Relato: Unas gotitas de un producto y mi hija Delfi (parte 1 y 2 juntas)
El martes pasado empez� a pasar algo inesperado con mi hija Delfina. El mismo mi�rcoles lo escrib� por la mitad. Ahora lo completo y de paso les cuento m�s cosas que pasaron esta semana. Copio ac� el relato anterior, dejo un espacio y lo sigo, as� los que ya lo leyeron siguen directo desde ah�:
Relato: Unas gotitas de un producto y mi hija Delfi
Ayer llegu�a mi casa con un producto que me hab�a compradon en un sex shop: se llama Feradil, se toma en gotas y supuestamente estimula a tener sexo. Desconfiaba de ellas, pero me la compr� para ver qu� pasaba. Mientras esperaba a mi mujer en mi casa, le puse unas gotas al agua para el mate, pero se me fue un poco la mano y le puse mucho. Sab�a que mi hija Delfi no iba a venir, porque iba a acompa�ar a su abuela a hacer un tr�mite, pero a �ltimo momento mi mujer me avisa que iba ella a acompa�ar a su madre,por lo cual en vez de mi mujer, lleg� a mi casa Delfi, en este caso, con una amiga suya:Barbi. Ambas tienen 20 a�os. Yo sab�a que mi hija era hermosa, pero evitaba tener todo pensamiento sexual y me pon�a mal cuando ten�a sue�os er�ticos con ella. Su amiga Barbi me conoce desde que tiene 10, y me pasaba lo mismo,pero s� hace unos a�os observaba lo tremendas que se hab�an puesto sus tetas,pero no pensaba en ella calientemente. Cuando las dos llegaron yo ya ven�a tomando mate hace quince minutos y ve�a que no me calentaba,ni nada,pero cuando me saludaron y le vi las tetas a Barbara, se me par� al instante, y m�s que eso:mis pensamientos eran lujuriosos,el cuerpo me ped�a que me porte mal,y le ofrec� mate a B�rbara (sabiendo que a mi hija no le gusta) B�rbara tom� un mate y dijo que se ten�a que ir, lo lament� mi pene,pero lo agradeci� mi consciencia. Me qued� solo con mi hija,que me sorprendi� y me pidi� mate,diciendo que quer�a que le guste. Mil pensamientos por la cabeza, por primera vez via mi hija de arriba a abajo y me puse cachondo. Aut�matamente, le di mate y tomamos durante 15 minutos m�s. Ella despu�s se fue a su cuarto, puso m�sica y a los diez minutos sali� de su habitaci�n pase�ndose en ropa interior. Lo tom� con naturalidad,pensando que se iba a ba�ar, pero alver que al rato segu�a sin vestirse, le dije:
- Hija, te vas a vestir en alg�n momento?
- �Te perturba verme as�? kjajaja
- No me perturba,solo me parece que no est� bien, ya est�s grande
- �Pero cu�l es el problema? �te calienta? no entiendo
- No seas irrespetuosa, Delfina.
No entend�a qu� le pasaba, ella nunca hablaba as�.
- Bueno, perd�n papi
me dijo, me dio un beso en la mejilla apoy�ndome las tetas y cuando se iba le vi su culo hermoso y me calent�. Se dio vuelta y me dijo:
- �Te gusta mi culo?
- �Por qu� me hac�s esas ptegujntas?
- No me contestes con otra pregunta pap�: �tengo buen culo?
- Ya sab�s que s�, y no te ense�� a fanfarronear
- �Te gusta mi culo? te caliento!
- Est�s loca
- Mir�, la ten�s parada
- Callate
- Pero la ten�s parada, �o no?
- No
- Me doy cuenta desde ac�
Me hirvi� la cabeza
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CONTIN�A:
Estaba muy caliente, me estaba calentando mi hija, y ella tambi�n y encima me provocaba descaradamente, siendo ella buena y respetuosa y nuestro v�nculo tierno y no sexual, pero ahora era todo fuego y todo por esas gotitas. Sent�a la necesidad de satisfacer mi calentura, pero no pod�a admitirle a mi hija que me calentaba, aunque darle alg�n indicio de eso, me pon�a m�s caliente.
- Me doy cuenta desde ac� que la ten�s parada
- Soy tu padre, respetame Delfi, �Qu� te pasa?
Le dije, mientras me marcaba mi pija parada, de costado, a trav�s del jean. Se notaba que estaba parada, pero tampoco tanto, porque la tengo, digamos... de tama�o normal.
