Todo ocurri� durante mis vacaciones de verano. Dispongo de
una hermosa caba�a en la periferia de la ciudad, que siempre uso cuando necesito
buscar descanso o simplemente soledad. Durante estas vacaciones fue un poco de
todo los motivos que me impulsaron a desplazarme a mi lugar de descanso, uno
para cumplir con mis mas que merecidas vacaciones, y otro fue el incentivo de
saber que me acompa�ar�a una hermosa mujer con la que hab�a trabado "amistad"
recientemente. Los d�as pasaron siendo un �xito tras otro de disfrute,
divertidos viajes a un peque�o lago cercano a mi caba�a, sesiones de sexo sin
complejos ni pudores, abiertos al placer, tom�ndonos en todos los lugares en los
que nuestra excitaci�n nos empujaba a cometer puros actos de vicio. Pero una
noche fue especial, no solo por la extra�a tormenta de verano que cayo sobre
nosotros, sino por los hechos que paso a contar.
La tormenta enfri� en sobremanera las tibias noches de la
zona, y aunque nuestros cuerpos no necesitasen calor extra, nos vimos obligados
a encender mi modesta chimenea para conciliar un merecido sue�o, con nuestros
cuerpos desnudos. El sue�o super� al cansancio y me qued� dormido con el
mon�tono sonido de las gotas en las ventanas, hasta que fui despertado de la
manera que mas me apetec�a, sintiendo unos labios juguetones. Mi cuerpo
calentado por las llamas, sufr�a escalofr�os al sentir unos h�medos y
extra�amente fr�os besos por mi cuerpo.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la tenue luz del fuego, vi
a mi deliciosa acompa�ante besando mi pecho, con unos ojitos preciosos mirando
con cara lasciva que me indicaban lo que quer�a hacer. Fue bajando poco a poco y
yo cerr� mis ojos para disfrutar del momento. Sus manos agarraron mi firme
compa�ero y juguetearon con �l, suavemente, con delicadeza, casi con cari�o,
mientras sus labios sub�an poco a poco superando sus dedos y llegando a la
c�spide y como una desesperada, cay� hasta la base, de un solo golpe. Mi pecho
dio un brinco de placer, no solo por su maravillosa boca, sino por un fri�
helado que me recorri� el pene con la misma velocidad que sus labios, era hielo,
hab�a conseguido sorprenderme y me �xito de sobremera, aun m�s cuando me
demostr� su mas que depurada t�cnica al tragar una polla.
El brinco anterior hizo que me colocara sentado en mi sof�,
con la chimenea directamente frente a m�, y mi desesperada tragadora arrodillada
realizando su trabajo. El hielo desapareci� y el calor empez� a invadir mi
miembro. Agarraba con fuerza su cabeza y empujaba para que tragara lo que pod�a
y m�s, empec� a marcar el ritmo con mi mano, ella solo puso su boca para que yo
la follara, mi orgasmo era inminente, hasta que de repente unos fuertes golpes
provenientes de la puerta me sacaron de m� extasiado mundo y me sobresaltaron
haciendo que me levantara del sof�. No sabia lo que pasaba, era de madrugada, en
medio de ning�n lugar, bajo una terrible tormenta, �quien pod�a ser?.
El miedo nos invadi�, la duda se cruz� en nuestras cabezas
hasta que me acerque a la puerta. Mire a trav�s de la ventana y vi una peque�a
figura, totalmente empapada que ped�a refugio. Abr� la puerta asustado y
preocupado, y vi una hermosa chica cubierta con una capucha totalmente empapada,
que mir�ndome me pidi� que la ayudase a refugiarse de la lluvia. La mir� y con
ternura acced� casi embriagado por su belleza y sin darme cuenta que estaba
completamente desnudo delante de ella, con mi pene a punto de correrse como un
m�stil y mi compa�era con su cuerpo como la trajo al mundo. Me invadieron los
colores y mi verg�enza y le ped� perd�n por como la hab�a recibido, pero
inmediatamente se disculp� ella por habernos molestado, aunque a ella no parec�a
avergonzarle mi estado, al contrario, sus ojos oscuros ahora cambiaban furtivas
miradas entre mi rostro y mi pene.
Volv� al mundo real y recog� algunas prendas de ropa que me
puse mientras mi acompa�ante hacia lo mismo. Con velocidad estuve presente de
una forma adecuada y le ped� a la chica su capucha para que no pasara fri� y la
invit� a sentarse con nosotros. Ella se quit� su ropa empapada y me entreg� su
capucha la cual colgu� cerca de las llamas de mi chimenea. Ella tomo asiento, y
al voltearme para sentarme junto a ella aseguro que me hubiera quedado congelado
de no ser por el calor del fuego.
