Continuaci�n de la continuaci�n que Plague ha escrito a mi
primer relato de Masha

En homenaje a H.P. Lovecraft, mi estimado profesor de la
Universidad de Miskatonic, que a lo mejor lee este relato en su vieja casa junto
al mar en Massachussets, cerca de las tormentas de Cape Code.

Dedicado a Plague y a todos los que hab�is le�do mi relato y
la continuaci�n que �l ha escrito y que me ha dado la idea de este texto de
erotismo fant�stico.

Ha pasado tiempo...

Poco tiempo, pero parece tanto...

S� que soy Masha, pero no s� qu� queda de mi misma...

Pobre Alain...

Tohttos me ha prometido que alg�n d�a sabr� lo que pas�
aquella noche...

Tal vez se lo explicar� yo misma... tal vez...

Mi Se�or me ha dicho que alg�n dia ser� libre, que podr�
volver a casa...

Pero nunca antes de cumplir mi misi�n, nunca antes de
completar lo que se espera de m�...

Parir y criar hijos e hijas de TOHTTOS-GOY, EL REY DE LOS
ABISMOS, o de alguno de sus PREFERIDOS, como tantas muchachas como yo, de todas
las razas y pa�ses que dan a oc�anos y que viven ac� secuestradas en estas
extra�as grutas en una isla remota del mar...

Tohttos, el dios de mil formas... Todas ellas terror�ficas...

Escribo en este pergamino mi historia, desde el momento que
desaparec�. Utilizo un trocito de carb�n de la hoguera, tal vez pueda introducir
el mensaje en una botella de las que nos traen con bebida de la superficie...

He de ser r�pida, la noche se acerca, y pronto los Servidores
nos llevaran a los aposentos de TOHTTOS-GOY o alguno de los PREFERIDOS a servir
sus deseos y entregarnos a sus repugnantes cuerpos toda la noche...

Cuando el monstruo marino me sac� de la barca en la que Alain
me hab�a follado y llevado al para�so, pens� que dorm�a, que era una pesadilla
horrible, especialmente cuando los tent�culos me llevaron a su boca y me
engull�. El monstruo me hab�a comido, y me desmay� antes de llegar a sentir sus
mand�bulas triturar mi cuerpo desnudo.

Despert�, no sab�a cuanto tiempo hab�a pasado.

Estaba en una gruta, una cueva cercana al mar, se o�a el
ruido de las olas y el viento. Hac�a calor, deb�amos de estar lejos del lugar en
que el monstruo me devor�.

Estaba desnuda. Me puse de pie.

Se acercaron a m� unas figuras encapuchadas, con unas t�nicas
negras que no dejaban casi ninguna obertura.

Pude ver que eran unas mujeres, al parecer muy mayores, casi
ancianas, que me miraban con unas sonrisas inquietantes.

En una especie de mesa hab�a flores y unas peque�as
botellitas, como si fueran de perfume.

Dos de las mujeres me pusieron de pie.

Observaban mi cuerpo y murmuraban entre ellas.

Una se dirigi� hacia m� y me habl�, sorprendentemente en mi
idioma, en ruso. �C�mo sab�an que yo soy rusa?

-Tenemos que prepararte. Nuestro se�or, el REY DE LOS ABISMOS
te est� esperando.

Las mujeres me cubrieron con unos perfumes dulces, pero
profundos y embriagadores, empec� pronto a notarme algo mareada. Me untaron
especialmente la cara, los labios, los pechos... y, para mi sorpresa,
introdujeron sus dedos en mi sexo con una especie de ung�ento que me produjo
calor y picor, creo que era como si me excitase yo sola, sin nada que me hubiese
penetrado.

Cubrieron mi cabeza con una corona de flores blancas, mi sexo
con una especie de tanga formado por unas cintitas y otras flor blanca, me
pusieron un suav�simo velito en la cara, completamente transparente, pero que
simulaba taparme el rostro m�s abajo de los ojos, y me pintaron extra�os signos
y figuras en la frente, mejillas, vientre y muslos.

