Llegando m�s all�.
A los pocos meses de mi primera experiencia de sexo en grupo,
tuve que viajar a otra ciudad por motivos de trabajo. Al principio la idea me
disgust�, ya que para esa semana ten�a unas cuantas cosas preparadas con �lex y
Tania. Luego pens�, que as� conocer�a esa ciudad, con los gastos pagados y sin
preocuparme de limpiar o cocinar.
La cosa no fue tan bien como esperaba, apenas ten�a tiempo
para dormir y poco m�s. Por suerte, el viernes termin� con el trabajo, y mi
vuelo no sal�a hasta el domingo, as� que me prepare para disfrutar de lo noche
en aquella gran ciudad. Recorr� las zonas de marcha, mirando bares, discotecas,
y dem�s lugares de ocio. Entr� en una discoteca donde el ambiente no me gust�
demasiado, m�sica electr�nica, y m�s que bailar la gente iba dando saltos.
Estuve un rato y me march� a otro sitio donde hubo m�s suerte, se trataba de un
local en el que pon�an m�sica de los ochenta. Lo cierto es que all� desentonaba
un poco, la media de edad de la gente que andaba por la discoteca, deb�a ser
unos diez a�os mayor que la m�a.
Me acerqu� a la barra y ped� una copa, mientras la tomaba, me
dedicaba a observar a la gente, unos bailando, otros mirando a las chicas que
est�bamos por all�, otros d�ndose el lote, y los que no ten�an tanta suerte,
trataban de encontrarla. Cuando termin� mi copa, decid� unirme a los que
bailaban, me dirig� a la pista, y comenc� a moverme al ritmo de la m�sica. Ten�a
la sensaci�n de que nadie exist�a, s�lo un gran vac�o y yo.
El vac�o no dur� demasiado, se acerc� un chico que se uni� a
mi baile, lo hac�a bastante bien. F�sicamente no era nada del otro mundo, pero
me gust�. Estuvimos bailando un buen rato, poco a poco �bamos acerc�ndonos cada
vez m�s, dando paso a las risitas, las miradas y ese tipo de cosas.
-�C�mo te llamas?-pregunt� acercando su boca a mi oreja
-Gloria, �Y t�?
-Miguel, encantado Gloria-diciendo esto me plant� los besos
de rigor. Bailamos un rato m�s, hablando de las cl�sicas tonter�as de las que se
hablan en esas situaciones.
-Pero muchacho, llevamos un buen rato busc�ndote-dijo alguien
que se dirig�a a nosotros desde atr�s-ah, lo siento, no sab�a que estabas
acompa�ado.
-Tranquilo Lucio, mira, est� es Gloria-tras la presentaci�n,
hablamos un poco. Lucio era algo mayor que Miguel, luego supe que uno tenia
cuarenta a�os y el otro treinta, pero eso s�, cuarenta muy bien llevados.
-Bueno Miguel, all� me quedo con Andr�s y Jos�.
-De acuerdo, luego hablamos-tras despedirse de nosotros,
Lucio se acerc� a una mesa donde esperaban los otros dos chicos.
-�Vinieron de celebraci�n?
-Mas o menos, es que resulta que apenas podemos vernos, as�
que una o dos veces al mes, salimos todos juntos.
-Ah bueno, si quieres podemos ir con ellos
-�No te importa?
-No, tranquilo. Adem�s, seguro que as� lo pasamos
mejor-Aunque no lo parezca, no hab�a doble sentido en mis palabras. Al llegar a
la mesa, Miguel me present� a los dos chicos que a�n no conoc�a, parec�an de la
misma edad, dos chicos normales, aunque Andr�s era bastante m�s atractivos, y el
que m�s me gust� de los cuatro. �l ten�a treinta y cuatro a�os, Jos� uno menos.
Pasamos un rato hablando, entre risas, bromas, alg�n roce que otro, y coqueteos.
-�Quieres bailar?-Dijeron Miguel y Andr�s al un�sono, lo que
despert� las carcajadas del resto.
-Muy bien, pues vamos los tres, la pista es grande-diciendo
esto, me levant� cogi�ndoles de la mano y los llev� a la pista. All� cada vez
nos peg�bamos m�s, nos toc�bamos levemente lo que pod�amos. De repente, Andr�s
me dio un beso en la boca, metiendo t�midamente su lengua para jugar con la m�a.
