Buenos Negocios
Mi primera relaci�n sexual fue l�sbica e incestuosa, la tuve
con la hermana menor de mi madre, una t�a que me lleva seis a�os, de cuerpo
peque�o, apariencia com�n, t�mida y car�cter introvertido, no le conoc� novio,
parecemos hermanas lo que permiti� acercarnos y hacernos intimas, fue quien me
introdujo en el sexo. Gracias a su habilidad para los negocios desde muy joven
se hizo independiente. Desde los doce a�os pas� los veranos ayud�ndole en su
negocio de la playa, trabajando duro desde que sal�a el sol hasta bien entrada
la noche. Mi recompensa fue que a los catorce a�os comenc� a gozar del placer
sexual y mientras las chicas de mi escuela se entreten�an en los campamentos, yo
ahondaba en el amor l�sbico con mi t�a.
Llev�bamos poco tiempo de relaciones sexuales y una noche
despu�s de lamerme la concha de lo lindo, fui penetrada por primera vez en mi
vida, mi t�a me desvirg� el ano con un juguete suyo, despu�s de lo cual se me
hizo normal que me hiciera el culo cada vez que nos am�bamos. Una tarde sal� a
un mandado y al volver porque hab�a dejado la lista, vi que el negocio estaba
cerrado. Extra�ada fui a casa, al entrar en la cocina escuche unos gemidos y en
la habitaci�n de mi t�a los vi, el perro la montaba mientras ella a cuatro patas
como una perra, gem�a al comp�s del r�pido meneo del animal. Oculta tras la
puerta los observe hasta que quedaron abotonados, la visi�n de mi t�a unida con
el perro fue tan excitante que me desnude y sorprendi�ndola deje mi sexo a su
alcance, me lami� mientras estaban abotonados. As� supe que el perro tambi�n se
montaba a la t�a y ella cont� que hab�a conocido el sexo a�os atr�s, con una
mascota suya que la desvirg�. Ese verano su perro era un mestizo grande que
recogi� de cachorro en la playa y lo cri�. A partir de entonces cuando pod�a
inclu�a al perro en nuestras sesiones de amor y semanas despu�s de desvirgarme
el ano, permiti� que su perro me hiciera el culo y fue as� que sin aun tener
quince a�os, prob� la zoofilia.
Mi hermano mayor por dos a�os y yo somos muy unidos desde
ni�os. A mitad de ese verano el se quedo sin empleo y para mi alegr�a, la t�a lo
trajo a que nos ayudara, a su edad hab�a desarrollado mucho f�sicamente, nos
llevaba casi una cabeza de altura a las dos y aunque no lo reconoc� en ese
momento, me enamor� de el. Al tercer d�a de estar con nosotras, mi t�a lo inicio
en el sexo, lo hac�an a mis espaldas y cuando los descubr�, al espiarlos se me
hizo claro el deseo de ser suya tambi�n.
Una noche mi t�a me vendo los ojos diciendo que era un nuevo
juego y cuando me hacia el culo, estando yo con el pecho sobre la cama y las
rodillas en el piso, atrapada por ella y la cama, mi t�a saco el juguete de mi
culo. Al ser penetrada de nuevo lo sent� caliente y vivo, totalmente diferente.
R�pidamente me quite la venda, me volv� y era mi hermano, yo tenia su pene en el
culo con la t�a a nuestro lado. Excitada levante ambos brazos y jalando su cara
hacia abajo por sobre mi hombro, lo bese profundamente mientras empujaba hacia
atr�s, terminando de clavarme yo misma todo su pene. Lo hab�a deseado tanto que
casi me desmayo del placer al sentirlo totalmente dentro m�o, enloquecida me
tire sobre la cama y yo misma mov� el culo, mientras la t�a sent�ndose en la
cama frente a mi, dejo su concha a mi alcance, se la com� con tantas ganas que
la hice delirar tambi�n. Yo del culo y mi t�a de la concha, esa noche terminamos
chorreando semen que mi hermano mayor hab�a depositado dentro de ambas. Fue el
inicio de mis relaciones incestuosas con el.
A partir de ese d�a mis ansias juveniles las satisficieron mi
hermano, mi t�a y su perro, el cual no me aboton� el culo porque mi t�a no lo
permiti� y tampoco dejo que ninguno de los dos machos me desvirguen la concha.
