Esta es una historia real, solo modifique algunos datos y
agregue otros para darle mas brillo a la redacci�n.

En la provincia de Misiones viv�a Marcela, joven mujer de 37
a�os de muy buen cuerpo, de cabello claro y ojos color miel, viuda desde hacia
dos a�os con dos hijos adolescentes. Ella era totalmente analfabeta, pues era de
condici�n muy humilde y nunca pudo concurrir a la escuela, no sabia leer y
apenas sumaba dos mas dos.

Su casa era un rancho de adobe en el medio de la selva
misionera, sobreviv�a de lo que sembraba y lo que pod�a cazar con sus hijos, el
poblado mas cercano estaba a 12 Km. Y muy raramente iba por ah�, pues no le
gustaba el tumulto de gente, era mas bien reservada .

Estando un d�a caminando por un sendero, vio un lech�n de
mediano porte que aparentemente no tenia due�o, ya que a la vista no estaba, fue
por ese motivo que sin pensarlo mucho se tiro sobre el y con el cuchillo que
tenia para trabajar la tierra y defenderse de las v�boras lo carnea sin mucha
dificultad. Esa noche toda la familia tendr�a una excelente cena y carne para el
resto de la semana.

Al cuarto d�a de ese suceso, llega hasta su casa un
chacarero, y le dice que a perdido un lech�n cerca de su propiedad, esta
dici�ndole esto cuando el hombre ve colgado en un alambre el cuero del animal y
parte de la carne aire�ndose ,(pues sin heladera era la mejor forma de
conservarla,) le pide explicaci�n del porque a matado a su animal ya que el
mismo tiene la marca que lo identifica como de su propiedad, ella le contesta
que el chancho estaba suelto y como no hab�a nadie con el, pens� que era
salvaje, esta contestaci�n enfureci� al hombre que gritando le dec�a que ahora
tenia que pag�rselo, ya que el mismo era un reproductor que le hab�a costado
mucho dinero, Marcela lo mira y empieza a re�rse, no por mal educada si no
porque ella nunca tubo dinero, es mas, ni sabia como era el dinero circulante de
esa �poca. Esto no va a quedar as�, dec�a el chacarero march�ndose, ya voy a
volver.

Al otro d�a estando Marcela lavando la ropa llegan en una
camioneta dos polic�a y el chacarero, este la hab�a denunciado por robo de un
animal reproductor, esto para quien no sepa es muy grave, pues en el campo los
reproductores son el empuje de la econom�a y el status de cada persona se mide
por la capacidad que tiene de reproducir sus reba�os y multiplicar as� sus
bienes, obviamente si ella hubiese matado una gallina no estar�an ah� los
polic�as, pero un lech�n era otra cosa,

Pasaron tres d�as y el juez la manda a buscar para que
comparezca en la corte y as� poder aclarar el tema. Ya frente al magistrado,
tanto Marcela como el chacarero no se ponen de acuerdo, El quer�a un nuevo
reproductor o el dinero para comprarlo y ella dec�a que no tenia como, as�
durante un largo rato, por fin el Juez toma una decisi�n

Pasado los d�as estipulados, el Juez ordena que Marcela sea
llevada nuevamente a su presencia , esta le comunica que no pudo reponer ni
tampoco conseguir el dinero para don Ramiro, a lo que el magistrado le dice:

El pueblo era chico, y por ese motivo no hab�a lugares
especiales de detenci�n para mujeres, la �nica comisar�a estaba llena de
borrachos y alg�n vagabundo, y no era aconsejable ubicarla ah�, es por eso que
el Juez le pidi� al comandante del escuadr�n de Gendarmer�a ( Polic�a
Militarizada) que la ubicaran ah� por el lapso de la condena, el lugar era mucho
mas higi�nico y podr�an estar los hijos de la acusada con ella, pues no quer�a
separarse de ellos, el comandante dio su aprobaci�n y Marcela paso a cumplir su
condena en los calabozos de gendarmer�a, aqu� comienza la historia...