En el cuello y en uno de los tobillos me pusieron unas
cadenitas de oro con unas medallas en las que me pareci� ver unas im�genes de
rostros monstruosos.

Yo me dejaba hacer, no s�, creo que los perfumes y ung�entos
que me hab�an puesto me hab�an hipnotizado, lo ve�a todo como un sue�o, como si
yo no estuviese all�...

Me ataron las manos por las mu�ecas, pero era una cosa como
simb�lica, eran unas cuerdas de seda de las que no me habr�a costado liberar...
pero eso era algo que yo no iba a hacer...

Las mujeres encendieron unas antorchas, se colocaron a mis
lados, y dos de ellas estiraron de las puntas de las cuerdas como si me llevaran
prisionera.

Empezamos a caminar hacia la salida de la gruta.

Las mujeres entonaron un canto de letan�as que parec�an
invocaciones a otros mundos.

Pasamos por unos pasadizos estrechos. Me pareci� empezar a
o�r la m�sica de un gran coro lejano, como si la letan�a que recitaban las
mujeres se transformase en una canci�n entonada por centenares de voces.

Y el pasillo por el qu� avanz�bamos desemboc� en algo que me
confirm� estar so�ando la peor de las pesadillas, pero que no me resultaba
desagradable...

Era una gran gruta, una enorme caverna, llena de gente que
cantaba con antorchas en las manos. Hab�a un camino entre la multitud, por el
que avanzaba yo y mis guardianas. Vi que todo el mundo que hab�a en la caverna
estaba desnudos y pintados con figuras similares a las m�as. Eran j�venes,
maduros, viejos, ni�os, gente de los dos sexos y de todas las edades y razas del
mundo... Todos me miraban y se inclinaban cuando pasaba a su lado.

En el centro de la gran caverna, hab�a una especie de t�mulo
sobreelevado, bien iluminado por cuatro antorchas-hogueras. El t�mulo estaba
unido a la boca de una gruta o galer�a al otro extremo de la cueva por un camino
de piedras que parec�a emitir una luz fosforescente rojiza.

Llegamos al pie del t�mulo y me hicieron subir por una
escalerita que parec�a de oro. Un rugido sali� de la multitud al verme, seguido
por un silencio total...

La gente fue apagando sus antorchas, y el t�mulo y la caverna
quedaron iluminados s�lo por las cuatro grandes antorchas-hoguera.

Las mujeres me llevaron a una especie de lecho de plantas en
forma de X que hab�a en el centro del t�mulo. Me ataron al lecho, de forma que
con mis mu�ecas y mis tobillos qued� ligada al lecho vegetal, y mi cuerpo
formaba tambi�n una X, con los brazos y los muslos bien abiertos.

Estaba c�moda, las plantas eran blandas y ol�an a mar y
algas.

De repente, se oy� un gran grito que reson� en toda la
caverna.

AHHH... THOTTOS-GOY!!!!! ...... UHLUTC !!!!!...
THOTTOS-GOY!!!!!!

Me pareci� vislumbrar una figura luminosa que aparec�a en la
lejan�a, all� donde el camino del t�mulo finalizaba en lo que parec�a la entrada
de una gruta.

La gente, los adeptos, emitieron entonces un gemido de
terror, o� voces llorando, y empezaron todos a cantar una extra�a canci�n, una
letan�a melodiosa que penetraba hasta lo m�s profundo de mi cerebro y me hac�a
sentir indescriptibles sensaciones.

Me di cuenta que la figura luminosa se acercaba a mi como si
volase, vi algo con alas que se paraba en lo alto del t�mulo, donde estaban mis
tobillos abiertos y ligados a las aspas del lecho, levant� un poco la cabeza,
mir� hacia adelante... y ENTONCES LE VI...

