Muchas veces he o�do comentar a la gente que su primera vez
no fue como esperaban que fuese, para muchos esa primera vez fue tan mala que ni
tan siquiera quieren recordarlo. Gracias a la madre de mi mejor amigo mi primera
vez nunca podr� olvidarlo.

Hacia los catorce a�os, en el peque�o comercio donde comente
a ganar mis primeras pesetas durante las vacaciones de verano trabajando por las
ma�anas, empez� a despertarse en mi el inter�s por las mujeres mayores que yo,
inter�s que r�pidamente fue acentu�ndose debido al ir y venir de aquellas
mujeres que observaba desde detr�s del mostrador. Mujeres vestidas con vestidos
tan finos que pod�as adivinar las formas de su cuerpo al contraluz, mujeres de
escote generoso por el que pod�an verse las formas de sus pechos envueltas en
aquellos preciosos sujetadores o danzando libremente al son que marcaba la
inercia de sus movimientos si dichas prendas para mi agrado no exist�an, mujeres
que llevaban faldas tan cortas que al agacharse permit�an que mis ojos
disfrutaran de aquellas braguitas sexy o de sus entrepiernas al viento
recibiendo el airecillo fresco que las refrigeraba.

La madre de mi amigo hacia sus compras en esta tienda y era
una de las mujeres que yo observaba detenidamente desde mi posici�n
privilegiada. Era una mujer atrayente, con unas buenas tetas, caderas anchas y
un potente trasero. Unicamente con verle los tirantes del sujetador mi cabeza
comenzaba a tener pensamientos impuros y si pod�a verle la forma de las tetas
con los pezones tiesos y duros envueltas en su sujetador de turno humedec�a mis
calzoncillos al momento.

Una de las ma�anas, al llegar al comercio, me la encontr� de
par en par agachada con las rodillas separadas y sin bragas mostr�ndome su
precioso co�o. Cre� volverme loco, para m� aquello era lo m�ximo, alguna que
otra vez que hab�amos ido juntos a la playa o de camping le hab�a visto las
tetas pues sin ning�n tipo de prejuicios ni tapujos hab�a aireado sus enormes
pero preciosas tetas para cambiarse o tomar el sol sin importarle que estuviera
presente. Aquellas tetas si que me hab�an llamado la atenci�n y procuraba no
apartar la mirada cada vez que lo hacia, pero esto... era algo nuevo y no pod�a
desviar mi atenci�n de semejante paisaje. Que deciros que aquel co�o se
convirti� en la protagonista de todos mis sue�os er�ticos.

Desde tal aparici�n, su casa fue aun m�s m�a. Me pasaba
pr�cticamente todas las tardes en su casa, esperando a que apareciese con alguno
de los botones de la bata suelto para poder ver entre la abertura sus braguitas
o sujetadores que tantas veces hab�a visto col�ndome en su habitaci�n y
registrando sus cajones mientras ella tostaba sus enormes y preciosos pechos al
sol y mi amigo ve�a la tele. Alguna que otra vez me las hab�a llevado para mi
casa, o las hab�a impregnado de mi semen sabiendo que minutos mas tarde al venir
de la playa se las pondr�a y que el contacto entre mi semen y su vagina ser�a
inevitable, contacto que mas de una vez pude comprobar que la molestaba por como
mov�a su entrepierna queriendo al parecer despegar su braguita pegada de entre
su entrepierna por la humedad de mi semen.

Aunque nunca me lo dijo, pensando en todo lo que entre
nosotros ocurr�a; me di cuenta de que a ella le atra�a mi carne joven y fresca.
Muchas veces estando en su casa, mientras ve�amos la tele, ella siempre sentada
a mi lado, disimuladamente provocaba roces que me pon�an el pene erecto, se
tumbaba sobre mis rodillas y apoyaba en mis partes sus grandes tetas estir�ndose
sobre mi con la excusa de querer coger algo, acci�n que repet�a una y otra vez y
que en algunas su rostro reflejaba cierta picard�a ante la comprobaci�n del
material que tenia entre mis piernas.

