- Ya
habr� tiempo, ahora tengo que irme a mi casa, me esperan mis pap�s a
cenar, �qu� le parece el lunes saliendo de clase? � me dijo gui��ndome un ojo
de complicidad.

Cada quien se dirigi� a su casa ese
viernes..........................

El lunes despu�s de la clase era el d�a pactado para
nuestra sesi�n de sexo. El fin de semana no me quit� a mi linda alumna de la
mente, recordaba su calor, su agitaci�n, la humedad de sus labios vaginales y
la aroma que estos desprend�an. La mamada que me hab�a proporcionado el
viernes en la tarde me dej� extasiado y m�s caliente de lo normal.

Termin� la clase y los alumnos salieron del sal�n, mir� de
reojo y vi que Elia disimulaba un poco al guardar sus notas, me le qued�
viendo y me devolvi� una sonrisa. Llevaba un blusa sin mangas, de botones,
rosa muy claro con rayas paralelas de color blanco, la falda blanca suelta le
llegaba dos dedos arriba de las rodillas y su forma le hac�a resaltar las
nalgas. Por fin termin� de guardar sus cosas y se dirigi� a la salida para
encontrarse conmigo en la puerta, le agarr� la mano y le dije:

- Que
pas� Elia, est�s m�s hermosa que nunca.

-
Gracias, me arreglo para ti.

- Te
invito a cenar, quiero pasar un rato agradable contigo.

- Con
mucho gusto, igual me muero por tomarme una copa y charlar de nosotros.

Nos dirigimos al coche, ese d�a la hab�a llevado su pap� a
la escuela y le dijo que ir�a a estudiar con una amiga, y que no
llegar�a hasta muy tarde.

De camino al restaurante notaba que Elia no dejaba de
mirarme, de abrir y cerrar las piernas, deduje que se sent�a ansiosa y que
deb�a hacer algo r�pido para que no disminuyera esa ansiedad. Coloque mi mano
derecha en su pierna izquierda y empec� a darle un leve masaje con la punta de
los dedos, sent�a que ella se estremec�a cada vez que sub�a m�s la mano, ahora
le acariciaba la mitad de la piernas con un masaje cada vez con m�s presi�n y
con direcci�n a su entrepierna. Al llegar hasta la c�spide not� que sus
braguitas eran diminutas y de encaje, segu� con el masaje en su sus braguitas
y comenc� a sentir la humedad que emanaba de sus labios, dos o tres veces
solt� un quejido seguido despu�s de un leve enrojecimiento de sus mejillas y
una sonrisa picarona.

- Me
gustas mucho

- Y
t� a mi mamacita. La bes� tiernamente en la boca y par� el masaje, est�bamos
fuera del restaurante.

Antes de salir del coche, mi alumna preferida, se arregl�
la falda se vio en el espejo buscando alguna se�a de su excitaci�n. Entramos
al restaurante y ped� mesa para dos, pero Elia sugiri� mesa de cuatro para
sentarnos lado a lado y no frente a frente, m�s tarde me dar�a cuenta de sus
intenciones. Pedimos un par de copas y charlamos un rato antes de ordenar la
cena. Al terminar la copa, Elia me confes� que era la primera vez que tomaba
alcohol y que no quer�a marearse tan pronto, sin embargo, ordenamos otras dos
copas y continuamos con la charla. Ahora toc�bamos el tema del sexo, le
explicaba de las reacciones que tiene un hombre al momento de excitarse, de
las formas de hacer el amor, de distintas posiciones, del sexo oral, del sexo
anal, trat� de indagar en mi experiencia como amante, pero no la deje ahondar
mucho. Conforme continuaba la pl�tica a Elia se le enrojec�an m�s las
mejillas, supuse que le causaba cierto grado de excitaci�n, y de un movimiento
r�pido y un poco brusco coloc� su mano derecha debajo de la mesa y comenz� a
buscar mi bulto, que para entonces tambi�n hab�a tomado un poco de erecci�n.
Empez� a manosearlo al tiempo que me coqueteaba con sus labios, pas�ndose la
lengua en repetidas ocasiones por su labio superior y hablando como linda
gatita en celo.

