Maldita Perra 2
"Ohhhh SI, as�, Ohhhh, cogeme, as� ahhhh�cogeme as� ummmmm
duro ahhh, meteme ese pedazote de carne tan rica, " Gritaba Susan mientras tenia
un enorme orgasmo contrayendo su vagina haciendo que su yerno inundara las
profundidades de su raja con potentes chorros de semen, entonces ella cuando el
saco su verga se agacho hasta meterla en su boca, y chuparla deliciosamente
hasta dejarla limpia, lamiendo su verga y sus bolas. Luego gateaba hasta los
brazos de su yerno y abrazados se dorm�an.
Jhon aun dorm�a cuando Betty su mujer llego a la casa,
mientras Susan o�a la llave abrir la puerta.
"Por favor, no me golpee!, ah�, no por favor!, polic�a
ay�denme!, no me haga esto bastardo!, lo odio, me esta violando, ayuda!"
Jhon despertaba cuando Betty corr�a dentro de la habitaci�n
al o�r los gritos de su hist�rica madre. El estaba desnudo con los brazos
alrededor de su suegra que ahora luchaba por liberarse, su semen estaba
res�manlo fuera de la vagina de ella. El aspecto de horror en la cara de su
esposa, dijo todo lo que necesitaba. El hab�a perdido a la mujer que amaba, Su
suegra hab�a ganado, ella lo hab�a separado de su esposa.
Prologo.
Despu�s de haber sido acusado por su propia esposa de haber
violado a su madre, Jhon, hab�a sido encontrado culpable, las autoridades lo
hab�an condenado a muchos a�os de prisi�n.
El odio y el resentimiento hacia su esposa y sobre todo hacia
su suegra crec�an cada d�a m�s, conforme pasaba sus d�as en prisi�n. El sabia
que esta mujer hab�a logrado por fin separarlo para siempre de su esposa, la
mujer que tanto hab�a amado, ahora cada minuto encarcelado era dedicado a buscar
una manera de poder vengarse de la maldita perra que lo hab�a enviado a prisi�n,
su suegra.
(Articulo: Jhonnathan Garc�a, presidiario condenado por el
delito de violaci�n, escapo hoy de la Prisi�n de la ciudad. Garc�a es un sujeto
blanco de 29 a�os, de un metro ochenta y seis cent�metros de estatura, 90 kilos.
Es considerado peligroso, se pide que cualquiera que tenga informaci�n al
respecto se comunique inmediatamente con la delegaci�n policial de la Ciudad del
Valle.)
Jorge y Teresa descansaban mirando la televisi�n en su casa,
all� justamente en las afueras de la ciudad del Valle, cuando los perros
comenzaron a ladrar desenfrenadamente en el patio trasero. Perturbado por el
tumulto, Jorge se levanto del sof� y fue a investigar, cuando abri� la puerta,
los perros se acercaron a El moviendo la cola y buscando su atenci�n.
Jorge no vio nada extra�o, entonces regreso dentro y volvi� a
sentarse en el sof� a mirar la televisi�n con su esposa. Jorge quien tiene 74
a�os y su esposa Teresa una anciana de 72 a�os, quien aun a su madur�sima edad
se manten�a muy conservada. Su cara aunque completamente marcada por las arrugas
de la edad, dejaba ver que en su juventud hab�a sido una mujer muy atractiva, su
cuerpo era proporcionado y un poco relleno, la caracter�stica mas llamativa de
su cuerpo, eran sus fant�sticos senos. Eran un par de melones enormes, aunque un
poco ca�dos debido al tama�o y peso.
La vida en Ciudad del Valle era c�moda y tranquila, ambos
gozaban de la compa��a y consuelo mutuo, aunque aun ahora despu�s de muchos
meses de la grave tragedia que hab�a ocurrido en la familia, no pod�an dejar de
preocuparse por su hija Susan, sab�an que aunque fuese una mujer madura le
costar�a mucho superar el grave incidente que hab�a marcado su vida y el de su
hija Betty. Ten�a mucho tiempo de no saber de ellas, desde que hab�an decidido
dejar la ciudad e irse a vivir a otro pa�s para tratar de olvidar y rehacer su
vida.