El Primer d�a de encierro fue todo novedad para Marcela, todo
muy organizado, la comida a un horario, todo muy limpio, luz el�ctrica a lo cual
los hijos de esta que la acompa�aban, no pod�an dar cr�dito a la televisi�n que
pod�an mirar en el comedor de la tropa, ya que eran libres circular casi sin
restricci�n por el cuartel, todo era incre�ble, hasta se pod�a decir que eran
unas hermosas vacaciones de su miseria .

Esa noche durmi� como nunca, tranquila con la seguridad de
que ning�n animal entrar�a en su casa.

El carcelero que cuidaba de noche los calabozos, de nombre
Juan, se sorprendi� cuando la vio por primera vez, su cuerpo era de lo mejorcito
que hab�a visto por esos lugares, el trabajo en la selva le daban a esta mujer
unas formas muy marcadas y que cualquier hombre estar�a ansioso por poseer, y
eso fue lo que le paso por la cabeza, tenia que poseerla de cualquier modo, mas
cuando la ve�a durmiendo, ella era de estar destapada y el vestido que utilizaba
se le sub�a hasta casi la cintura, esto lo enloquec�a y no quer�a perder la
oportunidad de tenerla, al otro d�a empez� a averiguar porque estaba ah�, y todo
lo que pod�a de ella, se entero que era analfabeta, y que por una tonter�a
estaba ah�, tenia que pensar como, como lo har�a..

A la tercera noche el carcelero llego con una planilla y
aprovechando que los chicos estaban en el comedor viendo una pel�cula, se meti�
en la celda y le dijo:

Desde afuera de la celda le dice , no se preocupe todo va a
salir bien, y se podr� ir a su casa antes.

Cuando vuelven los hijos del comedor este les dice que por
esa noche podr�n dormir en un dormitorio especial, con televisi�n, lo que para
los chicos es la locura, y aceptan sin pensarlo dos veces.

Como a las dos de la ma�ana, el gendarme entra en la celda de
Marcela y se acuesta con ella, casi al o�do le dice que no se asuste pero es
hora que cumpla la orden del Juez, que el recibi� por tel�fono la directiva del
magistrado para ejecutar el castigo, que se ponga de costado y se saque la ropa
interior, esta obedece y se pone de espalda a El y mirando la pared se saca la
bombacha, el gendarme totalmente excitado y el miembro duro como un garrote la
penetra vaginalmente por atr�s, Marcela hace mas de dos a�os que no tiene
relaciones y la primera penetraci�n para ella es muy dolorosa, se quiere quejar
pero es retada por El, dici�ndole que no puede quejarse ni gozar ostensiblemente
, pues es un castigo.

Ella era analfabeta, pero sabia que pod�a quedar embarazada
si le tiraba la leche en la matriz y se lo hizo saber, a lo que el respondi�,
que el Sr. Juez ya lo sabia y le dio la orden de tirar la leche en el culo de
ella y que como el era muy obediente de la ley iba a cumplir a rajatabla la
orden recibida.

Despu�s de cojerla por 15 minutos por la vagina, Juan retiro
su miembro y con la mano llena de saliva la paso por el ano y se lo introdujo
con no poca dificultad, el pene a punto de estallar , su libido al m�ximo,
hac�an de el hombre un animal que no media su embestida sexual, y por ende la
estaba lastimando a Marcela, esta quer�a gritar, pero El le dec�a que aguantara
que ya entraba todo y no le iba a doler mas, cuando lo logro y con los
test�culos peg�ndole en la vagina de Marcela, El larga toda la leche caliente
dentro de ella, esto logra estimular los sentidos de la mujer, que tiene que
reprimir los gemidos de un orgasmo.

