lengua, as� fue subiendo hasta encontrar su hoyito chiquito, donde tard� buen rato puntenado con su lengua, Pepe y yo nos pajeabamos ya con desesperaci�n al ver todo eso hasta que tuvimos un orgasmo riqu�simo, no aguantamos tanta excitaci�n, Jaime, por fin despu�s de haberla lubricado con su boca, se sent� sobre ella y apunt� su tranca en su h�meda vagina y suavemente la fue introduciendo, nos angustiaba que fuera a despertar pero ella dorm�a como un tronco, empez� dandole despacio y fue acelerando su ritmo, mi verga de nuevo estaba como un tronco, a�n no pod�a creer que estaban cogi�ndose a mi esposa. Despu�s de media hora de estar metiendolo Jaime decidi� cambiar de destino, su culito, como les dije �l ten�a una verga larga pero delgada, era precisamente lo que se necesitaba para iniciar con ese bello objeto del deseo, su culito ya hab�a sido estimulado por su lengua, sin contar la propia lubricaci�n que ya ten�a por la cogida en su cuquita, apunt� y comenz� a presionar, yo ve�a el rostro de mi esposa para ver su reacci�n, en su inconciencia debi� sentir algo extra�o por que hac�a gestos de dolor, como si estuviera so�ando, Jaime logr� introducir la cabeza de su pene y muy despacio fue introduci�ndolo hasta llegar a tope, por atr�s observ�bamos como chocaban sus bolas con la cuca de mi mujer, estuvo sin moverse por espacio de 3 minutos hasta que fue acostumbr�ndose su culito a la nueva invasi�n, suavecito inici� el mete y saca, yo creo que estaba aguant�ndose porque en menos de 2 minutos, notamos como termin� dentro de ella. Ni corto ni perezoso PP tom� su lugar e hizo lo mismo que Jaime, inici� en la vagina de mi esposa y despu�s pas� a su anito, el cual gracias a la polla de Jaime, estaba listo para recibir una polla m�s grande, la de PP, como era mas ancha tuvo que hacer un poco de esfuerzo para introducir la cabeza del tama�o de un durazno, s�lo fue el principio porque con el semen que ya ten�a y una manotada de vaselina que le dije que untara le sirvi� de lubricaci�n , ella nada m�s pujaba en sus sue�os, Pepe dur� m�s tiempo tirando, hasta que por fin tuvo una copiosa venida inundando el tan preciado culito de mi esposa, por supuesto que despu�s yo hice lo mismo, era mi sue�o, cog�rme a mi esposa por el culito y si era en esas condiciones de sexo mejor, a mi ya no me cost� tanto trabajo, mis amigos se hab�a encargado de abrirla lo suficiente, mi orgasmo fue incre�ble, abundante y largo, sent�a que me iba al cielo, por fin hab�a hecho realidad mis sue�os. Mis amigos bajaron a la sala mientras yo limpiaba amoroso a mi esposa, con toallitas h�medas lav� sus ricas partes que nos dieron tanta satisfacci�n, acomod� su calzoncito y la tap� para que continuara dormida pl�cidamente, gracias mu�equita � le dije cari�oso - y le di un beso. Me reun� con mis compa�eros de parranda y entre otras copas les ped� su discreci�n con la promesa de poder repetirlo en otra ocasi�n, ellos felices me dijeron que les hab�a yo demostrado ser el mejor de los amigos. Al d�a siguiente mi bella esposa despert� con un terrible guayabo y con el est�mago suelto, estaba yo seguro que nunca se imaginar�a el placer que nos hab�a dado la noche anterior. Si les gusto animenme a escribir mas o a preguntar detalles o hasta de pronto una fotico se ganen de esa noche mi correo