Relato: Gordo en vacaciones (3)





Relato: Gordo en vacaciones (3)


GORDO EN VACACIONES (3)


�LTIMO CAP�TULO: FINAL INESPERADO




Tras quitarse la minifalda, y quedando solamente con la calza
como �nica prenda que le cubr�an a�n sus partes m�s privadas y ocultas, tom� la
posici�n como de estar sentado directamente sobre mi cara, para dejarme todo su
enorme trasero a mil�metros de mi rostro.


Con un gran cuchar�n en su mano derecha la llen� de ensalada
de frutas, y con su izquierda se abri� la calza por detr�s, dejando caer el
postre directamente sobre su culo y por dentro de la prenda.


Mis ojos se abrieron descomunalmente, porque ni hab�a
siquiera imaginado esa posibilidad, pero ahora mi mente ya se estaba adelantando
a pasos agigantados a lo que seguir�a a continuaci�n.


Estaba completamente seguro que no iba a salir de esa cama
sin tener alterado completamente todo mi sistema nervioso, pero eso en realidad
me importaba muy poco porque estaba disfrutando absolutamente de todo y con
todos mis sentidos.


La fruta se desliz� por dentro de la lycra, manch�ndola con
sus colores.



�rsula acerc� su traste lentamente a mi rostro, y cuando ya
estaba resignado a que deber�a hacer alg�n esfuerzo como antes para llegar a
semejante manjar, ella se sent� literalmente sobre mi rostro, aplastando con su
culo la fruta contra mi boca y nariz embadurn�ndome con su pulpa y sus
respectivos l�quidos.


Intent� lamer y chupar todo el jugo posible que le chorreaban
por los gordos muslos. Se lo hice notar, levant� uno de ellos y los puso a
disposici�n de mi lengua que la sec� r�pidamente. A continuaci�n realiz� lo
mismo con el otro, que sin ning�n sacrificio de mi parte igualmente lam� y chup�
hasta dejarlo igualmente limpio.


El sabor era b�sicamente de jugo de naranjas con mezcla de
otras frutas. Todas ellas estaban all� parcialmente visibles dentro de la prenda
transparente, y yo intentaba distinguir a qu� fruta correspond�a cada uno de los
trozos que estaban apretados contra sus nalgas.


Me introduje un pedacito dentro de la boca al azar con la
prenda incluida. La chup�, y sent� el sabor del durazno. Cuando cre� quitarle
todo el jugo, la apret� con mis labios, y segu� succionando hasta absorber casi
toda la pulpa, pasando a continuaci�n a realizar el mismo trabajo con otra
fruta, y luego otra, y despu�s una m�s, y continu� haci�ndolo con ganas de
quedarme con toda la porci�n disponible. Manzana, ciruela, frutilla, naranja,
anan�, pera y kiwi fueron f�cilmente absorbidas por mi golosa boca, que de tanto
en tanto se sorprend�a por un arrebato de locura de �rsula, que me refregaba su
agujero nuevamente por sobre la boca y nariz, el cual me hac�a desesperar por no
poder romperle la calza y saborear la fruta que se le impregnaba en el mism�simo
orificio anal con cada embestida.


El s�lo pensar en que la gorda parec�a que estuviera
defecando la fruta que yo me estaba engullendo, me hizo casi llegar al �xtasis.
Al ver un gran bulto sobresaliendo de su calza por el trasero, me resultaba por
dem�s er�tico teniendo en cuenta lo excesivamente caliente que estaba.


La �nica fruta que no pude hacer pasar por la prenda de lycra
fue la banana. Le quit� todo el jugo que ten�a impregnado de otras frutas, y la
chup� conociendo de antemano que ni una sola gota propia se desprender�a de
all�, simplemente porque no la ten�a.


Fue en el momento en que pens� que ya hab�a consumido todo lo
disponible, que �rsula se baj� repentinamente la calza por detr�s, dej�ndome al
borde de un ataque card�aco por lo imprevisto de la situaci�n, y por ver lo muy
profundo de su raja de donde continuaba goteando el l�quido frutal.


"Voc� ainda quer mais?" Pregunt� como si hubiera otra
respuesta a su pregunta, y nuevamente se dej� caer sobre mi boca que comenz� a
chupar desesperadamente en todas direcciones mientras la lengua estaba
enloquecida lamiendo cada parte de ese delicioso trasero.