Durante algunos a�os tuve que conformarme con que ella
frotara sus tetas con mi tieso pene y pel�ndomela recordando aquellos contactos
Ante esta situaci�n al cabo de unos tres a�os, una de las tardes que subimos mi
amigo y yo de la playa a su casa, yo ya iba con las ideas claras. De aquella
tarde no pasaba, si quer�a guerra la tendr�a. Ella como casi siempre, estaba en
el sof� adormecida viendo la tele con su bata de cuadros levantada por encima de
las rodillas mostrando sus fuertes muslos y aireando sus partes, e
intencionadamente me sent� junto a ella. Mientras, mi amigo se met�a en la
ducha, nada mas o�r correr el agua del grifo de la ba�era, ella abandono su
postura perezosa y se incorporo sonriente poni�ndose manos a la obra. Con la
excusa de querer coger una revista se estiro hacia m� y comenz� a restregar sus
tetas hacia delante y hacia detr�s por mi pene que r�pidamente se puso dura pues
yo ya iba bastante acalorado de antes. En alguna parte de sus tetas deb�a de
estar sinti�ndola mas dura que nunca pues su sonrisa as� me lo hacia saber. Ella
volv�a a repetirlo pero esta vez se iba a encontrar con una sorpresa: ni corto
ni perezoso en un movimiento r�pido puse una mano en su trasero y con la otra
empuje su cabeza hacia lo que sus tetas hab�an despertado. Ella levanto la
cabeza un tanto sorprendida por mi actitud pero con una peque�a sonrisa que
confirmaba que en absoluto la hab�a molestado. Volvi� a mirar hacia abajo solt�
la revista aparto mi pantal�n de deporte con sus dedos poni�ndomela al
descubierto y tras unos peque�os besos y unas pasadas de lengua por todo el pene
empez� a com�rmela suavemente como si de un polo se tratara. Cada lamida de su
lengua penetraba hasta lo mas profundo de mi ser y recorr�a todo mi cuerpo
produci�ndome una especie de corriente el�ctrica que circulaba por mi columna
vertebral desde el dedo me�ique del pie hasta los ojos que parpadeaban
r�pidamente del gozo que me produc�a aquella mamada y que me pon�an los pelos de
punta. Al poco rato lleno de excitaci�n me corr� exageradamente en su boca,
mientras apretaba fuertemente su culo con mis manos hacia mi para que ella se lo
tragara todo. No s� si llegue al �xtasis o no, pero el dolor que comenzaba a
sentir en mis partes ante mi primera mamada, era fuert�simo; tan fuerte que me
apure y empece a sudar en abundancia mientras mi amigo volv�a de la ducha y se
preocupaba por la cara que tenia. Su madre sonre�a p�caramente mientras limpiaba
sus labios de mi semen jugueteando con la lengua como minutos antes lo hab�a
echo.

Hab�a sido maravilloso pero no pod�a conformarme solo con eso
mi cuerpo ped�a mas y al de unos d�as al repetirse la situaci�n me abalance
sobre ella y le dije que la quer�a follarla, que quer�a romper mi virginidad con
una mujer como ella. Me beso, me acaricio mis partes y me dijo que no deb�a de
ser tan impaciente, que ella estaba encantada de poder ser la primera en
follarme y que todo llegar�a y que en lo que tarda una persona en ducharse un
polvo es una farsa y hab�a que saber esperar.

La espera se me hizo larga, dura y tensa pues continuaba
viendo la tele en aquella casa junto a ella y lo �nico que me permit�a era
besarla y manosearla a espaldas de su hijo. A ella segu�a gust�ndole el juego de
calentarme cuando mi amigo estaba presente y segu�a tumb�ndose sobre m�, un
juego que la excitaba y que a m� me jugaban malas pasadas pues no era bueno que
en presencia de mi amigo mi m�stil me delatara de tal manera. Pero una ma�ana,
son� el tel�fono. Era ella, por circunstancias del trabajo de su marido se hab�a
quedado sola en casa, mi amigo se fue con su padre y el camino estaba despejado.
Me pidi� que le llevara algunos recados a su casa. Recog� su pedido, lo met� en
bolsas y r�pidamente me dirig� a aquella casa que tan bien conoc�a. Mi coraz�n
lat�a con fuerza pues con solo verla corr�a dentro de m� una fuerte corriente de
pasi�n que se apoderaba de m�. Me recibi� con un vestido t�pico de verano:
largo, semitrasparente, floreado y con botones por la parte de adelante.

Nada mas traspasar el umbral de la puerta me pregunto si
estaba preparado. Fue como si me hubiera tocado la loter�a, por fin iba a
cumplirse el sue�o que tanto deseaba y que con tanta ansiedad hab�a esperado,
dejar�a de ser virgen gracias a una estupenda mujer que follaba
sensacionalmente. Sin perder el tiempo solt� las bolsas y la abrace fuertemente
mientras met�a mi lengua en su boca. Baje mis manos a su espl�ndido trasero y
mientras lo manoseaba la empujaba hacia mi cuerpo con la intenci�n de que los
dos cuerpos se fundiesen en uno. Ella, comenzaba a acariciarme mi miembro con
sus manos para que despertara r�pidamente y se pusiera tiesa y r�gida como un
bate de base-ball.

Mis nervios eran tremendos por una parte la conciencia me
jugaba malas pasadas anunci�ndome que la mujer que estaba en mis brazos era la
madre de mi amigo pero mis ansias por met�rsela y perder la virginidad con la
mujer que tanta excitaci�n me hab�a producido durante aquellos a�os me hac�an
olvidarme de la conciencia. Ella notaba sus nervios y mi ansiedad y con una
dulce y suave voz me susurraba al o�do que estuviese tranquilo, que deb�amos de
hacerlo bien para que tal d�a quedara en nuestras memorias como un d�a
maravilloso. Aquellas palabras me tranquilizaron pues yo ya estaba con la
escopeta preparada para ir de caza y tuve que esperar un tiempo para poder
disparar a mi primera presa.

