Me llamo Paulina y lo que voy a relataros ocurri� cuando
ten�a alrededor de 18 � 19 a�os. Tengo un primo de mi misma edad que siempre
ven�a a la playa con mi familia y conmigo. Dorm�amos en dormitorios contiguos y
a veces nos qued�bamos hablando hasta altas horas de la madrugada en la
habitaci�n de alguno de los dos, pero nunca hab�a pasado nada entre nosotros. �l
era mi mejor amigo y yo igual para �l.
Un d�a est�bamos en mi casa, acab�bamos de volver de la playa
y est�bamos rendidos de cansancio. Mi primo se dej� caer en su cama nada m�s
llegar. Deb�a estar rendido despu�s de pasarse nadando toda la tarde.
- Est�s hecho polvo, primo -le dije al pasar por la puerta de
su cuarto- �Te apetece que te haga un masaje?
- No sabes cu�nto te lo agradecer�a -me contest�.
Me sent� en la cama y empec� a masajearle la espalda, los
hombros... La nataci�n hab�a hecho de mi primo un chico musculoso y excitante.
Su piel bronceada por el sol le confer�a a�n m�s atractivo a su ya de por s�
cuidado cuerpo.
- Sigue por los abdominales -me pidi� d�ndose la vuelta- Los
tengo un poco agarrotados.
Empec� a masajearle el est�mago, duro como una tabla por las
innumerables horas de gimnasio con que mi primo sol�a mantenerse en forma todo
el a�o. Segu� bajando inconscientemente y me di cuenta de que ten�a la polla
dura bajo el ba�ador. Aquello me excit� much�simo. Se me pas� por la mente la
idea de toc�rsela, pero no pod�a, era mi primo. A pesar de eso, no pude evitar
que aquella experiencia poseyera mi mente durante el resto del verano. Desde
aquel d�a, cada noche tuve fantas�as sexuales con mi primo. Decid� que antes de
que acabase el verano las har�a realidad.
El final del verano se acercaba y una noche decid� que ser�a
la definitiva. No ten�a ni idea de lo que iba a hacer, pero algo ten�a que
hacer. Nos fuimos a la cama como todas las noches, pasadas las 12. Me despert� a
eso de las 4 de la madrugada y tras mucho pensar, me levant� y entr�
cuidadosamente en la habitaci�n de mi primo. Camin� en silencio hacia su cama y
me acost� en ella con cuidado para que no se diese cuenta. Decid� que era el
momento de la verdad. Baj� mis manos hasta sus calzoncillos, pues nunca hab�a
utilizado pijama para dormir, y met� la mano. Enseguida encontr� su polla que,
curiosamente, estaba tiesa y dura como una piedra. Posiblemente, mi primo estaba
teniendo un sue�o de lo m�s excitante. La rode� con mis dedos y �l se despert�
sobresaltado. Al verme all�, a su lado, con su polla en mi mano, sonri� y acerc�
sus labios a los m�os. Mientras nos bes�bamos apasionadamente, uniendo nuestras
lenguas en un lazo sin fin, empec� a masturbarle.
- �Te gusta? -susurr�.
- Me encanta -respondi�.
- Me gustar�a que t� tambi�n me lo hicieses -le ped�.
Sin mediar palabra, dirigi� su mano a mi entrepierna,
entrando por debajo de mis braguitas. Empez� a acariciarme el suave vello de mi
co�o y luego introdujo un dedo en mi h�medo agujero. Aquello me puso a cien.
Quer�a m�s y decid� dec�rselo.
- �Quieres que lo hagamos? -le pregunt�.
- S�, no hay nada que desee m�s en este momento -me respondi�- �Y t�?
- Yo tambi�n quiero que lo hagamos, pero... -me detuve- A�n soy virgen...
- �Y eso te preocupa? -me contest� sonriendo- Yo tambi�n lo soy y no se me
ocurre nadie mejor para dejar de serlo que t�.
Est�bamos a punto. Se puso encima de m� y, tomando su polla
con la mano, la conduje hasta mi estrecha cueva. Empec� a notar c�mo iba
entrando, despacito, con cuidado para no hacerme da�o. Mi primo gem�a con
suavidad, yo aguant� la respiraci�n hasta que por fin sent� que me hab�a entrado
del todo. No pude evitar soltar un fuerte gemido que hubiera despertado a mis
padres si mi primo no me hubiese tapado r�pidamente la boca. Empezamos a
movernos r�tmicamente, gimiendo despacito, entre besos y caricias.
- Voy a correrme -me susurr�.
Yo tambi�n estaba a punto de hacerlo, pero consegu� mantener
la cabeza fr�a el tiempo suficiente como para hacer algo de lo que siempre me
hab�an hablado mis amigas y por lo que sent�a una inmensa curiosidad. Saqu� su
polla de mi co�o y le hice ponerse a horcajadas sobre mi est�mago. Me puse su
duro y caliente miembro entre mis tetas y empec� a hacerle una cubana, como
dec�an mis amigas. Estaba loca de placer, la polla de mi primo cada vez estaba
m�s hinchada y dura, hasta que, por fin, se corri� con fuerza alcanzando mi boca
con su semen. Yo a�n no me hab�a corrido y mi primo lo adivin�, as� que
descendi� por mi cuerpo con su polla a�n rezumante de dulce y blanca leche y
empez� a chuparme el co�o. Era la primera vez que alguien me hac�a eso y sent�a
una sensaci�n de lo m�s extra�a, aunque eso no evitaba que me sintiese
excitad�sima. Sigui� chupando y lamiendo el tiempo suficiente para que yo
explotase en un potente y estremecedor orgasmo que me hizo temblar de la cabeza
a los pies. Nos besamos suavemente, me levant� y me fui a mi cama.
Despu�s de esa noche lo hicimos todas las noches hasta el
final del verano. Ten�a la esperanza de que el a�o siguiente ser�a igual, pero
mi primo encontr� novia y se cas� en julio del a�o siguiente. El d�a de su boda,
cuando me acerqu� a darle la enhorabuena, me dio dos besos y me sonri� de una
forma que solo �l y yo entendimos. A�n me queda el recuerdo de aquel verano y
con ese recuerdo me masturbo siempre que me siento triste.