Dorm�amos juntos y casi todas las sofocantes noches de ese verano tuvimos
relaciones, excepto cuando menstru�bamos o cuando el cansancio nos rend�a.
Aprend� a contraer el esf�nter al ser penetrada y a dilatarlo cuando me lo
sacan, haciendo mas placentero la enculada, para mi y para el macho que me esta
cogiendo, animal u hombre, y cuando quiero ajusto el ano y atrapo su pene en mi
culo por el tiempo que desee.
Los tres atend�amos el negocio de la playa, mi t�a y yo en
bikini con mi hermano en ba�ador. Cuando hab�an pocos clientes, bajo el
mostrador o en el deposito, hac�amos a un lado las trusas y baj�ndose su ba�ador
lo suficiente, el nos tomaba, a mi por el culo y a mi t�a por donde se le
antojara. Atendimos en varias oportunidades, cubriendo con las toadas, nuestras
trusas y entrepiernas empapadas de semen.
Casi al termino de ese verano, d�as antes de volver a casa,
mi t�a nos dio la ingrata noticia que se marchaba a otra ciudad, hab�a aceptado
un empleo que le hab�an ofrecido y vendido su negocio. Apenas hubo tiempo de
arreglar todo. El d�a antes de volver empacamos y terminamos tarde de noche,
como despedida ella me hizo el culo y luego, dejando a su perro haci�ndome el
culo, hizo el amor con mi hermano que le penetro ambos lados. Las relaciones con
mi padrastro eran malas y en casa no hab�a lugar para un perro, mi t�a no pod�a
llevarlo con ella y con pena, antes de marcharnos el siguiente d�a, lo entreg� a
unas vecinas solteronas que se hab�an encari�ado con el.
Ya en casa la situaci�n era tensa, mi hermano y yo, hijos del
primer compromiso de mama, no le agrad�bamos a mi padrastro y el trato con el
era solamente sobrellevarlo. Por ello �ramos introvertidos pero muy unidos.
Nuestras relaciones sexuales se limitaban a hacerme el culo r�pidamente. Algunas
veces, con la excusa de las tareas escolares, mientras mama estaba en la cocina,
iba al cuarto de mi hermano en el s�tano, con el calz�n en los libros y mi ano
embadurnado de crema, vistiendo una falda larga. Al verme bajar, el se bajaba el
pantal�n, tomaba asiento en la cama y me esperaba con su pene tieso. Yo dejaba
los libros y de espaldas a el, me recog�a la falda en la cintura, el me ayudaba
sujet�ndome de la cintura, mientras yo me clavaba de culo en su pene hasta
quedar sentada sobre el. Luego inclinada hacia delante y apoyando las manos en
sus muslos, sin ruido, sub�a y bajaba el trasero haciendo c�rculos, mientras
contra�a y dilataba el esf�nter, pr�cticamente lo orde�aba hasta que me llenaba
con semen el recto, despu�s con el ano ajustado, me pon�a de pie y tras
colocarme el calz�n por si acaso, iba al ba�o.
Cuando no hab�a nadie mas en casa o mama estaba muy ocupada o
descansando y mi hermanastra no se encontraba, el sub�a a mi dormitorio y nos
am�bamos con mas tranquilidad, aunque siempre vestidos, all� generalmente en
posici�n del misionero, me hacia el culo mientras nos bes�bamos apasionadamente.
En varias oportunidades casi nos pillan. En la escuela quien sal�a primero
esperaba al otro y por el camino mas solitario a casa, camin�bamos abrazados,
bes�ndonos como enamorados y mientras su mano me acariciaba el trasero, con una
brazo yo iba colgada de su cuello, sujetando mis libros con la otra mano, muchas
veces interrumpimos la caminata para colarnos en alg�n escondite y amarnos,
luego de chupar su pene, lo recib�a en el culo siempre. El deseaba tenerme por
la concha y aunque yo tambi�n lo anhelaba, no lo acept� por temor a que me
embarace.
As� fue nuestra vida durante casi un a�o, pero las relaciones
entre mi hermano y mi padrastro se complicaron al punto que mi hermano se fue de
casa, luego de lo cual me encerr� en mi misma. No volv� a tener relaciones hasta
a�os despu�s, cuando la t�a regres�. Poco despu�s de cumplir diecis�is a�os, una
tarde al volver del restaurante donde trabajaba a medio tiempo, encontr� a mi
t�a en casa. Hab�a llegado en un gran autom�vil, era due�a de una gran casa
cercana a una playa de moda, seg�n dijo gracias a los negocios que hab�a hecho.
