Era tarde, y tenia la sensaci�n de no haber visto al sol
desde hacia mucho. La cabeza le daba vueltas y un vago recuerdo de una fiesta
vino a su mente, pero tan fugaz como llego este se disolvi� dej�ndole una gran
incertidumbre. Llevaba puesto una musculosa que dejaba ver su corpi�o negro y
una bombacha del mismo color. Tambi�n ten�a unas zapatillas de lona y no llevaba
medias. La musculosa tenia algunas manchas de sangre y tenia la sensaci�n de que
estaba cubierta de polvo, sus manos estaban muy sucias y cubiertas de sangre
coagulada en su mayor parte, esta formaba un oscuro engrudo y realmente tenia un
fuerte olor a oxido.

Hacia mucho calor y las luces estaban apagadas, a lo lejos se
o�a muy debes en cuando alg�n autom�vil pasar y con sus faroles alumbraba por un
instante los cuartos de la casa. Un gran espejo ubicado en la sala le permiti�
ver por unos escasos segundos que ten�a todo el maquillaje corrido y que a pesar
de que ten�a el pelo corto y muy negro, estaba totalmente despeinado. Bajo el
espejo un mueble antiguo sosten�a un florero con un clavel, tomo la flor y la
arrojo sin mayor remordimiento y utilizo el agua para enjuagarse las manos y
refrescar su nuca y su cara.

Un poco m�s despierta y sin tanto mareo, busco con la vista
alguna salida pero sola vio dos grandes ventanas con rejas. Se asomo por una de
ellas pero los cristales estaban cubiertos por una capa de grasa y mucho polvo y
era imposible limpiarlos con lo que ten�a a mano.

Volvi� a la escalera y se sorprendi� al ver un gran charco de
sangre justo en el lugar en donde ella hab�a estado sentada. Muy asustada
pensando que estaba herida busco por sus piernas y sus brazos alg�n tipo de
corte, se quito la musculosa y solo vio que esta estaba rasgada en la parte de
atr�s. Como un rayo la imagen de una gran fiesta inundo sus pensamientos y
record� como un hombre adulto con una copa de champagne en la mano, le pasaba
suavemente los dedos por sus gl�teos. La imagen se fue abruptamente y una
sensaci�n de asco recorri� su cuerpo finalizando en un gran escalofri� que la
estremeci�. Se acomodo un mech�n de pelo que le obstru�a la visi�n, al hacer
esto un fuerte impacto se hoyo en el piso de arriba seguido de un gemido que
denotaba mucho dolor.

Sin darse cuenta hab�a tomado un gran palo con un clavo en la
punta de unas 4 pulgadas aproximadamente. Subi� tres escalones y un sonido
parecido al anterior, pero de menor intensidad se volvi� a o�r. Todo se nublo a
su alrededor oblig�ndola a tomarse fuertemente de la baranda de la escalera. Un
vomito liquido cayo al vaci� produciendo un sonido seco, no sabia lo que le
pasaba y pas�ndose el borde de su mu�eca limpio los restos del vomito de sus
labios.

Una vez en el piso de arriba, una m�sica conocida se
escuchaba al final de un pasillo oscuro adornado por cuadros de diversos
tama�os. Aun un poco mareada y con el palo en la mano camino ayud�ndose con la
mano, para no perder el equilibrio. Los cuadros se torc�an mientras su mano
dibujaba curvas de diferentes formas y algunos de los m�s peque�os ca�an al
suelo de madera.

Cintia estaba realmente cansada y la m�sica invad�a sus
pensamientos, cerr� fuertemente sus ojos y cuando los abri� se encontraba
bailando ante un grupo de cinco hombres, dos de ellos se masturbaban mientras la
miraban y un completamente desnudo y muy poco atractivo tomaba su miembro y con
un gesto de su mano le indicaba que se acercara hacia �l. Paro de bailar, y la
m�sica aun m�s fuerte que antes empujaba al silencio fuera de ese extra�o sal�n.
Cintia camino lentamente hacia al hombre y noto que no pod�a ver su cara, solo
se distingu�a una sonrisa socarrona, mientras que las manos de los dem�s hombres
tomaban sus piernas y jugueteaban con su entrepierna por debajo de su ropa
interior.

