Liliana era una mujer realmente hermosa, delgada de finas
piernas, tez muy blanca y cabello corto a los hombros, la conoc� ya que ella
atend�a una casa de ventas de camperas justo al lado de donde yo trabajaba. Me
atra�a mucho y so�aba estar junto a ella, aunque debo confesarlo, tambi�n me
gustaba mucho su compa�era pero no tanto como Liliana.
Luego de varios d�as de visita a charlar a su negocio la
invit� a salir esa noche, aprovech� la oportunidad ya que su compa�era ese d�a
no hab�a ido a trabajar, as� que me sent� seguro de mi prop�sito. Acept�
sorprendida la invitaci�n y quedamos que la pasar�a a buscar luego que terminara
nuestra jornada laboral.
Ya nos conoc�amos bastante bien por los di�logos que
manten�amos pero esa noche ser�a especial. A las ocho en punto estuve en la
puerta de su local y tomamos un taxi hacia una confiter�a lejos del centro la
cual conoc�a muy bien porque estaba decorada con buen gusto y las luces bien
bajas y asientos alargados para parejas. Entre trago y trago con alcohol y entre
la m�sica suave anim� un par de chistes que la divirtieron, eso hizo que se
sintiera m�s c�moda y segura de mis actos. Pero cada vez que miraba a sus
grandes ojos negros sent�a que mi coraz�n palpitaba m�s fuerte y ella con su
sonrisa lo notaba.
Tom� su mano mientras el di�logo se encarrilaba hacia
nuestros gustos mientras observaba sus esbeltas piernas que dejaban ver su fino
vestido y le dije a su o�do que estaba maravillosa y que no pod�a creer que
estabamos los dos en ese lugar tan juntos. Fue ella que tom� la iniciativa
d�ndome un beso en la mejilla. La mir� fijamente a los ojos y tom� su cara con
mis manos d�ndole un suave y prolongado beso. Ella se dej� llevar, entonces fui
por m�s al buscar su lengua que encontr� inmediatamente la suya que se
confundieron en un mar de salivas.
Me confes� que estaba esperando que llegara alg�n d�a ese
momento recrimin�ndome porqu� hab�a esperado tanto. Eso hizo que me calentara
m�s a�n y sin responderle la abrac� recost�ndola contra el respaldar del asiento
para apoyar mi cuerpo sobre el suyo y continuar bes�ndonos as� aferrados. Ella
comenz� a acariciarme mi espalda recorriendo mi columna mientras una de mis
manos encontr� la piel desnuda de una de sus piernas. Not� que eso la hizo
erizar y apoy� m�s fuerte sus peque�os pero bien formados pechos contra m�.
Pasaron varios minutos de juegos amorosos pero c�mplices en
esa confiter�a hasta que le propuse continuar con esa velada tan especial en mi
departamento, a lo que acept� gustosa. Luego de pagar casi corriendo tomamos un
taxi donde en el trayecto nos bes�bamos mutuamente recorriendo cada parte de
nuestras caras y cuellos. Al entrar al departamento sin decirnos palabra nos
abrazamos apasionadamente y comenc� a besar el l�bulo de su oreja. Esto la
excit� porque se aferr� m�s a mi cuerpo por lo que sent�a todas sus curvas.
Recorr� su espalda bajando mis manos hasta encontrar sus gl�teos, firmes pero
suaves, que apret� para que ella sintiera mi pene ya erecto contra su vulva que
sent�a a trav�s de la fina tela.
As� nos refregamos por varios minutos hasta que nos separamos
y ella subi� su vestido hasta sac�rselo por encima de su cabeza dej�ndome que la
viera mientras giraba vestida s�lo con una mini tanga que cubr�a apenas su bajo
vientre. Enseguida ella no esper� y desabroch� con mucha prisa los botones de mi
camisa besando cada parte de mi pecho bajando hasta la altura del cintur�n de mi
pantal�n. Inmediatamente quit� el cinto y baj� la cremallera dejando que el pene
mostrara todo su esplendor a trav�s del slip.
Para estar en igual condici�n me quit� el pantal�n tan r�pido
que perd� el equilibrio cayendo al suelo. Eso le dio mucha gracia y entre risas
se tir� junto a m� para abrazarme y refregar su cuerpo al m�o. Comenc�
nuevamente a sobar su cuerpo, pasando mi lengua por su cuello, bajando
suavemente hasta encontrar sus firmes y erectos pezones. Me entretuve un buen
rato con cada uno de ellos hasta que decid� continuar el recorrido encontrando
su ombligo. Ella se arque� al sentir mi lengua en ese peque�o orificio mientras
le acariciaba sus muslos y su cola firme. Pero la traves�a lleg� hasta donde
ella m�s quer�a, su vagina que a esa altura estaba bastante h�meda por sus
jugos. Con mis labios mord� suavemente su cl�toris lo que provoc� en ella un
espasmo que hizo que se aferrara a mi cabellera con fuerza casi hasta arrancarme
el cabello.
