Relato: Antes de casarme, queria esta con vos (2)
"Antes de casarme, quer�a estar con vos"
Parte II
"La ansiedad mata al hombre" lo escuche alguna vez y no
voy a ser yo quien niegue eso, solo fue mediod�a de trabajo, mejor dicho, un
interminable mediod�a de tedioso trabajo y casi muero de las ganas que tenia de
ir a casa para poder estar nuevamente con la mujer que casi me hace perder la
cabeza y dejar todo por ella en solo un fin de semana�, SI�, aunque suene a
locura, es lo que me pas� o mejor dicho nos pas�.
Por fin llegu� a casa, salimos juntos para almorzar, nos
escapamos en busca de alg�n lugar alejado como dos verdaderos amantes, las
miradas c�mplices daban un matiz muy especial al ambiente que se generaba entre
bocado y bocado, no hab�a conocidos y pod�amos estar tranquilos y parec�amos una
pareja de novios melosos, aprovech�bamos para rozarnos dando inicio al juego de
seducci�n y excitaci�n mutua, sab�amos que el postre �ramos el uno para el otro
y no hab�a ning�n apuro por volver, pues el fin de semana ya hab�a comenzado
para nosotros.
La paciencia y la tranquilidad se termin� en el mism�simo
momento de subir al auto, la locura, el deseo, la ansiedad y el inconsciente
mismo se adue�o de nosotros, las caricias, los besos, el manoseo, la lujuria
fueron parte del viaje de regreso, estaba en gran desventaja, pues unas de mis
manos deb�a conducir, la otra alternaba entre la palanca de cambio y el cuerpo
ardiente que ped�a m�s y m�s, por su parte una de sus manos me desabrochaba uno
a uno los botones de la camisa, la otra se deslizaba por entre el cierre de mi
pantal�n y sus labios me besaban parte del cuello y mi pecho, de tanto en tanto
nuestros labios se encontraban y nos fund�amos en un beso largo y profundo, lo
que, a pesar de querer llegar r�pido a casa, tuve que orillarme un par de veces
para no chocar.
Bajamos casi corriendo, entramos a casa, entre empujones,
besos y desesperaci�n nos desnudamos, para dejarnos caer rodando por el piso y
en medio de jadeos y caricias comenzamos a hacer el amor, su cuerpo qued� encima
y comenz� una cabalgata que era alternada con el baile del vientre y de vez en
cuando un poco de ula ula, una combinaci�n infernal que me llevo desde la locura
al delirio hasta hacer que todo mi ser se inunde de goce y placer, aprovechando
la posici�n en la que est�bamos, mis manos no dejaban de explorar cada mil�metro
de ese cuerpo escultural que la naturaleza tan gentil y proporcional la hab�a
obsequiado, nuestros sexos sin mucho esfuerzo lograron sincronizarse y el bombeo
de entrar y salir se hizo cada vez mas firme y acompasado, de repente todo fue
magia, el ambiente se llen� de un sonido que no era otra cosa que un gemido que
se fue convirtiendo en grito y comenz� una cadena fant�stica de orgasmos que
inevitablemente hizo que yo explote al igual que un pozo petrolero, ba�ando toda
la caverna vaginal de una cantidad incre�ble de semen, todav�a lat�a dentro de
ella cuando cayo sobre mi pecho, sellando tan magn�fico momento con un suspiro
largo y profundo�
Nos fuimos a ba�ar juntos, bajo el agua de la ducha
nuevamente hicimos el amor, era inevitable decirnos cosas dulces a cada
instante, nos jabonamos el uno al otro y entre caricias y mimos le propuse irnos
a pasar el fin de semana lejos de la ciudad; le encant� la idea, de esa manera
estar�amos tranquilos y lejos de toda posibilidad de que nos molesten e
interrumpan.