Grit�. Dej� ir un horroroso alarido al ver EL SER que ten�a
delante de m�. Intent� liberarme y huir, pero las cuerdas eran mucho m�s fuertes
de lo que yo hab�a imaginado, y continu� gritando al ver que AQUELLO empezaba a
situarse encima de la X que form�bamos yo y mi lecho de algas marinas.

Los gritos de la gente se apagaron, y empezaron una especie
de susurro, recitando aquellas voces que antes hab�a o�do, cada vez un poco m�s
fuertes...

AHHH..... THOTTOS-GOY!!!!! ...... UHLUTC !!!!!...
THOTTOS-GOY!!!!!!

En lo alto de la caverna hab�a unas galer�as que yo no hab�a
visto. Vi que se hab�an llenado de unos seres horrendos y corrompidos que
emit�an una especie de gru�idos de satisfacci�n, eran una especie de mezcla de
aquel espeluznante monstruo que se estaba situando encima de mi y seres humanos.

Tiempo despu�s, cuando EL SER se cans� de utilizar mi cuerpo
por recibir nuevas aportaciones de muchachas secuestradas como yo en todas las
playas y costas del mundo, fui entregada a aquellos repugnantes h�bridos, los
llamados Preferidos, los hijos predilectos de EL SER, fruto de sus aberrantes
c�pulas con nosotras, las j�venes humanas que le servimos de diversi�n e
instrumento de reproducci�n. Y supe lo que era ser entregada cada noche a sus
inimaginables perversiones y deseos.

El terror me dej� paralizada cuando EL qued� encima de mi.

No puedo explicar con palabras c�mo es AQUEL QUE REINA EN LAS
PROFUNDIDADES. Pensad en un enorme cuerpo de ara�a, del tama�o de dos seres
humanos, con sus largas patas, cuatro a cada lado del cuerpo. En el lugar de la
cabeza, se adivinaba un leve recuerdo de facciones humanas, como de una enorme
cabeza de un brutal anciano enmarcada por una larga cabellera gris. Los ojos
eran m�ltiples, de ara�a, con un extra�o brillo de color verde met�lico.

En su cabeza se mov�an unas antenas nerviosas que parec�an
captar todo lo que hab�a o pasaba en el entorno. Antes de las patas, en el lugar
de los brazos, cuatro brazos-pinzas de escorpi�n o de cangrejo parec�an dotarle
de una gran capacidad de manipulaci�n.

Y, en lo alto del cuerpo, ahora plegadas, unas alas,
parecidas a las de los murci�lagos carn�voros de la isla de Java.

Yo, sin poder moverme, miraba al SER que estaba observ�ndome
con una especie de curiosidad. Not� que sus ojos me analizaban, y emit�an un
brillo especial acompa�ado por una especie de ronroneo o gorgojeo de su boca,
mientras un l�quido, una especie de baba, le ca�a por lo que deb�an haber sido
la comisura de los labios de su antepasado humano m�s remoto.

El SER emiti� un nuevo sonido, que parec�a ser una especie de
risa de satisfacci�n. No s�, cre� captar algo de su pensamiento, como si me
estuviese transmitiendo un mensaje de que yo le complac�a.

Me di cuenta, muy sorprendida, de que el SER hab�a bajado uno
de sus brazos-pinza a la zona de mi vientre, y sent� como cortaba el hilo que
sujetaba la flor blanca que ocultaba mi sexo hasta aquel momento.

Vi que el SER llevaba la pinza a su boca y se com�a la flor.

La multitud de adeptos que segu�a en la caverna el ritual del
que yo parec�a ser el sacrificio, pas� a emitir una especie de oraci�n
consistente en un jadeo sil�bico repetido r�tmicamente.

Me di cuenta de que ahora la pinza hab�a bajado de nuevo y
estaba explorando con gran delicadeza el interior de mi sexo, y pasaba por mi
piel explorando la cara interior de mis muslos.

Mientras tanto, otro de los brazos-pinza exploraba mis
pechos, pellizcando con una incre�ble suavidad mis pezoncitos.