Los dos ancianos disfrutaban de las comodidades que pod�an
darle sus pensiones despu�s de muchos a�os de trabajo y sacrificio, ambos
compart�an pr�cticamente todas las labores que realizaban juntos. Sin embargo su
vida sexual hab�a llegado a ser solo un d�bil recuerdo en su memoria,
especialmente para Teresa, hace 56 a�os cuando se hab�an casado siendo apenas
unos j�venes de 16 y 18 a�os respectivamente, ambos hac�an el amor
apasionadamente, pero al igual que todos los matrimonios de muchos a�os, el
tiempo hab�a hecho desaparecer el ardor y la pasi�n. Su vida ahora era puro amor
y compa�erismo sin pasi�n o intimidad.
Pero sin que estos ancianos lo sospecharan, hab�a un extra�o
escondido en su garaje, que cambiaria toda su tranquila vida en un momento.
Jhonnathan Garc�a, el presidiario que hab�a escapado hacia
algunas horas de prisi�n, hab�a logrado deshacerse de la polic�a que lo segu�a y
hab�a llegado hasta ah� despu�s de huir mucho. El sab�a muy bien donde estaba y
lo que pensaba hacer.
Durante su encierro en prisi�n, hab�a recordado cada detalle
de la vida de su esposa y su familia, hab�a recordado que su mujer hab�a hablado
algunas veces sobre sus abuelos, los padres de su madre Susan, y aunque nunca
los hab�an ido a visitar sabia que viv�an en la misma ciudad donde hab�a sido
condenado a prisi�n. Por lo que se hab�a dedicado a averiguar todo lo que pod�a
sobre los padres de su suegra.
Ahora, se encontraba aqu�, a unos pocos metros de los padres
de la mujer mas odiaba por El, su suegra, y sab�a muy bien la forma en que se
iba a vengar de esta de una vez por todas.
Despu�s de que los perros se callaron, Jhon decidi� echar un
vistazo alrededor del lugar. Mirando por la ventana, r�pidamente comprob� que
solo hab�a dos personas en la casa. Miro a al anciano hombre y su mujer sentados
frente al televisor.
De pronto Jhon se asombro de comprobar que definitivamente
hab�a pasado mucho tiempo en prisi�n, pues se sorprendi� a si mismo mirando el
enorme par de senos de la anciana, flotando dentro de un camis�n, no hab�a duda
de que necesitaba una mujer con la cual satisfacerse y esta seria
definitivamente la mejor venganza que podr�a tener, para su suegra descubrir que
El hab�a violado a su anciana madre seria la mejor venganza que podr�a tener.
Entonces miro al anciano, se ve�a un hombre muy d�bil al cual
le resultar�a muy f�cil vencer, si entraba en la casa sorprendi�ndolos seria mas
f�cil para El gozar del maduro cuerpo de aquella anciana, mientras meditaba en
esto sonri� pensando "Ser� capaz esta anciana de soportar mi enorme verga dentro
de su vieja raja"
Y al finalizar de pensar en esto giro la perilla de la
puerta, cambiando la vida de estos ancianos para siempre. Al ver a un extra�o en
el pasillo, Jorge r�pidamente se puso de pie gritando "Que diablos pasa?, quien
es usted?" y trato de oponerse al desconocido.
Antes de que pudiera pronunciar una palabra m�s, Jhon arrojo
potente golpe contra la nariz de Jorge, haciendo que este cayera al piso. Teresa
r�pidamente se apresuro a ayudar a su marido ca�do, grit�ndole al hombre que
saliera inmediatamente de su hogar. Luego se levanto y trato de golpear y ara�ar
al desconocido sin ninguna utilidad.
Jhon sujeto tranquilamente el brazo derecho de la mujer y lo
torci� detr�s de su espalda, apretando su musculoso antebrazo bajo el ment�n de
esta ech�ndolo hacia atr�s. Teresa contin�o resisti�ndose pataleando
desenfrenadamente, sin conseguir soltarse.
Jhon noto que al tener a la anciana con su espalda arqueada
hacia que sus grandes senos saltaran hacia delante como dos pesados torpedos.
"OH si como iba a gozar", pens�. Mientras tanto Jorge continuaba tirado sobre el
piso, la sangre sal�a de su nariz que hab�a sido fracturada, parec�a no tener la
menor idea de lo que suced�a en su hogar.
