Relato: MI INICIO TRASVESTI A los 12 a�os era un muchacho inteligente, aplicado en los estudios y responsable� adem�s de consentido y algo caprichoso, pero bueno, nadie es perfecto. Pap� me daba libertad y me prove�a de todas las cosas que un ni�o puede necesitar. Pero solo a mi, a mis hermanas no. Yo soy el segundo de la familia, mi hermana Luc�a es la mayor, en aquellos d�as ten�a 14; detr�s de mi ven�a Mar�a Jos�, con 8.
Mis mejores amigos eran David y Francisco, que ten�an mi edad, siempre �bamos los 3 a todos lados, �ramos inseparables. Tal vez por eso nos iniciamos casi juntos en el sexo. Los 3 viv�amos en el mismo barrio, David y yo tambi�n estudi�bamos en el mismo colegio.
�ramos bastante inocentes, aun no sab�amos nada sobre el sexo y nuestras vida se iba entre partidos de f�tbol y juegos de ni�os. Pero cierto d�a todo aquello cambi�, se le uni� un nuevo ingrediente, el sexo. Yo me top� con el antes que mis 2 amigos (por lo menos antes que David). Les voy a contar c�mo fue.
Como les dec�a, el m�o era un hogar machista al estilo m�s cl�sico. Ya saben, el esposo llega de trabajar y la mujer le sirve el almuerzo, el come primero en el asiento principal de la mesa, a veces con su hijo var�n si este ya ten�a edad. Mientras tanto, la esposa y las hijas deb�an esperar a que el terminara, la madre siempre metida en la cocina deb�a responder rauda y veloz al menor requerimiento de su se�or.
As� era mi casa, pap� ten�a la voz y voto de todo, y la patria potestad sobre nuestras vidas. Mam� tan solo pod�a limitarse a meter la cola entre sus piernas y aceptar todo obedientemente, sin rechistar. Y eso era en todo, incluyendo, obviamente, el sexo.
Entre las numerosas obligaciones de mi madre, estaba la de satisfacer a su se�or esposo en cada una de sus necesidades, y el sexo era una muy grande. Mam� no le pod�a negar nada, en la casa no hab�a nada de que "me duele la cabeza mi amor" o que se sent�a mal, si pap� quer�a sexo, ella se lo ten�a que dar.
Me di cuenta de eso cierto d�a, era un jueves por la noche. Mis hermanas nos estaban andaban con mi t�a en su casa, ella acababa de tener su 4to hijo y ellas se fueron a ayudarla. Por "alguna extra�a raz�n" mam� no fue. Estaba solo en la casa, por lo menos eso cre�a. Y mis padres a su vez, cre�an estarlo.
Escuch� sonidos en su habitaci�n, eran gemidos fuertes, como lamentos. Me asust�, pens� que algo malo le estaba pasando a mi mami y decid� ir a ver. Les juro que, cuando entreabr� un poco la puerta, no comprend� totalmente lo que all� dentro pasaba, pero igual sent� un extra�o cosquilleo en mi vientre. All� estaban los 2, desnudos, el encima de ella.
El es moreno claro, corpulento (1.75) y redondo, pero no un gordo bofo. De cabello negro crespo, siempre lo llevaba impecablemente peinado con vaselina. De cara no era feo, malencarado si, pero era guapo. Mam� era de cabello liso largo, hasta la cintura como estilaban las se�ora de esa �poca. Una menuda mujer frondosa, algo pasada de peso, pero igual muy buena. Con senos pronunciados y turgentes, caderas anchas y un trasero de lo m�s apetecible. Definitivamente de ella salieron mis hermanas en lo que a cuerpo se refiere.
Ella estaba boca arriba, con las piernas abiertas alrededor de la cintura de pap�, tom�ndolo de los hombros con las manos y poniendo gesto de parturienta. Pap� la penetraba violentamente, sujet�ndola del cabello y de su seno izquierdo, apret�ndolo como si se le fuera a escapar. Mug�a como un toro, como una enardecida bestia salvaje y feroz. Ella ahogaba sus gemidos, trataba por todos los medios de no dejarlos escapar, pero de vez en cuando se le sal�a uno.
�Qu� mierda con vos mujer! �Las mujeres decentes no hacen ruidos! � �zap, zap, zap!, golpe� a mam� con mucha fuerza - �Solo las rameras gimen y gritan! ��Me cas� yo con una ramera?!
�No Juan, no! �Yo soy una mujer decente! � �zap, zap, zap!, los golpes segu�an, a pesar de que ella le ped�a perd�n, con la voz quebrada y l�nguida.
