Ella, do�a Catalina, de 63 a�os y �l, don Ra�l, de 60 a�os,
ambos provenientes de familias adineradas, que viv�an de lo que sus hijos les
enviaban del extranjero y de las rentas que proven�an de las muchas casas y
negocios que ten�an alquilados por aqu� y por all�.

Yo llegu� a esa casa con la �nica funci�n de servir de
compa��a a la se�ora, acompa�arla a todas partes y quedarme a su lado hasta que
fu�ramos a descansar, para esto, me hab�an alojado en un cuarto contiguo al de
los se�ores y deb�a mantener la puerta que nos separaba siempre abierta ante
cualquier contratiempo o percance que pudiera suceder.

Todo iba bien, hasta que un d�a la se�ora, cay� enferma y a
partir de esa fecha, pasar�a a ser su enfermera particular, trabajo que ya no
era totalmente de mi agrado, porque ten�a que cuidarla a todas horas, prepararle
sus alimentos, d�ndole a tiempo sus medicamentos, y entre ellos unas pastillas
que conten�an unas substancias que permit�an que ella pudiera conciliar el sue�o
de manera total, tanto as� que aunque se hiciera una fiesta en su propio
dormitorio ella no podr�a sentir ruido alguno.

Fue en eso que una noche calurosa de verano, me encontraba ya
en cama, descansando del agitado d�a que tuve, teniendo s�lo puesta una diminuta
braguita negra, y con una pierna puesta sobre la �nica s�bana que me cubr�a,
cuando de pronto, siento entre sue�os que algo h�medo y puntiagudo roza mi
pierna y muy lentamente va subiendo hasta mis muslos y cuando menos lo espero,
levantan la s�bana y ya despierta, enciendo r�pidamente la luz y sobresaltada
veo al due�o de la casa, a Don Ra�l, parado a mi lado con una de sus manos
sosteniendo su polla y llevando su mano de adelante hacia atr�s de manera
constante pero no tan r�pida y la otra con la s�bana que me hab�a arrebatado.

Yo no sabia que hacer, si pararme e ir hacia donde estaba la
se�ora, lo cual pens� seria en vano porque ella se encontraba toda dopada con la
cantidad de pastillas que le hab�a dado, y adem�s la puerta se encontraba
cerrada y no como yo siempre la hab�a dejado abierta, o ver lo que ese viejito
quer�a conmigo, as� que opt� por segunda alternativa, quer�a saber hasta d�nde
pod�a llegar.

Ahora bien, ese "viejito" a pesar de sus 60 a�os, era un
hombre de contextura mediana, no muy alto y con una polla nada despreciable, de
unos 19 cms de largo, algo gruesa, y aunque un poco arrugada provocaba en mi
llevarla a mi boca y darle unas buenas mamadas para ponerla aun m�s dura de la
que ya parec�a encontrarse.

Yo por mi parte, no dejaba de ver como aquel hombre se
masturbaba frente a m�, creo que el solo hecho de hacerlo delante de m�,
provocaba en �l excitaci�n, pero no dec�a nada, s�lo me miraba y miraba mis
senos, que aunque no los ten�a muy grandes, estaban redonditos y muy firmes, y
sin mediar palabra alguna me acerque hacia �l y cogiendo su polla entre mis
manos comenc� a frotarla lentamente, llevando los pliegues de la punta de su
pene hacia atr�s, d�ndole peque�os besitos en la puntita y jugueteando en ella
con la punta de mi lengua, luego empec� a lamer sus huevos, que ya estaban todo
henchidos, a lo que �l solo se limitaba a coger mi cabeza y gemir sin importarle
hacer alg�n esc�ndalo acariciando mi cabello; hasta que sin previo aviso met� la
cabeza de su polla en mi boca, hasta introducirla completamente, dejando que mi
lengua por dentro la recorriera por completo, mientras que con mis manos
acariciaba su culo y llevaba su cuerpo de atr�s hacia adelante conforme yo met�a
y sacaba su verga de mi boca, una y otra vez, al mismo tiempo que �l sujetando
mi cabeza la llevaba tambi�n de atr�s hacia adelante.

"Luego ver�s que ser� bueno contigo, si antes dejas que me
coma enterito todo tu chochito" y ni bien termin� de decir esto me ech� para
atr�s, de un tir�n baj� la braguita que me cubr�a, lo desliz� por mis piernas y
lo dej� en el suelo, y ya as� expuesta y totalmente desnuda, me separ� las
piernas y empez� a lamer mi conchita, que ya para eso estaba toda h�meda, y que
bien lo sabia hacer, con esa leng�ita entrando y saliendo de mi rajita, alcanc�
mi primer orgasmo, a lo cual correspond� vertiendo sobre su cara mis primeros
juguitos, que �l presto se encargaba de tom�rselos toditos. Yo con las manos
sobre mis senos los ten�a amas�ndolos, apret�ndolos y junt�ndolos formando un
canalillo entre ellos, mientras �l iba pellizcando mis pezones que estaban ya
duritos y bien templaditos.