No ve�a ni siquiera un solo vello tampoco en esa parte de su
cuerpo, y no pod�a ver m�s all� de la prenda que dejaba al descubierto semejante
raja hasta su agujero negro.


Ya no pensaba en absoluto en mi miembro que continuaba de la
misma forma, estando al borde mismo del colapso.


Introduje la lengua lo m�s profundo que pude, y not� c�mo su
orificio me invitaba a penetrarlo. Lat�a enloquecidamente cada vez que la punta
de mi lengua lo rozaba. Hice presi�n all�, y apenas logr� meter la puntita pero
como el esfuerzo que hac�a por llegar era descomunal, muy a mi pesar m�o desist�
de continuar con el intento.


"�rsula, tengo ganas de orinar." Dije cuando finalic� de
secarle todo el ano.


"Ainda asim? Voc� no poder� esperar um poco mais? Ainda no
finalizo con voc�." Me dijo como para que me dejara de molestar que todav�a
ten�a m�s cosas en mente.


Tom� nuevamente el cuchar�n, la carg� con m�s ensalada de
frutas, y esta vez, se abri� la calza por delante, y la descarg� directamente en
su entrepierna.


Los latidos de mi coraz�n se incrementaron porque adivin�
como iba a terminar esa acci�n, finalmente iba a conocer sus genitales que hasta
ese momento eran todo un misterio absoluto para mi.


�rsula gir� 180 grados, dej�ndome el bulto tremendo, ahora de
su entrepierna, producto de la fruta jugosa que desprend�a cuantioso l�quido por
doquier a meros mil�metros de mi boca,.


Lam� desesperadamente todo lo que estuvo a mi alcance. Desde
ambos muslos hasta su panza que sobresal�a majestuosa por sobre la prenda, ella
se encargaba de ponerlo todo en mi boca y por ende, yo ya no deb�a hacer m�s
esfuerzo que chupar, lamer y mordisquear.


Puso finalmente todo el bulto frente a mi boca y lo apret�
hacia adentro de ella con �mpetu hasta que mi paladar se vio inundado por una
cuantiosa cantidad de esa mezcla de l�quidos.


Segu� chupando una y otra vez. Manzanas, naranjas, frutillas,
duraznos, peras, kiwis, anan�s y ciruelas no se resistieron a la tentaci�n de
ingresar a mi boca a trav�s de la lycra despu�s de mucho esfuerzo de prensar,
triturar y chupar con los labios con mucho �mpetu. Un duro y compacto trozo de
banana qued� abandonado en el camino por no poder extraer de �l nuevamente ni
siquiera una peque�a muestra que pudiera ingresar a mi cavidad bucal, era
in�til, ni siquiera pod�a intentar aplastarlo ni desmenuzarlo. Al hallar un
segundo, me resign� a que iba a ser imposible probar banana en el d�a de hoy,
as� que lo chupe sec�ndolo otra vez, y de repente, not� que �rsula se retorci�
de una forma que no hab�a visto anteriormente.


Segu� buscando m�s fruta, pero ya no era lo mismo. Ella no
reaccionaba de la misma forma. Posiblemente cuando estaba chupando y apretando
con los labios la banana le deber�a estar rozando alguna parte sensible, y
entonces busqu� nuevamente aquel trozo duro e indeformable del pl�tano que hab�a
tenido en la boca hac�a unos segundos y comenc� a repetir la tarea.


Lo lam�, apret� con los labios, chup� y comenc� a succionar
comprobando que efectivamente la banana deber�a estar tocando una parte muy
puntual de la gorda, porque la estaba literalmente matando de placer.


Mordisque�, tirone� hacia m� y volv� a succionar con mucha
fuerza, como para intentar esta vez por lo menos hacer pasar a mi boca aunque
m�s no fuera una part�cula de esa fruta rebelde, la menos jugosa que haya
conocido jam�s, y que segu�a en franca resistencia.


El trozo de banana era diminuto pero me ten�a intrigado el
placer que le ocasionaba. Hasta pens� que la gorda estaba operada finalmente, y
la banana le estaba penetrando los labios vaginales. Entonces lo tom� nuevamente
con los labios, y en lugar de succionarlo para mi, empuj� y lo aplast� contra su
cuerpo como para que le terminara de penetrar la vagina, si eso era lo que en
realidad acontec�a.


Supongo que lo hice, porque la banana se hundi� dentro de su
entrepierna. Qued� mirando con sorpresa, cuando nuevamente la banana apareci�
muy lentamente para ubicarse en el lugar que ocupaba un segundo antes.