Lleg� el mesero y ella no interrumpi� el masaje, orden� la
cena lo m�s r�pido que pude, quer�a que nos dejaran solos y no nos molestaran.
Ensalada verde, pan de ajo, salm�n en vino blanco y espagueti a la
mantequilla, el mesero se retir� y ahora me tocaba el turno de explorar el
cuerpo de mi querida alumna. Met� la mano por debajo de la mesa, y comenc� a
recorrer su pierna, enseguida coloque mi mano en su braguita y not� que ya
estaba empapada de sus jugos, mi pl�tica hab�a surtido efecto, la excitaci�n
de ella era descontrolada, como la de toda chica de 20 a�os, mi mano se mojaba
cada vez m�s, trat� de hacerme paso entre sus braguitas, las hice a un lado y
comenc� a sentir el calor de sus labios vaginales, h�medos en espera de ser
masturbados. Pasaba mis dedos de arriba abajo, de una lado hacia el otro,
pellizcaba un labio, luego el otro, luego los dos, y me fui directo al
cl�toris de mi alumna, un bot�n precioso, a esas alturas ya estaba expuesto,
firme, erecto, listo para ser acariciado, y con mis dedos h�medos de su
abundante l�quido comenc� a frotarlo de forma circular, la cara de Elia se
descompuso, un espasmo luego otro, de su boca sal�an gemidos de satisfacci�n
se colocaba la mano izquierda en su boca, tratando de no dejar escapar alg�n
ruido delatador. Su mano derecha comenz� a apretar mi miembro que tambi�n
estaba duro, erecto, y bombeaba cada vez m�s sangre, la excitaci�n de Elia era
tanta que sus movimientos comenzaron a ser torpes, aumente la fricci�n en su
cl�toris y ella se empez� a agarrar cada vez m�s fuerte de mi verga, sab�a que
tarde o temprano le vendr�a un orgasmo.

-
Hay!!!! siento raro, m�s, m�s, no pares, sigue, siento muy raro muy rico, no
pares. �gem�a con voz entrecortada muy baja.

Me percat� que el mesero sal�a de la cocina y se dirig�a a
la mesa. Elia se comenz� a convulsionar y cerr� los ojos al mismo tiempo que
aumentaban su movimiento de cadera, la fricci�n en mi verga comenz� a
disminuir y la agitaci�n de Elia se tornaba cada vez m�s pausada, un orgasmo
violento se hab�a dado cita en todo su cuerpo. Su vagina estaba completamente
empapada y comenc� a sentir el chorro de sus l�quidos en mis dedos, yo no
sacaba la mano del lugar, porque el mesero ya estaba frente a nosotros, hac�a
como que le sobaba la pierna, deposit� los platos en la mesa y se march�.
Sent� un temblor en las piernas de Elia y me dijo que hab�a sentido
maravilloso, que era su primer orgasmo en manos de un hombre, muy diferente a
lo que hab�a sentido cuando se masturb�. Saqu� mi mano y me dirig� al ba�o a
lav�rmela, no sin antes esperar que la erecci�n que tra�a bajara un poco.
Antes de llegar al ba�o escuch� algunos cuchicheos de personas que cenaban y
me di cuenta que sab�an qu� est�bamos haciendo en la mesa del fondo, eso me
excit� m�s, ya que siempre me ha gustado un poco el vouyerismo.

Las caricias, la pl�tica y las copas hab�a surtido el
efecto que esperaba, Elia, se encontraba calient�sima y lista para la
siguiente fase de nuestra sesi�n de buen sexo.

Cenamos poco y salimos enseguida del restaurante, ahora la
pregunta obligada de parte Elia.

- �Me
vas a llevar a dar la vuelta?

- Te
voy a llevar a tocar el cielo mi reina, vamos a estar t� y yo solos y vamos a
disfrutar de una noche candente de buen sexo. �Te parece?

- No
aguanto, quiero que me cojas, pero tengo un poquit�n de miedo.

- Es
normal, pero ya ver�s que te va a gustar, despu�s no podr�s vivir sin ello.

En 15 minutos entr�bamos a un hotel que est� en la salida
de la ciudad, enfrente de una planta cervecera. Para esto hab�amos estado
d�ndonos masajes en el camino y la verdad yo estaba a mil. Entramos al cuarto
y empezamos a besarnos apasionadamente, agarr� sus pechos, sus nalgas sus
piernas, la sub� en m� con sus piernas rodeando mi cintura y la cargu� hasta
una plataforma que hace la funci�n de c�moda, fui quit�ndole poco a poco la
blusa que tra�a, primero un bot�n, luego otro luego todos, hasta dejarla en
sost�n, un sost�n blanco de encaje de media copa que hac�an que resaltaran sus
pechos de forma muy bonita, le quit� el sost�n con la boca y lo deje por un
lado, bes� y bes� sus pechos, llegu� a sus pezones morenos, chicos, ricos,
deliciosos, los rodeaba con mi lengua, los chupaba los mord�a de vez en
cuando, Elia segu�a con la cabeza hacia atr�s con los ojos cerrados
disfrutando del momento, mis manos se perd�an en su rajita, comenc� a quitarle
la falda y la desprend� de ella y de sus braguitas, que segu�an h�medas y
olorosas a su aroma de mujer. Se baj� de la c�moda y comenz� a desabrocharme
la camisa, como con desesperaci�n y placer, me deshizo de la camisa y sigui�
bes�ndome el pecho, el cuello, las tetillas, al mismo tiempo que hac�a por
quitarme el pantal�n, la ayud� un poco y en un segundo me quit� el b�xer,
dejando que mi miembro chocara con su abdomen, lo agarr� con sus dos manos y
al mismo tiempo que me besaba en los labios lo acarici� y lo masajeo de un
forma que parec�a que me lo arrancar�a, nada mal para una virgen pens�.