- Ves que la ten�s parada, pap� - me dijo con una sonrisa hermosa
- Esto no es parada, hija - Le respond� mientras me la marcaba m�s
- Entonces lo que ser� parada jajaja
Me re� con ella y trat� de aflojar la tensi�n de la situaci�n, pero al mismo tiempo, ella acerc� su mano y me la toc� con un dedo a trav�s del pantal�n.
- Parece parada
- Est�s loca, �c�mo me vas a tocar la pija?
- Vos me tocabas la cola cuando eras m�s chica
- No es lo mismo, es cari�oso, y es una palmadita, no es tan sexual el culo. Y ahora est�s m�s grande, sos una mujer, ten�s sexo, ten�s novio, por eso, por respeto no lo hago.
- A m� no me molesta, me gustaba. Aparte cuando ten�a quince alguna nalgadita me dabas. Y ya no era una nena.
- Un poco s�, pero por eso lo dej� de hacer, cuando me di cuenta de que ya no eras la nena de pap�, que eras una se�orita, con el culito desarrollado.
- Y te empezaste a calentar.
- No. ^�No te vas a vestir? Mir� si llega tu mam� y te ve que est�s as�, al lado m�o.
- Me gusta estar as�, con vos. Antes eras m�s cari�oso conmigo, pero ahora ten�s miedo de excitarte y por eso no me toc�s.
Me dec�a mientras me abrazaba. Los dos parados (bah, los tres jajjaja), ella en tanga y corpi�o blancos, hermosa. Me estaba poniendo a mil, pero a la vez me daba una ternurita mi nena, una ternura caliente. La abrac� envolvi�ndola con dulzura y le acarici� la espalda suavemente.
- Mi nena... es cari�o lo que quer�s...
- Si, abrazame, acariciame
Me dec�a como una gatita mientras se me pegaba m�s. Mi pija estaba a la altura de su vientre, su cabeza en mi pecho, sus manos en mi espalda y cintura y las m�as: una acariciando su pelo y otra la parte baja de su espalda.
- S�, mi chiquita, hermosa.
- �Te parezco hermosa?
- Muy
- �Qu� es lo que m�s te gusta de m�?
- Tus ojos, tu cara preciosa, esta piel divina
El abrazo segu�a, mezclando cari�o y sexualidad, moviendo las manos, todav�a discretamente.
- �Y mi cuerpo?
- Sos una diosa.
- No tengo las tetas de Barbi, pero bueno
- Barbi tiene unas tetotas...
- �Pap�! - Exclam� celosa, separando su cabeza y mir�ndome a los ojos, pero manteniendo el abrazo, y por lo tanto, apret�ndose un poco m�s a mi pija.
- �!Qu�!?
- Te calienta B�rbara.
- No, yo dije que tiene unas tetotas, tetas grandes, est�n buenas, pero las tuyas tienen el tama�o perfecto - Le dije mirando fijo sus tetas en su corpi�o de tela delgada, que marcaba perfecto sus pezones erectos.
- �Son lindas mis tetas?
- Muy
- �Y mi culo?
- Perfecto
- Ay, gracias pa. �Por qu� es perfecto?
- �Tengo que hablar con mi hija, mientras est� casi desnuda, sobre las razones por la que es lindo su culo?
-S�.
Re�mos los dos. Manten�amos el abrazo y me asom� por su espalda, mir�ndole el culo desde arriba.
- Y... heredaste el culo de tu madre, que es hermoso, y hasta lo superaste.
- �Qu� tiene de lindo?
- Que es carnoso, redondito, el tama�o justo, piel linda y cinturita que te lo marca m�s. Cuando camin�s y mov�s las caderas me volv�s loco.
- �Ah, s�? Entonces te gusto, te caliento, mir� todo loq ue me est�s diciendo.
- �C�mo se te ocurre? te lo digo con mirada cari�osa de padre, me doy cuenta de que mi hija es hermosa, de que est�s buen�sima. Pero es con amor, no de manera sexual.
- Entonces pod�s tocarme, si igual no te pasa nada.
- Claro. Vos quer�s mimos, mi chiquita.
Le dije mientras bajaba mis dos manos y empezaba a acariciarle la piel de su culo, solo cubierto pocos cent�metros por su tanga en el centro. Recorr�a con suavidad la piel de su culo. Estaba en el cielo.
- Me est�s tocando el culo, pap�.
- S�, hija
- Me gusta. Y noto que a vos tambi�n.
- S�, es un cari�ito a mi hija.
- No me digas que no la ten�s parada ahora, la siento.
- Te parece, pero no� qu� suave esta colita, Delfi...