Continu� chupando por varios minutos m�s cuando de pronto mi vi sorprendido
cuando la banana comenz� a soltar l�quido caliente dentro de mi boca.


Reci�n en ese instante, me percat� de qu� era en realidad lo
que hab�a estado chupando durante un largo rato. El semen de �rsula era muy
espeso y de poca cantidad, apenas lo que ocupar�a la capacidad de una cucharita
peque�a de t�, pero no tuve dudas de lo que hab�a sucedido, mismo antes de
saborear el delicioso esperma, porque ella lanz� una interminable cantidad de
gritos enloquecidos, al mismo tiempo que una docena de espasmos salvajes y
desesperados casi me hacen temer por mi propia vida, ya que cab�a la posibilidad
de que perdiera el equilibrio y se me cayera encima.


Cuando se hubo calmado, me dio el verdadero postre y
directamente del plato.


Se baj� completamente la calza, dejando a la vista de mis
ojos lo que tanto hab�a anhelado.


Definitivamente, �rsula no ten�a ni un solo vello corporal
fuera de su escasa cabellera verdadera. Ve�a que hab�a afeitado muy bien todo
rastro de pendejos alrededor de su aparato genital.


Los test�culos eran min�sculos, casi como si fueran dos
nueces peque�as, siendo los m�s diminutos que hab�a visto jam�s hasta entonces.
Su pene, ahora encogido, me hizo suponer, que la calza de lycra era la culpable
de mantener esos peque�os genitales aprisionados dentro de su propio abdomen,
habiendo logrado mantenerlos ocultos de mi vista durante tanto tiempo y
haci�ndome incluso dudar de su existencia.


Lejos de darme por vencido por el cansancio que me inundaba,
abr� la boca lo m�s grande que pude y lo mir� con la cara que suelo poner cuando
pido por favor.


Sonri� e introdujo ambos peque�os test�culos al mismo tiempo
dentro de mi boca, los que sabore� sec�ndoles hasta la �ltima gota all�
depositada. Mezcla de traspiraci�n con restos de semen y ba�ados en los jugos de
la ensalada de frutas y los �ltimos trozos de �sta, hac�an las delicias de mi
paladar.


Luego fui directamente y sin escalas por su desaparecido
miembro, el cual lam� delicadamente para quitarle todo rastro de esperma. Me
hubiera gustado que esto fuera una fantas�a para sentir nuevamente su erecci�n
en ese momento sin tener ninguna prenda de por medio fastidi�ndome, pero por
supuesto que eso no ocurri�, y su �rgano no volvi� a emerger. Bueno, esas son
las partes negativas de estar relatando situaciones reales.


"�rsula, por favor, no aguanto m�s. Estoy al borde de
orinarme encima." Dije ya no sabiendo qu� hacer, si seguir manteniendo
inconscientemente erecto mi pene y tratar de retener la orina, que dicho sea de
paso era muy excitante, pero ya insoportablemente torturante, o bien lograr
concentrarme en aflojar todo y dejar fluir mis l�quidos.


La obesa, se sali� de encima m�o, y fue donde mi miembro.


"Qu�tame las esposas, por favor, Edson." Dije como para que
se percatara que ya estaba hablando muy en serio, y que quer�a que todo
terminara en ese momento.


"Ainda soi �rsula." Dijo simplemente, y me tom� el pene a
punto de explotar por primera vez con su mano y se lo meti� en la boca.


Cre� explotar literalmente, pero algo no andaba bien para mi.
Sent� los espasmos y sacudidas propias de la eyaculaci�n apenas sent� que mi
verga se met�a en su cavidad h�meda y caliente, pero sent� la sensaci�n de que
ni una gota de semen sali� por ella.


�rsula segu�a introduci�ndose muy lentamente mi pene en su
boca hasta que sent� tocar fondo. Hab�a llegado a las puertas de su garganta.
Repentinamente y en ese momento, desliz� ambas manos por debajo de mis nalgas,
me los tom� con fuerza y me empuj� hacia arriba, cuando not� que mi glande fue
apretado por algo muy estrecho dentro de su boca. Adivin� que era el comienzo
mismo de su garganta, y exactamente en ese momento empuj� violentamente su
cabeza hacia mi.


