Con el paso del tiempo y la rutina diaria del trabajo la
relaciones sexuales entre mis padres cada vez se fueron esparciendo mas en el
tiempo, lo que provoco que mi padre no pudiera soportarlo, un hombre de cuarenta
y dos a�os, atractivo para cualquier mujer por su car�cter abierto, por su
extraordinario f�sico y su talante ardoroso y pasional. Las discusiones entre
ambos, que desde mi cuarto pod�a perfectamente o�r por estar junto al de ellos,
fueron muchas noches mi �nica cena. Mi madre alegaba constantes excusas para no
hacer el amor con mi padre, lo cual le fue entristeciendo cada d�a mas, a pesar
de que dispon�amos de una econom�a familiar desahogada. Yo me sent�a muy mal
porque le quer�a con locura.

Debido a que este tipo de situaciones cada vez se hizo mas
frecuente decid� coment�rselo a mi mejor amiga, Paqui, dos a�os mayor que yo.
Una tarde mientras est�bamos en mi habitaci�n, me comento que en su casa tambi�n
se produjo la misma situaci�n hacia ya tres a�os y que ella hab�a decidido
solucionarlo insinu�ndosele a su padre para que este le propusiera mantener
relaciones sexuales. Mi primera impresi�n fue de esc�ndalo, pero a medida que me
iba explicando como lo hab�a logrado y, sobre todo, lo bien que lo pasaban
juntos cuando su madre no se encontraba en la casa debido a lo mucho que se
quer�an, me fui dando cuenta de que esta era la mejor soluci�n a adoptar, y
adem�s me parec�a imposible que pudiera haber alguien que le diera mas amor a mi
padre que yo.

Paqui me animaba cada d�a a montarme a mi padre ,cont�ndome
donde, como y que hacia con el suyo. No se podr�a decir que fuera una ilusa en
lo referente al sexo, pues ya hab�a visto pel�culas porno que mi hermano tra�an
a casa para ver a escondidas y luego masturbarse, y tambi�n, en mas de una
ocasi�n, hab�a podido contemplar con todo lujo de detalles como mis padres
follaban sin importarles en absoluto ser o�dos. Sin embargo, de manera activa a
lo m�s que hab�a llegado era a unos manoseos que me hab�a dado con algunos
compa�eros de colegio y algunas sesiones l�sbicas que nos hab�amos dedicado
Paqui y yo tras hojear algunas revistas porno que hab�amos conseguido por
diferentes medios y que nos pon�an realmente a cien. El cuerpo desnudo de mi
padre tampoco resultaba su secreto para mi, ya que varias veces le hab�a visto
desnudo ya que nunca cerraba la puerta del cuarto de ba�o tanto si iba a
ducharse como si iba a orinar, pero en todas esas ocasiones su polla siempre
estaba fl�cida, y aunque as�, ya era de unas proporciones inmensas.

Comenc� pues a mostrarme todav�a mejor y mas cari�osa con el,
tal y como Paqui me hab�a aconsejado, aprovechando cada ocasi�n que se me
presentaba para exhibirme, colgarme de su cuello y clavarle mis duros pezones en
su fornido pecho, para restregar mi prominente y duro trasero por su entrepierna
o para sentarme a horcajadas en sus rodillas y poco a poco deslizarme hasta que
mi raja quedase apoyada sobre el enorme bulto que se le formaba bajo sus
pantalones. Intentaba siempre llevar la menor ropa posible; en el cuarto de
ba�o, en los dormitorios, en el pasillo e incluso en la cocina. Ya no me
escond�a las miradas que mi padre dedicaba a mi esbelto cuerpo, mi culo, mi
pubis, mis caderas y sobre todo mis tetas que procuraba ense�arle a la menor
ocasi�n y que el no desaprovechaba ya que incluso con mucha suavidad, y
haci�ndose el despistado, acariciaba provoc�ndome innumerables orgasmos.

Recuerdo un s�bado por la ma�ana que todos dorm�an, la noche
anterior hab�a sido movida porque, como de costumbre, mi madre se hab�a negado a
hacerle el amor. Me levante temprano para tomar un vaso de leche fr�a porque el
calor de la noche junto al sue�o de verme sintiendo la dura verga de mi padre
dentro de mi ser, me hab�an hecho sudar en exceso; me hice una paja y todav�a
algo somnolienta por el pasillo con una min�scula braguita blanca y una camiseta
del mismo color que se me pegaba al cuerpo dejando entrever la dureza de mis
pezones y las formas de mi ya bien formadas tetas me dirig� hacia la cocina;
entre y al hacerlo de bruces con mi padre que solo llevaba un slip blanco muy
ajustado que le marcaba el tama�o de toda su polla. Quedamos abrazados y ninguno
de los dos hizo ning�n intento de separarse del otro. Comenc� entonces a sentir
que algo muy caliente se iba haciendo cada vez mas grande y duro a la altura de
mi estomago.

