Relato: Rutinas Rutinas
oy un hombre de costumbres bien establecidas al que los
cambios, las sorpresas, o las improvisaciones no le gustan. No es que no me
gusten es que las aborrezco, no producen mas que distracciones y un desperdicio
de energ�a f�sica e intelectual. Estoy convencido de que no hay nada como una
vida ordenada, bien estructurada donde uno sabe donde esta cada cosa, lo que hay
que hacer en cada ocasi�n, a donde va y de donde viene.
Esta no es una
conclusi�n sacada a la ligera; es la experiencia de una vida. Tengo cincuenta y
seis a�os, de joven fui un tanto bohemio, viva la virgen, bala perdida o como se
quiera llamar y las hice de todos los colores. Pero a los treinta y cinco a�os
asent� la cabeza, me convert� en un respetable miembro de la sociedad, me cas�,
y aprend� que no hay nada tan acogedor, tan seguro y reconfortante como tener
reglas bien establecidas y seguirlas a rajatabla. Hay gente que dice que no se
puede estructurar, planear y regular todo en la vida. Aunque, en el fondo no
saben de que hablan, tienen su punto de raz�n. Nadie ni nada es perfecto, pero
con un poco de cuidado y disciplina se puede planear mas del 95% de las
actividades diarias y evitar disgustos y sobresaltos. Puedo poner un ejemplo:
hoy, un d�a de mi vida
Es el ultimo viernes del mes, dos de la tarde estoy abriendo
la puerta de casa e inmediatamente percibo el olor de la comida. Carmencita, mi
mujer, me esta esperando en el comedor, de pie, al lado de la mesa, la comida
reci�n servida. Ella sabe que a las dos, como un clavo, estoy en casa y que no
me gusta esperar, que al llegar tengo que encontrar la comida sobre la mesa,
reci�n servida y calententita.
Carmencita es siete a�os m�s joven que yo, cuando nos
casamos, a sus veintiocho a�os llamaba la atenci�n. Alta, rubia, de cara sino
guapa al menos bien parecida, pero con un gran tipo. Buena delantera, estrecha
cintura, un trasero bien pronunciado y largas y bien torneadas piernas. Cuando
llevaba zapatos de tac�n alto y falda estrecha daba gloria verla andar.
No se si
daba mas gusto verla por delante gozando del ondear de sus caderas y el bamboleo
de los pechos o verla por detr�s con aquellas interminables piernas moviendo y
agitando el glorioso trasero. Aun hoy en d�a, a sus cuarenta y siete a�os,
cuando se esta empezando a ajamonar un poco, he tenido la suerte de que ha
puesto los kilitos extra en los mejores sitios. Nunca he sido hombre de grandes
pasiones, as� que no voy a decir ahora que estoy loco por Carmencita despu�s de
veinti�n a�os de casados; ni que estuve loco por ella cuando nos casamos. Pero
siempre la he encontrado atractiva, siempre me gusto su trasero y, de hecho,
casi me gusta mas ahora que es aun un poquito mas grande. Me explico: como
Carmencita va dos veces al gimnasio todas las semanas (es un poquito vanidosa de
su excelente figura) tiene las nalgas grandes, si, pero de prietas, duras y
sabrosas carnes. Son nalgas que piden a gritos que uno las toque, las estruje,
las bese y las adore.
Me he desviado un poco, volvamos al hilo de la cuesti�n.
Nos llevamos bien, Carmencita es alegre con un gran sentido del humor, buen ama
de casa, inteligente y buena conversadora. Juega bien al ajedrez y al bridge los
�nicos juegos que a mi me interesan. Ella se ha acostumbrado a mi deseo de una
vida ordenada y reglamentada y sigue mis m�todos (al principio los llamaba
man�as) procurando siempre satisfacerme. Puedo resumir diciendo que nos
entendemos bien y tenemos una relaci�n placida, sin sorpresas, sobresaltos ni
angustias. Esto a muchos no les parecer� muy interesante, ni feliz, ni el
epitome del matrimonio, pero para mi es de lo mas satisfactorio, rayano en la
perfecci�n. Probablemente nuestra relaci�n es mucho mejor que la mayor�a de los
matrimonios que se casan "locamente enamorados" y a los tres a�os se est�n
tirando los trastos a la cabeza..