El placer de tener algo bien apretado en la punta de mi verga
y que de pronto esa sensaci�n recorri� todo el trayecto hasta el final mismo del
glande, y sentir absolutamente toda la cabeza apretada por el comienzo de su
garganta, hizo finalmente que un hilito de semen comenzara a emanar de mi
miembro en direcci�n a su est�mago sin pasar por su boca.


Nunca hab�a tenido una eyaculaci�n de esta forma, tan
retardada, parec�a en c�mara lenta, y tampoco la hab�a tenido tan interminable.
El hilo de esperma segu�a saliendo sin cesar, a�n despu�s de largo rato de haber
terminado con mis espasmos y convulsiones.


Su boca succionaba, su paladar me apretaba el miembro y su
lengua acariciaban mis test�culos, pero ni una ni las otras iban a conocer el
sabor de mi semen.


Estoy seguro que parecer� incre�ble, pero lejos de finalizar,
mi semen continuaba a�n emanando. Sin prisa pero sin pausa. Posiblemente un poco
m�s cantidad de lo habitual, pero definitivamente demasiado m�s prolongado que
nunca.




Los aros de goma estaban realizando su trabajo y gracias a ellos, en esta
ocasi�n, estaba experimentando uno de los placeres m�s extra�os.


Cuando finalmente finalic� de vaciarme, aunque a�n segu�a
goteando, le ped� nuevamente por favor que me dejara libre porque no pod�a
aguantar m�s la orina.


Lejos de cumplir con mis s�plicas, sigui� chup�ndome el pene
y succion�ndolo fuertemente.


Sin querer creer qu� era lo que se propon�a, y como si yo
fuera el tipo m�s ingenuo del mundo pregunt�:


"Pero quieres que te orine en la boca?"




Asinti� repetidamente con la cabeza.


"Oh, Dios." Pens�.



A mi me gustaba todo lo relacionado con los gordos. Quiero
decir que mearnos encima, olernos la orina, y hasta probarla, apenas conociendo
su sabor estaba todo bien, me excitaba sobremanera, pero nunca se me hab�a
ocurrido tragarla toda.


"Est�s seguro?" Dije neg�ndome a reconocer que efectivamente
eso era exactamente lo que �l quer�a.




Nuevamente asinti� varias veces con la cabeza como respuesta.


Sin aguantar m�s, afloj� el m�sculo que reten�a mi orina ya
que no soportaba m�s, y lejos de salirme los chorros del l�quido dorado
desesperadamente, comenz� a despedir un hilito de l�quido, exactamente igual a
como hab�a eyaculado, y nuevamente sin prisa pero sin pausa.


Mir� at�nito sin poder creer c�mo �rsula se tragaba mi meada.
Lo ve�a pasar por su garganta lentamente y parec�a saborearla.


Euf�rica, chupaba y succionaba como una desesperada, como si
aquello fuera el l�quido vital necesario para seguir viviendo.


Cuando la �ltima gota sali� despedida de mi uretra, �rsula se
quit� lentamente mi pene de su boca tom�ndolo con suavidad para evitar da�arme.


Cuando todo el pene que a�n segu�a con alg�n grado de
erecci�n aunque muy disminuido qued� nuevamente al aire libre, la gorda tom�
ambos aros que ten�an apretados mis genitales, los estir� y los quit�.


Respir� aliviado, y not� que �rsula me tomaba el miembro y se
lo iba a llevar a la boca nuevamente, ya que desped�a el �ltimo y cuantioso
vestigio de semen y orina que hab�an permanec�an atrapados con la presi�n, y que
fluyeron de repente sin previo aviso inmediatamente a posteriori de quitarme los
aros.


Chup� delicadamente, succion� hasta estar seguro que ninguna
gota m�s saldr�a de mi miembro ahora totalmente encogido dentro de su cavidad
bucal, y acto seguido se acerc� a mi rostro y me bes� en la mejilla.


"Voc� gost�?" Pregunt� sabiendo de antemano que mi respuesta
era �nica e incambiable.


Tom� las llaves de las esposas y grilletes de sobre la mesa
de luz, y finalmente me liber�.


Me masaje� ambos tobillos y se acost� a mi lado para hacer lo
mismo con mis doloridas mu�ecas.


Nos besamos apasionadamente por primera vez. Nuestras lenguas
se entrelazaron en una irrefrenable b�squeda de exploraci�n mutua no dejando
ning�n sector sin conocer.