Esa tarde habl� con mama para llevarme con ella, necesitaba ayuda para su
negocio y adem�s le servir�a de compa��a, a cambio me dar�a estudios y una
modesta paga.
No ocult� la alegr�a de volver a verla y cuando mama acept�,
estall� de felicidad. Su ayuda me cayo de perlas, pues aunque a veces ten�amos
dinero, mi padrastro no quer�a gastar en mis estudios. Mi t�a paso la noche con
nosotros y al darle las buenas noches, me alcanzo un peque�o �lbum que saco de
su bolso, lo hojee en el ba�o, pues compart�a la habitaci�n con mi hermanastra
menor de seis a�os, que siempre estaba acus�ndome con su pap�. Eran fotos de un
enorme dogo con todo el miembro expuesto y ella al lado totalmente desnuda. Sin
poderlo evitar se me humedeci� la entrepierna y me fue dif�cil conciliar el
sue�o.
El d�a siguiente me ayudo a empacar, llev�ndome con ella esa
misma tarde. Camino a su casa nos detuvimos a comer y a hacer compras llegando
ya entrada la noche. Bajamos todo y se meti� al servicio con un paquete. Al
salir la note rara, no lograba adivinar en que hasta que se sent� a mi lado,
pues yo me relajaba en el modular. Me abraz� y me dio un beso profundo, lo
imprevisto de su acci�n me desconcert� al inicio, pero hab�a extra�ado tanto
esas caricias que ansiosa cerr� los ojos y me dej� llevar.
Bes�ndonos apasionadamente, nos metimos a su habitaci�n y
empuj�ndome sobre la cama se acost� sobre mi. Algo duro me presion� el vientre,
rodamos y sus manos en mis nalgas me enloquecieron, nos detuvimos y me pregunto
si lo hab�a vuelto a hacer. Le dije la verdad, que �nicamente algunas verduras
me consolaban el culo desde que mi hermano se hab�a marchado de casa.
Me pidi� que le ense�ase el culo e inmediatamente acostada
boca arriba, levante las piernas, me quite la truza y pegando las rodillas a mis
pechos, expuse mi virginal concha y mi ano trajinado. Me separ� suavemente las
nalgas y me explor� el ano con la lengua, mis ganas contenidas afloraron
mientras me recorr�a la entrepierna, y cuando sent� su lengua en mi ano, tuve un
orgasmo y me vine copiosamente por la concha.
Mi t�a se incorporo y levant�ndose la falda dijo mira lo que
tengo aqu�, bland�a un enorme pene postizo sujeto a su cuerpo por una truza de
vinil, era la dureza que hab�a sentido. Pidi� que lo chupara, sin hacerme
repetir la orden, lo chup� y lo lam�. Me pregunto que deseaba, sin responder me
coloque en cuatro patas sobre la cama, descubr� mi trasero recogiendo mi falda y
poni�ndolo en pompa, le ped� que me hiciera el culo.
Me unto crema y sent� el juguete, hizo presi�n en mi esf�nter
y se me introdujo, aunque fr�o y enorme fue delicioso ser atravesada. Lentamente
mi t�a comenz� a meterlo y sacarlo profundizando mas cada vez, hasta que la
truza de vinil se peg� en mis gl�teos. Entre jadeos y gemidos, con el juguete
clavado en el culo, me perd� en el placer. Totalmente fuera de mi, avance y
retroced� el trasero hasta que me vine en un gran orgasmo y quede tendida en la
cama, con mi t�a sobre mi ensart�ndome el culo con su juguete.
Despu�s de cenar me ase� convenientemente, esa noche dormimos
desnudas y mi tia volvi� a hacerme el culo antes del amanecer, despu�s de lo
cual me dorm�. Despert� a media ma�ana y ella no estaba, regres� casi a
mediod�a, yo terminaba de lavar los trastos del desayuno y la vi entrar al patio
trasero jalando del collar al enorme dogo de las fotos.