Poco a poco fui calm�ndome y comenc� a jugar con ella. Me
puse detr�s de ella y comenc� a besarle y mordisquearle la nuca y los l�bulos de
las orejas y decirle cuanto la deseaba y las ganas que tenia de follarla
mientras manoseaba sus tetas y pellizcaba sus pezones por encima del vestido con
la intenci�n de que se endurecieran y ponerla cachonda desde un principio.
Despu�s de un rato de manoseo y pellizcos, sin dejar de besar sus l�bulos y su
nuca que comenzaban a irradiar un cierto calor, comenc� a desabrocharle los
botones uno por uno asta soltarlos todos. Al despejar el camino, aparte mi
pantal�n corto a un lado, baje su braguita lo suficiente como para poder
introducir mi miembro entre sus muslos, le levante el sujetador y volv� a
trabajar sus pezones esta vez aireados mientras ella comenzaba a tener una
respiraci�n mas profunda y jadeante y apretaba mi polla con sus muslos
fuertemente.

Tras un rato en el que pude comprobar como su temperatura
sub�a con mi term�metro, el turno fue para ella. Se dio la vuelta y en un
movimiento r�pido agarro mi pene, se puso de rodillas y comenz� a chup�rmela
como lo hizo la primera vez. Cuando la vio lo suficientemente dura y preparada
se la meti� entre sus tetas y comenz� a masturbarme asta que explote
salvajemente vertiendo todo mi semen en su cara. Fue tal la descarga que pense
que todo hab�a acabado pues no se me volver�a a poner dura durante un tiempo. Mi
equivocaci�n era completa, tras limpiar mi semen con su lengua y con la ayuda de
unos peque�os mordiscos y pellizcos juguetones mi polla volv�a a estar dura y
mas tiesa que nunca.

La tumbe en el suelo boca abajo y comenc� a acariciar su
cuerpo con mi glande desde su nuca asta su trasero bajando por su espalda una y
otra vez mientras ella se retorc�a de gusto. Le di la vuelta y comenc� a hacer
lo mismo desde su boca asta su vientre pasando por sus tiesas y puntiagudas
tetas y entreteni�ndome con sus pezones tiesos y duros. Al de un buen rato de
juegos sexuales, al ver que ella con su tierna mirada comenzaba a pedir que se
la metiera, flexione sus piernas y comenc� a lamerle y pellizcarle sus muslos
por la parte interna igual que hice anteriormente con sus tetas mientras ella
comenzaba a retorcerse en el suelo al igual que una serpiente y de su boca sal�a
sus primeras palabras referentes a que comenzara a follarla pues estaba
calent�sima y necesitaba sentir toda mi polla dentro de ella. La incorpore, me
sent� sobre una silla y mientras iba sent�ndola sobre m�, se la fui metiendo con
suavidad agarr�ndola del trasero asta que mis huevos chocaron con su
entrepierna.

Deje que fuera ella la que llevara la iniciativa, la que me
follara, al fin y al cabo era ella la que tenia que desvirgarme. Aquel
espect�culo era maravilloso verla moverse de aquella manera, estirar su cuerpo
hacia atr�s para que mi pene aun la perforara mas, el baile circular de sus
caderas que hac�an que se girara todo su cuerpo como una serpiente, y el
movimiento magistral de sus caderas de un lado para otro, de arriba para
abajo... el baile de sus tetas que segu�an el ritmo impuesto por sus caderas
hac�an que perdiera la vista. Me entreten�a con ellas pellizc�ndolas,
lami�ndolas, sob�ndolas... en fin jugando con ellas y meti�ndole la lengua asta
la campanilla.

Con varios golpes de cadera un poquito m�s fuertes consigui�
que ambos nos corri�ramos a la vez y que nuestros cuerpos quedaran fundidos
mediante un cari�oso y tierno abrazo. As� estuvimos asta que recuperamos el
aliento y tras comentar lo maravilloso que hab�a sido y lo bien que hab�a salido
quedamos para poder repetirlo alguna otra vez. Tras un tierno beso me desped� de
ella asta el d�a siguiente pues seguramente volver�amos a vernos de nuevo en su
casa para ver la tele y "jugar" mientras mi amigo se duchaba.

Y as� fue durante un tiempo, ella se convirti� en mi
profesora particular, todo lo que le�a en las revistas o ve�a por la tele lo
pon�a en practica con ella. Segu�a restreg�ndome sus tetas para ponerme cachondo
en presencia de mi amigo y yo lo pasaba francamente mal, era el tributo que
tenia que pagarle por las clases. Hoy, doce a�os despu�s ella sigue
manteni�ndose de buen ver, practica deporte y sigue follando de locura, es una
autentica maquina, ella es... La madre de mi mejor amigo