Le dec�a mientras recorr�a sus nalgas con las manos abiertas, suavemente, roz�ndolas. Se le pon�a la piel de gallina, se le escapo un mini suspiro. Alej� solo su cabeza de m�, me mir� a los ojos, me hizo una sonrisa leve y se la devolv�. Yo segu�a recorriendo sus nalgas con mis manos y la miraba a los ojos. Fue extra��simo ese momento: un poco de culpa, mucha sorpresa y extrema calentura. Pod�a y quer�a seguir el juego, pero mi juego tambi�n era negarle que eso fuera sexual, porque yo sab�a que no �bamos a garchar, que de eso no iba a haber vuelta atr�s, en cambio relativizar el tocarle el culo o juguetear un poco con su permiso, iba a poder ser un poco m�s como una costumbre. Hasta este d�a (el martes pasado), yo no ten�a esta actitud con ella, quiero aclararlo. Era respetuoso, solo en silencio a veces admiraba el perfecto culo que tiene y me aparec�an pensamientos confusos. De chica tambi�n se sentaba m�s a upa, o nos d�bamos un piquito, pero en su adolescencia no lo hicimos m�s, excepto una vez, en su fiesta de egresados de secundaria, que cuando la salud�, nos dimos un abrazo y me encaj� un pico (un besito corto en los labios, con boca cerrada), que me desconcert�, pero que despu�s lo tom� como un permiso de regresi�n a la infancia, aunque creo que ah� me empez� a ratonear secretamente mi hija Delfi.
Segu�amos ah�, mir�ndonos, abrazados y pegados por la pelvis y yo con las manos en sus nalgas, ella en tanga y corpi�o y yo en jean y remera. Mi pija acomodada hacia un costado, atrapada en el jean, ya me incomodaba y me imped�an disfrutar al cien por ciento. No sab�a si acomod�rmela, porque deschavaba descaradamente c�mo estaba. Pero antes de que pueda decidir algo, Delfi se alejo y puso su mano en mi bulto a trav�s del pantal�n, lo tante�, queriendo adivinar su forma. Iba a actuar una puesta de l�mites, pero antes de hacerlo, disfrut� los dos segundos de tocarle ese culo majestuoso mientras ella me tocaba el pene a trav�s del jean. Quiz�s esta iba a ser la situaci�n m�s extrema que me iba a permitir vivir, para despu�s dejarlo solamente en el inicio de un permiso para nalgadas o jugueteos. Despu�s de ser consciente de todo esto saqu� mis manos de su culo y las puse en sus hombros, pero dej� la suya en mi bulto mientras le hablaba:
- No, esper�, Delfi. No confundamos esto. Me parece que una cosa es que te acaricie la cola, con cari�o y si es que no te molesta, y otra que lo convirtamos en algo sexual. Que me toques ah� ya me parece exceder el l�mite. Mantengamos el cari�o, un poquito de cari�o cachondo puede estar bien, pero yo no te voy a tocar la concha, por ejemplo.
Le dije, mientras con dos dedos le tocaba el borde de arriba de su bombacha, cerca de su pubis.
- Ah� me tocaste cerca de la concha, vos te est�s calentando, papi, me est�s deseando.
Me apret� la pija. Yo aprovech� para hacerme m�s el que pon�a orden y a la vez acomodarme el pene apretado en el costado. La tom� de la mu�eca y separ� su mano. Con la otra me met� la mano en el pantal�n y me acomod� la pija para arriba. Estaba tan al palo, que la punta de mi cabeza se asomaba. Acomod� tambi�n el prepucio, para que no me incomode.
- Est�s loca, c�mo te voy a desear sexualmente? Sos mi hija.
- Te est�s tocando la pija
- Me estoy acomodando
- Porque est� parada
- S�, pero no es como vos lo pens�s. Es una reacci�n f�sica, pero yo tengo bien claro que esto� � le dije a la vez que le agarr� las nalgas una vez m�s, con m�s contundencia, apret�ndolas con intenci�n y dulzura - � esto no lo hago sexualmente, es con el mayor de los cari�os. � Y le solt� el culo. Ya est�bamos los dos parados, al lado, pero sin contacto f�sico, pero con las caras cerca.
- Y si no tiene nada de sexual y es solo cari�o, �por qu� hace a�os que no me toc�s o no me das un piquito?
- Por respeto a tu intimidad, por ubicaci�n. Vos sos hermosa, te amo, te morfar�a toda, porque sos deliciosa, pero todo esto que te digo es con amor paternal. Yo podr�a manosearte las tetas ahora y no dejar�a de sentir ese amor.
- Manoseame las tetas.
