Relato: Susana, la mejor madura... En aquel entonces Susana tenia 39 a�os, era amiga de mi madre hacia muchos
a�os ya y era lo que se dice una mujer de muy buen ver... noches enteras las
habia pasado so�ando con semejante mujer. Un metro sesenta y dos, pelirroja
natural por donde se la mirara, caderas bamboleantes cual lambada embravecida y
unos pechos redondos, perfectos, grandes sin desmesura, bien parados y
contorneados. Recuerdo que siempre usaba escotes provocativos que dejaban ver la
union de ambos pechos y obligaban a imaginar como seria lo que habia quedado
oculto a la vista.
Su cola tenia la misma redondez casi perfecta de sus senos, bien paradita,
como un almohadon listo para zambullirse y pasar la vida alli, piernas
increiblemente parejas y torneadas, y unos ojos azules que cuando te miraban
hacian perder la nocion de todo lo poco que quedaba razonable en el mundo
despues de admirar su fisico. Y ya tenia 39 a�os... divorciada desde los 35, sin
hijos, y vaya a saber uno por que todavia no habia encontrado novio nuevo. Lo
cierto es que desde que se divorcio comenzo a ir al gimnasio tres veces por
semana y a visitar a mi madre casi todos los dias, asi que yo, con mis 17 a�os y
toda el ardor de mi adolescencia a cuestas me las ingeniaba para quedarme en
casa todo el tiempo que podia cuando estaba ella y acompa�arla al gimnasio en
los horarios mas insolitos.
Mis mas intimos y secretos deseos se empezaron a cumplir un Viernes caluroso
por la noche: llama Susana a casa y le pide a mi madre que yo la acompa�e a su
casa quinta puesto que estaba en venta y necesitaba sacar un par de cosas con
las cuales queria quedarse... el sabado me pasa a buscar a media ma�ana y en el
camino rumbo a su casa quinta habalmos de casi todo (obviamente excepto el tema:
sexo). Estuvimos todo el dia ordenando ella y yo moviendo muebles, acomodando
cajas y esas cosas tipicas de una mudanza. N podia dejar de mirarla, pantalones
de jean cortos, siempre descalza, el pelo suelto y una remera peque�a y ajustada
que dibujaba todo lo que habia por debajo. Cuando comenzo a anochecer tambien
comenzo la tormenta mas grande que recuerdo en mi vida, y asi tambien dio
comienzo una de las mejores noches que pase... llamo a casa y aviso que nos
ibamos a quedar porque el temporal habia inundado todo y no habia manera de
salir; se ducho y por la ceradura de la puerta del ba�o espie todo cuanto alli
dentro ocurria, en realidad solo podia ver su figura recortada tras la mampara
del ba�o, para mi mal se seco ahi dentro y no pude ver nada. Cenamos algo,
hablamos boberias y se fue a dormir acariciandome la melena. (ibamos a dormir en
cuartos separados)
Eran las 12 de la noche y no podia pegar un ojo, me la imaginaba desnuda,
acariciandola, besandola; me habia sacado cuanto tenia puesto quedandome
solamente con el boxer... estaba alborotadisimo como pocas veces, se me ocurre
pensar que con un vaso de agua puedo estar mejor y me siento en un banco de la
cocina con la luz del living solamente encendida pero que daba suficiente luz
como para ver que pasaba en la cocina. En eso aparece ella con un baby-doll
blanco (de esos transparentes), sin corpi�o y una bombacha casi minuscula. Por
favor!, lo que veian mis ojos... ella tambien toma agua, cuando se da vuelta
(sabiendo que yo estaba alli) se me acerca a la distancia ideal para que tuviera
un primer plano de semejante humanidad, de semejante mujer. "Que pasa, no podes
dormir?", me dice; yo, sin reaccionar le balbucie un "aha" y en eso me dice: "yo
tengo el remedio para eso..." (abrio los ojos celestes bien grandes), se bajo
los breteles del baby-doll dejando al descubierno unos pechos perfectos, los
cuales acaricie dejandome guiar por sus manos; mi miembro ya no podia con el
boxer asi que salio duro grande por el espacio que queda abierto por delante
(del boxer), cuando ella lo ve se corre el pelo de la cara, me da un piquito y
comienza a chupar, y chupo, chupo, y chupo... yo estaba muerto y habia ido al
cielo (o al infierno), por mis aullidos de lobo acorralado se percato que ya
estaba llegando el momento de la eyaculacion, saco su boca y sigui haciendome
una turca entre descomunales pechos, al acabar los llene de leche que suavemente
junto con sus manos. Tomo un sorbo de mi vaso de agua, me beso, me volvio a
acariciar la melena y me dijo: "ahora si, a dormir".
La escena recien ocurrida me calmo cinco minutos pero despues ya estaba
desesperado por estar con ella de nuevo, pase diez minuttos debatiendome entre
ir o quedarme en el cuarto, cuando de repente siento que se abre la canilla de
la ducha.
Otra vez a mirar por la cerradura, pero esta vez la mampara estaba abierta y
entonces pude espiarla bien, ya estaba a diezmil revoluciones de nuevo. Junte
valor y me meti al ba�o. "veni, te estaba esperando"... nos besamos, nos
tocamos, nos recorrimos todo el cuerpo con las manos y con la lengua mientras el
agua resbalaba por nuestros cuerpos.
Ya en la habitacion de ella seguios con la guerra de las lenguas, a esta
altura los dos estabamos muy calientes, y entonces tuvo lugar la primera
penetracion de la noche, sus gemidos no sabria decirles si fueron de placer o
fingidos pero maullaba como una gata en celo, esos pechos resultaron ser
perfectos y muy consistentes; cuando se pone en cuatro para apagar un velador
pude ver su cola en total dimension y de esa manera probe el sexo anal, mil y un
poses hubieron esa noche, mas besos y caricias. Lo cierto es que la tormenta no
paraba y adentro seguiamos en vela dandonos como para el campeonato. Recien nos
quedamos dormidos cuando paro de llover y ya salian las primeras luces del nuevo
dia.
Volvimos a mi casa como si nada hubiera pasado pero los encuentros no
terminaron ahi, hoy yo tengo 28 a�os y con Susana nos seguimos viendo, tambien
me veo con algunas amigas de ella, pero eso es historia de otra historia.
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Relato: Susana, la mejor madura...
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