Jhon grito en la oreja de Teresa, "Calmese abuela o los
matare a los dos". Teresa se detuvo inm�vil colgando del fuerte brazo del
desconocido, con sus pies apenas tocando el piso.
Entonces Jhon llevo a Teresa al sof� y la tiro sobre este,
luego se volvi� hacia Jorge tirado en el piso y lo levanto y lo llevo hasta el
sof� tirandolo junto a su aterrorizada esposa.
"Que es lo que quiere usted?" pregunto Teresa asustada, "Tome
lo que quiera y v�yase!" continuo
Jhon miro a la anciana y le hablo "Bien, se�ora, yo tomare lo
que quiero y despu�s veremos, donde hay alguna cuerda?"
"En el caj�n cerca del refrigerador" respondi� Teresa
asustada.
"tr�igalo ahora!" le grito Jhon
Teresa corri� a la cocina y volvi� con la cuerda
Entonces ante la mirada asustada de esta, Jhon uni� sus manos
at�ndolas con la cuerda.
"Ya me ha rasgu�ado lo suficiente" dijo este
Luego con otro pedazo de cuerda anudo las manos de Jorge
"Ahora donde esta el dormitorio?" pregunto de nuevo
"All�" respondi� Teresa aterrorizada
"Gu�enos" ordeno de nuevo Jhon
Empujando a teresa delante Jhon arrastro a Jorge al
dormitorio, poni�ndolo sobre una silla, lo sujeto contra esta con otra cuerda,
hasta inmovilizarlo completamente. Al terminar de amarrarlo se inclino y le
hablo en la oreja "Ahora voy a hacer que se le salgan los ojos de placer a su
madura mujer, abuelo!, observe y quiz�s pueda aprender algo"
Entonces decididamente se volvi� hacia la asustada mujer que
se encontraba al lado de la cama. Sujet�ndola la acost� sobre la cama, atando
sus manos a la cabecera de la cama, despu�s tomo cada una de sus piernas y las
ato a los pilares de la cama, haciendo que sus piernas se abrieran
provocativamente. Jhon casi babeo al ver el peludo arbusto blanco de la anciana
entre sus piernas.
Teresa estaba muy asustada, sent�a terror de pensar que
podr�a ser violada por aquel enorme hombre y que no podr�a hacer nada para
detenerlo. Sent�a terror ella y su marido no hab�an tenido sexo en muchos a�os,
se preguntaba si su d�bil y anciano cuerpo podr�a resistir lo que estaba a punto
de suceder.
Ella se estremeci� cuando el joven desconocido rasgo su
delgado camis�n mirando su cuerpo. Jhon apenas pod�a creer lo que miraba.
La anciana madre de su suegra, tenia un magnifico cuerpo e
iba a ser todo suyo. No hab�a duda de donde proven�an los atributos que hab�a
disfrutado en el cuerpo de su esposa y su suegra.
El se inclino y acaricio los magn�ficos senos de la anciana
en sus manos, estos eran aun m�s grandes y voluptuosos que los de Susan su
suegra, jam�s lo hubiera imaginado. Ambos estaban coronados por rosados pezones
bastante peque�os que hab�an empezado involuntariamente a endurecerse. Jhon
apenas pod�a contenerse.
Pellizco cada pez�n, provocando que Teresa se estremeciera,
entonces tomo ambos senos en sus manos y los sacudi�, luego se inclino y empez�
a lamer y chupar cada uno de los duros pezones. Teresa cerr� sus ojos tratando
de resistir el intenso placer que empezaba a sentir.
Jhon mord�a levemente cada uno de los duros pezones, Teresa
gimi� suavemente mientras empezaba a perder el autocontrol y se rend�a a las
caricias del extra�o. Ella siempre hab�a deseado el sexo fuerte, sin embargo
Jorge nunca la satisfizo de la manera que ella hubiese deseado. Ahora, Ella iba
a ser pose�da de la manera que siempre quiso por un joven y rudo desconocido.
Su cabeza iba de un lado al otro mientras el rudo hombre
chupaba fuertemente sus pezones.