Nos fuimos a un lugar que se llama La Granja, queda en
Huacalera, a unos 100 km. de la capital de Jujuy, justo por ah�, pasa el Tr�pico
de Capricornio, el que conoce me sabr� dar la raz�n de que es un lugar
fant�stico y el que no conoce, si quieren tranquilidad, anoten como alternativa
de alg�n pr�ximo viaje, la atenci�n es genial y el lugar tiene ese toque
especial de ambiente familiar, hasta da la sensaci�n de que el tiempo se detuvo
y por las noches las estrellas y la luna parecen estar mas cerca. La vista que
ten�amos desde la habitaci�n era una pintura a la imaginaci�n y la ambientaci�n
hacia juego con todo el paisaje, una peque�a sala, una habitaci�n amplia con una
cama ancha, de respaldares firmes, mezcla de hierro con madera y un ba�o que
estaba coronado con una ba�era que se ve�a c�moda y espaciosa, formaban el
escenario perfecto que ser�a el mudo testigo de la mayor perdici�n de locura,
deseo, sexo y amor.
La noche lleg� por fin y luego de una deliciosa cena, fuimos
a la habitaci�n a escribir un nuevo capitulo de "Las mil y una noche - La
entrega total", ambos dedicamos mucho tiempo al cuerpo del otro, fueron muchos
los mimos y mas aun las caricias, no hubo resistencia de la ropa, pues no hacia
falta cubrir ninguna de nuestras partes, nos bes�bamos sin importarnos el
tiempo, ambas lenguas jugaban a entrelazarse, a enredarse y anudarse, para luego
emprender el camino de regreso�, nos abras�bamos como si fu�ramos anacondas
luchando con su presa, gir�bamos, rod�bamos por la cama, por el piso y si
hubi�ramos podido seguramente tambi�n por el techo�, la uni�n era tal que ni un
alfiler tenia espacio entre nuestros cuerpos... y as�, en la m�s intimas de las
fusiones, fui penetr�ndola mil�metro a mil�metro hasta llegar a lo m�s profundo
de su ardiente y h�meda cavidad vaginal�, luego.., luego fue solo entrega y
placer�, no hab�a motivos para apurarnos, cada movimiento era una caricia m�s,
sal�a muy suavemente de su interior para regresar el movimiento de igual manera,
hasta se podr�a decir que todo suced�a en c�mara lenta.
El tiempo no tenia la menor importancia, solo est�bamos el
uno para el otro, por primera vez entend� por completo la frase "el arte de amar
y ser amado", el orgasmo de ambos fue mutuo y culminante, nuestros cuerpos se
contorsionaron manteniendo la sincronizaci�n, no se despegaban y las caricias no
solo eran caricias, escrib�amos con nuestras manos y con nuestros labios sobre
nuestros cuerpos el testamento de amor que sent�amos en esos momentos, las
palabras que nos dec�amos solo eran manantial de amor que brotaba de nuestros
labios y nacidas desde lo profundo de nuestro ser, nuestras miradas solo
mostraban la dicha infinita de una felicidad que ven�a a reflejar la mirada de
nuestro coraz�n mismo.
Cuando recuperamos las fuerzas decidimos ba�arnos juntos,
preparamos la ba�era como si todo fuera una ceremonia de amor, no hubo planes de
por medio, solo nos dej�bamos llevar por el momento que viv�amos, la
desesperaci�n de tener el cuerpo del otro fue desapareciendo, sab�amos que el
deseo se estaba haciendo a un lado, para darle paso al amor y a la locura de
pensar en quedarnos para siempre juntos, estando en la ba�era abrazados nos
confesar�amos mutuamente esa idea, dejar�amos al descubierto nuestros
sentimientos y sellar�amos esa locura de amor con la promesa que siempre
intentar�amos estas juntos y amarnos como en ese mism�simo momento.
El fin de semana fue demasiado corto y sucedieron demasiadas
cosas, la imaginaci�n de cada uno interpretar� a su criterio, que hicimos el
amor de todas las maneras que pudimos y en todos los lugares que tuvimos la
oportunidad de hacerlo, rompimos las ataduras de decirnos "Te amo" y no dejamos
de mimarnos, sab�amos que cada minuto que pasaba, era un minuto menos. Mejor no
hablar de lo que fue la despedida, prefiero terminar el relato del mejor fin de
semana de mi vida, simplemente diciendo que "No existe hacer el amor entre
dos enamorados, porque el amor entre ellos ya esta hecho"
Mi nombre es Edgardo y juro por mi vida que lo que relat� es
verdad. Gracias a los comentarios y a los que se comunicaron conmigo por mail.
Las amo a todas. ED.
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Relato: Antes de casarme, queria esta con vos (2)
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