�rsula se quit� la peluca y las pesta�as postizas, y me carg�
hasta el ba�o mientras segu�amos bes�ndonos sin despegarnos las lenguas.


Nos duchamos juntos enjabon�ndonos mutuamente y al mismo
tiempo. Le com� el ano nuevamente en la ducha, y me pregunt� si quer�a sentir su
lengua en el m�o.


Sent� ese gordo y �spero m�sculo ir y venir por mi raja. Era
una sensaci�n que no hab�a experimentado antes. Lami� por todo alrededor de mi
orificio y me lo bes�.


.


Volvi� a lamerme el ano repetidamente, y literalmente me lo
comi�, con lengua, labios y hasta dientes que mordisqueaban suavemente sobre mis
nalgas.


Rode� mi agujero con su lengua que comenzaba a presionar por
entrar a mis entra�as.



Terminamos de ducharnos. Comprob� que no le quedaba jab�n con
mi lengua, como ya es una constante, y ante mi sorpresa, �l hizo lo mismo en m�.


Sonre�.



Volvimos al dormitorio, y la cama estaba hecha todo un
desastre. Cambiamos las s�banas, e introduje las sucias en el lavarropas junto
con todas las prendas de �rsula.


Edson se volvi� a poner la peluca y las pesta�as, se maquill�
un poco, se pint� los labios, y nos acostamos. Nos abrazamos y besamos
dulcemente, y as� mismo nos entregamos a los brazos de morfeo.







De pronto despert� sobresaltado, sin saber qu� hora era y sin
intentar siquiera averiguarlo fui al ba�o a orinar.





Al volver, mir� a la gorda que roncaba sonoramente sobre mi
cama, y sonre�. Sus labios dibujaban una sonrisa que me hizo enternecer. Era la
primera vez que compart�a mi lecho con un obeso totalmente an�nimo y con aspecto
de mujer. Uno que hab�a encontrado apenas ese mismo d�a, y que ya desde el mismo
instante en el que hubo el primer contacto f�sico con el apret�n de manos, me
hizo anhelar tenerlo a mi lado como si nos conoci�ramos de a�os, con el agregado
extra de que parec�a realmente una mujer obesa.


Ni un solo vello en el cuerpo, ni siquiera en los genitales
que estaban prolijamente afeitados. Tama�o de pechos que podr�an hacer morir de
envidia a muchas mujeres ya que eran totalmente naturales. Nada de siliconas ni
cosas raras. Tetas de verdad, como deben ser, gordas y riqu�simas con pezones
grandes, gigantes como a mi me gustan y exquisitamente sabrosos. Un culo
infartantemente redondeado, con una raja profunda e igualmente deliciosa. Unos
muslos fuertes, igualmente lampi�os y todo con el agregado de poseer un
bronceado oscuro y permanente en toda su piel, incluso en sus partes m�s �ntimas
y escondidas, por lo que sospechaba que era asiduo concurrente a alguna playa
nudista de Brasil.


Pero no deseaba suponer m�s, ni siquiera imaginarme, y mucho
menos preguntar para no averiguar m�s nada de ella que lo poco que ya sab�a.
Todo para que Edson siguiera siendo mi obeso an�nimo. Ya me quedaba claro que el
final iba a ser irreversible, pero sin sorpresas esta vez, por lo que nuevamente
me dispuse a disfrutar al m�ximo sin condiciones ni reproches de ninguna �ndole.


Cierto era que nunca hab�a fantaseado con una mujer obesa y
ahora ten�a pr�cticamente a una a mi entera disposici�n. Una que me hab�a
prometido ser mi mujer por el resto de las vacaciones. Sin pedirme nada a
cambio, solamente buscando compensarme lo amable que hab�a sido con ella. La
llamo "Ella", s�, porque �l me hab�a dicho que quer�a ser mi "putinha" y que me
refiriera a �l como si fuera una mujer.


Pero segu�a siendo an�nima, y yo quer�a que se mantuviese
as�.


No conoc�a de ella nada m�s que su nombre. Y sinceramente, en
esta oportunidad no quer�a saber absolutamente m�s nada. Ni de qu� ciudad era
oriunda en el pa�s norte�o, ni qu� ocupaci�n ten�a, ni con qui�n compart�a su
casa o su vida, o absolutamente nada de nada. Simplemente quer�a disfrutar de
esta gordota as�, sin tener la oportunidad de enamorarme otra vez. Por eso
necesitaba mantenerla lo m�s an�nima posible.


