Hola a todos, me llamo Cindy y tengo 19 a�os. No soy muy
delgada pero no llego a estar rellenita, mido 1,60 m, mis ojos son verdes y mi
pelo es largo y moreno. A veces me confunden con una chica de raza mulata ya que
soy bastante morena de piel.
Siempre hab�a pensado que el sexo, ni nada relacionado, era
algo prohibido y que yo nunca lo probar�a; adem�s no pod�a imaginarme haciendo
lo que eran guarradas para m� con ning�n chico.
Mis amigas siempre me comentaban que ten�a que "soltarme" un
poco porque a ese paso, me meter�a a monja y para que fuera perdiendo esa
verg�enza, me invit� mi amiga Noem� a una fiesta donde la mayor�a de las
personas que asisten a ella es para "hacer amigos de una noche".
As� que escog� un vestido, que para gusto de mis amigas era
demasiado cerrado; era blanco de tirantes, no ten�a escote alguno y llegaba por
las rodillas pero al llegar Noem� cogi� las tijeras y empez� a quitar tela y se
convirti� en un vestido muy sexy.
La verdad es que ni yo misma sab�a que tenia esas curvas tan
provocativas: mi pecho parec�a m�s grande (sobre la talla 95), mi cadera
conten�a un culito perfecto, redondito y duro, como si estuviera pidiendo carne.
Mis piernas eran largas y mis tobillos finos junto con mis pies peque�os,
calzaban unos finos zapatos de tac�n. Como no ten�a ropa interior sexy, se la
ped� a mi amiga y esta me dej� un tanga blanco de tiras, pero al ver que no me
daba el sost�n, se lo ped�, pero esta me dijo que no hac�a falta, as� que a
pesar de marcar mis pezones, no estaba inc�moda.
Al llegar al local donde se celebraba la fiesta, todos los
chicos me miraban asombrados por el cambio de aquella noche. Cuando empec� a
bailar, al no llevar sost�n, mis pechos se mov�an con el ritmo de la m�sica e
inmediatamente ten�a a Enrique, el chico m�s guapo de aquella fiesta,
invit�ndome a una copa. No estoy acostumbrada a beber, por lo que en cuanto bebo
un poquito,...ufff, no me para nadie!
Ya en la pista, mientras bail�bamos, Enrique me hizo una
proposici�n: si quer�a tener la noche m�s caliente de mi vida. Yo nerviosa le
dije que s�, as� que me llev� a su casa y al cerrar la puerta me dio el beso m�s
sensual que hab�a sentido nunca.
Despu�s me llev� a una habitaci�n y me empuj� contra la cama,
ya que a m�, despu�s de todo, me daba respeto. All� me quit� el vestido y me
dej� con el tanga. Empez� a acariciarme los pechos y a llenarme el cuerpo de
besos. Como era virgen y nunca me hab�an acariciado mi chochito, enseguida se
llen� de flujos y le manch� su mano y me la hizo limpiar con mi lengua mientras
�l se acariciaba su pene ya erecto.
Me dio la vuelta mirando hacia abajo y me meti� el tango por
toda mi rajita, movi�ndolo hacia arriba y hacia abajo. Mi cuerpo se estremec�a
por momentos y yo ten�a ganas de m�s as� que empec� a desnudarle lentamente
mientras le acariciaba los labios con mi lengua.
Nunca hab�a visto a un hombre desnudo, y como es l�gico, mi
chochito se empez� a mojar m�s y mis flujos ya sal�an de �l. Enrique, al darse
cuenta, meti� su cabeza entre mis piernas y empez� a lamerme como si fuera un
perro.
Le ped� que me ense�ara a pajearle y, la verdad, no me
parec�a muy dif�cil as� que como ten�a bastante destreza, al momento empez� a
correrse y lo hizo encima m�o, me pareci� muy excitante. Despu�s de esto, empec�
a sentir como me la iba metiendo mientras est�bamos uno enfrente de otro, no me
doli� nada, as� que el orgasmo era impresionante, llenamos la cama de l�quidos.
Ya vestidos y de vuelta a la fiesta me pegunt� que si quer�a
pasar otra noche con �l, y yo acept� encantada. Desde entonces todos los viernes
por la noche nos vemos en un lugar diferente.