PROCESARON A UN MATRIMONIO QUE EMPUJO A SU
HIJA A PROSTITUIRSE A LOS 13 A�OS
La edad de la inocencia
El padre de Paula �suboficial de la Polic�a Federal� le
orden� ir a trabajar a una casa donde la violaron y la obligaron a prostituirse.
Ahora lo procesaron, en una causa donde ella misma es querellante. Pero el fallo
habla de "abandono de persona" y no "facilitaci�n de la prostituci�n".
Por Andrea Ferrari
En un hecho sin antecedentes en el pa�s, la Justicia acaba de
procesar a un matrimonio que empuj� a su hija menor de edad a prostituirse. La
protagonista del caso es Paula, cuya historia fue relatada el a�o pasado por
este diario: cuando ten�a 13 a�os, su padre �un suboficial de la Polic�a
Federal� le orden� ir a una casa en Barrio Norte supuestamente para cuidar a
unos chicos, pero all� fue abusada y luego llevada a otros departamentos donde
debi� trabajar como prostituta. Reci�n cuando se atrevi� a contarlo, a un
profesor de su escuela, fue separada de su familia y pas� a vivir en un hogar
para adolescentes. Un a�o atr�s, el caso de Paula fue noticia cuando, pese a ser
menor de edad, la Justicia la admiti� como querellante en la causa que involucra
a sus propios padres y a los due�os de los departamentos. Ahora, en un fallo que
detalla los abusos que sufri� con conocimiento de sus padres, ellos fueron
procesados, se dict� su prisi�n preventiva �aunque no se har� efectiva� y se
orden� el embargo de sus bienes.
Paula (el nombre ha sido modificado para proteger su
identidad) hoy tiene 18 a�os. Est� terminando quinto a�o, trabaja y tambi�n
empez� el CBC a trav�s de UBA XXI. Cuando se enter� sobre el procesamiento en
primera instancia de sus padres, la enojaron dos cosas: que no se hiciera
efectiva la prisi�n preventiva y la calificaci�n que aplic� el juez: abandono de
persona. "No lo entendemos �dice su abogado, Martiniano Terragni�, porque el
juez comprendi� y describi� detalladamente lo sucedido, pero luego lo consider�
abandono de persona en lugar de facilitaci�n de la prostituci�n. Por eso ya
hemos apelado."
Las iniciales de su padre son D.D.S. y de su madre M.R. de S.
Los nombres completos se mantienen por ahora en reserva, para no perjudicar el
curso de la investigaci�n. Seg�n pudo saber este diario, el padre fue objeto de
un sumario interno en la Polic�a Federal y est� sin funciones aunque sigue
cobrando su salario, ya que no se definir� su permanencia en la fuerza hasta que
el fallo no est� firme.
Un a�o de horror
El fallo del juez de instrucci�n Eduardo Moumdjian es
minucioso �y escalofriante� en su descripci�n de lo que soport� Paula. All� dice
que "el 15 de marzo de 2001 �teniendo entonces 13 a�os� y con el conocimiento de
sus progenitores, habr�a comenzado a trabajar en el domicilio de la calle
S�nchez de Bustamante (...), donde un sujeto de sexo masculino, de nombre
Antonio u Horacio, de 58 a�os aproximadamente, a partir del mes de agosto de
2001 y hasta el mes de noviembre de ese mismo a�o �cuando la menor ten�a 14
a�os�, mediante golpes y amenazas, la habr�a obligado a mantener relaciones
sexuales �sexo vaginal, anal y oral� y tambi�n a consumir drogas. Por otra
parte, por aquella �poca, entre mediados del mes de junio del a�o 2001
aproximadamente y las vacaciones de invierno de ese mismo a�o, el nombrado
Antonio u Horacio tambi�n la habr�a obligado a concurrir, bajo la amenaza de
golpearla en caso contrario, a los departamentos ubicados en (...),
principalmente los fines de semana, destac�ndose que la menor identific� a Hugo
�quien ser�a el imputado Hugo C�sar Pe�a� y a Osvaldo �se tratar�a de Osvaldo
An�bal Valdez� como los due�os del primer local de menci�n. Que en ambos
inmuebles, junto con otras chicas mayores de edad, habr�a sido facilitada su
prostituci�n, en tanto habr�a sido obligada a mantener relaciones sexuales con
hombres a cambio de dinero, tal cual habr�a sido el caso de un hombre llamado
Eduardo, que en pago le habr�a entregado dos cheques.
El juez sostiene que "los progenitores habr�an tenido pleno
conocimiento de ello, puesto que respecto del primero de los inmuebles
mencionado fue (D.D.S.) quien le dio los datos del mismo y al serle manifestado
por la menor los terribles abusos que estaba sufriendo en dicho sitio, su padre
le contest� que �si no le gustaba pod�a trabajar de prostituta en otro lado�.