Est� bueno pues� �y quitame las piernas de la cintura, no sos puta para hacer eso!
Perd�n Juan, perd�n�
Ya hab�a visto muchas veces antes a pap� maltratar a mam�, tambi�n hab�a violencia marital en la casa. ya la hab�a visto a ella disculparse por cosas que no eran su culpa tambi�n, pero jam�s los hab�a visto teniendo relaciones sexuales, y eso si me impresion� demasiado, �era tan violento todo el asunto!
Mam� ten�a una marcada expresi�n de dolor en su rostro, estaba muy lejos de conseguir placer en todo eso, le dol�a. Pero aun as� continuaba entreg�ndose, seguro porque "las mujeres decentes no deben gozar con esas cosas, eso solo lo hacen las rameras", �pap� me enfermaba a veces!
Pude haberme ido, pero algo me reten�a, a pesa de que sab�a que si el se daba cuenta, la que me esperaba� aun as� me qued�, el cosquilleo en mi vientre era muy sabroso.
Las violentas penetraciones mec�an con fuerza la cama, la cabecera se estrellaba contra la pared causando estr�pito y los golpes de cadera sonaban como bofetadas. Y la cara desfigurada de mi mam� por el dolor terminaba de pintar un cuadro de lo que bien pod�a ser considerado una violaci�n.
�Sos una puta! ��UNA PUTA COMO TODAS!! � le dijo el deteni�ndose un rato e incorpor�ndose un poco sobre ella.
Se sali� de su interior y le dio vuelta por la fuerza, ella abri� los ojos como platos adquiriendo un semblante de dolor que hasta a mi me dej� fr�o.
�No Juan, por all� no!
��SOS UNA PERRA!! ��TODAS SON UNAS PERRAS, TODAS!! � pap� actuaba como un demente, nunca lo hab�a visto as�.
�Por favor! �Te lo suplico, por all� me duele mucho!
���TE GUSTA, PORQUE SOS UNA PERRA, UNA PERRA COMO TODAS!!!
La verdad es que a pap� no le funcionaba algo en la cabeza. La puso boca abajo, sujet�ndola de las mu�ecas con una sola de sus manos (ella siempre fue d�bil) y con la otra peg�ndole en la cabeza hasta que se qued� quieta, resignada al dolor que vendr�a de inmediato.
Le agarr�, se las separ�, meti� su verga entre ellas y atac�. Un agudo y largo grito de dolor sali� del pecho de mam� cuando su marido la empez� a sodomizar. Entonces ella, con los ojos mojados y la cara cubierta en l�grimas, se volte� para suplicarle piedad por una �ltima vez, pero en vez de eso, se top� con mi peque�a figura en su puerta. Se puso blanca, yo tambi�n, pens� que le dir�a a pap�, pero no fue as�, tan solo me ve�a como suplic�ndome que me fuera, que ya no viera. Aun me qued� cuando el le meti� su miembro por la fuerza, ella tan solo cerr� los ojos con fuerza y chill� desesperadamente. Entonces sal� corriendo y me fui directo a la calle� dej�ndola sola con pap�, que la estar�a sodomizando como un animal.
Aquel es uno de los recuerdos m�s frescos que tengo de mi ni�ez, y creo que me marc� muy profundamente por el resto de mi vida. mam� no toc� el tema, no trat� de explicarme qu� fue lo que hab�a visto, nada, creo que sent�a mucha verg�enza y en el fondo deseaba que yo no lo hubiese comprendido. Yo tampoco le dije nada, por baboso�
Mi vida continu�, siempre pensaba en aquello siempre. M�s o menos un mes despu�s, ocurri� otro suceso que me marc� de por vida tambi�n. Me hallaba con mi amigo David haciendo tiros al arco cuando lanc� la pelota por una hondonada.
Juanca, tra� la pelota. � me dijo David, que no entend�a por qu� me hab�a metido entre los matorrales de repente, ese d�a Francisco no hab�a ido a jugar con nosotros.
Le hice una se�a con un dedo para que se callara y se acercara. A mi lado, nos pusimos a ver algo que jam�s me hubiera imaginado. Metidos entre unas altas ca�as, 2 conocidos nuestros cog�an bajo el abrigo de dichas plantas, tan solo nosotros, en el lugar donde est�bamos (m�s altos que ellos) los pod�an observar. Guillermo el "Chucho", un compa�ero de partidos algo mayor, ten�a a Francisco de espaldas e inclinado, sosteni�ndose con las manos de una piedra grande.