"Ohhhh, Ohhhh!" gimi� Teresa, "Ohhhh" sent�a sus senos arder
de pasi�n, como si estuvieran al fuego.
Los senos de Teresa eran muy sensibles, algunas veces tuvo un
orgasmo con solo acariciarlos adecuadamente. Sent�a como si sus pezones fueran a
estallar de placer, ante el gozo que sent�a, trataba de resistirse, pero era
in�til, su cuerpo la traicionaba.
Aunque tenia acceso completo a la raja de la madura mujer,
Jhon aun no la hab�a acariciado all�, disfrutaba calentando a esta mujer,
prepar�ndola para la cogida que estaba por venir.
Jorge, mientras tanto, mirando como su esposa gem�a y se
retorc�a bajo las manos grandes y rudas del desconocido hab�a obtenido una dura
erecci�n. Pensaba para si mismo, en lo reservada que actuaba su mujer durante
todos esos a�os, nunca se hab�a interesado mucho por el sexo, sin embargo ahora
parec�a gozar demasiado de lo que estaba pasando. Sin saber porque El empez� a
gozar de la violaci�n que iba a tener su mujer.
Teresa hab�a sido abandonada por todo el control de su
cuerpo, ella lloraba, gem�a, se retorc�a.
Jhon sonri�, esta seria una de las mejores cogidas de su
vida, estaba casi seguro de que disfrutar�a aun mas que cuando se hab�a cogido a
su suegra. Su boca iba de aqu� para all�, primero una de sus tetas y luego
chupaba la otra con su lengua, las pellizcaba. Teresa no solo perd�a el control
de su cuerpo, su mente empezaba a flaquear tambi�n.
Sin perder el tiempo, Jhon ahora puso cambio su atenci�n
hacia la raja de Teresa, que se encontraba muy mojada, este se sorprendi� de ver
como una anciana mujer de esa edad pudiera excitarse tanto, sin dejar de chupar
sus tetas, empez� a acariciar con su mano la raja de esta.
Teresa ten�a los labios vaginales grandes, generalmente
colgaban hacia abajo, cuando no estaba excitada, pero con las caricias sobre sus
senos, estos estaban llenos de sangre y se notaban completamente hinchados y
mojados.
Jhon empez� a frotar lentamente la peluda mata de blancos
vellos con su mano entera, Teresa no pod�a resistirse, levanto sus caderas
contra la mano de este empuj�ndola contra su cl�toris
"OHHHHH, OHHHHH!" gem�a mientras giraba su cabeza de lado a
lado y gem�a cada vez mas fuerte.
Uno de los dedos de Jhon se enterr� en su mojada raja y froto
su hinchado cl�toris.
Teresa gimi� " Ohhhh si as�, Ohhhh!" Su cuerpo se puso tieso
y se uni� aun mas al dedo que masajeaba fuertemente su cl�toris y las paredes de
su raja, los m�sculos de su vagina parec�an asirse al dedo apret�ndolo
er�ticamente. Cuando las intensas ondas de placer llenaron su cuerpo, las
paredes de su raja empezaron a contraerse aun m�s deliciosamente.
Teresa sudaba y gem�a como un animal mientras Jhon segu�a
masajeando su raja y sus tetas. Pero como si fuera una orden, Jhon se detuvo y
miro la madura cara de la anciana, entonces comenz� a quitarse la ropa.
Cuando se bajo de la cama, r�pidamente se quito toda la ropa.
Ahora ambos estaban desnudos. Teresa miro los lujuriosos ojos de este hombre
sobre ella, luego miro su verga. Era inmensa!. Era la verga m�s grande que
hubiese visto jam�s en sus 72 a�os, media por lo menos 19 cent�metros y era tan
gruesa como una de sus mu�ecas.
Ella solo hab�a tenido sexo con su esposo en toda la vida,
sin embargo el miembro de su marido era muy peque�o comparado con aquella
inmensa columna de dura carne. "Como iba a hacer ella para soportar aquel enorme
miembro dentro de su vagina, este seguramente la lastimar�a, hab�a pasado mucho
tiempo sin ser penetrada, seguramente ella estar�a muy estrecha", se dec�a a si
misma Teresa, y entonces pens� "No importa, incluso si me lastimara, necesito
sentir ese enorme pene!"