Me sent� en el borde de la cama y ella se hinc� frente a
m�, mi verga quedaba justo a la altura de su boca y empez� a mam�rmela,
primero de una forma suave y placentera, apenas tocando con sus labios, ahora
hinchados por la excitaci�n, la glande y pasando de la glande al tronco,
saboreando mi verga por abajo y acarici�ndola con una mano, por un lado, de
nuevo el glande, una mano de ella jugueteaba con mis huevos y la otra la
utilizaba para sostener el aparato en sus boca, ahora la mitad estaba dentro
de su boca y ella jugueteaba con su lengua, haciendo pasar mi verga, que en
ese momento iba en aumento por la excitaci�n que me cargaba, por toda su boca,
la sac� la escupi� y comenz� de nuevo el mete y saca en su boca, primero una
tercera parte luego dos, despu�s de unos segundo ve�a como su boca pegaba en
mi tronco y casi en mis huevos, otra vez, mete y saca, saca y mete, chupando y
uno que otro mordisco, yo ya estaba a mil. Empec� a sentir las ganas de
eyacular y apret� con fuerza s�lo para arrojar un chisguete de l�quido
preseminal, que ella lami�, trago y saboreo gustosa.

-
Basta, ahora es mi turno, quiero comerte la rajita y probar tus fluidos
mamacita.

De un brinco se acost� en la cama y me dej� que apartara
sus piernas. Ahora mi boca se posicionaba al frente de su vagina y mi lengua
jugueteaba con sus labios, primero con uno, de arriba abajo lo mordisqueaba,
lo lam�a lo sosten�a en mi boca y succionaba, luego el otro labio, le besaba
las piernas y recorr�a con mi lengua su ingle, ahora mi lengua pasaba de
arriba abajo llenando su rajita con la mezcla de saliva y l�quidos, que
arrojaba cada vez mi amante. Comenc� a lamer su cl�toris en forma de remolino,
primero suave y despu�s m�s r�pido al momento de sentir sus manos que me
empujaban hacia dentro, como diciendo no pares, sigue as�!!! Y segu�,
jugueteando con su cl�toris, las contracciones y los espasmos no se hicieron
esperar, en menos de lo que pens� mi amante tuvo un orgasmo largo y agotador,
empezaron a temblarle las piernas y las manos me zambull�an en su vagina, los
gemidos de ellas fueron de entrecortados a imperativos.

- si,
no pares, dame, haaaa, sigue as�, ya vengo, me estoy viniendo, siento el
rigor, es hermoso, sigue, no pares, hauchhh, como me dura, hayyyyyyy.

Jadeando dej� de moverse y me ve�a con cara de
satisfacci�n, par� un poco y s�lo le besaba la ingle y los labios, tratando de
hacerme camino en su bien lubricada conchita, saboreando sus jugos, su n�ctar
de placer.

No tard� en ponerse a tope de nuevo, ya que mi lengua
comenz� a saborear su hermoso cl�toris, ahora hinchado como almendra en espera
de nuevas y mejores lamidas. Al momento que sent� que se remolineaba en la
cama y ped�a a gritos.

- Ya
por favor, hazme el amor, quiero sentir tu calor dentro de m�, no pares, hazme
tuya, quiero ser tu mujer.

Con la convicci�n me mont� arriba de ella en posici�n de
misionero y con mi mano dirigiendo la verga comenc� a hacerme camino en su
vaginita virginal. Al principio encontr� cierta resistencia, primero el glande
se top� con pared y ella solt� un gritito de dolor, y trato de empujarme para
que parara.

- no
te preocupes, as� es esto, estas muy lubricada y no te doler� tanto. �le
susurr� al o�do al tiempo que segu�a empujando, tratando de tener cuidado y no
lastimarla.