Reconozco que ese es un gran problema m�o, porque
habitualmente encuentro a la persona obesa que me atrae, y cuando la conozco
mejor, inevitablemente me enamoro de ella. Ah� comienzan mis complicaciones.
Disfruto la compa��a de mis gordos y siempre sucede algo que me impide seguir
con la relaci�n. En este caso espec�fico, ya sab�a el desenlace de antemano,
Edson iba a volver a su pa�s al finalizar las vacaciones, y seguramente nunca lo
volver�a a ver en el futuro. Esto tambi�n era ins�lito y totalmente novedoso en
mis relaciones hasta ese momento. Todas las veces anteriores fui incapaz de
vislumbrar c�mo ir�an a progresar mis relaciones, y nunca tuve real noci�n de
c�mo iban a terminar, porque sinceramente siempre pens� que las relaciones que
comenzaba ir�an a ser para siempre. Ahora contaba con la ventaja de poder
disfrutar de mi gordo mientras estuviera aqu�, por el lapso de tiempo conocido y
limitado. No iba a haber quejas al respecto, porque las reglas estaban fijadas
de antemano, claras y concretas. Nada de suspenso en esta oportunidad, ni de
finales sorpresas.


Ahora, como lo �nico que quer�a era paz y tranquilidad, y
como en el camino nunca puedo desaprovechar ni descartar un gordo, y mucho menos
cuando se me ofreci� casi en bandeja en esta oportunidad, prefer�a que siguiera
siendo tan an�nimo como hasta ese momento.


De todos modos, su carita no dej� de enternecerme.


Me met� nuevamente a la cama que estaba caliente. Le roc� el
torso desnudo con los dedos, y era su cuerpo el que desped�a ese calor. Dese� en
ese mismo instante que fuera invierno en vez de verano, para poder calentarme
junto a ella en una noche g�lida. La sola sensaci�n me hizo erizar todo el
cuerpo.


Abrac� esa humanidad y los ronquidos no cesaron.


Bes� su mejilla, y continu� con sus p�rpados y frente.


Quit� completamente la s�bana que la cubr�a, y dej� al
descubierto su tremendo cuerpo sabroso que yac�a de perfil y de frente a mi,
apoyado sobre su costado izquierdo. Su transpiraci�n brotaba de sus poros a
raudales. Lo sequ� con la lengua, y me detuve en sus rodillas que permanec�an
apoyadas una sobre la otra. Le levant� la pierna derecha para despegarle los
muslos, y lam� all�. Observ� que sus test�culos estaban apretados contra su
vientre, y su miembro estaba completamente oculto dentro de su abdomen.


La sensaci�n causada por ver sus �rganos genitales
masculinos, aunque diminutos, cuando ya me estaba haciendo a la idea de que la
persona que ten�a en mi cama y a mi entera disposici�n era una de las gordas m�s
lindas que jam�s hab�a visto, me llen� de morbo y excitaci�n nuevamente.


Hurgu� con lengua y labios en su zona p�bica, aspirando el
aroma que desped�a, ya que el hacerlo siempre me proporcionaba una excitaci�n
extra.


Met� dentro de mi boca un test�culo, lo chup� como quien lo
hace con una golosina, frotando la lengua contra �l, y acto seguido realic� el
mismo procedimiento con el gemelo. Una vez finalizado, y sin avizorar que mi
hu�sped fuera a despertar, hurgu� con dos dedos por sobre ellos buscando el
orificio de su pene. Introduje ambos hacia ese agujero, buscando despertar una
cabecita que ya conoc�a como deliciosa. Fui muy profundo, localic� su glande, lo
tom� con las yemas de mis dedos y comenc� a frotarlo delicadamente.


Estaba en ese trabajo, y volv� a mirarle su rostro.

Segu�a durmiendo profundamente.


Me vino a la mente una fantas�a que nunca hab�a realizado.


Ser�a posible hacerlo eyacular sin despertarlo?


Podr�a ser. Yo mismo he tenido p�rdidas de semen estando
profundamente dormido. Mis sue�os me han excitado en m�s de una ocasi�n en forma
desmesurada, invariablemente teniendo a un obeso como protagonista en el cien
por ciento de los casos, y he despertado con la cama mojada, habiendo eyaculado
dentro de mi sue�o.




C�mo ser�a su eyaculaci�n en esos t�rminos? Ser�a capaz de hacerlo a�n
durmiendo?