Pasado el almuerzo, salimos al patio trasero y me presento al
dogo, realmente era enorme y muy cari�oso, dijo que era su amante, que si me
portaba bien podr�a sentir su cari�o. Nos ba�amos juntas y desnudas, fuimos a
una habitaci�n que tenia con llave, tras el estudio. Las paredes ten�an espejos,
en el techo sobre una cama enorme, un espejo de mismo tama�o lo ocupaba, una
c�moda, un closet empotrado y un cuarto de ba�o.
Del closet saco un juguete raro, la pr�tesis pegada a unas
correas de cuero en forma de truza se la introdujo en la concha y la aseguro con
las correas, se cubri� con una falda de tela gruesa que llegaba a sus muslos y
sin sujetador se puso una blusa suelta. Luego tomo otro juguete similar con una
pr�tesis en forma de chup�n en punta y mientras lo untaba de pomada, me dijo que
me inclinase sobre la cama y me separara las nalgas con las manos, lentamente me
meti� todo el chup�n en el culo, me hizo parar y asegurando las correas de la
truza, me puso una falda similar a la suya que tambi�n llegaba a la mitad de mis
muslos, completando mi atuendo con una blusa como la suya, sin ponerme el
sujetador. Parec�amos hermanas y tras colocarnos zapatos de tac�n alto salimos a
la calle.
Mientras compr�bamos, para evitar que la pr�tesis se me
saliera del culo, tuve que caminar moviendo el trasero exageradamente como una
puta y me convert� en el centro de las miradas de todos, hombres y mujeres,
j�venes y viejos. Normalmente soy recatada pero ser el centro de atenci�n por
ese motivo me excito de forma muy especial. Dos horas despu�s en casa de mi t�a,
ella llev� el dogo a la habitaci�n, se desvisti� y dijo que me quitara la ropa
dej�ndome el juguete en el culo.
Despu�s de preparar al dogo, me pidi� que me pusiera de
cuatro patas sobre la alfombra. Cuando estuve lista, se me acerco sujetando al
dogo del collar, sac� el juguete de mi culo y diciendo que estaba lista para
recibirlo, solt� al perro, que al instante se me mont�. Con su mano, la t�a
meti� el pene del animal en mi ano, hab�a extra�ado tanto el calor en mi culo
que cuando lo sent�, realmente aull� de gozo. El dogo me embisti� haci�ndome
delirar y cuando se quedo quieto, sent� que se me met�a algo mas grande, supe
que me abotonaba y no me import�. Gracias a la dilataci�n causada por el juguete
de mi t�a, apenas sent� molestia, poco a poco su pene creci� en mi recto, al
inicio solloc� de dolor pero frotando mi cl�toris, mi t�a convirti� mi dolor en
placer y cuando me parec�a que me reventar�a el culo, ceso de hincharse. Para
cuando el perro me lleno las tripas con semen, hacia rato que yo me derramaba
por la concha. Tres noches despu�s, el dogo mont� a la t�a y entre alaridos de
placer de ella, la enganch� y le llen� la concha de semen.
Volv� a la escuela y pase casi un a�o conviviendo con mi t�a.
Entre otros, el negocio de mi t�a eran las filmaciones zoof�licas, sobre todo
las nuestras. Al a�o de vivir juntas, una tarde ella preparo las luces y varias
c�maras convenientemente, para filmarme montada por el dogo, cuando colocada en
cuatro patas senti que el perro me abrazo la cintura, pens� que me har�a el culo
como siempre y confiada espere la enculada, al momento que sent� el picoteos
erratico de la punta del pene en mi trasero, me volvi a ver que sucedia, la vi
filmando, para cuando me di cuenta que hab�a liberado al dogo para que me
desvirgara la concha, sent� la punta en mis labios virginales y luego grite pues
su fierro caliente atraves� mi virgo y se me clavo en las entra�as.
Sin darme tregua, un buen rato me pistoneo con fuerza y aun
no lo asimilaba, cuando sent� que jal�ndome de la cintura, presion� mi concha
con su bulbo, lo hizo con tanta fuerza que haci�ndome berrear de dolor me fue
abri� hasta traspasarme los labios, continu� gritando pues su bulbo recorri� mi
interior hasta mis entra�as. Esa tarde me desvirgo y me abotono la concha.
Cuando me libero, quede tan mal que mi t�a tuvo que ayudarme, guarde cama casi
tres d�as. Supe de la tremenda cosa con que el dogo me hab�a desvirgado y
abotonado, cuando vi la filmaci�n y hasta hoy me sorprende como soport� y aloj�
dentro semejante mounstrosidad.
