Relato: ENCUENTRO CON MADURA Rel�jate un momento y piensa que estoy detr�s de ti. Sientes una sensaci�n de escalofr�o por la energ�a que emana mi cuerpo.
Volteas hacia mi y me miras fijamente como tratando de leer mi mente. Y yo te desnudo simplemente con la mirada.
Se escucha una m�sica suave y rom�ntica que invade el lugar donde estamos. Es tu melod�a preferida. Te ci�es a m� con un abrazo y nos empezamos a besar profundamente y largamente.
Bailamos por un momento y mis manos empiezan a desvestirte lentamente. T� me quitas la camisa y nuestras pieles se pegan una con la otra.
Una vez que ya estas sin nada tomamos una copa de vino y lentamente exploramos m�s nuestros cuerpos.
Mis manos caminan por tu espalda y en tus piernas, por tu cuello, por tus gl�teos. Nos vamos a la ducha y nos ba�amos juntos y limpio tu vagina y tu trasero con mucha delicadeza.
Al terminar el ba�o nos vamos a la recamara y te doy un masaje para relajar los m�sculos de tu cuello. Te volteo con la espalada a mi pecho. Mis manos te acarician. Descubro el fuego que llevas dentro. Mis dedos acariciar�n todo tu cuerpo.
Preparo una porci�n de aceite aromatizante para que tu cuerpo sea m�s receptivo a mis caricias.
Froto suavemente tu cuerpo, desde arriba hasta la punta de tus dedos. Luego, mis besos y caricias inundan tu cuello, tu espalda, tus senos, tu ombligo, tus piernas, tus pantorrillas, tus tobillos y los dedos de tus pies, lami�ndolos uno por uno.
Te volteas boca arriba, para partir desde la punta del pie hacia arriba, masajeando las rodillas, las piernas, llego a tu torso y extiendo mis manos y brazos para recorrer en c�rculo tus pechos cuyos pezones est�n bien paraditos.
Tomo un plumaje y cerrando tus ojos te dejas llevar por la sensaci�n.
La pluma recorre por toda tu columna vertebral, tus piernas y en medio de tus gl�teos. Esto provoca que levantes tu trasero y rozo con delicadeza tus dos orificios.
Despu�s acomodo tu cabeza en una almohada. Coloco tres almohadas sobre tus asentaderas para ver ampliamente sus partes �ntimas.
Masajeo el abdomen, los muslos y los pechos. Lubrico el mont�culo de tu vagina con una peque�a cantidad de aceite o lubricante. Lo masajeo de forma suave y los labios externos de tu vagina.
Con suma delicadeza, tomo el labio exterior con el pulgar y el �ndice, casi sin presionar, con mucha suavidad y recorro todo el largo de los dos labios vaginales, en forma ascendente y descendente. Tambi�n masajeo tu cl�toris
Introduzco un medio dedo dentro en la vagina. Con mucha delicadeza, sobo suavemente su interior. Aumento la velocidad pero no enloquecidamente.
Mi dedo me�ique explora el orificio del ano, y respondes positivamente por lo que lo lubrico con mi lengua subiendo y bajando hasta tu vagina.
Es aqu� donde tienes tu primer orgasmo, con varias descargas. Bebo tus jugos mas tarde alcanzas un segundo orgasmo
Despu�s de las convulsiones org�smicas, te pido que te pongas en cuatro, para que mi dedo pulgar entre en su ano y los otros cuatro en tu vagina.
De nuevo, mi lengua trabaja para dilatar tu culito. Mientras, mi otra mano toca tus senos tiernamente. Mi lengua y dedos laboran en tu vagina y en tu cl�toris teniendo as� tu tercer orgasmo.
En este tipo de encuentro momentos, no puedo dejar de pensar, maldiciendo mi infortunio de no disponer de una buena condici�n sexual, como la de mis buenos tiempos para disfrutar plenamente el momento.
Me paro de la cama, voy al ba�o para asearme y refrescarme en la regadera. Mi mente excitada, mi cuerpo caliente.
Regreso a la habitaci�n, totalmente desnudo. Ella despierta y puedo ver mi verga fl�cida, sin asomo de una deseada erecci�n. Como ya conoc�a mi problema no se sorprendi�, solo mir� tristemente mi miembro alica�do.