Poco a poco, en medio de quejidos, sollozos y gritos de
placer, su vagina fue cediendo y dando paso a mi verga, que en ese momento
estaba a punto de explotar por la excitaci�n que me cargaba. Ya estando
dentro, par� de moverme para que ella agarra aire y se relajara, su calor me
abrazaba y se que el m�o la inundaba de placer. Comenc� a moverme poco a poco,
el saca y mete comenz� de lento y suave a r�tmico y con fricci�n, ella gozaba
por el dolor y el placer en conjunci�n y yo no hac�a otra cosa que la de
besarla, agarrarle un seno, morderle un pez�n, y ella revolc�ndose de placer,
cada vez m�s continuo el vaiv�n de los cuerpos, que en ese momento se
encontraban sudorosos e impregnados a sexo.

Ella comenz� a disfrutar m�s al tiempo que el dolor ced�a,
y en un par de minutos comenz� el ritual preorg�smico, jadeos, susurros y
palabras entrecortadas apenas audibles, el vaiv�n cada vez m�s intenso la
electrific�, sus ojos y el retorcimiento de sus manos en mi espalda lo
demostraban, comenzaron los espasmos clamorosos de su lindo cuerpo, y sus
piernas cada vez me apretaban m�s, rodeando mis nalgas y empujando hacia
dentro, en un segundo ella estaba en trance y sus l�quidos inundaban mi verga
y hac�an que la sintiera h�meda y caliente.

-
Sigue...no pares... ya vengo... que rico.... me muer....o, haaaaaa!!!!!!!

El primer orgasmo por c�pula hab�a tenido presencia en ese
instante, ella m�s relajada me daba un beso largo y jugoso en la boca. Yo me
sent�a a mil y estaba a punto de eyacular, dej� de bombear, ella quiso probar
sus jugos mezclados en mi verga y se la meti� un par de minutos, lamiendo y
limpi�ndola de forma sensual, l�quidos de ella y un poco de sangre.

La recost� con las nalgas al filo de la cama, yo encima de
ella, me dirig� a embestirla de nuevo, quer�a seguir vi�ndola disfrutar y
exclamar gritos de satisfacci�n. Mi verga se empez� a hacer paso entre sus
labios vaginales y de un solo golpe introduje la tranca hasta el fondo, ella
peg� un leve grito y por instinto comenz� a moverse de adelante hacia atr�s,
el vaiv�n lo comenz� a dirigir ella, cuando se cans� despu�s de un par de
minutos, continu� dirigiendo yo el acto sexual, con una mano tomaba uno sus
tobillos y lo situaba en mi hombro, con la otra sujetaba y pellizcaba su
pezones, ella ten�a las manos agarradas a la cama, y comenz� a agitarse de
nuevo, la sensaci�n de placer se descubr�a en su cara y de vez en cuando
soltaba un gemido, rico.... haaaaa, siiiiiiiiii, que ricoooooo.

Yo no aguantaba m�s, mi linda alumna me hab�a dado una
sesi�n riqu�sima, era tiempo que la inundara de semen, le pregunt� si le
gustaba y s�lo alcanz� a susurrarme

- Ya
vengo, es otro orgasmo

-
Entonces yo tambi�n me voy a venir - le dije y comenc� con el vaiv�n cada vez
m�s fuerte y continuo.

- Si,
que rico, sigue, ll�name de ti.

Y los chorros de semen comenzaron a llenar su vagina,
sent�a uno, dos tres, varios chorros que no dejaban de salir de mi tranca a
todo babor. Ella se convulsionaba y gem�a de placer. El semen comenz� a salir
de su vagina y a manchar las s�banas, ten�a mucho tiempo que no eyaculaba de
esa forma, y pues c�mo no, con una mujer de esas. Ella tom� un poco con sus
dedos y se los llev� a la boca, los saboreo y cerr� los ojos. Nos quedamos
abrazados, no ten�a idea de cu�nto tiempo hab�amos estado cogiendo. Nos
quedamos dormidos un rato, y al despertar la encontr� mir�ndome, y tratando de
acariciar mi pene.

- Que
clases me ha dado, mi querido profesor � me dijo con una voz de ni�a buena

- Con
una mujer como t�, cualquiera se vuelve loco mi querida alumna.

- Te
gust� como lo hice?, lo hice bien?, eso esperabas?

- Me
has dejado con el ojo cuadrado, eres cien por ciento excitante. Le dije y le
bec� un pez�n.

Estuvimos cogiendo por un par de horas, y de camino a su
casa me hizo una muy buena mamada en el coche. La morenaza de fuego no ten�a
llene, al igual que un servidor. Para esas horas me sent�a exhausto y con
mucho sue�o.

Las cosas siguieron su curso, y cada vez que ten�amos
oportunidad nos d�bamos la escapada para seguir practicando nuestras sesiones
de sexxxo.

Una de las que m�s recuerdo, se llev� a cabo en una fiesta
con motivo de mitad de curso.... continuar�

VitoPadrino quiere escuchar tus comentarios.

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