No perd�a nada con intentar.


No par� un segundo de frotarle el glande. Con uno y luego con
dos dedos, muy suavemente. Sin ning�n movimiento brusco. Siempre con delicadeza,
intentando transmitirle que lo �nico que deseaba era satisfacerlo a �l.


Lentamente su miembro fue ganando tama�o, y comenz� a
despedir unas gotitas producto de su excitaci�n.


Me saliv� la mano y continu� frotando, ahora con la
lubricaci�n como aliada, intentando introducir mi mano lo m�s dentro posible de
su abdomen, para tomar m�s de su pene escondido. Saliv� ahora mi otra mano, y le
unt� mi segregaci�n a sus test�culos, que comenc� a masajear con delicadeza.


Mientras ambas manos estaban a la obra, me acerqu� con la
boca a su pez�n derecho, y comenc� a lamerlo de igual forma, despacio, sin
ning�n apuro, y suavemente para evitar despertarlo.


Su respiraci�n segu�a normal. Nada hac�a prever que estaba
siendo consciente de la tarea que yo le estaba realizando en sus partes m�s
�ntimas y ocultas.


Fui consciente en ese momento de lo peligroso que podr�a ser
esta situaci�n, me refiero a estar durmiendo con un desconocido total. Qu�
suceder�a si yo fuera un degenerado? Seguramente lo estar�a violando. Por
supuesto que eso nunca lo ir�a a hacer, pero el solo pensamiento de esa
posibilidad, me excit� de una manera descomunal.


Chup� por casi largos treinta minutos, hasta que de repente
su respiraci�n se agit�, su interior emiti� un par de gru�idos y un par de
espasmos nerviosos sacudi� su humanidad, en el mismo instante que apenas dos
escupidas de esperma saltaron a mi boca.


Reci�n cuando su pene se hundi� nuevamente dentro de su
vientre, levant� la vista para regalarle una sonrisa, cuando me sorprend�
gratamente que �l segu�a durmiendo. Hubiera jurado que se hab�a despertado con
todo ese despilfarro de excitaci�n.


Promet� preguntarle qu� hab�a so�ado en esa oportunidad.




Toda su permanencia en Piri�polis, la pasamos en casa sin
salir durante el d�a, excepto para comprar provisiones para alimentarnos.


Durante las noches en cambio, salimos con mi autom�vil para
realizar lo que suelen hacer los novios en lugares apartados y reservados.


En una oportunidad, estuvimos abrazados y bes�ndonos en el
muelle, frente al mar y con la luna llena como �nica testigo.


Fue la primera vez que me efectuaron sexo oral dentro de un
veh�culo, y tambi�n fue la primera ocasi�n que yo bes�, lam� y chup� un
hambriento agujero anal en las mismas condiciones.


En otra ocasi�n, y a las cuatro de la ma�ana, fuimos a una
playa apartada a unos 10 kil�metros al este del balneario principal, y caminamos
descalzos sobre la arena, y terminamos haciendo el amor en la orilla con las
peque�as olas rompiendo contra nuestros ardientes cuerpos.






Lleg� finalmente el d�a de su partida.


Se demor� unos minutos en el ba�o, por lo que supuse que iba
a evacuar antes de realizar el largo viaje de regreso a casa.


Sent� correr agua por el inodoro. Escuch� que abr�a una
canilla, por lo que visualic� que se estaba aseando las manos, y finalmente
sali�.


"Eu i� estoi prontinho pr� partir." Dijo no pudiendo
disimular su tristeza.


Nos despedimos con un beso de lengua que deber�a ingresar al
libro de los records por lo prolongado.


Subimos a mi veh�culo y llegamos en pocos minutos a la
terminal de autobuses.


Acompa�� a Edson a sellar los pasajes, y lo observ� mientras
aguardaba en la fila de espera.




Llevaba la misma musculosa amarilla y el mismo par de bermudas azul claro con
que lo hab�a conocido cuando baj� del autob�s que lo tra�a al balneario.


Ahora muchas cosas hab�an cambiado.


Segu�a siendo un gordo an�nimo, pero mis sentimientos eran
muy diferentes a cualquier otro an�nimo. Hab�a compartido muchas cosas con �l,
pero siempre not� una gran preocupaci�n por �l hacia mi, que no se puede medir
con palabras.