Al entrar en el comedor le di un beso en la mejilla.
Hola chata.
Hola Javier �que tal el d�a?
Bien, bien, sin problemas.
Sin muchos pre�mbulos nos sentamos a comer. Como todos los
viernes ten�amos sopa de fideos, filete a la plancha, patatas fritas, vino tinto
de la Mancha, naranja y flan. Hay gente a la que le gusta salir a restaurantes
para probar cosas nuevas. �Los necios! Es porque no saben lo que les gusta, y
van a ver si lo encuentran en alg�n sitio. Yo si que s� lo que me gusta, no
tengo que ir a ning�n sitio para que un presuntuoso maitre me diga lo que es
bueno y lo que me gusta a mi. Hay siete d�as en la semana, as� que Carmencita
tiene catorce men�s, para la comida y la cena y basta, nos dejamos de pamplinas
y "creaciones". Durante la comida charlamos poco, al acabar Carmencita recogi�
la mesa, sirvi� el caf� y me cont� algunos cotilleos que habia o�do durante el
d�a, lo caro que estaba el mercado y todas esas cosas que las mujeres cuentan y
los maridos tenemos que aprender no solo a soportar sino a escuchar aparentando
inter�s. Acab� el caf�, mire el reloj, tres menos cuarto, estupendo, tiempo para
ir al cuarto de ba�o. Al salir le di un beso en la mejilla a Carmencita y una
palmadita en su espl�ndido e incitante trasero de yegua madura.
Hasta luego Carmencita.
Recuerda Javier que hoy salgo a cenar con mis primas.
�Las mujeres! Es el ultimo viernes del mes, hemos comido
fideos y filete a la plancha y �se me va a olvidar que como todos los �ltimos
viernes de cada maldito mes sale a cenar con sus primas!
Ya Carmencita, ya lo se. Probablemente estar� durmiendo
cuando vuelvas.
Sal� del piso, cerr� la puerta, mire el reloj: las tres en
punto. �Como tiene que ser! A paso lento (para bajar el almuerzo), fumando el
habano del d�a, me dirig� a la oficina a donde llegue a las cuatro en punto.
Normalmente, por las tardes trabajo de cuatro a siete, pero el ultimo viernes
del mes, como Carmencita no esta en casa, me quedo hasta las ocho y media. As�
puedo acabar lo que pueda haber pendiente y empezar un nuevo mes sin nada
atrasado. Tambi�n, as� impresiono a jefes y subalternos que saben que pongo
tiempo extra cada mes sin jamas haber pedido un c�ntimo por las horas extra.
Como todos los �ltimos viernes de mes al salir de la oficina me dirig� con paso
lento hasta "Las Olas". Las Olas es un bar-restaurante gallego, cerca de casa,
con un estupendo marisco. A las nueve y cuarto me acerque a la barra:
Buenas noches D. Javier, �lo de siempre?
Buenas, noches, si lo de siempre, por favor.
Una de las ventajas de tener un sistema establecido es que no
hay que perder el tiempo con pamplinas. Llevo mas de diez a�os cenando en Las
Olas todos los �ltimos viernes de mes. Me conocen, les conozco, me esperan,
tengo sitio reservado y no tengo que perder el tiempo probando cosas que no me
van a gustar o explicar al camarero porque me gusta cenar en la barra. El
camarero despleg� una amplia servilleta, la puso sobre el mostrador y sin
preguntar nada mas puso cubiertos, pan, vaso de agua con hielo, copa de vino
blanco (r�as bajas) e inmediatamente, como por arte de magia, una raci�n de
pulpo a la gallega. Tan pronto como acab� el pulpo apareci� un raci�n de
percebes que a su vez fue seguida por una de gambas a la plancha. Como siempre,
sin tener que esperar, sin tener que decir -el pulpo calentito, las gambas poco
hechas todo estaba a punto, en su punto y a su tiempo �excelente!. Pague, y me
dirig� a casa concluyendo mi paseo. A las diez y media, en punto, abr�a la
puerta de la casa. Me di una ducha, me puse c�modo, unos vaqueros y una camisa
de franela y a las once en punto, encend� la televisi�n y puse en la videocasete
una cinta de una pel�cula medio porno, me serv� una copa de buen co�ac (o brandy
como los franceses quieren que lo llame) y me sent� a disfrutar de la pel�cula
con tranquilidad. La pel�cula no era nada del otro jueves, buen ganado, buenas
carnes, mucho mete y saca y nada mas. A las doce y media o� la puerta abrirse,
era Carmencita.