As� me convert� en mujer, la filmaci�n de mi desfloramiento
fue uno de las mejores que haya hecho mi t�a y me convirti� en la estrella del
negocio, mi t�a me hizo su socia y ganamos mucho dinero. Tambi�n vend�amos
filmaciones de las amistades que gustan del amor zoof�lico. Pasado un tiempo,
vendimos la casa y nos trasladamos a otra ciudad a poner en marcha otros
negocios.
Continu� estudiando y aunque me sent�a feliz, la preocupaci�n
por mi hermano me ensombrec�a. Enviaba dinero a mama, sin decir de que ni donde
viv�amos, as� pasaron seis a�os. Mi dicha se completo cuando al visitar un
pueblo, mi t�a top� con mi hermano. Laboraba en una gasolinera y cuando mi t�a
lo trajo al hotel, casi me desmayo de alegr�a, ya era un corpulento ejemplar
masculino de casi metro noventa. Dijo que viv�a con su novia, al inicio se
mostr� reservado, pero al reencontrar la confianza, nos enter� que la novia era
la solterona due�a de la gasolinera. Quiso marcharse pero le pedimos que
esperara unos minutos.
En el dormitorio mi t�a y yo cambiamos de ropa r�pidamente
llam�ndolo. De pie a mi lado, mi t�a mostraba sus tetas sujetas por un cors�
rojo, yo con babydoll transparente y la cintura expuesta, mostraba a mi hermano
desde las tetas hasta el ombligo. Recorri� nuestros cuerpos y clavo su mirada en
nuestras entrepiernas, con deleite vimos como el bulto de su pantal�n se hizo
notable. Mi t�a tenia un conjunto portaligas con una apretada y peque��sima
tanga metida en sus labios vaginales, yo vest�a una truza transparente que
dejaba a su vista el triangulo de mis vellos pubianos. Sin dejar de verlo, ambas
giramos lentamente hasta quedar de espaldas a el, dejando a su vista nuestros
traseros. Mi t�a se cubr�a las nalgas con una minitanga, mientras el hilo dental
de mi truza enterrado en el canal de mis gl�teos, dejaba desnudas mis nalgas. No
disimulamos el morbo y la excitaci�n que nos dio ver que la entrepierna de mi
hermano, grande de por si, se hizo enorme.
Pasamos la noche juntos. Al desvestirlo silbamos de
admiraci�n y complacencia, su pene hab�a desarrollado enormemente, parecido al
un pony por lo largo y grueso que era. Lo mamamos y acariciamos con toda la
experiencia que ten�amos. Mientras le hacia el amor a mi t�a, teni�ndola a
cuatro patas, le acarici� su bien formado culo y dijo que muchas veces se hab�a
venido dentro de otras mujeres con tan solo recordarla. Cuando me toco turno de
ser cogida, puse mis piernas en los hombros de mi hermano y le ped� que primero
me hiciera el culo. Me penetro con mucha ternura, lo recib� gimiendo de dolor y
placer, mientras su pene me iba entrando, dijo que hab�a extra�ado mucho la
calidez de mi culo.
Cogimos toda la noche, se hab�a convertido en un amante
experto y aunque est�bamos acostumbr�bamos a los enormes penes de perros
grandes, mi hermano nos desmadej� ambos lados a las dos. Durante nuestra
permanencia en esa peque�a ciudad, pasamos varias noches juntos. Al irnos lo
hicimos con pesar pues no quiso acompa�arnos pero le dejamos la direcci�n de la
casa y el tel�fono para comunicarse con nosotras.
A las seis meses de nuestro reencuentro, mi hermano se
presento en la casa con sus pertenencias dentro de una bolsa de lona, acompa�ado
de una adolescente quincea�era de cuerpo voluptuoso y como averiguamos luego,
cogedora liberada e insaciable, su nueva novia. Dejando todo los atendimos, nos
cont� que despu�s de tenernos nuevamente, su relaci�n con la solterona se le
hab�a hecho insoportable y que camino a casa, hab�a conocido a la chica al
sacarla de problemas, era una hu�rfana y por ella retraso cinco meses su
regreso.
