Relato: Excesos No se que tiene la mediana edad avanzada, pero desde que
cumpl� los cincuenta estoy salido a todas horas, bueno, salido de pensamiento
porque lo que es de acci�n, me dedico a dar dos gatillazos de cada tres intentos
que tampoco es una mala media por lo que hablo con mis amigos. La verdad
levantarse se levanta pero vuelve a mirar para abajo al menor fallo de
concentraci�n y hasta otro d�a, si tengo ocasi�n y los vientos soplan
favorables, que no siempre ocurre.
Que existe la Viagra me dice un amigo y all� que me voy al
m�dico trag�ndome la verg�enza a decirle que se me pone morcillona en lugar de
dura y que estoy hasta los cojones de comer co�os cuando se constata
fehacientemente que he tenido d�as mejores, claro uno es un caballero, las
mujeres no tiene la culpa, esto no es obst�culo para que tu no disfrutes y dem�s
pijadas por el estilo. El m�dico aguanta una risita disimulada con toses y
sonarse la nariz y pone en pr�ctica el manual... Todo lo que me gusta es por
principio malo, el pan, las grasas, los embutidos, engordan y aumentan el
colesterol y claro circula peor la sangre y llega menos a donde tiene que
llegar, el tabaco tiene riegos para el coraz�n y hace que los pulmones filtren
menos aire, el alcohol crea un estado e euforia pasajero, vamos que me dedico a
vender sue�os y la realidad es diferente. Joder le digo al menos puedo comer
marisco que es afrodis�aco, todo mi gozo por los suelos, el marisco aumenta el
�cido �rico, los ri�ones no filtran la orina y adem�s produce gota que es muy
dolorosa. Resultado, a comer verduras, poca carne, nada de alcohol, hacer
ejercicio moderado y si dentro de dos meses los an�lisis no dicen lo contrario
me recetar� Viagra. El tabaco tambi�n me lo quit� pero ah� me plant�, algo tiene
que dejarme para que pueda seguir consider�ndome persona.
Dos meses de ayuno y abstinencia, parec�a cat�lico
practicante, vuelta al m�dico, sermones sobre su uso y efectos secundarios, no
tomar m�s de dos por semana, revisiones cada dos meses, tarara, tarara. Salgo
con mi receta, el mundo es m�o.
Quedo con unos amigos para el viernes, nada del otro mundo,
una cena bien regada, unas rayitas y con el Montecristo al morro al mejor
puticlub de la zona que sab�amos de buena fuente que hab�a unas brasile�as de
esas de calendario de taller mec�nico. Discutimos durante la cena a que hora
tomaba la pastilla, al final triunf� la corriente maximalista, era mejor pecar
por exceso que por defecto: media pastilla cada 2 horas y si no hace efecto
aumentar� la dosis, que un d�a es un d�a.
Ya en el puticlub unos cubatas, ver un par de stripteases,
vaya palabreja, unas t�as desnud�ndose en el escenario resumiendo y mi hermanita
que empieza a dar se�ales de vida, al ataque. Hablamos con dos brasile�as y tres
de nosotros decidimos montar una obra de teatro con ellas. Desde los cuarenta no
me sent�a tan bien, me cepill� a las dos me corr� sin problemas y que segu�a
levantada. Cuatro o cinco cubatas m�s adelante me encontraba viendo el
espect�culo que montaba un amigo m�o en el escenario luciendo barriga y luchando
para meter mano a la rusa que se desnudaba y me dije, me tomo otra pastilla y me
llevo a dos a la cama para lo que queda de noche. Dicho y echo, me encamo con
las dos, Rocco un puta mierda al lado m�o, quedo como un se�or y, de repente, el
para�so, veo colores que van y vienen, me parec�a que flotaba la sensaci�n de
felicidad extrema.
A los cinco d�as me despierto y todo me resulta extra�o, no
me extra�a, estaba en la UVI de un hospital con m�s de diez tubos y cables por
todos los sitios. Una embolia me ha dejado paralizado el lado derecho y nadie me
entiende al hablar, de follar es mejor no hablar y dentro de tres meses me han
dicho que saldr� del centro de rehabilitaci�n pero estoy content�simo he tenido
mucha suerte, soy zurdo.
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Relato: Excesos
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