Hola Javier, pensaba que estar�ais durmiendo.
Se acerco y me dio un beso.
Hola Carmencita; no, decid� ponerme c�modo y esperarte viendo
una pel�cula verde, pero ya que estas aqu�, en vez de ver cosas verdes, las
podemos hacer.
La verdad es que iba vestida de una forma un tanto (o un
bastante) llamativa. Jersey gr�nate muy, muy ajustado, manga corta y gran escote
que dejaba ver casi la mitad de sus generosos pechos, un ancho y apretado
cintur�n dorado de gran hebilla; una minifalda de cuero negro muy ajustada que
realzaba el trasero de mis delicias, medias gr�nate, haciendo juego con el
jersey, y zapatos negros de alt�simo tac�n. Un gran pa�uelo amarillo ataba su
melena formando una cola de caballo; bolso negro y abundante maquillaje
completaban el atuendo. Quiz�s la pel�cula verde me habia matizado el color del
cristal a trav�s del que yo miraba las cosas pero, la verdad es que Carmencita,
mas que una respetable ama de casa de cuarenta y siete a�os, lo que parec�a era
una puta un poquito entrada en carnes y a�os. Pero no por la apariencia putil
menos deseable, al contrario, �Buena que estaba!
Uy Javier, pues si quieres hacer cosas, d�jame que me cambie.
�Para que? Como estas vestida me calientas mucho. �Ven aqu�
chata!
La cog� de la mano, la sent� sobre mis rodillas y mientras le
daba un buen beso met� una mano por su escote (aunque yo he hecho mi decisi�n,
no es una f�cil elecci�n el elegir entre sus generosos pechos o su glorioso
culazo). Ella parec�a no estar del todo por la faena y sacando mi mano de su
escote dijo:
�Caray Javier! No se de donde te vienen las prisas, d�jame
que me cambie.
Carmencita hueles un poco rara como a tabaco y a� no se que.
�Fuma alguna de tus primas?
Que van a fumar, quiz�s en el restaurante habia mucho humo.
Anda, d�jame que me cambie, no seas pelma, adem�s, tengo que ir al cuarto de
ba�o.
Se levanto de mis rodillas y se giro par ir al dormitorio, al
volverse not� que tenia una gran carrera en la media derecha que empezaba en la
parte de atr�s de la rodilla y se hacia mas grande hacia arriba. Yo r�pido la
cog� de una mano y volv� a sentarla en mis rodillas y mientras le manoseaba las
ancas de mis ensue�os dije:
Sabes que me chifla tu culo, lo tienes de un bueno. Por
cierto, tienes una carrera enorme en la media derecha mira�
Puse mi mano en la parte de atr�s de su pierna y con el dedo
segu� la carrera hacia arriba. Pero me habia equivocado, no eran medias lo que
llevaba era un panti, al seguir la carrera llegue hasta su ingle. All� el panti
estaba completamente roto con un gran agujero justo encima de su sexo y
Carmencita �no llevaba bragas!. Con sorpresa y con sospecha met� dos dedos en la
vagina y� los saque llenos de un liquido blancuzco y pegajoso� �semen!. �A eso
era lo que ol�a la muy puta a tabaco y a leche de hombre!
�Grandisima puta! Has estado follando.
Me levante levant�ndola a ella y como un poseso la abofetee,
no se cuantas veces, hasta que ella cay� al suelo llorando.
Conque cenando con las primas, �jodia zorra! Tu has estado
jodiendo como una puta mal parida. Te voy a ense�ar yo a ponerme los cuernos.
La agarr� de la cola de caballo y la arrastre a nuestro
dormitorio, mientras ella gem�a y gimoteaba y gritando entre sollozos dec�a que
no la hiciera nada, que me pod�a explicar todo. En el dormitorio le quite el
pa�uelo que anudaba su cola de caballo y con el le at� ambas mu�ecas bien atadas
despu�s lo ate a un poste de la cama.
Por favor, Javier, no seas impulsivo, �por favor Javier
d�jame explicarte!