Al separarnos, not� que Miguel estaba molesto. Lo cierto es que el chico me
hab�a entrado primero, y se sent�a defraudado.
Sin m�s miramiento, rodee su cuello con mis brazos, d�ndole
un beso similar al que hab�a dado Andr�s un momento antes. En ese instante,
comenz� a rondarme por la cabeza una idea alocada, por lo que decid� dejarme
llevar.
-Podemos pasarlo muy bien todos juntos-Le dije a ellos dos,
mirando de reojo a la mesa en la que se encontraban sus amigos, que segu�an all�
sentados con cara de sorpresa, y eso que todav�a ignoraban lo que les �bamos a
proponer. Andr�s y Miguel se miraron con complicidad, una mezcla entre disculpa
y lujuria, comenzando a meterme mano sin ning�n pudor, bes�ndome
alternativamente.
-�Quieres que vayamos a mi casa?-pregunt� Miguel,
visiblemente excitado y esperanzado.
-Bueno, �Y vamos a dejar aqu� solos a Lucio y a
Jos�?-definitivamente, estaba descontrolada. Me miraron con cara de asombro.
Andr�s fue a comentarle algo a los otros dos, qued�ndome con Miguel en medio de
la pista.
Lucio y Jos� salieron r�pidamente del local, Andr�s vino a
avisarnos de que todo estaba preparado. Los tres salimos agarrados, una vez
fuera, Jos� se acerc� y me dio un beso, se apart� sin decir nada, dando paso a
Lucio.
-Creo que vamos a pasarlo muy bien, �Verdad?, preciosa.
-Espero que est�n a la altura-Lucio me sonri� con malicia,
tras o�r mi inesperada respuesta.
Nos dirigimos al coche de Miguel, Lucio ocup� el asiento del
copiloto, yo qued� en el de atr�s, flanqueada por Andr�s y Miguel, quien pidi� a
Jos� que condujese. Durante el corto trayecto a la casa de Miguel, no pararon de
tocarme donde pudieron, aunque yo trataba de calmarlos para que guardasen todas
esas ganas, y derrocharan su excitaci�n sobre m� en el momento oportuno.
Una vez en la casa, que por cierto era bastante grande y
ostentosa, no pararon de pasarme manos por el culo y el pecho, a medida que nos
acerc�bamos a la puerta. Tras cruzar el recibidor, quedamos ante un gran sal�n,
con una alfombra de considerables dimensiones, sobre la cual hab�a una peque�a
mesa de cristal, rodeada por uno de esos sillones que hacen curva.
Jos� y Miguel no tardaron en apartar aquella mesa, mientras
tanto, Lucio y Andr�s hicieron que mi vestido quedase hecho un ovillo a mis
pies. Me cogieron en brazos, coloc�ndome en el centro de la sala. Los cuatro
quedaron de pie alrededor de m�, me levant� del suelo, le di un beso a Miguel a
medida que le iba desabrochando la blusa. Por su parte, Andr�s logr� quitarme el
sujetador, mientras que Jos� hac�a lo propio con mis braguitas.
Cuando le quit� la blusa a Miguel, segu� con sus pantalones.
Luego pas� a Jos� y repet� operaci�n. A este le siguieron Andr�s y Lucio.
Mientras iba desnudando a uno, los otros tres me pasaban las manos y las lenguas
por todas partes.
-Bueno querida, creo que es hora de que nos muestres tus
habilidades, que de encantos no podemos quejarnos-Me dijo Lucio empuj�ndome
suavemente hacia abajo. �l era el que parec�a mantenerse m�s calmado, pero a su
vez llevaba la voz cantante.
Sin m�s pre�mbulos, me agach� y met� su pene en mi boca,
deleit�ndole con mis pulidas habilidades, al tiempo que los dem�s me acariciaban
donde pod�an. Cuando termin� con �l, mi dirig� hacia Jos�. Al poco tiempo de
estar probando su miembro, not� que unos dedos acariciaban mi vulva, gir� la
cabeza comprobando que se trataba de Miguel.
