Relato: KAT, MI PERRO, Y MI PRIMERA EXPERIENCIAS ZOO
Tengo 18 a�os y una vida tranquila en un balneario de la costa. Acostumbro hacer footing por la playa y por ello mi padre me regal� un perro que creci� bastante y es mi regal�n indiscutido. He le�do algunos relatos er�ticos zoof�licos y me pareci� siempre que todo era invento hasta que ...
Bueno, a los 16 tuve un novio quien me llev� a la cama sin gran �xito porque no logr� darme en el gusto y luego, despu�s de mi tercera relaci�n aburrida, lo despach� y satisfice mi necesidad de sexo a puro dedo.
Pues bien, en la solitaria playa acompa�ada por mi perro me sent� un d�a sobre mi toalla y comenc� a masturbarme . Mi perro me miraba de frente y se me ocurri� invitarlo a que participara. Yo no sab�a que hacer as� es que abr� mis piernas y Kat, obedeciendo mi orden se acerc�. Le puse mi vulva cerca del hocico y me lami� repetidas veces causando un placer desconocido a mi cuerpo.
Me gust� sentir su musculosa y tibia lengua entre las piernas y, para que siguiera, ya que Kat no ten�a gran inter�s por seguir, le ofrec� un batton que es un chocolate cil�ndrico que le gusta mucho. Lo lami� y tuve la idea de pintarme los labios de la vagina con �l para que me lamiera. Lo logr�, pero Kat quer�a lamer el chocolate de todas maneras, as� es que me lo met� en la vagina y a medida que se derret�a, Kat lam�a y lam�a provoc�ndome los orgasmos que nunca sent� con mi novio y m�s intensos que los que lograba sola. Fue una experiencia incre�ble y por supuesto la repet� muchas veces tanto en casa como en la playa. Yo no s� que pas� despu�s ni como sucedi� lo que sigo narrando. Despu�s de ba�ar a mi perro, cosa que le gusta mucho, not� que su glande se asomaba cada vez que le secaba el vientre.
No supe porqu�, pero con mi mano lo tom� y comenc� a moverlo suavemente logrando que se asomara cada vez m�s. Me ech� a su lado y dej�ndome llevar por lo que hab�a le�do, le pas� mi lengua por el glande cerrando los ojos. Luego lam� a todo el largo su caliente pene que segu�a creciendo introduci�ndomelo totalmente en la boca . Succion� y mam� de arriba abajo largamente y Kat solo emit�a peque�os ruidos. Sent� que algo me llegaba a los labios y al tocarlo me di cuenta de que era como un nudo que met� tambi�n en mi boca. Sent�a la boca llena.
El perro se par� y yo no lo dej� ir. Yo quer�a m�s, era una experiencia incre�ble y me puse debajo para mamarle mas f�cil . Yo recorr�a su pene de extremo a extremo primero lenta pero con succi�n intensa y luego m�s r�pidamente sac�ndomelo y tom�ndolo repetidas veces. Un jugo cristalino sin gusto me quedaba en la boca y me colgaba de repente de los labios. Pareci� un poco m�s inquieto y luego comenz� a moverse r�pidamente arqueando el lomo y me vaci� su leche en la boca. Escup� en el suelo en primera instancia pero volv� a tomar su pene chupando y tragando todo el jugo que quedaba. No me dio asco porque quiero mucho a mi perro y estaba limpiecito.
Despu�s de esto, ya empezaba a creer que pod�a ser cierto lo que le� en los relatos mencionados y pens� que no ser�a una mala idea probar. La pr�xima vez que lo ba��, me desnud� completamente para estar con �l en el agua y comenc� a realizar mi plan. Le lav� muy bien sus genitales lo cual provoc� la salida del glande que tom� con locura chupando cada vez con mas pasi�n, pero ahora con los ojos bien abiertos. Not� lo rojo de su glande y las venas que cruzaban desordenadas su pene y toqu� con mis dedos ese nudo misterioso que llamaba mi atenci�n.
Met� un chocolate en mi vagina y me puse en cuatro patas para que me lamiera como si fuera una perra en celo. Logr� mi objetivo y Kat degust� su chocolate. Me hab�a excitado mucho y puse por fin , con mucho miedo, el resto de mi plan. Con una contorsi�n, tom� el pene de Kat y lo excit� fuertemente. Cuando lo tuvo desplegado totalmente, tom� sus patas delanteras y me lo puse sobre la espalda adoptando otra vez la posici�n animal Kat, apret� mis caderas con sus patas, tratando de llegar a mi vagina instintivamente. Busqu� hacia atr�s un contacto con ese pene anhelante. Abr� mis piernas para quedar a la altura adecuada y sent�, por fin, su glande que tocaba mis piernas y luego la entrada de la vagina. Empuj� hacia atr�s y sent� que entraba cada vez m�s profundamente ahora con ayuda de Kat que empujaba tambi�n. El glande entraba y sal�a. Luego lo presion� m�s y el pene entr� llenando mi vagina profundamente y empujando suavemente mi �tero. Ya no sabia que hacer porque Kat bombeaba y bombeaba cada vez m�s r�pido haci�ndome casi perder el equilibrio pero me mantuve firme y disfrutaba cada movimiento alcanzando orgasmos nunca so�ados.
Luego sent� una fuerte presi�n sobre la entrada de la vagina y entend� que era el famoso nudo. . Dud� un momento pero empuj� con fuerza hacia atr�s. Sent� un dolor producto de la entrada del nudo pero lo sent� rico despu�s porque mi vagina se hinchaba por la presencia del nudo en su interior. El perro aceler� su movimiento y luego descarg� su semen en mi interior qued�ndose quieto por unos minutos. Luego trat� de salir y no pudo. Ah� entr� a preocuparme, y me d� cuenta de que estaba pegada a �l. Me mov� adelante y atr�s repetidas veces para ver si se soltaba pero Kat me malinterpret� y comenz� de nuevo a bombearme con mucha rapidez hasta que alcanz� una nueva eyaculaci�n mientras yo quedaba ex�nime esperando que se soltara la amarra.
Creo que tuve m�s orgasmos sucesivos que nadie .Fue exquisito y, desde ese d�a he repetido este episodio con variantes, no s�lo cuando lo ba�o sino al menos dos veces por semana cuando no estoy indispuesta porque Kat ya aprendi� lo que quiero cada vez que me pongo en cuatro patas present�ndole mi trasero. Ah! se me olvidaba contarles que una de mis amigas m�s �ntimas aprovecha mi perro de vez en cuando y lo disfruta tanto o m�s que yo. Kat act�a con ambas sin discriminaci�n y en m�s de una ocasi�n nos atendi� a las dos sucesivamente sin problemas. Ah, si alguien se entusiasma con su perro, le recomiendo poner guantes o envoltura a las patas delanteras del ocasional amante porque cuando se sube y se baja despu�s de acabar puede provocar rasgu�os en la espalda.
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Relato: KAT, MI PERRO, Y MI PRIMERA EXPERIENCIAS ZOO
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