Al llegar enfrente del hombre, la mano que le indicaba que se
acercara, ahora se ocupaba de empujarla suavemente hacia abajo oblig�ndola a
arrodillarse. Una vez de rodillas noto que los 4 hombres restantes se pon�an de
pie y caminaban hacia ella, el quinto acercaba su pene a su cara y ella abr�a su
boca y con la punta de la lengua rozaba la cabeza de su pene. Otro vomito hizo
que regresara a ese oscuro pasillo, se tomo la frente, froto sus ojos y con gran
esfuerzo emprendi� la marcha hacia el final de ese pasillo.

Al llegar a la ventana, y encontrase ante la ultimo puerta
del largo pasillo, nuevamente la luz de un auto dejo ver el nombre �Lily�
escrito con sangre sobre el dintel de la puerta. Ella conoc�a ese nombre, �pero
de donde? Hizo un poco de esfuerzo y tras unos segundos se encontr� rodeada de
tres hombres. A uno de ellos le practicaba sexo oral, recorriendo su pene con la
lengua, besando el costado del mismo y mordi�ndolo delicadamente. Otro de ellos
se encontraba a su espalda y arrodillado al igual que ella, colocaba su pene
entre sus piernas y lo frotaba contra sus muslos balbuceando palabras
entrecortadamente. Los suaves labios de su vagina, formaban un canal lubricado
por donde el pene se deslizaba amagando a penetrarla en cualquier instante.
Cuando el pene se encontraba con la punta de su cl�toris lo impulsaba hacia
arriba y ella, sin poder contenerse emit�a un dulce gemido que se opacaba cuando
introduc�a el miembro del primer hombre en su boca.

El tercero, sin dejar de masturbarse acariciaba sus pechos y
les susurraba cosas al o�do que no pod�a entender por el fuerte volumen de la
m�sica y llego a pensar que era un dialecto fuera de lo com�n.

El hombre que se encontraba detr�s suyo, con un empuj�n lento
pero firme obligo a esta a recostarse sobre el fri� piso de m�rmol. Los pezones
de Cintia rozaron el m�rmol y estos se endurecieron r�pidamente produci�ndole
algo de dolor, luego dejo posar gran parte de su busto sobre este colocando las
manos bajo su ment�n. Con la m�sica muy fuerte empez� a mover su cola suavemente
al ritmo de esta y sobre su hombro derecho miro al hombre que parec�a
hipnotizado con el movimiento de sus caderas. Jadeando y ba�ado en sudor se
introdujo en ella, depositando una mano en su gl�teo y otra en su espalda.
Mientras este hombre desesperado y muy excitado hacia lo suyo toscamente,
dejando de penetrarla o err�ndole a su hermosa vagina, los otros dos se
reunieron con sus compa�eros del otro lado del gran sal�n. Fue ah� cuando ella
pudo ver a otra mujer boca arriba y amordazada, Cintia conoc�a a esta mujer pero
no recordaba de donde.

Estaba con el torso desnudo y una especie de manta color
negro, la cubr�a de la cintura hacia abajo. Yac�a sobre el suelo observ�ndola
con una mirada perdida en un punto que se perd�a en la oscuridad del sal�n.

Ten�a el pelo rojo muy oscuro, era obvio que estaba te�ido o
llevaba puesta una peluca. Era una mujer muy p�lida y sus labios rojos eran lo
primero que uno notaba en su rostro. Una mariposa tatuada en su hombro hizo que
Cintia volviera de esa extra�a visi�n. Ten�a su mano en el picaporte de la
puerta y aun sosten�a fuertemente el palo que hab�a recogido en el piso de
abajo.

Tomo valor y abri� la puerta, la mujer que hab�a observado en
sus visiones estaba clavada a la pared. Ten�a los brazos extendidos y las
piernas abiertas formando una estrella de cinco puntas. Un hilo de semen ca�a de
su vagina interrumpi�ndose y transform�ndose en peque�as gotas pero pronto
volv�a a transformarse de nuevo en fino hilo.

Sin pensarlo Cintia dijo �Lily� y r�pidamente se tapo el
rostro con una mano mientras dejaba caer el peso sobre el palo. Tras unos
minutos observo que en la boca de Lily, aparte de manchas de sangre hab�a un
bollo de papel. Con un poco de repugnancia lo retiro de la boca, lo extendi� con
cuidado ya que estaba h�medo por la saliva y puedo leer en el papel escrito con
tinta negra�Detr�s de ti�

Continuara