Cuando pas� a Miguel, Jos� y Lucio empezaron a penetrarme con
sus dedos, cada uno en uno de los orificios de mi zona media. Poco despu�s
fueron cambiando dedos por lenguas, al tiempo que dejaba en paz el sabroso pene
de Miguel, para ir a por el de Andr�s, en ese momento el �nico desconocido para
m�, y el m�s deseado. Este dej� de chuparme las tetas, labor que desempe�aba
hasta ese momento, intercambi�ndose la tarea con Miguel, al que acababa de
chup�rsela.
Al terminar con Andr�s, Lucio se tumb� en la alfombra, yo me
coloqu� encima, y me introduje su miembro. Jos� se coloc� detr�s de m�, tratando
de vencer la barrera de mi puerta trasera.
-No quiero que se corran, esto tiene que dar mucho juego, ah,
si-dije entre jadeos. Todos asintieron como pudieron, mientras los tres nos
mov�amos lentamente para acompasarnos. Andr�s y Miguel se colocaron delante de
m�, para que pudiera �rselas chupando, ya fuese altern�ndolas, o metiendo ambos
glandes en mi boca.
Mi primera doble penetraci�n, y primera org�a, estaba
resultando genial. No tard� mucho en alcanzar mi primer orgasmo. Supongo que mis
"simulacros" con �lex y Tania, hab�an servido para que en ese momento me
sintiese relajada.
Al notar que los profanadores de mis orificios estaban algo
tensos, pens� que ser�a buena idea cambiar de pareja de machos. Miguel se coloc�
debajo de m�, mientras que Andr�s lo hizo por encima. Jos� y Lucio recibieron
los cuidados de mi boca, aunque de una forma relajada y pausada para no
precipitar sus orgasmos, aunque el segundo de mi cuenta llegaba en ese momento.
Andr�s no tard� en ralentizar sus movimientos, as� que volv� a dar la orden de
cambio de parejas, volviendo a la inicial, con la salvedad de que Jos� se puso
debajo, mientras Lucio disfrut� de mi trasero. Este encuentro fue m�s breve,
igual que el siguiente con Andr�s y Miguel, quienes tambi�n intercambiaron
orificios.
-Muy bien mis machitos, se han portado como buenos chicos, y
muy obedientes-les dije mientras me levantaba y les daba sus besos con lengua a
cada uno de ellos-ahora recibir�n su ansiado premio-les dije coloc�ndome con la
pelvis casi al borde de la curva del sill�n, acomodada en un coj�n.-Bueno
Miguel, espero que seas un buen anfitri�n.
-El mejor, ya lo ver�s cari�o-diciendo esto, se coloc� entre
mis piernas. Tras apenas un par de movimientos, se corri� dentro de m�. El chico
llevaba bastante tiempo aguantando, encima hac�a unos instantes hab�a estado
disfrutando de mi culo.
-Bien Lucio, te toca-pens� que ser�a mejor dejar a Andr�s
para el final, ya que acababa de hacerlo con �l, y estar�a en las mismas
condiciones que Miguel. Lucio hizo lo propio. Tras hacerlo desesperadamente
mientras me chupaba el cuello, dej� su semilla en mi interior.
A Jos� no tuve que decirle nada, seg�n se retir� Lucio, se
abalanz� sobre m�. Parec�a un pulpo, y su ansia le llev� a terminar justo antes
de mi tercer orgasmo.
-�Andr�s, date prisa, lo necesito!-grite desesperada, �l se
coloc� en posici�n, quedamos totalmente abrazados. Puse mis piernas tras su
espalda, con miedo a que me dejase a medias, cosa que no hizo, ya que bastaron
pocas embestidas para que llegase ese orgasmo, el suyo no se hizo de rogar.
Cuando terminamos, quedamos los cinco tirados por el sal�n,
que estaba impregnado por la atm�sfera del sexo. Yo qued� junto a Miguel, que
estaba algo m�s cari�oso que los dem�s.
-Miguel, tenemos que irnos, �Nos dejas el coche para
volver?-pregunt� Lucio mientras se vest�a, Andr�s hac�a lo mismo.
-Claro, pero vuelvan a tra�rmelo ma�ana, eh-result� que esos
dos estaban casados, y Jos� ten�a novia, el �nico soltero era Miguel. Los dos se
despidieron de m� con un nuevo beso, y un �ltimo magreo en mis senos.