Otro de los brazos-pinza agarr� la corona de flores blancas
que las mujeres encapuchadas hab�an colocado en mi cabeza, y se la llev� a la
boca devor�ndola. Sigui� cayendo la baba que sal�a de sus labios, y me pareci�
que cada vez ten�a m�s cerca de m� aquella monstruosa cabeza humanoide del GRAN
ARACNIDO.

Pronto, me pareci� que me tocaba, y de la boca surgi� una
aterradora lengua b�fida que se deposit� en mis labios, apretando - ���EL SER ME
ESTABA BESANDO!!!-, y despu�s se abri� paso a la fuerza hasta introducirse en mi
boca y encontrar mi lengua.

Al mismo tiempo, sent� contacto en todo mi cuerpo, el SER
hab�a bajado su cuerpo hasta entrar en contacto con el m�o, y not� como se
frotaba contra toda mi piel.

Grit� una vez m�s, intent� liberarme, y, de pronto, sin
esperarlo, me di cuenta de que una especie de ap�ndice que sal�a del abdomen del
GRAN ARACNIDO y que antes no estaba o yo no hab�a visto, de consistencia dura,
muy dura, enorme y ardiente, se introduc�a lentamente pero a fondo en mi vagina.

Oh, s�, no era un sue�o, era real, el SER, aquel horrible
ARACNIDO, ���me estaba follando!!!. Dej� ir un tremendo alarido e intent� una
vez m�s liberarme.

Me di cuenta de que, en lo alto, los PREFERIDOS parec�an
re�rse y mofarse de mi, al tiempo que algunos hac�an gestos obscenos, como
anunci�ndome lo que me esperaba con ellos.

Y la multitud, al ver que el SER me hab�a metido su miembro
en mi vientre, empez� a rugir y cantar a coro de nuevo la letan�a inicial:

AHHH... THOTTOS-GOY!!!!! ...... UHLUTC !!!!!...
THOTTOS-GOY!!!!!!

Yo gritaba, resist�a, mientras el SER copulaba fren�ticamente
en mi sexo, hab�a descendido bastante m�s para frotarse mejor , casi ya me
aplastaba, y el tremendo pene que el GRAN ARACNIDO hab�a introducido en mi
parec�a que iba a reventarme y atravesarme de un momento a otro, al tiempo que
su ardor de fuego hac�a que sintiese como si una hoguera se encendiese dentro de
mi...

Su lengua b�fida hab�a penetrado en mi boca hasta el cuello,
apretaba mi lengua, y sus brazos-pinzas exploraban todos los cent�metros de piel
de mi cuerpo. Una de las pinzas me sujetaba por el cuello, era evidentemente que
si hubiese querido, con s�lo apretar un poco me habr�a arrancado la cabeza...

Su boca emit�a sonidos que yo interpretaba de satisfacci�n y
placer, sus ojos brillaban y centelleaban observ�ndome al parecer complacido por
lo que ve�an.

Y se mov�a, se mov�a adelante y atr�s, adelante y atr�s, en
eso la c�pula con el REY DE LOS ABISMOS no se diferenciaba de follar con un ser
humano... Si Alain me viese en aquel momento...

De pronto, me pareci� que el SER se estremeci�. Emiti� un
rugido que reson� en toda la caverna, sus ojos se iluminaron como hogueras, su
boca dej� caer litros de baba, su lengua aprision� y apret� la m�a, sus pinzas
apretaron mis pechos y presionaron mi culo contra su vientre, y el MONSTRUO
empez� a moverse arriba y abajo como si hubiese enloquecido, al tiempo que cada
vez rug�a con m�s fuerza.

La multitud de adeptos grit� enardecida cada vez m�s alto:

AHHH..... THOTTOS-GOY!!!!! ...... UHLUTC !!!!!...
THOTTOS-GOY!!!!!!