Yo no estaba para ni para explicaciones ni para leches. De un
tir�n abr� la cremallera de la minifalda y de otro tir�n se la quite. �Que
jodia! Todo el panti estaba roto dejando mas de medio culo al aire. Le baje los
restos del destrozado panti hasta la rodillas y empece a darle una buena tunda
de azotes. Yo pegaba con todas mis fuerzas y ella entre lloros gritaba:
Por favor Javier, pegarme no, por favor no me pegues, �te
juro que no lo har� mas!. Pero no me pegues, Javier, �por favor!
Claro esta que yo no le hice ni caso: segu� d�ndole azotes
hasta que la mano me dol�a. Ella gimoteaba y segu�a pidiendo perd�n. La verdad
es que daba gloria ver aquellos muslazos y la maravillosa grupa poni�ndose de un
magnifico rojo tomate con las marcas de mi mano. Tanto me gustaba a la visi�n y
tanto me excitaba, que not� que empezaba a tener una erecci�n. Me acerque a ella
y separe los cachetazos de su trasero: me quede de piedra cuando vi que del
ojete tambi�n le chorreaba semen. Pense que podr�a ser semen que le venia de la
vagina, pero� el ojete, y todo su alrededor, estaba enrojecido e irritado; para
asegurarme le introduje un dedo en su recto y lo saque� con semen.
�Zorra maldita! �Guarra de mierda! Hasta por el culo has
tomado, eres una puta culera �Cabrona! �Has dado tu culo a otro! �Vas a aprender
a ponerme los cuernos a mi!
Enloquecido, sin pensarlo me quite el ancho cintur�n que
llevaba y empec� a darle zurriagazos. Ella chillaba, gem�a, se retorc�a,
imploraba, encog�a y estiraba las piernas. La verdad es que ver aquel culazo
fabuloso, otrora blanco torn�ndose rojo, ver a Carmencita retorcerse como se
estaba retorciendo, ver la carnes cediendo a la correa, en vez de calmarme y
descargar mi ira, me estaba excitando y mucho, pero excitando sexualmente. Me
baje los pantalones y calzoncillos, estaba empalmado y bien empalmado.
Carmencita segu�a llorando y suplicando.
Por favor Javier, no mas, con la correa no, no me pegues mas,
�te juro que no volver� a pasar! Pero la correa no, por favor.
�Calla, so putorra!
No lo pude resistir, y con la mano le pegue dos buenos azotes
en el culazo que con las marcas de la correa, ya estaba de todos los colores.
Otra vez separe los cachetazos y de un solo golpe le hund� mi tranca hasta el
fondo.
No Javier, por el culo no que lo tengo en carne viva. Por
favor s�cala que me duele muchisimo.
Calla, so puta que si no hubieras tomado por culo antes, no
te doler�a ahora. Deja de protestar o �por mis muertos que te mato a correazos!.
Deb� de sonar como un poseso porque a partir de ese momento
ni rechist�. Yo le daba por culo con todas mis fuerzas. La verdad es que verle
el culazo todo rojo con los verdugones de los correazos, ver mi tranca entrando
y saliendo del culo y Carmencita atada, callada y sumisa sin atrever a moverse
ni a rechistar me daba un placer enorme. Me incline sobre ella, met� mis manos
por debajo del jersey y del sujetador y le magree los pechazos. Usando sus
pechazos como asas, tirando ellos, segu� metiendo y sacando macer�ndole el culo
con una energ�a y fuerza poco com�n a mis cincuenta y seis a�os. Aquello era la
gloria, d�ndole por culo, sobando y magreando las tetas y Carmencita con un
apagado gimoteo de sumisi�n.
Guarra, eres una puta, y has tomado por culo, pero �que culo
mas bueno tienes! Que buenisima estas so cerda. �Me corro, me corro!