Delante de mi se mostraron bajo la ropa unas hermosas curvas
de un cuerpo apetecible para cualquier mortal, unos pechos enormes y firmes y la
cara, que si no supiera que estaba vivo dir�a que pertenec�a al primer �ngel que
ve�a en mi muerte. Unos labios peque�os y gruesos y una mirada negra que se
asentaban a los lados de una diminuta naricilla que le daba un aspecto infantil.
Las dos chicas notaron mi sorpresa, y mientras mi acompa�ante soltaba una
risita, mi �ngel bajaba su mirada y se sonrojaba. Me sent� y comenc� a
preguntarle lo que le hab�a ocurrido, y me cont� que su coche se hab�a
estropeado en la carretera a un par de kil�metros y que sigui� las luces que
brillaban por las ventanas de mi caba�a para buscar ayuda, pero el camino fue
m�s largo y agotador de lo que cre�a. Tras una breve charla trivial la invit� a
dormir en una de las habitaciones y accedi� con agradecimiento. La dirig� a su
habitaci�n y yo fui a mi cuarto a acompa�ar a mi chica en su sue�o.
Descanse con rapidez hasta que un demasiado ruidoso rayo
interrumpi� en la noche. Me despert� y el sue�o no pude conciliar otra vez, pero
no por el rayo, sino por unos extra�os sonidos que proven�an de la habitaci�n
contigua. La curiosidad pudo mas que mi sentido del respeto a la intimidad, y me
levant� con cuidado de no despertar a mi dormida acompa�ante.
Me encamin� a la puerta de la habitaci�n de mi invitada. Abr�
con cuidado de no hacer sonar las bisagras de la puerta y entr� silencioso a
contemplar lo que ocurr�a, y cual fue mi sorpresa al encontrar un cuerpo
convulsion�ndose de forma desesperada sobre la cama, sin masturbarse pero con
claros deseos de placer. Ese �ngel que segu�a vestido con su delicada ropa , se
estremec�a sobre la cama como si sufriera una pesadilla. Desgraciadamente o
afortunadamente, uno de mis pasos se posaron sobre una no tan joven madera del
suelo, que cruji� de dolor y emiti� un chasquido que sobresalto a mi �ngel, la
cual se arrodillo de un brinco sobre la cama. Segu�a gimiendo y brillaba al
reflejar el gris brillo lunar que entraba por la ventana, sobre su sudoroso
cuerpo.
Pero algo cambi� en mi �ngel, sus ojos brillaban como los de
un felino a punto de saltar sobre su presa y creo que as� fue. Casi sin darme
cuenta salto sobre mi ropa interior y la bajo de golpe liberando mi erecto pene
que segu�a desesperado por el placer que estuvo a punto de sentir horas antes.
Sin darme tiempo a reaccionar aqu�lla hermosa criatura estaba con mi polla
completamente en su boca sin dificultad mientras la chupaba y gem�a sin parar de
mirarme con aquellos brillantes ojos.
Su habilidad no tenia comparaci�n y su desesperaci�n por
com�rmela parec�a demencial, no pude aguantar mucho m�s bajo aqu�lla boca
tragadora, y con unos movimientos h�biles con sus preciosas manos en mis �ltimos
momentos de excitaci�n consigui� una enorme descarga de semen para su boca y
cara. Parec�a disfrutar de aqu�lla lluvia y no paraba de gemir mientras m�s y
m�s chorros sal�an de m� agotada polla y chocaban contra su frente, contra su
nariz, sobre sus labios, entrando sobre su lengua y sabore�ndolo como si fuese
�l m�s delicioso dulce que hab�a probado jam�s.
Se irgui� y se tumbo sobre la cama pero su cuerpo segu�a
temblando. No pude aguantar y la desvest� por completo arrancando su aun mojada
ropa de su cuerpo. Pero la sorpresa de su bella desnudez, de su perfecto y
angelical cuerpo, de su depilado co�ito, se vieron menguados al descubrir que en
su ano y en su co�o hab�a llevado todo este tiempo dos enormes vibradores que la
estaban volviendo loca. Los agarr� con decisi�n y los arranqu� de sus prisiones.
