Amigos míos la razón de escribir
este relato es divulgar que descubrir el sexo en la familia y con la familia
es lo mas excitante que he vivido me ha ayudado para madurar sexualmente y definir
mis gustos eróticos.
Les relatare algo que llevo en secreto por
años, el como descubrí a la mujer que hay en mi madre. Todo comenzó
por culpa de la inasistencia del profesor de gimnasia, a ese tiempo contaba
con 17 años, así que la clase la tomo la profesora Isabel, hasta
ese momento no tenia idea que las diosas existían, a pesar de no ser
alta, su cuerpo era muy bién formado, bueno ella empezó la clase
pero sin buzo, al ser una emergencia ella estaba con falda corta, al rato solicito
un voluntario, llamado al que respondí, me hizo colocarme adelante y
realizar una serie de ejercicios en suelo a la clase, y lo asombroso llegó
que al pasar a mi lado pude observar sus piernas enfundadas en medias de color
piel sujetas a un portaligas de color negro, realmente quede hipnotizado, mirando
ese magno espectáculo mas aún cuando ella realizó unos
ejercicios de flexiones parada y yo parado justo detrás de ella pude
observar su culo cubierto con una pequeña braguita y sus ligeros, lo
que llamo mucho la atención fue la forma y color de sus medias en su
terminación una banda ancha que cambiaba de tonalidad al terminar atada
a su liguero.
Desde ese momento en mi mente no existía otra prioridad mas que el sexo
y las medias y mejor aun con portaligas.
Mi familia estaba constituida por mi madre Carolina, de mediana estatura con
poco busto pero firme y con un par de piernas hermosas muy contorneadas y un
culito muy respingón, mi hermana Sofía y mi abuela Magdalena.
Mi padre nos había abandonado hace mucho tiempo, razón por la
cual yo asumí el rol de hombre de la casa el cual trate de cumplir a
cabalidad pues estudiaba y trabajaba pues la situación económica
no era buena. Esta situación luego me trajo gratas sensaciones pues cuando
llegaba en la tarde con dinero las tres me recibían muy bien y me llenaban
de cariños, caricias besos y abrazos. Así en mi mente se fue posicionando
la firme idea de aprovechar esta situación para obtener sensaciones sexuales
las que necesitaba con urgencia y que mejor al lado de las tres mujeres que
yo mas quería y estaban a mi lado para mi solo, pues mi madre trabajaba
en un taller de tejidos en casa y mi hermana y abuela salían solo ida
y vuelta al colegio.
Mi objetivo se centro en mi madre, al llegar de mis labores lo primero que hacia
era saludarla a ella le gustaba mucho que yo la abrazara siempre fue así,
lo que aproveche para acercarme a su lado y refregarme por su cuerpo apoyando
mi pené erectado por sus muslos y luego por su trasero, mi intención
era quedarme pegado a su trasero ,pero temía a que ella se diera cuenta
de mis intenciones y para ello usaba un slip ajustado para ocultar el bulto
del pene, aunque ella se deba cuenta y me seguía el juego sin decir nada,
cuando no lo hacia ella me reclamaba por que dejaba de hacerle sus cariños
y yo por supuesto corría a dárselo a veces con el problema de
que mi pene estaba muy notorio por la excitación que me provocaba su
llamado así que trataba de hacerlo no tan cargado a su cuerpo pero ella
se las arreglaba para voltearse y quedar enculada a mi pene o se movía
lentamente hacia mi pene como tratando de encajárselo entre sus nalgas
las cuales las podía sentir firmes y cálidas, nos quedábamos
así un buen rato mientras ella realizaba sus quehaceres, pero todo terminaba
bruscamente al sentir la llegada de mi hermana o abuela, mi madre se cambiaba
de posición y se ponía algo nerviosa yo me iba rápidamente
al baño a pajearme pensando en ella.
En las tardes nos sentábamos a ver películas todos menos mi abuela
que se acostaba temprano y nuevamente comenzaba otro juego con ella el cual
consistía en acariciar sus piernas, yo me sentaba en el suelo ella en
un sillón tejiendo, la idea era que mi hermana no nos observara, así
que introducía mi mano bajo su falda y acariciaba sus rodillas ella tapaba
con su tejido y poco a poco subía mi mano hasta sus muslos, me encantaba
sentir el roce de mis manos por sus piernas con medias, este ritual lo repetíamos
todos los días se que nos gustaba a ambos porque al mirarla sus ojos
los cerraba. Cierto día observe que sus medias estaban rotas por lo que
le dije que yo le regalaría unas nuevas, al día siguiente llegue
con las medias le compre unas muy caras, suaves de color más oscuro al
que ella usaba habitualmente, al verlas se alegro y me dijo que se las pondría
de inmediato al decir esto yo me di la vuelta para salir de la habitación
pero mi madre me dijo quédate quiero que veas tu regalo puesto te lo
mereces te lo has ganado, gire de inmediato para no perderme nada, pude observar
como se sacaba sus medias sentada en su cama con mucha lentitud me pidió
que cerrara la puerta y de las puso muy latamente acariciando sus piernas al
subirlas, quedo con su falda arriba y me dijo lo suave que eran y me invito
a tocarlas las que acaricie desde los tobillos hasta su entrepierna la cual
estaba muy húmeda estuve acariciándola por largo rato, estaba
con sus ojos cerrados por lo que aproveche de llevar su mano a mi pene al cual
ella acaricio suavemente como esperando que pasara y me dijo que desde que comencé
a encularla con mis abrazos ella se empezó a calentar de sobre manera
y mas aun empezó a sentir que tenia un verdadero hombre a su lado. Desde
ese día mas nos unimos y buscábamos ocasiones y partes de la casa
para estar solos y acariciarnos pues lo único que me permitía
era manosearla y encularla acariciando sus ricas tetas terminadas en punta.