Que como consecuencia del cuadro de sometimiento gravemente ultrajante para la
menor, producto del abandono de los padres de la misma a esas condiciones de
vida, la misma habr�a sufrido un grave da�o en su salud, tal como concluyen los
informes psicol�gicos practicados".
Esos informes explican que "el an�lisis de los contenidos de
sus manifestaciones a lo largo del proceso penal revela un conocimiento sexual
inapropiado para la edad �sexo oral, sexo anal, uso de complementos�,
descripci�n apropiada de efectos exot�xicos y concordancia a trav�s del tiempo
en los puntos nodales del relato, orientando todo ello a una alta probabilidad
de que se haya visto expuesta a situaciones de riesgo para su integridad
psico-f�sica y sexual".
En la causa declararon tanto el profesor con quien Paula se
franque� como la vicerrectora de su escuela. Tambi�n figuran los resultados de
su declaraci�n en la C�mara Gesell y la evaluaci�n de una perito del Cuerpo
M�dico Forense, seg�n la cual su relato "present� las caracter�sticas de
verosimilitud, manteniendo el mismo a trav�s del tiempo".
El juez sostiene que "el da�o que le fue provocado a (Paula)
puede decirse que fue el resultado o consecuencia natural de la concreci�n
efectiva del peligro que cre� la conducta de los imputados, sus progenitores".
Sin embargo, califica el hecho como abandono de persona, para sorpresa de la
propia Paula y sus abogados, quienes ya iniciaron el proceso de apelaci�n.
Aunque en la resoluci�n el magistrado dict� la prisi�n preventiva, no la hizo
efectiva porque tom� el antecedente de la exenci�n de prisi�n ya decidida por la
C�mara respecto de otros imputados. Les fij�, s�, un embargo de 15.000 pesos a
cada uno de los padres.
La vida despu�s
Despu�s de que a fines de 2001 Paula pudo contar en la
escuela el abuso al que era sometida, sus autoridades se comunicaron con la
Defensor�a de Ni�os y Adolescentes de Flores, que la trasladaron a un hogar,
desvincul�ndola de su familia. Luego tambi�n se les quit� a los padres la
tenencia de la hija menor, que hoy tiene cinco a�os. Las dos hermanas viven
ahora juntas en un hogar y no volvieron a ver a sus padres.
El avance de la causa penal, donde fueron imputados tanto los
padres de Paula como dos propietarios de los departamentos donde fue prostituida
y un cliente, fue en un principio extremadamente lento. El a�o pasado,
Martiniano Terragni y Gabriela Founcuberta, abogados de la Defensor�a de Ni�os,
Ni�as y Adolescentes del gobierno porte�o, decidieron presentar a Paula, pese a
ser menor, como parte querellante, bas�ndose en el art�culo12 de la Convenci�n
de los Derechos del Ni�o, es decir el derecho a ser o�do en todo proceso
judicial y administrativo. "Solicito patrocinio letrado para poder defenderme de
violaciones constantes y sistem�ticas a mis derechos personal�simos, llevados a
cabo, entre otros por mis padres", sostuvo en la presentaci�n. La respuesta fue
negativa en primera instancia, pero la C�mara de Apelaciones entendi� que sus
argumentos eran l�gicos y, en una resoluci�n que sent� precedente, Paula se
convirti� en querellante.
Desde entonces, la causa tuvo algunos avances: los dos
hombres acusados de prostituirla en dos departamentos, Osvaldo Valdez y Hugo
Pe�a, fueron procesados y sus procesamientos confirmados por la C�mara, al igual
que un cliente, de apellido Pamp�n, quien le dio dos cheques en pago de sus
servicios.
Ahora fue el turno de los padres. Para Paula, los largu�simos
tiempos procesales son dif�ciles de entender. "A ella le hubiera venido muy bien
una respuesta en otro momento �cuenta Marisa Villarruel, psic�loga y
coordinadora de la Defensor�a de Ni�os de Flores�. Esto sucedi� cuando ten�a 14
a�os y ahora tiene 18. Cuando le llevamos la c�dula con la notificaci�n, dijo
que estaba bien que los procesaran, pero �despu�s de cuatro a�os y por abandono?
Eso no fue abandono, dijo."
Aun as�, Paula est� bien, cuenta Villarruel. Es empleada
administrativa en un estudio, est� cursando el �ltimo a�o del secundario y ya
empez� el CBC, porque quer�a recuperar un a�o perdido cuando estuvo mal y debi�
dejar la escuela. "Siempre le preocup� mucho el estudio. Ella se siente
responsable por su hermana, entonces poder trabajar y tener la posibilidad de
acceder a un t�tulo es muy importante. La vimos bien, haci�ndose cargo de su
futuro."