Y el SER continu� demostrando que hab�a entrado en el orgasmo
m�s terrible y prolongado que se puede producir en todo el planeta. Sus gritos
remov�an las paredes de la caverna, los PREFERIDOS se masturbaban en las alturas
dejando caer su semen sobre la multitud de adeptos que lo recog�an y beb�an, y
yo, yo... yo sent� como mi vientre era inundado por borbotones de semen del REY
DE LOS ABISMOS que brotaba de su pene como de una catarata. Me inundaba, me
desbordaba, y alguien recog�a el semen que ca�a de mi vientre con unos cuencos
vegetales y me lo arrojaban encima, para que yo quedase ba�ada e impregnada al
completo por el semen de MI SE�OR.

Y el SER continuaba rugiendo , copulando fren�ticamente y
soltando semen sin parar, deb�a llevar minutos, yo ya no pod�a m�s, me ahogaba,
no entend�a como su monstruoso pene a�n no me hab�a atravesado en una de sus
violent�simas acometidas... Ahora s� lo s�, ahora lo s�, mi destino no era
morir, era ser madre de una nueva rama de los PREFERIDOS...

Y, sin que �l parase, me pareci� que unos afilados colmillos
de su boca hab�an penetrado en mi cuello...

Entonces, poco a poco, me sent� flotar... me sent� bien,
contenta, feliz... y enseguida me entr� una especie de excitaci�n que no hab�a
conocido nunca las pocas veces que hab�a follado anteriormente...

Y me estremec�, y de pronto, salt�, sent� un placer salvaje,
las pinzas soltaron mis ataduras y me abrac� al cuerpo del MONSTRUO, y
entrecruc� mis muslos, apretando su abdomen, y me lleg� un placer salvaje,
terrible, tremendo, asfixiante...

Y dur�, dur�, dur�...

Mi orgasmo se hizo eterno...

Cuando el SER te hace conocer el placer, nunca encontrar�s
otro que te pueda satisfacer, nunca tendr�s un orgasmo que se le parezca en una
m�nima proporci�n... Siempre le a�orar�s...

Y el placer, mi primer orgasmo con el GRAN ARACNIDO, se
prolong�, fue largo... eterno...

Y me ba�aban en el semen que segu�a el SER expulsando dentro
de mi vagina...

Y me lo daban a beber, y nunca he conocido un licor de ardor
parecido...

Y me fui desvaneciendo, de puro ahogo de placer y lujuria...

Y me qued� dormida...

O en viaje astral con el SER a enigm�ticos paisajes de �pocas
primordiales...

Despert� en una peque�a gruta, acostada en un lecho c�lido
de plantas marinas...

Estaba desnuda.

Las mujeres encapuchadas me cuidaban, me daban unas bebidas y
unos extra�os pastelitos para que recuperara fuerzas y reposara...

Necesitaba dormir...

Una de ellas me musit� a la oreja que yo ya ten�a el honor de
ser una de las esposas del SE�OR REY DE LOS ABISMOS...

Y que ya llevaba su simiente en mi cuerpo, que pronto podr�a
ofrecer mi ofrenda de buenos hijos y servidores a nuestro REY Y DIOS...

Que le hab�a complacido, y que ya llevaba su signo...

Un tatuaje con su imagen en una parte del cuerpo que pod�is
admirar...

Y que llevan todas las j�venes que han sido sus esposas, y
que encontrareis y observareis en todas las playas del mundo...

Observad bien los tatuajes de las muchachas que os parezcan
m�s bellas y atractivas, y nos conocer�is...

Nuestra obligaci�n y misi�n, cuando abandonamos las grutas de
las profundidades, es complacer y seducir a los humanos para que sirvan a los
fines de nuestro se�or, el REY DE LOS ABISMOS...

S�, creo que pronto, cuando vuelva al mundo, buscar� a
Alain...

Tal vez Plague nos pueda ofrecer una nueva continuaci�n de la
historia de Masha. Mis descubrimientos acaban aqu�.

�An�mate, compa�ero!