Cuando el se retira le hace poner a Marcela una cruz en un
papel, como que se hab�a cumplido la orden del Juez. Y le dice, que ma�ana
seguir�n pero que no se lo comente a los chicos pues seria vergonzoso para El si
lo supieran.

A la noche siguiente al tomar la guardia, el gendarme le
alcanza un paquete, este le trajo de su casa unos vestidos usados, que eran muy
sexy y cortos, le quedaban como 15 cm. Por encima de la rodilla, esto para ella
era un regalo del cielo, hacia mucho tiempo que no tenia ropa " nueva", el le
pidi� que lo usara esa noche, pues quer�a que se sintiera bien. Ella lo hizo,
mas para si misma que para El, pero eso no importaba mucho.

Durante la madrugada, el gendarme le trajo algo para comer, y
le dijo que era hora, de seguir con lo ordenado, esta se puso directamente de
costado con el vestido corto casi a la altura de los labios vaginales y sin ropa
interior, esto enloqueci� al carcelero que sin mediar palabras saco su miembro
totalmente erguido y tom�ndola del hombro la viro hacia El y le puso su verga
palpitante en su boca, esto es para empezar el castigo de hoy, le dec�a con vos
temblorosa por el deseo y calentura extrema, chupamela ahora por favor, y
tom�ndola de la nuca introdujo casi todo su miembro en esa boca exquisita, ella
casi sin experiencia en ese campo no sabia que hacer, El la fue guiando con
palabras suaves , primero usa tu lengua para ensalivarla, luego sin usar los
dientes ve chupandola como si fiera una naranja, pero con mas suavidad, despu�s
ya con todo adentro metela y s�cala para estimular el miembro como si fuera tu
concha, es el mismo principio, tienes que lograr que acabe, esa es la funci�n
principal del sexo oral. Ella lo hizo, y hasta le gusto, el hombre era muy
higi�nico y tenia un agradable olor, incluido su pene, es por eso que en poco
tiempo lo hizo acabar dentro de su boca, mientras lo chupaba se dio cuenta que
estaba toda mojada, su vagina era un r�o que segregaba placer y no pod�a y no
quer�a disimularlo.

Al rato El volvi�, ya estaba recuperado y quer�a mas, fue as�
que entro en la celda, ella estaba totalmente dormida, El sin hacer ruido se
desvisti� y con una crema de mano que tenia se lo paso por su miembro y en el
culo de ella, cuando se dio cuenta Marcela que algo estaba pasando El ya tenia
el glande dentro de su ano, cuando quiso darse vuelta el de un envi�n la penetra
por completo y la empala sin miramientos, esta reprime un alarido y se relaja,
pues record� que la noche anterior lo hab�a echo y dejo de dolerle tanto, El dio
unos cuantos bombazos y se descargo dentro de ella, pero no se levanto de
inmediato, dejo que su miembro se desinflara dentro de ella y eso tardo un buen
rato.

Al d�a siguiente, en horas de la tarde en la celda que estaba
mas alejada, es encerrado un gendarme desertor, tendr�a que cumplir una larga
condena, ya que se enfrento con los polic�as militares que lo fueron a buscar y
hab�a causado muchos da�os. Su nombre era Pedro, y no era un tipo en quien se
pudiera confiar.

Esa noche Juan tomo la guardia sin prestar mucha atenci�n a
las novedades, fue por eso que no se dio cuenta que hab�a otra celda ocupada, y
sigui� con lo que estaba haciendo, es decir cogerce a la pobre Marcela, El
estaba tan caliente con esta mujer, que ya no le prestaba atenci�n a su esposa,
cambiaba sus d�as de descanso para poder penetrar a " SU" prisionera sexual,
estaba como pose�do por la lujuria y el morbo que le daba el poder, el dominio
sobre esta pobre ignorante.