Ahora mir�ndolo, finalmente pod�a desnudarlo con la mirada, y
no imagin�rmelo sino "verlo" literalmente desnudo, ya que conoc�a cada mil�metro
de ese impresionante cuerpo obeso de hombre macho, que se hab�a transformado en
forma tan incre�ble en el de una mujer y me hab�a hecho sentir sensaciones que
nunca hubiera ni siquiera imaginado que ir�a a sentir en mi vida.


Era extra�o realmente verlo all�, parado, y saber que esa
misma persona era una mujer en la intimidad. Parec�an verdaderamente dos
personas completamente diferentes. Hasta en la forma de hablar, de moverse, de
sentir. �rsula parec�a a�n m�s fogosa que Edson. Ella era m�s puta, para decirlo
de una forma m�s expl�cita. Sinceramente disfrut� m�s y me hizo gozar m�s la
mujer gorda que el hombre gordo. En mi subconsciente, sab�a que eran la misma
persona, pero era como que se hab�an desdoblado en dos. Como Batman y Bruce
Wayne, como Superman y Clark Kent, o como Spiderman y Peter Parker; las mismas
personas, pero con personalidades totalmente diferentes.




Nos despedimos con un abrazo, muy fuerte, terriblemente
cargado de energ�a, como ocurre habitualmente con mis abrazos a gordos cuando
estos son de despedida, pero entendiendo que finalmente estaba llegando el
ep�logo que estaba programado para esta relaci�n.


Subi� al autob�s. Busqu� la ventanilla d�nde pude verlo. Y
nos miramos a los ojos.


Ninguno de los dos quer�a esta separaci�n.


Vi como disimuladamente se sec� un par de l�grimas que
brotaron de sus ojos, y yo dej� caer las m�as sin siquiera intentar
enjug�rmelas.


Cuando el transporte encendi� su motor, alcanc� a distinguir
que me tiraba besos disimulados con sus labios, y cuando comenz� a moverse el
veh�culo, puso sus labios sobre el vidrio de la ventanilla, y estamp� all� un
beso que guard� de recuerdo en mi memoria hasta el d�a de hoy.


Tuve que extraer mi pa�uelo del bolsillo para secarme la
catarata de l�grimas que desped�an mis ojos en ese momento, y no pude dejar la
terminal, hasta tanto el autob�s que transportaba a Edson no se perdi� en el
horizonte.





EP�LOGO




Volv� a casa. Estaba exhausto. Ten�a dos d�as m�s para
reponerme de estas vacaciones antes de volver a la ciudad e internarme
nuevamente en mi rutina laboral.



Fui al dormitorio, ech� un vistazo a la cama que hab�a
soportado a mi gorda favorita sobre ella, y me tir� sobre el colch�n cayendo
rendido completamente y durmi�ndome casi en el acto por el resto del d�a.


Cuando despert�, ya hac�a seis horas que Edson se hab�a
marchado, y yo estaba empapado de transpiraci�n.


Fui al ba�o a refrescarme y fue en ese mismo momento que vi
un sobre de carta apoyado encima de la repisa debajo del espejo.




____________________________________________________________


"Adorado Zesna


Si voc� est� lendo isto, quer dizer qui eu finalmente estou
volvendo a meu Brazil.


No ten o valor de dizer le mirando a sua cara o sentimiento
que ten hacia voc�.


Muito poucas vezes meu hav�a acontecido de ter a sensaciao de
conhecer a la persoa que eu quer ter pr� compartir com ela o resto de minha
existencia.


Voc� no imagina o dor tremendo de le deixar sosinho, pr�
voltar a minha ciudade.


Talvez seja melhor assim, talvez no dev� haver viajado nunca
a Uruguai, ainda assim talvez no dev� haverme enamorado de voc�, porem o fiz.


Mais eu ter esperanca de voltar a v� lo em alguma otra
ocasiao.


Sim voc� sente que poder�a ser isso possivel, gostar�a qui me
chamar alg�m dia ao telefono xxx-xxxx.


No quiz importunar a voc� con essa misiva de ninguem modo.


Lament�velmente um no pode dominar suos sentimentos e ainda
muito menos em cuanto o amor chega.


Disculpa.


�rsula."




Como hab�a dicho m�s de una vez antes de llegar a Piri�polis:
sol, playa, paz y tranquilidad.


Mi piel estaba igual de blanca que cuando hab�a llegado al
principio de mis vacaciones.


Ni sol, ni playa, ni mucho menos paz ni tranquilidad.





FIN DE ESTE RELATO REAL


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