La misma noche de su retorno volvimos a hacer el amor, ambos
se quedaron a vivir con nosotras. El y su novia retornaron a los estudios, mi
hermano se gradu� de ingeniero y al terminar la prepa, su novia sigui� estudios
t�cnicos en filmaci�n y edici�n. Guardando el secreto del parentesco, mi t�a lo
presenta como su marido y por nuestro parecido, a mi como su hermana menor y a
su novia la pasa como sobrina de ambas.
En una ocasi�n que en noventa grados, con la falda levantada
y apoyada en el mueble de la cocina, mientras mi hermano parado atr�s m�o, me
hacia el culo, una visita conocida de mi t�a nos sorprendi� y escandalizada,
pues sabia que �ramos cu�ados, se lo dijo a mi t�a. Dice ella que al ver la
indignaci�n de la se�ora puso cara de seria, pero a duras penas aguant� la risa
al imaginar que hubiese hecho de saber que �ramos hermanos. Entre los cuatro
llevamos a cabo nuestras fantas�as sexuales sin da�ar a nadie, incluso somos
doblemente penetradas, pero a causa del incidente anterior, tenemos mas cuidado.
Desde el retorno mi hermano, abandonamos la promiscuidad
sexual haci�ndonos fieles a el. A los dos a�os de convivencia nos mudamos a las
afueras de otra ciudad y en acuerdo mutuo, al mismo tiempo, la t�a se hizo
embarazar de un cliente, yo de otro cliente y mi hermano embarazo a su novia de
diecisiete a�os, ella le dio un ni�o, pero mi hermano tambi�n firm� a su prima y
a su sobrina como hijas propias. Durante nuestro embarazo simultaneo nos
divertimos mucho. Luego de dar a luz, las tres nos ligamos las trompas para
evitar embarazos y as� poder gozar sin restricciones del sexo.
Gracias a nuestros negocios tenemos buenas rentas, llevamos
a�os en otra residencia mas grande con piscina y mas aislada que la anterior,
para el resto del mundo, mi hermano es el sacrificado y comprensivo marido de mi
t�a, que alberga a las madres solteras que son su sobrina y su cu�ada, cuando en
realidad somos su mujer y su hermana. Por amor hemos hecho todo para el, incluso
entregarnos a desconocidos que nos cojen por donde antojan, mientras el observa,
para su gozo hacemos de putas con clientes y todo, cosas incluso que una puta ni
siquiera har�a por dinero, as� somos felices. Los cuatro dormimos en una cama
especial de seis plazas. Durante algunos a�os, en la intimidad de nuestro hogar,
fue nuestro �nico var�n y las tres fuimos sus �nicas mujeres.
Nuestros hijos crecieron aceptando como natural nuestro
comportamiento sexual, aprendiendo las t�cnicas sexuales. Conforme llegaban a
los trece a�os, como regalo de cumplea�os en presencia de todos nosotros, mi
hermano le desvirg� la concha y el culo, primero a la mayor de todas, su prima
la hija de la t�a, luego a mi hija, su sobrina y por �ltimo, como obsequio su
mama desvirg� a mi sobrino y luego, con el acostado de espaldas, mi hija, yo, la
t�a y su hija, nos turnamos para ensartarnos en la concha y el culo, su pene que
ya entonces exhib�a un tama�o y grosor respetable, totalmente inadecuado para su
edad, asi prob� nuestros cuerpos y lleno de semen el culo de su prima,
haci�ndola gritar de dolor. Aunque ya participaban con nosotros en el sexo, solo
mediante caricias, pero conforme perd�an la virginidad, ten�an sexo como
cualquiera de nosotros. Es un espect�culo muy hermoso, cuando todas las mujeres
estamos en cuatro patas cobre la cama, mientras mi hermano turn�ndose, desde
atr�s acaricia y coge los lozanos traseros de su prima y su sobrina, que ya son
unas bellas se�oritas de diecis�is a�os, y su hijo, mi sobrino, que es un
excelente macho y se coge tambi�n con las ni�as, turn�ndose nos hace el culo a
su mama, a su t�a abuela y a mi, la hermana de su padre.
Mi hermano sigue siendo un semental y con la insaciable sed
de sexo de su hijo, nos dan duro hasta dejarnos las conchas y culos ardiendo,
pero para no agotarlos y ser fieles, de vez en cuando las mujeres hacemos el
amor entre nosotras o incorporamos a la mascota familiar para disfrutar con su
enorme pene.