La punta de mi lengua entraba y sal�a de su cavidad y luego
de arriba hacia abajo encontrando su ano y su vagina, pero me entretuve m�s con
su cl�toris hasta sentir como ella se dej� llegar a su primer orgasmo. Liliana
no pudo m�s y gir� su cuerpo buscando mi �rgano mont�ndose arriba m�o quedando
en una maravillosa posici�n de 69. Bes� toda la longitud de mi miembro desde el
glande hasta el prepucio y con suavidad mordi� la cabeza del pene que hizo que
me estremeciera de placer. Luego lo introdujo muy lentamente en su boca y
comenz� masturbarlo con gran maestr�a, mientras yo segu� llen�ndome de sus jugos
mientras recorr�a su cl�toris y sus labios vaginales.
De repente, ella se separ� arrodill�ndose para cabalgarme. Mi
pene apuntaba directamente a su hoyo y ella con una de sus manos lo orient�
hasta donde quer�a. Lo introdujo ella misma en su cavidad en forma lenta hasta
que se sent� totalmente en �l para sentirlo todo adentro. Mientras con mis manos
apretaba sus pechos y pellizcaba sus pezones. Era realmente excitante ver a la
mujer que so�aba como me cabalgaba y eso me calent� m�s a�n.
Le suger� que cambi�ramos de posici�n y me tom� de la mano
para llevarme al dormitorio. En la cama ella puso en forma de perrito
mostr�ndome su culo que debajo asomaba su vulva abierta como esperando m�s. La
tom� de su cintura y parado fuera de la cama apoy� el pene sobre el orificio
cerrado de su ano mojando con mis l�quidos preseminales su ano y la vagina. En
esa posici�n, de una embestida, la penetr� por la vagina haci�ndola gritar de
placer. Entraba y sal�a cada vez m�s r�pido y sent�a como ella llegaba a otro
orgasmo, entonces me rog� que todav�a no llegara porque no hab�a conseguido lo
que quer�a.
Saqu� mi pene y pas� mis dedos por su mojada vulva para
humedecer su orificio trasero. Ella me suplic� que no lo hiciera porque de all�
era virgen, y eso m�s me excit� no haci�ndole caso introduje uno de mis dedos en
el ano lubricado, muy despacio mientras que con la otra mano jugaba en su
cl�toris. Liliana en el medio del placer se dej� llevar y not� como el orificio
se dilataba hasta darme lugar para que introdujera un segundo dedo. Bien abierto
su ano coloqu� la punta de mi polla ah� y de un solo movimiento se la met�. Ella
lanz� un grito de dolor pero igual se arque� m�s insinuando que continuara con
mi labor mientras ella masturbaba su vagina con �mpetu.
Penetr� un poco m�s mi pene hasta sentir como sus tejidos se
desgarraban pero luego se dilat� de tal forma, que ayudado por su humedad pude
meterla totalmente. Me qued� inm�vil un rato para sentir ese seco pero c�lido
lugar mientras ella jadeaba y se mov�a para que no me detuviera. Ya sin
obst�culo alguno continu� con el trabajo metiendo y sac�ndolo cada vez con m�s
fuerza hasta sentir los chasquidos de mis piernas contra sus muslos.
Liliana me apretaba con fuerza mis nalgas para que continuara
con las embestidas mientras me miraba a los ojos suplic�ndome que no parara.
Pero sent�a que en cualquier momento llegar�a a mi orgasmo y decid� sacarla de
all� para gozar de la forma tradicional. La recost� en la cama boca arriba y
mont� sus piernas sobre mis hombros contemplando bien su vagina dispuesta a
todo. La penetr� as� pero sin delicadeza agarrando su cadera para llevarla en un
sube y baja r�tmico que hizo que nos fu�ramos juntos en un orgasmo interminable.
Sent� como el semen inundaba su cavidad mientras jade�bamos de placer. La dej�
dentro suyo por un largo rato y sin sacarla me recost� encima suyo hasta que la
erecci�n culminara.
Luego descansamos juntos hasta reponer fuerzas y de la mano
nos dimos una ducha reconfortable, comentando lo mucho que hab�amos gozado y
cuanto nos dese�bamos.
Continuamos con esa relaci�n varios meses, pero por
cuestiones ajenas al sexo cortamos esa relaci�n por unos a�os. Tiempo despu�s me
puse de novio con otra chica y faltando dos meses por casarme volv�a encontrarme
con Liliana, eso hizo que dudara de mi casamiento pero continu� con mi vida
porque al lado de ella sab�a que no tendr�a mejor futuro que con mi futura
esposa. Despu�s de casado volvimos a encontrarnos pero solo un par de veces para
recordar aquellos buenos tiempos.