En nuestras búsquedas de ocasiones íbamos al taller de tejidos
muy reducido en espacio y angosto ideal para nuestro propósito nos ubicábamos
tras la puerta y un pilar quedando nuestros cuerpos muy juntos le subía
su falda y le acomodaba mi pene sobre su vagina la que la refregaba hasta que
llegaba al orgasmo y yo siempre terminaba chorreado en leche
En las mañanas lo primero que hacia era ir a mi cuarto y acostarse a
mi lado para manosearla por completo, pero no quería que la penetrara
creo que por la memoria de mi padre o algo parecido, lo que me tenía
como loco pues solo me permitía chupar sus tetas, besar su cuello y puntear
su culo. Cierto día al llegar en la tarde me abrazaba de una manera diferente
y me dio el primer beso con lengua apego su sexo con el mío y se frotaba
como una puta lo que me encantaba y por su puesto mis manos se perdieron en
su culo y entre sus piernas y me dijo hoy te tengo un regalito, bajo mi falda
lo hice de inmediato y pude ver unas medias negras muy sensuales que estaban
sujetas a un portaligas de color negro de satín lo que me llevo a desearla
mas aun, ella estaba muy caliente con lo que aproveche para meter mis dedos
en su vagina y lentamente abrir sus labios y tocar su clítoris con lo
que se estremeció murmurando a mi oído penétrame acto seguido
la puse a la orilla de la cama y comencé a pasar la punta del pene por
sus labios hasta desesperarla y luego introducir mi pene lentamente ,que estaba
durísimo, quería sentir todo empecé sintiendo un calor
y una estrechez la que cedió lentamente luego una succión tan
fuerte que me resistí de no acabar enseguida ella solo suspiraba y daba
pequeños gemidos por temor a que nos escucharan, me hablaba diciéndome
al oído que esto lo estaba esperando hace mucho y que no sentía
así tan bien culiada desde hace mas de cuatro años lo que me calentó
mas aun, abrí su blusa y deje a descubierto sus duros pezones los que
mame como un loco, ella comenzó a decirme cosas que nunca imagine: PAPITO
COMETE TUS TETAS, MUÉRDELAS, NO NO PARES, DAME MAS DURO, NO PARES POR
FAVOR, NO LO SAQUES SIGUE BOMBEANDO A TU PUTA SI SOY TU PUTA SOLO TUYA, PAPITO
QUE RICOOO, luego de un silencio se arqueo completamente su piel de mojo completamente,
sus ojos se desorbitaron su lengua salía de su boca y acabo en un gigantesco
orgasmo, luego se quedo recostada un buen rato estaba muy agitada pero antes
de irme que hizo prometerle dos cosas que nunca dejara de culearla y que este
seria nuestro gran secreto .
Así pasaron dos años teníamos relaciones sexuales casi
todos los días, ella comenzó a arreglarse mas se tiño el
pelo sus faldas eran mas cortas por supuesto solo usaba medias con portaligas
solo para mi pues cuando salía se las sacaba, era una relación
de maravilla, cierto día como de costumbre mi madre me saludo con un
beso en la boca y me toco el pene sobre el pantalón lo cual sabia su
reacción acto seguido salió jugueteando corriendo a su habitación
la que comparte con mi hermana Sofía y yo persiguiéndola se tiro
a la cama y yo por detrás subiendo su vestido y enculandola fuertemente
con vaivenes de penetración no pararon ni cinco minutos cuando sentimos
la puerta ella se incorporo y fue abrir era mi abuela que venía de compras,
pero mi asombro fue mayor cuando vi abrirse el armario del dormitorio y ver
salir a mi hermana quede mudo por un instante no sabia que decir, y ella me
miro muy picaramente pues tiene una sensualidad innata diciéndome si
quieres que lo que vi no lo sepa mi abuela tendrás que jugar conmigo
tal como lo haces con nuestra madre.
Y así comenzó otra caliente vivencia que luego se les contare
..
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