La voz de Jhon penetro en su mente, escuchando cuando este le
dec�a "Voy a llevarla al para�so se�ora, va a gozar como nunca lo ha hecho en su
vida"
Acerc�ndose de nuevo a ella en la cama, deslizo f�cilmente un
dedo dentro de su raja, luego otro. Dos dedos eran lo m�ximo que parec�a caber
en aquella ardiente cueva, meti�ndolos er�ticamente los mov�a tratando de
ensanchar la estrecha raja de esta madura mujer para que recibiera su enorme
verga. Teresa movi� sus caderas y su pelvis tratando de acoplarse al movimiento
de los dedos de Jhon.
"Ohhhh, ohhh" gem�a continuamente.
Jhon se acerco y le susurro en el o�do "LE gusta esto que le
hago se�ora?" Teresa no respondi�, sin embargo continuo gimiendo, este hombre la
estaba llevando al borde de la cordura. Entonces ella alcanzo un orgasmo otra
vez, gem�a fuertemente mientras intensos y incontrolables espasmos recorr�an
todo su cuerpo. Su cuerpo estaba siendo llenado por un placer incre�ble.
Jhon pod�a sentir las paredes de la raja de la anciana
apretar sus dedos dentro. Entonces manteniendo aun estos dos dedos dentro de su
raja, empujo su dedo me�ique dentro del culo de esta.
Una sensaci�n nueva se apodero de la anciana y esta volv�a a
acabar otra vez, su cuerpo entero temblaba de placer.
Jorge no pod�a resistir la enorme erecci�n que tenia, apenas
pod�a creer lo que miraban sus ojos, su esposa la mujer con que hab�a vivido
toda la vida disfrutaba como nunca de la intensa violaci�n que le daba un
desconocido.
Teresa lloraba y suplicaba "Por favor cojame, cojame!, cojame
por favor!"
Jorge recordaba la ultima vez que ambos hab�an tenido sexo,
Teresa se hab�a comportado como una obediente esposa, abriendo las piernas
mientras El la penetraba, ella estaba muy seca, incluso insensible mientras El
se la cogia, despu�s de uno o dos minutos El hab�a finalizado, y sacando su
verga se hab�a prometido a si mismo nunca mas ser humillado de aquella forma por
su mujer. Ahora miraba a su recatada mujer convertirse en una madura puta
ansiosa de ser satisfecha.
Jhon entonces retiro lentamente los dedos de la raja y culo
de Teresa, y se movi� para penetrarla con toda la dureza y virilidad que
pudiera. La protuberante cabeza de su verga estaba tan hinchada como una enorme
ciruela, este la movi� apenas rozando los mojados labios de la raja de esta.
Teresa suplicaba para ser cogida "Por favor, por favor,
cojame!"
Lentamente Jhon empez� a empujar la cabeza de su verga contra
la abertura de la raja de esta, deliberadamente estirando su abertura vaginal.
Los ojos de Teresa se abrieron y se ensancharon al sentir como su raja era
realmente abierta por primera vez en su vida.
Cent�metro a cent�metro, Jhon empujo la inmensa cabeza de su
verga contra la apretaba abertura de la vieja, mientras la anciana aturdida
gem�a y gru��a sintiendo como la enorme herramienta se habr�a paso en las
apretadas paredes de su raja.
"Rel�jese se�ora, usted acaba de recibir apenas de cabeza de
mi verga dentro" susurro Jhon
La cabeza de su verga era tan ancha, Jhon record� cuando
disfrutaba cogerse a su mujer y sentir su apretaba raja adhiri�ndose a su verga.
Cerrando los ojos, gimi� de placer mientras continuo penetrando a la madura
mujer.
Cuando hab�a metido casi la mitad de su verga dentro de la
apretada raja de la vieja, abriendo los ojos la miro y le pregunto "Cree usted
que puede aguantarlo todo dentro se�ora?"
Teresa estaba demasiado impactada para contestar, entonces
trato de separar mas las piernas, empuj�ndose d�bilmente contra la enorme verga
que la part�a en dos, gem�a al sentir como la verga de este la penetraba tan
profundamente como no lo hab�a hecho nadie jam�s.
Jhon empez� un lento movimiento, sac�ndola y metiendo
solamente una o dos pulgadas dentro, excit�ndola a que pidiera cada vez mas.