Con una ultima embestida, tirando de sus tetorras, tuve una
corrida salvaje en su culo, sali� lo suficiente para que al sacar la picha aun
le cayera algo de mi leche sobre su espalda. Relajado y satisfecho me fui al
cuarto de ba�o, me lave la picha bien lavada, cog� una toalla y la empape con
agua tibia. Volv� al dormitorio y con cuidado limpie la cara y el culo de
Carmencita. La desate, y ella se ech�, derrengada, encima de la cama. Fui a la
cocina, cog� una bandeja, dos copas y de la nevera saque una botella de
champagne (o cava como quieren los franchutes), un plato con fresas y volv� al
dormitorio. Carmencita se habia quitado el jersey y el sujetador, estaba en
pelota picada, apoyando su espalda sobre tres almohadas con los exuberantes
pechazos al aire, mas prominentes por su escorzo, enhiestos, �en toda su gloria!
�Que buena estaba! Si la Maja de Goya la pudiera ver, se morir�a de envidia.
Co�o Javier, has exagerado, los zurriagazos de verdad me han
dolido. Me has pegado como un bestia. �As� no vale!
Lo siento Carmencita.
�Co�o lo siento!, mira como me has puesto el culo cabrito.
Se dio la vuelta y la verdad es que me habia pasado. Tenia
marcas de mi correa por todos lados y hasta peque�os cortes. Me dio una enorme
pena y compasi�n ver aquellas deliciosas carnes, que tanto placer me daban, en
aquel estado.
Lo siento Carmencita, parece que he perdido el control.
Empece a besar tiernamente las partes doloridas. Me gusta
tanto su trasero que a menudo lo beso, acaricio y adoro con mi lengua. Tanto,
tanto me gusta, que en mas de una ocasi�n con mi lengua he invadido su culete,
no me da ning�n reparo y a ella le gustan mis besos negros. Pero Carmencita
enseguida corto mis cari�os.
D�jate de besos que ahora no arreglan nada. Coge algo de
crema del cuarto de ba�o y con mucho, mucho cuidado p�nmela.
As� lo hice y mientras con todo cuidado pon�a la crema volv�
a pedir mil perdones.
De verdad que lo siento Carmencita, de verdad. Pero te lo he
dicho muchas veces que no quiero que te den por culo. Esa maravilla de culazo
que tienes es solo para mi y para nadie mas. Todo lo dem�s esta bien, pero el
culo� m�o y solo m�o. Cuando he visto que te hab�an dado por culo me he cabreado
de verdad.
Acabe de poner le la crema, descorche el champagne y serv�
las dos copas y le ofrec� copa y fresas. Carmencita comi� un par de fresas, tomo
un sorbo del champagne y me dijo:
�Y te crees que yo no lo se? Pero que co�o pod�a hacer yo.
Pod�as haberme dejado hablar, cabrito, lo que pasa que quer�as gozar con la
correa �eh jodio?. Mira, d�jame que te cuente lo que ha pasado. Como todos los
�ltimos viernes de mes fui a la Amparo. Primero Amparo me puso con un curita de
pueblo que venia a la ciudad a descargar la leche acumulada durante muchos
meses. Muy buen chico y muy simp�tico. Lo hicimos normal sin problemas, se
descargo y se fue muy satisfecho a cuidar de su reba�o. Despu�s Amparo me trajo
un vejete de mas de setenta a�os. �Pobrecillo! Le deb� gustar cantidad porque
cuando me vio en pelotas el temblor que tenia le aumento de tal forma que no
acertaba la mano con el cipote. Se paso media hora sobandome, babeando y
diciendo que guapa y que buena estaba, pero no se le levantaba el instrumentillo
ni con gr�a. Al final me compadec� de �l y, aunque alica�da, le hice una paja
con la mano y cuando por fin se iba a correr, con el cipotin todav�a fl�ccido se
lo mame. No veas, el vejete se puso mas contento que unas pascuas y dejo una
propina extra que le encanto a la Amparo.
�Que puta que eres Carmencita! Pero me encanta cuando me
cuentas las guarrer�as que haces. Mira se me esta levantado otra vez de nada mas
o�rte. Pero lo del culo no te lo perdono, el culo es solo para mi.
Pues mira capullo si no me lo perdonas peor para ti, porque
no vuelvo a ir a la Amparo y como se te ocurre otra vez pegarme con la correa,
durante la noche cuando est�s durmiendo �te corto la polla!.
�No seas burra, co�o! Lo siento Carmencita pero de verdad que
me obcec� la idea de otro ti benefici�ndose ese culo que sabes que adoro. Pero
�porque tomaste por culo?