Yo ya quer�a sentirlo dentro m�o y tomando una de sus manos,
lo lleve hasta mi concha e hice que uno de sus dedos, ingresase en mi hoyito, lo
que me hizo emitir un grito que �l corto llevando su otra mano a mi boca, lo
cual fue en vano, ya que empec� a meter uno de sus dedos en ella, imaginando ser
su pene y empezando a chuparlos, con el mismo movimiento del mete y saca.

"Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh, si, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, mete otro
dedo, vamos, mete otro", a lo que don Ra�l, obediente meti� el segundo y el
tercero provocando en mi el segundo orgamos de la noche, corri�ndome otra vez
para terminar en su boca.

Sac� su cabeza de entre mis piernas y las coloc� encima de
cada uno de sus hombros, llevando mi cuerpo hasta el borde de la cama, y
mientras se agachaba para besar y morder mis pezones llev� mi mano a su polla
dici�ndome:

"Busca t� el hoyito, que yo luego hago el resto" , y eso
hice, conduje su polla a mi conejito y ni bien sent� que la puntita rozaba mi
cl�toris, lo hice ingresar primero con cuidado para que luego �l sujet�ndome de
la cintura, arremeti� con fuerza su verga tan duro dentro de mi que yo no pude
evitar dar un: "Ahhhhhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhhhh"

Empezando luego con el mete y saca, los gemidos y quejidos de
placer: "Asiiiiiiiiiiiii, asiiiiiiiiiiiiii, dame mas duro, mas duro, no
paaaaaaaaaaaaaaaaaares por favooooooooooooor, sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee,
sigueeeeeeeeeeeeeee"

"As�, as� papiiiiiiiii, sigue,vamos,sigue, mmmmmmmm,
ahhhhhhhhhhhhhh, siiiiiiiiiiiii,siiiiiiiiiiiiiiii, vamos dime coooooooooooooosas
suuuuuuuuuuuuuuuuucias, que eso me pone caliente, vamossssssssssssssssss"-
le dec�a.

"No espera, no te vengas dentro m�o, en todo este tiempo no
he tomado las pastillas, as� que termina en mi boca, c�rrete en mi boca, vamos
se buenito, termina en mi boca"- le dije

"Esta bien, pero me la debes mi ni�a, quiero terminar dentro
de ti para la pr�xima, ok?"- diciendo esto saco su verga de mi chochito y se
aparto de m�, sin dejar de sacudirla, para lo cual yo ya me hab�a puesto de
rodillas sobre el suelo llevando mi boca a la punta de su polla y de pronto:
"Ya viene, ya viene, toma, toma, aaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh,
ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh", y fue as� que
sale el primer chorro de semen que me llega a las mejillas, cerca a la oreja, y
los posteriores ya mas centrados entraron justo en la boca, y aunque no hubo
mucha leche que tomar, para serles sincera, yo no desperdicie ninguna gota que
de su polla ya fl�cida emanaba, y meti�ndola en mi boca nuevamente, la empec� a
limpiar todita para no quedarme con las ganas.

"Eres insaciable cari�o"- y diciendo esto me levanto del
suelo, me llev� a la cama y me dio un beso con lengua al que yo correspond� de
la misma manera.

Yo me hice a un lado y se echo tambi�n sobre mi cama, me
abrazo y puso mi cabeza sobre su pecho, y as� nos quedamos dormidos, desnudos y
con uno de sus dedos durmiendo dentro de mi hoyito, a escasos metros de la cama
en la cual su mujer descansaba a�n.

Al d�a siguiente, ya de ma�ana, nos ocupamos en trasladar a
su mujer del dormitorio principal a uno peque�o que se encuentra en el primer
nivel, contratamos luego a una enfermera particular con cama afuera, que la
cuida por las ma�anas y tardes haci�ndole creer que yo era una de sus nietas que
hab�a venido a pasar las vacaciones con ellos, y que por las noches no era
necesaria su presencia porque para eso yo dorm�a en uno de los cuartos
contiguos.

Pero desde esa noche, yo hab�a pasado de ser la "dama de
compa��a de la se�ora de la casa" a "dama de compa��a del se�or de la casa", y
dorm�a pl�cidamente en el dormitorio principal de la casa en la misma cama con
mi reci�n estrenado "abuelo", y a cambio de los "cuidados" que le daba, recib�a
un sueldo que enviaba a mi casa mensualmente, pero si quer�a comprarme algo,
s�lo deb�a ped�rselo a Don Ra�l, que gustoso me llevaba de compras y gastaba lo
que fuera necesario para agradar y engre�r a su "damita de compa��a", sobretodo
si se trataba de ir a comprar lencer�a, siempre trataba de que fuera la m�s
fina.

Bueno espero que mi experiencia haya provocado el mismo
gustito picaresco que sent� yo al momento de recordar y transcribir lo que me
ocurri�, luego les contar� en otro relato como lleg� a su fin mi trabajo de
"dama de compa��a", pero como fui d�ndome cuenta con el tiempo que una puede
obtener algo m�s que el simple placer al momento de dejarse culear por un
hombre.

Ser� hasta otra cari�os mios.

Un beso donde mas les guste.mua aaaaaaccccccc ccckkkkkkkk
kkkkkkkk