Entonces la saco completamente y de nuevo la empujo dentro fuertemente mientras
gem�a.
Ahora, tenia siete pulgadas de su gruesa verga dentro de la
raja de la vieja, los jugos de esta flu�an abundantemente lubricando y
facilitando la penetraci�n.
Teresa sent�a como si fuese a dar a luz, la verga del
desconocido era inmensa. Su cuerpo se retorc�a de placer. Entonces gimi�
"H�galo despacio por favor"
Jhon la miro y le hablo "OH se�ora que ricura, usted esta tan
apretada como una virgen, y esta tan mojada y caliente"
Jorge miraba admirado el tama�o de la verga que penetraba a
su esposa, apenas la mitad hab�a desaparecido dentro de la raja de esta y
quedaba un buen trozo afuera aun, sinti� como el esperma empezaba a salir de su
verga contra su pantal�n mientras miraba hipnotizado la escena que tenia ante
El. Nunca hab�a visto la mirada de �xtasis total que mostraba ahora su esposa
ante su violador.
Jhon masajeaba con sus manos las grandes tetas de la anciana,
apret�ndolas continuamente, pellizcaba sus pezones, ella cerr� los ojos y se
entrego al placer que sent�a.
Los labios de su vagina era forzados, su raja fue estirada al
m�ximo mientras Jhon segu�a metiendo su enorme verga dentro de esta, los gemidos
de ella llenaban el cuarto. Poco a poco la verga de Jhon llenaba su interior.
"OH si, es tan grande!"Gimio Teresa. Ahora la verga de Jhon
estaba completamente enterrada dentro de ella. Sus pesadas pelotas descasaban
contra la entrada de su raja, mientras este mir�ndola la cara de la mujer que
tenia completamente penetrada. Entonces se detuvo disfrutando de las celestiales
sensaciones que rodeaban su verga.
La raja de la vieja lo ten�a apretado en su interior y lo
masajeaba deliciosamente. Ella sent�a toda la verga de este, la inmensa cabeza
de la verga enterrada profundo dentro de las profundidades de su vagina.
Y entonces como si un interruptor invisible se hubiera
activado, ambos empezaron a moverse juntos.
La enorme verga de Jhon empez� a salir deliberadamente de la
apretada y caliente raja de la vieja, despu�s de que hab�a sacado 4 pulgadas, El
lentamente lo reinserto. Teresa tembl� y arqueo su espalda. Cada vez que la
sacaba y la met�a Teresa gem�a fuertemente "OH si cojame as�!"
Ella adoraba como este desconocido se la cogia, ella empujo
la pelvis para deslizar su cl�toris sobre la gorda longitud de la verga de este,
estaban cogiendose como animales pose�dos, sus cuerpos sudaban en la cama.
Adentro, afuera, adentro, afuera, despu�s de varios minutos,
Teresa empez� a gemir aun mas fuerte, su cuerpo entero se estremeci� con cada
onda del intenso y culminante placer que estaba sintiendo, mientras Jhon la
segu�a cogiendo fuertemente, adentro, afuera, adentro, afuera, enterrando su
enorme verga dentro de la resbaladiza y mojada raja de la vieja.
De repente El se puso tieso, su cara se torci� en una mueca y
grito "ME estoy regando, ahhhh, me estoy regando" La abundante carga de esperma
que ten�an sus pelotas salio disparada potentemente contra la caliente raja de
la vieja.
"Ohhhh," gimi� Teresa al sentir como el caliente y espeso
semen ba�aba las apretadas paredes de su raja.
Jhon se desplomo encima del cuerpo agotado de la madura
mujer, su verga empez� a bajarse aun enterrada dentro de la raja de la anciana,
ambos se relajaron, mientras cansados empezaban a quedarse dormido.
Cuando Jhon hab�a planeado la venganza contra su suegra
Susan, jam�s imagino que la anciana madre de aquella maldita perra le pudiera
dar tanto placer como le hab�a dado.
Lo que Jhon no imaginaba, es que frente a la entrada de la
casa donde se encontraba en este momento, una prepotente y orgullosa mujer
bajaba de un taxi que la hab�a trasladado desde el aeropuerto.
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