�Toma ya, como si yo hubiese querido! Lo que pas� fue que la
Amparo me puso con dos t�os. Que digo dos t�os, con dos bestias. Ya le dicho a
la Amparo que nunca mas lo voy a hacer con dos a la vez. Bueno, eran dos
hermanos, navarros, grandes y cuadrados, como armarios y ten�an unos cipotes que
no veas; bueno los ten�an en proporci�n a su cuerpo �como salchichones! Pero lo
dicho, eran camioneros y se hab�an hecho ricos, ahora son due�os de una empresa
de transportes. Al principio parec�an simp�ticos y dicharacheros. Charlamos un
poco y nos pusimos a la faena, les hice el franc�s, luego uno se tumbo en la
cama y me pidi� que follaramos conmigo encima. Mientras estabamos en la faena el
otro hermano me vio por atr�s y dijo:
Nacho, estas siendo gil�, estas en el agujero equivocado. No
veas el culo tan bueno que tiene la t�a.
Sin mas ceremonia Nacho me quito de encima, yo les dije que
no, que por culo ni hablar, pero �como me pod�a defender yo de esos bestias?
Entre los dos me pusieron de rodillas en el suelo y mientras uno me sujetaba por
los hombros, el otro se me trajino por detr�s. No veas lo que me doli� con la
tranca de burro que tenia el t�o aquel. Al principio me doli� mucho pero al
final, bueno al final aquel cipote enorme acabo d�ndome gusto. Una vez se me
hab�a enculado el Nacho no me iba a pelear otra vez y decirle que no al Joseba.
A los cabrones les encant�, dos veces me dio cada uno. No veas, me dejaron el
culo hecho unos zorros. Pense en lavarme antes de volver a casa, pero como
siempre quieres que venga con la leche de otros t�os� as� que por ti no me lavo
y encima vienes tu y me lo agradeces d�ndome de zurriagazos y no solo
zurriagazos sino otra vez otra vez por el culo. Lo debo tener en carne viva.
Joder Carmencita, tomaste por culo cuatro veces. �Que bestia,
que guarra eres! De solo de pensarlo f�jate como me las puesto, la tengo mas
dura que nunca. D�jame que te encule otra vez.
De eso nada Javier, de verdad que lo tengo desollado. Si
quieres te la chupo, o te hago un cubano, porque esta bien hermosa, pero por
atr�s, nada de nada.
Joder, me encantar�a encularte otra vez, pero bueno, hazme el
franc�s con el champagne.
Carmencita me hizo una de sus especialidades. Se llena la
boca con champagne fr�o y entonces me la chupa, las burbujitas, y el fr�o, que
enseguida se transforma, en calor, lo hacen muy especial y Carmencita lo hace de
maravilla. Con lo especial de la chupada, y lo caliente que me hab�a puesto
cont�ndome como se la hab�an enculado cuatro veces, no tarde nada en correrme.
Despu�s de la corrida, me tome otra copa de champagne y unas fresas y dije:
Gracias Carmencita, otra vez me has dado una noche de fin de
mes que ha sido una maravilla.
De gracias nada majo, que los zurriagazos me los tienes que
pagar, que no est�n incluidos en el programa de festejos.
�C�mo quieres que te los pague?
No estoy segura todav�a, pero estoy pensando que ma�ana
llamare a una de mis "primas" que trabajan con la Amparo y le dir� que venga.
Estoy pensando que te ataremos en pelotas y tendr�s que ver como nos hacemos el
amor las dos solitas. Cuando nos hayamos corrido varias veces te dar� unos
zurriagazos, para que aprendas, y te enculare con mi dildo. Si aguantas todo
como un hombre, sin llorar ni quejarte, quiz�s y solo quiz�s, te dejare que te
encules a la "prima".
Como tu digas Carmencita, ya sabes que ma�ana estoy a tus
ordenes y puedes hacer conmigo lo que quieras.
Lo s� cielo y me lo pienso pasar muy bien.