Nos quedamos alucinados, ambos ten�an sus pantalones en los tobillos y jadeaban tratando de hacer poco ruido. No comprend�amos lo que hac�an, pero alg�n instinto en nuestro interior si, porque sentimos de inmediato un agradable cosquilleo en nuestros vientres, como el que sent� cuando vi a mam� y a pap�, ese recuerdo me vino a la mente de inmediato. Por el ano de Francisco entraba y sal�a el pene de Chucho, el que parec�a gozar mucho con aquella acci�n. Chucho era m�s grande que nosotros, ten�a 14 a�os y estaba mucho m�s desarrollado tambi�n. Era bastante guapo para su edad, piel blanca, cabello casta�o oscuro rizado y cara de ni�o bueno, delgado, ten�a muy buen futuro.
Francisco jadeaba y se quejaba, le ped�a que no se la metiera tan duro, que le dol�a, y sin embargo el mismo empujaba con las caderas hacia atr�s.
�Me duele Chucho, me duele!� ��AAAGGGHH!!� �Mas suave porfa, m�s suave!
�Pero lo est�s gozando, como siempre! �Vamos Francisquito, ya voy a terminar!
��SIII!!� pero todav�a me duele� �AY! �AY!� dale m�s suave Chucho, m�s suave�
Poco a poco la velocidad de las metidas se fue haciendo m�s r�pida, la cara de Francisco se tensaba un poco m�s cada vez, pero cada vez protestaba menos, era como si le gustara m�s, entre m�s duro le dieran. De Chucho ni hablar, ese estaba gozando como un loco.
��FRANCISCO!! ��FRANCISCO!!� ��YA CASI MANO, YA CASI!!
���AY!!! ���AY!!!� ��NO TAN DUROOOOOO!!
����OOOOOGGGHHHHHH!!!!� ����QU� CULO M�S RICOOOOOOOHHHHGGGG!!!!
Chucho lo agarr� de las caderas y lo apret� contra su cuerpo mientras gesticulaba como si le estuviera pegando o haciendo alg�n da�o. Para mi es ahora obvio que estaba eyaculando dentro del culito de nuestro amigo.
Se quedaron inm�viles por un momento, jadeantes, sudorosos. Subieron los ojos y nos vieron, su primera reacci�n fue ponerse blancos y ver con horror nuestras miradas de tontos calientes. Luego, mientras Francisco segu�a entre blanco y verde, Chucho tom� algo de aplomo y nos llam� con un adem�n, sin quitarse de donde estaba, sin vestirse� ni siquiera sali�ndose del culo del otro.
�Qu� tanto vieron much�chos?
Pueeesssss� � David se encogi� de hombros, en realidad no sab�amos ni qu� hab�amos visto.
�Qu� le estabas haciendo a Francisco? � pregunt�, siempre fui m�s desenvuelto.
Me lo estaba cogiendo�
�Qu�?
�C�mo? � David y yo nos quedamos con cara de interrogaci�n, seg�n sab�amos eso solo se hac�a con una mujer.
�Qu� eso no se hace con mujeres? � pregunt�, se los dije.
Pero tambi�n con hombres que parezcan mujeres� como el "Piojo", el parece ni�a. � Piojo le dec�amos a nuestro amigo � Piojo, �verdad que te gust�? � aun muy chiviado y rojo como un tomate, nos contest� que si � �Ustedes 2 no quieren probar?�
�Nosotros no parecemos ni�as!
Todos los de su edad parecen ni�as� nosotros, los m�s grandes, as� los vemos y los podemos usar de esa manera. Miren, ustedes no se preocupen, les va a gustar mucho. Adem�s, yo no voy a decir nada� si ustedes no dicen nada tampoco, claro. �Qu� dicen?
Mmmmm� vaya, pero solo si gozamos como goz� el Piojo.
Mejor no, � dijo David, quien siempre era el m�s prudente � no s� a mi no me gusta la idea.
Metete mano, solo una vez, y si no te gusta, no lo volv�s a hacer y ya.
Total, el Chucho termin� convenciendo a David de hacerlo. Quedamos para el d�a siguiente en su casa, por la tarde, cuando no hubiera nadie. Y, claro, no le pod�amos decir a nadie de eso, ni hablar de lo que acab�bamos de ver. Pero eso se los cuento m�s adelante.
Mientras pueden mandarme sus comentarios al correo electr�nico
Continuar�
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Relato: MI INICIO TRASVESTI
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