Tras la brusca liberaci�n un agudo grito sali� de la boca de aqu�lla chica y un
fuerte torrente de flujo se disparo de su co�o ba�ando la cama y sus muslos. Su
cuerpo cay� rendido sobre la cama y mi pene se levant� como un m�stil ante
aqu�lla situaci�n, pero, de repente, una c�lida mano agarro mi polla desde
atr�s, eran las manos de mi compa�era, que seguramente se hab�a despertado con
el grito y que hab�a visto parte de la escena y de la excitaci�n que produc�a en
mi. Pego su cuerpo al m�o y sent� en mi espalda sus pechos mientras sus manos
agarraban mi miembro y lo acariciaban. La chica se incorpor� y con el brillo en
sus ojos agarr� mi polla y gimiendo jal� de ella y la dirigi� a su co�o , Yo ca�
sobre su cuerpo penetr�ndola gracias a su mano gu�a y todo mi peso ayud� a que
mi polla llegara al fondo de su co�ito.
Comenz� a gritar mientras la follaba con unas fuertes
embestidas. Ella estaba tirada sobre la cama conmigo encima y sus piernas
elevadas mientras saltaba sobre su co�o sacando toda la envergadura de mi
miembro y metiendolo de golpe. Mi compa�era no aguant� y meti� su cabeza entre
todos aquellos jugos que brotaban sin parar. Lam�a sin cesar el co�o de la chica
y esta no paraba de disfrutar, su cuerpo sufr�a m�ltiples orgasmos y sus gritos
no dejaban siquiera o�r la fuerte lluvia que ca�a en el exterior.
Di un fuerte tir�n de sus cabellos y la levante de la cama,
yo ocup� su lugar y mi erecta polla qued� dispuesta para el placer. Entre mis
dos amantes se cruzaron miradas desafiantes para disputarse el trofeo, pero con
un veloz movimiento la chica inserto mi polla en su co�o y me cabalg� como si de
un corcel me tratara. Mi compa�era llena de ira y envidia al ver lo que me hacia
disfrutar aquel �ngel, agarr� sus cabellos y la empuj� hacia delante haciendo
que sus labios chocaran con los m�os y nos di�ramos un dulce beso que se vio
repentinamente roto por un grito seco de esos labios diminutos, grito producido
por el enorme consolador que recogi� mi compa�era del suelo y sin ning�n
miramiento introdujo en el ano de la chica. Para disfrute nuestro y enfado de mi
compa�era, lejos de hacerla sufrir, aquello le produjo una cadena de orgasmos
que causaron gritos ensordecedores que salieron de los labios de la joven. Sin
saber que hacer, golpeaba las nalgas de mi jinete pero parec�a que todo dolor
que se le causaba era estimulante en su cuerpo, hasta que sin poder mas, arranco
mi pene del interior de aquel co�o y lo escondi� dentro su boca. Yo estaba en el
cielo, no sabia que hacer ni quer�a hacer nada entre la trifulca que mis dos
chicas ten�an.
Casi de inmediato al ser desprovista de su juguete, la joven
giro su cuerpo sobre m� y mostr� su bello co�o en mi cara, mientras cataratas de
flujos de incontables orgasmos flu�an al exterior. Las dos contrincantes se
enfrentaron cara a cara con su deseado trofeo entre ellas y como avisadas por el
disparo de una pistola se lanzaron a lamer mi miembro.
Aquello era indescriptible, aqu�lla lucha me causaba un
placer inimaginable. Dos lenguas lamiendo todos los rincones de mi pene de forma
desesperada, competitiva, sin control, no pod�an m�s. Sin poder decir nada, una
oleada de placer recorri� mi cuerpo culminado en una fuente de esperma que
brotaba de mi pene salpicando las caras de mis bellas lamedoras. Extasiado,
qued� tendido sobre la cama, mientras ve�a que las dos enemigas ahora estaban
jugando demasiado animadas con uno de los juguetes que tra�a la joven
oculto.�Qu� mejor forma de dormir que ver a tus pies a dos mujeres hermosas
jugando con grandes falos de goma en sus co�os y oyendo la dulce melod�a de sus
gemidos? Ninguna. Ya de ma�ana, despertado por unos brillantes rayos de sol
veraniegos que entraban por la venta, me encontr� en aqu�lla cama. A mis pies
dorm�a placidamente mi compa�era, aun con uno de los vibradores dentro de su
cuerpo, y a mi lado, sobre mi pecho descansaba la bella figura de mi amado
angel.
--Buenos d�as preciosa.
--Buenos d�as cielo, perdona por llegar tarde ayer, pero la
lluvia lo complic� todo.
--Tranquila, no pasa nada, todo sali� bien.
--�Crees que tu amiguita querr� seguir jugando con nosotros?
--Estoy seguro de que s�.
Y tras unas miradas c�mplices, nuestros labios se unieron en
un c�lido beso y abrazados seguimos dando tregua a nuestros cuerpos y
disfrutando de nuestro m�s que merecido descanso.