Fue despu�s de salir de la celda de Marcela y de haberle
llenado dos veces el ano de leche, que siente que alguien le chista, cuando se
da vuelta ve a Pedro que lo llama, cuando esta frente a este, le pregunta quien
es y que quiere, Pedro lo mira, se sonr�e y le dice :

Juan bajo la cabeza, intentando buscar una salida para esa
situaci�n, las cosas se le estaban yendo de las manos y este tipo no tenia nada
que perder y lo iba a hundir sin ning�n remordimiento si no hacia lo que el
quer�a.

A la noche siguiente, Juan espero que todos se fueran a
dormir y como a las 11 de la noche, entro nuevamente a la celda de Marcela con
la planilla donde tenia anotado una " nueva orden del Juez",

Tres de la ma�ana, Juan sale de la celda, esta vez fue mas
cari�oso con ella, pues quiz�s estaba sinti�ndose culpable de lo que vendr�a,
Pedro no tenia buena fama y por algo seria.

Cuando Juan lo saca de la celda le pide que lo haga en
silencio, que no grite y que ella no grite tampoco, pues alguien podr�a
escuchar, este le dice que no se preocupe, que el sabe como tratar a las
mujeres.

Una vez dentro, junto a Marcela , Pedro que venia de una
prolongada abstinencia sexual, se abalanza sobre ella y sin mediar una palabra
la penetra salvajemente, esta se le queja, ya que Juan era mucho mas suave y no
la apuraba tanto, a lo que le contesto,

Ella sent�a como este hombre entraba en su cuerpo, la llenaba
con leche caliente en su ano y en su conchita, ( esta conchita que era virgen a
la leche de los hombres desde hacia mas de dos a�os) y que siempre le negaba a
Juan, pues no quer�a quedar embarazada, pero a este hombre no hab�a palabras que
lo convencieran de no hacerlo, apenas acababa dentro de Marcela se paraba tomaba
un poco de agua y se acercaba con su miembro a la cara para que se lo chupara
para poder seguir cogiendola, estaba fuera de si, y no quer�a descansar ni un
momento.

Esa noche, Pedro descargo en Marcela todo su hambre de mujer,
su furia contenida y su frustraci�n personal. Uso y abuso de ella, y en un lapso
de tres horas lleno su cuerpo 7 veces , utilizo su vagina en tres oportunidades,
su ano y boca en dos.

Marcela quedo destruida, pues aunque no quer�a, la situaci�n
la excitaban demasiado como para contener los orgasmos, el estar obligada a
tener relaciones hab�an activado su libido y morbo, esa situaci�n, provocaban en
ella ansias jam�s experimentadas antes, y se descubri� a si misma , que cada
noche esperaba con visible excitaci�n la hora del " Castigo".

As� fueron pasando los d�as, primero Juan la pose�a, con
suavidad y hasta algo de amor, luego Pedro, que era todo lo contrario, pero
ambas situaciones movilizaban el ser de Marcela, era una simbiosis �nica e
inexpiable, el dolor, placer y humillaci�n, eran parte de una rutina que se le
estaba haciendo costumbre, al principio contaba los d�as para saber cuando
saldr�a de ah�, ahora para saber cuanto tiempo le quedaba para disfrutar de ese
placer inexpiable y tortuoso.

Todo llego a su fin de forma fortuita y casual, una vez vino
el Juez a ver como estaba la presa, ya que hab�a cumplido mas de 20 d�as y
estaba en posibilidad de salir si hubiese conseguido parte del dinero que
adeudaba, ( obviamente el Dr. Sabia que era imposible, pero El tenia que cumplir
lo que marca la ley) y le pregunto si estaba bien ah�, si hab�a sufrido alg�n
maltrato o si tenia alguna queja, a lo que Marcela respondi� casi inocentemente,

Fue as� que comenz� la investigaci�n que llevo a Juan a
prisi�n por varios a�os y a Pedro a duplicarle su condena.

La misma inocencia e ignorancia por la que pudieron
aprovecharse de Marcela fue, la que llevo a estos hombres a prisi�n .