Ella se levanta, va a mi maletilla y saca pastillas de viagra y me dice que no las iba a necesitar ya que ella me ayudar�a a destapar la olla de presi�n que tra�a dentro.
Sujeta mis huevos en la mano izquierda y la verga en la derecha. La aprieta poco a poco hacia abajo en direcci�n a la base del tallo y se dispone a mamar. Recorre su lengua sobre sus labios para tenerlos listos y h�medos. Ahora abre su boca ligeramente para atormentar y excitarme. Respira en m�, sopl�ndome con su aliento caliente.
Asegur�ndose de que su lengua esta goteante de humedad, comienza en la base del tallo de mi pene y lo lame hacia arriba lentamente. Gira su cabeza de lado y simula morderme suavemente colocando tus dientes en mi carne.
Su mano izquierda est� tocando mis huevos, quiz�s ara��ndolos ligeramente con sus u�as. Busca debajo y detr�s de los huevos para encontrar esa �rea tan sensible justo antes del ano, o incluso meter un dedo en mi agujero muy suavemente, ya que el m�sculo que causa la erecci�n comienza ah� atr�s, esto producir� una reacci�n en mi verga, que necesito a mi edad.
Continua con los balanceos hacia arriba con su lengua, desde la base del m�stil al borde del capullo, no se detiene, contin�a su larga y h�meda lamida sobre la punta de mi verga, insistiendo en el agujero del centro. Estruja el tallo y mira como brota l�quido preseminal.
Muestra lo mucho que le gustan mis l�quidos. Empiezo a gemir y mete tanta verga como pueda caber dentro de su boca. La chupa y prueba todos sus movimientos variados hasta que sepa que no puedo soportar m�s y voy a derramarme.
Recibe mis disparos de leche a borbotones en su garganta. Es asombroso cuanta leche sale. La saborea.
Toma su tiempo para exprimirme y despu�s se va a asear. Yo quedo exhausto. Pero ella no ha quedado completamente satisfecha.
Me levanto me dirijo hacia ella y me dice:-"C�geme". Yo estaba excitad�simo. Ella agarra m� verga entre sus manos y la dirige hacia su culo y su vagina, jugueteando entre los dos agujeros. Logro encararla en uno de los dos, la muevo suavemente, roz�ndome con el capullo los labios de entrada, notando como estaban h�medos. Ella excitad�sima, dando suspiros de placer, muri�ndome de ganas.
Yo no pude aguantar m�s, mi verga se puso dura, larga y la met� lentamente dentro de su vagina y ella estaba tan ardiente que empez� a tener otro orgasmo.
La sensaci�n fue buen�sima, a�n no me hab�a dado tiempo a recuperarme y ya estaba otra vez sintiendo placer, la miraba a trav�s del espejo, y parec�a excitarse m�s, mis manos se fueron a su pecho, y mientras manten�a mi verga dentro de ella, alcanzo a acariciar sus pechos y pezones, roz�ndolos, pellizc�ndolos suavemente. No dejo que sacara mi verga. Yo la empujaba, d�ndole piquetes hasta que logro tener un nuevo orgasmo.
Mi verga est� crecida, como antes. Ella me pide que aprovechando que la tenia larga, parada y dura pues que se la metiera por atr�s. Saco m� verga, ella me la limpia con su boca.
Acomodo sus piernas sobre mis hombros y mi pene a la altura de su ano y lentamente penetro, primero una cuarta, una mita tres cuartas y la empujo hasta dentro.
Las lamidas anteriores, el aceite ya hab�an surgido su efecto.
Me muevo al ritmo que ella me dice. Me pide que la empuje duro. As� estamos por un buen tiempo. Le pido que cambiemos de posici�n y se acomoda en cuatro con las nalgas hacia arriba, sent�ndome para poder cabalgar.
Mi verga entra con mucha facilidad en su cola. Y ahora si, le doy lo mas duro que puedo, lo que dan mis fuerzas y ella me pide mi leche, y reviento sintiendo chorros ardientes dentro de su trasero. Ella alcanza as� otro orgasmo.
Quedamos los dos cansados. Logro sacar mi verga. Nos acostamos y nos acomodamos en un 69 hasta que nos quedamos dormidos bien satisfechos.
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Relato: ENCUENTRO CON MADURA
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