Relato: ver�dico, mi t�a y yo, su sobrina
Mis padres tuvieron que ausentarse varios d�as de la casa por razones laborales, as� que a pesar de mis 25 a�os, me enviaron a casa de mi t�a para comer bien y despreocuparme de las labores dom�sticas. Con esto, debo advertir de que provengo de una familia muy tradicional, en la que todas las mujeres se enorgullecen de casarse v�rgenes y de no salir por ah� como zorras. Por supuesto, yo me cri� en ese ambiente y, hasta el momento, centrada en mis estudios, no tuve nunca novio. Por lo tanto, mi contacto con el sexo era nulo, salvo por mis masturbaciones y por lo que pillaba de Internet. Es decir, mi mundo sexual se resum�a en paja tras paja.
Centr�ndome en mi relato, les contar� que fui con toda la inocencia del mundo a casa de mi t�a. Ella viv�a sola con su hijo mayor. Hay que saber que todas las mujeres de mi familia materna tenemos un cuerpo parecido, jamonas y tetudas. En concreto, yo soy un poquito ancha, pero mi t�a es una mujer bastante gorda, ya madura con grandes tetas, gran culo y grandes caderas. No estamos fibrosas pero bueno, podemos levantarle la polla a m�s de uno.
Al llegar, merendamos mientras ve�amos los programas rosa de la televisi�n y yo hac�a algunos ejercicios para la facultad. As� fue pasando la tarde, frente al televisor, hasta la ca�da de la noche. Antes de preparar la cena, mi t�a Paqui dijo que se iba a poner el camis�n y la bata. Diez minutos despu�s, se me ocurri� ir al ba�o porque ten�a ganas de mear, as� que inevitablemente ten�a que pasar por la habitaci�n de Paqui. Me fij� en ella y la vi sentada en la butaca de la habitaci�n y con el camis�n un poco subido haci�ndose una paja con el co�o al aire. Inmediatamente, a m� tambi�n me dieron ganas de hac�rmelo, y no lo pens� m�s. Me comport� como un aut�mata frente a un fuerte est�mulo. Met� la mano por la cremallera del pantal�n y comenc� a tocarme frente a mi t�a. Ahora mismo creo que todo fue tan espont�neo porque yo ard�a en deseos de vivir de un modo natural la sexualidad ante mi familia, y no toda aquella represi�n que me rodeaba. La verdad es que comenc� a tocarme y mi t�a me estaba viendo.
Me llam� a su lado y nos tumbamos las dos en la cama. Y ah� vino la experiencia m�s caliente que he vivido en mi vida. Paqui subi� el camis�n y me dej� a merced de sus enormes tetas. La verdad es que usa 125 de sujetador, por gordas y un poco ca�das, pero en ese momento a m� me supieron a gloria. Comenc� a tocarlas, babearlas, besarlas, y no me atrev�a a comenzar con los pezones. Para lo blanca que era mi t�a, los pezones eran insospechadamente oscuros. Eso me puso en la gloria y, al final, venc� mi timidez. Comenc� a pellizc�rselos hasta que ella me puso uno en la boca. El pez�n era enorme de gordo, aunque hay que recordar que le dio teta a sus cuatro hijos, as� qued�. La lengua se pase� por ese pez�n recorriendo toda su extensi�n y notando todo su esplendor y dureza.
Yo no acababa de alucinar con los pezones, pero ella ten�a ganas de m�s y me devolvi� a la vida meti�ndome la mano por la pitrina del pantal�n y masaje�ndome el chocho. Cuando le prest� atenci�n por eso, se desnud� y la imagen fue inmensamente placentera. Como novata en el sexo, solo me importaban tres cosas, tetas, co�o y culo (y esto �ltimo no demasiado). Los pechos ya los hab�a disfrutado y ahora... El chocho estaba esper�ndome. Pedazo raja vi. Peluda pero empapadita y con el cl�toris y los labios al descubierto, hizo que mi co�o virgen latiera al un�sono de aquella hermosa fandanga.
Se ve�a que Paqui quer�a m�s que exhibirse, as� que me desnud� y ella vio lo que yo ten�a ya tan sobado y masturbado. Unas tetas grandes aunque no tanto, un pez�n sonrosado y peque�o. Siempre tuve complejo por tener un pezoncito tan peque�o hasta que me enter� de que crece si los hijos lo chupan. Antes de eso, espero que otros me lo chupen tambi�n para hac�rmelo grande. ;-)
Y lo segundo que vio fue mi nen�, mi chocho. Mi t�a fue directamente por �l, mientras me bajaba las bragas. Yo me lo depilo bastante, cosa que ella observ� bien y me hizo un comentario que no se me olvidar�; "depilada como las zorras, me gustas". Me puso m�s cachonda si cabe y nos empezamos a tocar los co�os. Mi t�a ten�a una mano en mi fandanga, la otra en la teta izquierda y la boca en el pez�n derecho mientras dec�a salvajadas del tipo "puta, cachonda, perra, f�llame la chocha".
Yo le segu�a tocando el co�o como pod�a hasta que, inexperta, me corr� en dos minutos con todas aquellos est�mulos tan nuevos para m�. Me sent� avergonzada pues mi t�a no hab�a acabado, pero se hizo una paja en medio minuto y mir� hacia la puerta diciendo "ahora pasa, que es tu turno".
No me lo pod�a creer, era mi primo Dami�n que nos estaba viendo con la polla como un tronco sacada del pantal�n. Paqui lo avis� bien de que nada de penetraciones, que las mujeres de la familia �ramos muy puras y v�rgenes. Mi primo se ech� a re�r y le dijo que muy puras no, muy putas y ella le dio una palmada en el culo mientras le sacaba el pantal�n. Y all� est�bamos los tres en bolas, hasta que mi primo me pas� la punta de la polla por el chocho, haci�ndome temblar de placer.
Yo nunca hab�a visto una verga, y menos una verga en celo, as� que la cog� en la mano y mi t�a me ense�� a darle para atr�s y para delante. Tambi�n la met� un poco en la boca, pero Dami�n me la volvi� a pasar por el co�o de tal manera que le ped� que me hiciera correr as�. �l mir� para mi t�a y ella le dijo que era normal, era mi primera vez y no aguantaba mucho el tir�n. As� lo hizo, para mi deshonra, me corr� de nuevo con la punta de su pito en medio minuto mientras mi t�a me miraba como una guarra y me tocaba las tetas. Adem�s, me ten�a una mano cogida y puesta en su co�o. Cuando me corr�, comenzaron ellos la fiesta. Mi t�a se abri� bien la chochaza aquella y se meti� de golpe el poll�n de Dami�n. Me acerqu� mucho para ver aquello...
Pero ya es otra historia que les contar� si le parece bien. Mientras, mi duda est� en que despu�s de aquello, no s� si soy hetero, lesbiana o, lo m�s seguro, bisexual y guarra.
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Relato: ver�dico, mi t�a y yo, su sobrina
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