Nos dimos un beso y apagamos la luz. Seg�n me empezaba a
dormir pensaba que esto es un ejemplo de como se puede llevar una vida con
orden, orden hasta en los excesos. Hace tiempo nos dimos cuenta de que yo soy un
poco s�dico y que siempre he tenido la fantas�a de castigar y follar a mi mujer
despu�s de que otro se la haya beneficiado. Sobre todo me encanta cuando viene a
casa con la leche de otro t�o todav�a chorreando por su co�o, no se porque me da
tanto morbo ni me interesa el porque; as� que ning�n siquiatra pedante se
ofrezca a inventar una explicaci�n. Me gusta, disfruto con ello y no hago mal a
nadie, as� que los siquiatras a tomar viento. Carmencita tambi�n es bastante
viciosa, le gusta hacer y que le hagan de todo, tan de todo que es una todo
terreno. Tambi�n le gustan las t�as as�, que lo mas sencillo era ordenar
nuestros vicios, poner reglas y poner todo en su lugar, que ya lo dec�an los
antiguos (creo que fue un griego de Atenas, pero vaya usted a saber): "La virtud
no es la ausencia de vicio, sino limitar el vicio en su sede". As� que nosotros
lo pusimos en su sitio.
Durante todo el mes somos de lo mas normal, pero Carmencita
todos los �ltimos vienes de mes se va a una casa de putas (la Amparo es una
antigua conocida, de confianza). All� hace dos o tres "servicios" y la Amparo se
queda el dinero. Cuando viene a casa yo "descubro" que me ha puesto los cuernos,
la castigo (unos azotes, tirones de pelo, unos pellizcos en los pezones, nada
excesivo) y cuando esta llorosa y "arrepentida" le suelo dar por la "v�a
angosta" que tanto me pirra. Los azotes, los tirones de pelo, etc. pueden
variar, pero lo que no cambia es que el ultimo viernes del mes yo sacrifico en
el albo altar que es su culo glorioso. Si el Viernes por la noche es m�o, el
S�bado es su d�a. Carmencita suele llamar a una de las putas del establo de la
Amparo (a veces abusa y se coge dos) unas veces las trae a casa, y entre las dos
me hacen putadillas, otras se las lleva a bares de tortilleras� �ella tambi�n es
bastante inventiva! Ma�ana me quiere zurrar. No s� si me va a gustar, pero tiene
raz�n ella: me pas� con la correa as� que tendr� que pagar por mi falta de
control y por saltarme las reglas. Lo tenemos bien acordado: le puedo pegar,
pero solo con la mano y sin dejar marcas. Lo que pasa es que, que yo sepa, esta
vez es la primera vez que otra polla a hollado su, para mi, sacrosanto culo. No
me importa compartir su boca, su generosos pechazos, hasta su co�o, pero el culo
no, ese culazo de gloria es m�o y solo m�o. Pero bueno estoy desvariando, lo que
estoy tratando de explicar es que de esta forma nosotros, con el vicio puesto en
su sitio, mantenemos la virtud y sin desorden satisfacemos nuestros vicios.
Pero ya dicen que el hombre propone y Dios dispone, aun
teniendo las cosas pensadas y bien pensadas, con el m�ximo cuidado de vez en
cuando sale un imprevisto, como dos bestias navarras que abusan de tu mujer y le
violan el culo. Es que el culo de Carmencita (mas que de Carmencita deber�a
decir mi culo, porque lo poseo, es m�o y lo quiero todo para mi) es una
maravilla, no me extra�a que otros lo anhelen, mas que un culo es una
sublimaci�n, es el arquetipo de belleza plat�nico, es� La Tentaci�n
Irresistible. Tambi�n es verdad que seg�n lo ha contado ella, mucha violaci�n no
ha debido haber, porque no parece que Carmencita hiciera ni grandes combates ni
grandes esfuerzos por defender la virtud de su entrada posterior. La muy zorra
hasta confiesa que le gust�. Pero, �Qu� fiera la t�a, tomar cuatro veces por la
v�a estrecha y al parecer con vergas de respeto! �Afrodita Calipigina encarnada!
Estoy tan orgulloso de su aguante, vicio y puterio como estoy cabreado por
compartir "mi" culo. En fin, tampoco se puede aspirar a la perfecci�n, el mejor
escribano echa un borr�n, y un accidente as� tiene que pasar de vez en cuando,
pero �Qu� es un peque�o accidente, comparado con el orden que mantenemos y las
muchas magnificas noches de fin de mes que nos pasamos Carmencita y yo?.
De verdad, no hay nada como el orden, las reglas y la
estructura.
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Relato: Rutinas
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