-Miguel, �Podr�a darme un ba�o?
-Si quieres podemos darnos uno los tres, este condenado tiene
jacuzzi-dijo Jos� riendo.
-Por m� no hay problema, despu�s de todo lo que acabamos de
hacer, tampoco iba a estar poni�ndome pudorosa.
-Pues no se hable m�s, al jacuzzi, sentenci� Miguel.
Una vez all�, totalmente relajados, continuaban las risas y
los comentarios cargados de doble sentido, estaba pas�ndolo muy bien. De
repente, Miguel empez� a estrujarme el pecho, yo le bes�, e incorpor�ndome un
poco, agarr� su erecto miembro bajo el agua. Jos� no perdi� el tiempo, se peg�
detr�s de m�. Pod�a notar su pene lleno de vida, frot�ndose en mis nalgas. Sin
pensarlo dos veces, me mont� sobre Miguel, Jos� se levant� para acomodarse
detr�s de m�. Este tr�o era muy excitante, el componente de todas esas burbujas
a nuestro alrededor le daba un toque especial. Nos mov�amos bastante m�s deprisa
que en los anteriores, Miguel no separaba sus labios de los m�os.
Jos� y yo tuvimos un orgasmo casi simult�neo, Miguel aguant�
un poco m�s. Una vez dimos por finalizada la sesi�n de sexo, Jos� se tendi� en
la cama de Miguel, este y yo tardamos un poco m�s en entrar en el dormitorio.
-Gloria, ma�ana cuando se vaya Jos�, me gustar�a tenerte a
solas, �Qu� te parece?
-Que mejor vamos a la cama, y ma�ana ser� otro d�a-la
contestaci�n pareci� no gustarle mucho.
Al acostarnos, les di un besito de buenas noches a cada uno,
para acabar quedando tumbada entre los dos. No pas� mucho tiempo hasta que not�
que estaban dormidos, as� que me levant�, cog� mi vestido, mi bolso, y mis
zapatos y me largu�. No pude encontrar mi ropa interior, supuse que Lucio,
Andr�s, o ambos se la habr�an llevado como recuerdo. Estaba a punto de amanecer,
tuve suerte de encontrar un taxi dejando a unas chicas en la casa de al lado,
as� que lo cog�, y me dirig� al hotel para preparar la vuelta a mi ciudad.
Me habr�a gustado disfrutar de una ma�ana de sexo con Miguel,
pero su actitud me estaba preocupando, as� que prefer� marcharme de esa manera,
sin dejar huella. No sent� ning�n remordimiento por haber pasado una noche de
lujuria con cuatro chicos a los que acababa de conocer. Definitivamente, hab�a
llegado m�s all�.
Despu�s de aquello, pens� que mejor ser�a sentar la cabeza,
temiendo descontrolarme del todo. A estos cuatro chicos no volv� a verlos en mi
vida, empec� a salir con un compa�ero de trabajo con el que acab� cas�ndome y
teniendo dos hijos.
A lo que no pude renunciar, fue a mis encuentros con Tania y
�lex, o con Tania a solas. Llegamos a comentar la posibilidad de meter a mi
marido en el ajo, pero seguramente no lo habr�a entendido, as� que se qued�
fuera.
Con mi hermano no volvi� a pasar nada, el rehizo su vida y no
tard� en convertirme en t�a. Mis padres llegaron a enterarse de lo que pas�
entre nosotros, se llevaron un gran disgusto, llegando a dejar de hablarnos
durante un tiempo. Nos acabaron perdonando, entendieron que atraves�bamos un
momento dif�cil, aunque eso no nos excusaba. Eso si, hac�an todo lo posible para
que no nos qued�semos solos.
A Javier, el chico con el que perd� la virginidad, tampoco
volv� a verle, ya que volvi� a su tierra al acabar los estudios.
A Daniel, el que minti� sobre m�, llegue a verle alguna vez,
aunque ni nos saludamos. Eso s�, el rumor que difund� con ayuda de mis amigas,
no qued� s�lo en eso.
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, as�
que usen preservativo. De lo contrario, no hay premio.
Fin.