- No lo dec�a para hacerlo en serio. Si estableci�ramos esa costumbre ser�a peligroso, tendr�amos que hacerlo a escondidas y ya se tornar�a sexual. Yo te digo que puedo cachondear con vos y me encanta porque sos divina, porque sos m�a, porque te quiero y te cuido como siempre, y que podr�a tocarte las tetas y no significar�a que quiero tener algo sexual.
- Manoseame las tetas.
Tom� mis manos, las puso en sus tetas. Las tante� por encima del corpi�o y las apret� suavemente. Sent�a sus pezones erect�simos. Yo estaba que explotaba.
- Me est�s tocando las tetas, pap�.
- S� te molesta paro.
- No, me gusta. �A vos?
- Me gusta. Pero lo que te estoy queriendo decir es que yo hago esto y es un mimo que te hago.
- Y a m� me calienta mucho. � Me dijo, y se toc� la concha con la otra mano. Alej� mis manos y le dije:
- Entonces paremos ac�. No quiero que confundamos esto. No es sano que hagamos esto.
Ella me miraba at�nita. Se mantuvo as�, mir�ndome. Hasta que pareci� ocurr�rsele algo para cambiar el comportamiento. Me mir� la punta del pene asomando, acerc� su mano al cintur�n, lo tom� firme, y me subi� el pantal�n, como guard�ndolo. Y me dijo:
- Paremos ac� entonces.
- S�, mejor.
- Perd�n por lo que te dije de la calentura, es cierto que estoy caliente, pero tambi�n quiero respetar el lindo v�nculo que tenemos, y me alegro que a partir de ahora podamos tener un cari�o m�s f�sico.
- Yo tambi�n, mi chiquita.
Nos abrazamos. Y me dijo.
- Un besito me pod�s dar, no? �vale? �se puede?
- Siempre se pudo.
Le dije mientras la besaba suavemente en la mejilla, cerca de sus labios.
- Un piquito te digo.
- Ah, claro, mi nena.
Le di un suave pico en los labios, nos sonre�mos. Puse mi mano descansando en su cadera y le di varios piquitos suaves. Se humedeci� la lengua y nos dimos unos piquitos m�s. Despu�s se alej� dulcemente. Parec�a que empezaba a jugar el mismo juego que yo.
- Bueno, paremos, �no?
- S�.
- Te quiero
- Yo tambi�n.
- Qu� me mir�s
- Lo hermosa que sos, lo hembra que sos.
- No s� qu� me pasa, pero me libera este cari�o que te expreso. Creo que es normal que nos deseemos un poco. Bah, yo algunas veces pienso en vos o tengo sue�os sexuales.
- Es normal. Yo tambi�n. Pero igual�
En ese momento pas� lo peor que pod�a pasarnos: el ruido de la puerta del pasillo de afuera, las voces de afuera de mi mujer y mi suegra. Con Delfi nos miramos asustados. Ahora el ruido de la llave de la casa, del living, a dos metros de donde est�bamos. Delfi sali� corriendo a su cuarto. Dentro de todo el miedo en esos 5 segundos en que abr�a con la llave, yo ve�a a mi hija una vez m�s, corriendo en tanga, con su culo rebotando y su pelo bailando al viento, pero �QU� ESTABA PENSANSO? Mi mujer abr�a la puerta, y entraba con mi suegra. Al mismo tiempo, la puerta de Delfi se cerraba de un portazo. Mi mujer puso cara de extra�ada por el ruido del portazo y me salud� con un pico y mi suegra con un beso en la mejilla. Mi mujer not� instant�neamente mi erecci�n. Me mir�. La mir�. Estaba seria, con cara de intriga. Yo ten�a la sensaci�n m�s intensa de mi vida. El coraz�n a mil, asustado, con miedo de que se me viniera el mundo abajo, con adrenalina, intensamente excitado sexualmente, asombrado, maravillado y asustado de lo que acababa de pasar. Tambi�n me preguntaba cu�l iba a ser la reacci�n de Delfi cuando se le pasara el efecto, cuando reflexionara en todo lo que hab�a pasado en unos pocos minutos. Todo era riesgo. Y encima sent�a como todo ese peligro me pon�a m�s al palo. Ahora me calentaba mirar el asombro de mi mujer, hasta me calentaba pensar en que se enoje y se de cuenta de todo y en que mi suegra vea todo eso, que me vea la pija, NO. Me estaba volviendo loco. Lo detengo ac� por ahora, porque es lo que pas� ese d�a con Delfi y porque no s� si no los aburro con tanto detalle. Por eso, si veo que tiene m�s de 9 en unos d�as, entender� que les gust� y quieren que siga. Porque no saben lo que fueron los siguientes d�as, una lluvia de sorpresas y emociones.
Les agradezco su atenci�n.
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