Sabiendo lo que era con mi mano derecha comenc� a acariciarlo
dulce y suavemente; mis movimientos hicieron que todav�a creciera m�s y m�s.

Record� entonces que Paqui me hab�a dicho que a su padre lo
que mas le gustaba era que le acariciase la polla por encima del slip hasta que
estuviera bien dura para luego sac�rsela y mam�rsela hasta que derramara su
leche en su boca, cosa que a ella tambi�n le encantaba.

Mi padre manten�a sus manos mesando mi larga cabellera y
ejerc�a una ligera presi�n hacia abajo; comenc� entonces a descender lentamente
sin dejar de mover mi mano sobre su picha. Cuando estuve a la altura de su polla
empec� a besarla en toda su extensi�n a la vez que con la punta de mi lengua la
recorr�a en toda su longitud. Mi padre gem�a y me ped�a que no parase.

Embriagada por su olor, que ya conoc�a por haberme apoderado
muchas veces de sus prendas intimas, en algunas ocasiones manchadas por semen,
como una perra en celo, introduje muy despacio mi mano derecha bajo su slip
mientras con la izquierda muy suavemente sosten�a su aparato. El calor que de su
picha me llego casi me abraso la mano. No pude aguantarme, cerr� los ojos y con
un movimiento r�pido se la saque y me la introduje en la boca. Un sonido de
alivio se escapo de los labios de mi padre quien sosten�a mi cabeza con firmeza
como si pensara que yo pudiera abandonar la mamada que con todo mi amor le
estaba dedicando.

Me la introduje en la boca todo lo que pude y muy pronto
empec� a sentir como mi padre iniciaba unos ligeros movimientos similares a como
si me estuviera follando por la boca. Yo no pod�a dejar de apretar mis labios en
torno a aqu�lla masa dura de carne caliente cuyo sabor me embriagaba.

Me la introduje en la boca todo lo que pude y muy pronto
empec� a sentir como mi padre iniciaba unos ligeros movimientos similares a como
si me estuviera follando por la boca.

Sus movimientos se fueron haciendo cada vez m�s y m�s r�pidos
y violentos; su polla cada vez mas dura me llegaba a la garganta casi
provoc�ndome arcadas, pero por nada hubiera interrumpido la mamada que le
dedicaba, tan solo pretend�a obtener su leche, probarla, sentirla en mi boca,
verle derretirse por mis acciones; hacerle ver que yo, su hija, estaba all� para
que se sirviera de mi, para que me utilizase y me poseyera por donde quisiera
porque yo le pertenec�a, era suya, solamente suya.

Al cabo de unos minutos, todo el cuerpo de mi padre empez� a
arquearse ante la inminente llegada de su corrida; empez� entonces a
convulsionar a la vez que me proporcionaba unos fuertes mete y saca con su gorda
y dura polla. De pronto sent� algo c�lido que violentamente sal�a de su picha y
que bajaba directamente por mi garganta sin, ni siquiera pasar por mi boca; yo
apenas pod�a trag�rmela toda ya que sus explosiones se suced�an con tal rapidez,
que casi no tenia tiempo de beberla, lo cual provocaba que se me escaparan
algunas gotitas que fueron a parar a mi sudada camiseta. En medio del todo aquel
estruendo en mi mente se agolpaban un c�mulo de pensamiento lascivos, de deseos
perversos que de inmediato afloraron de mi subconsciente; en aquel instante
desee con toda mi alma ser pose�da por mi padre all� mismo, en la cocina de
nuestra casa con mi madre y mis hermanos durmiendo, desee que me follara
llen�ndome el co�o con su enorme polla y me echara toda su leche dentro,
mientras yo me mantendr�a debajo, sintiendo el peso de su cuerpo y manteni�ndome
abrazada a el; no me importaba nada mas.

Mi cuerpo, por otro lado parec�a esta flotando debido a la
sucesi�n de orgasmos que estaba experimentando; como el sonido que nos llega
cuando estamos en un estado de semi-inconsciencia escuchaba la voz de mi padre:

Toma mi amoooor. Yaaaaaa. B�bete mi leche. Toda para tiiii.
Se que la deseas hace tiempo, como yo a ti, mi vida. Una vez mi padre hubo
derramado su carga en mi boca, comenz� a retirar su todav�a duro miembro de mi
boca, pero lo hizo muy lentamente, como recre�ndose en la acci�n; cuando por fin
lo tuve ante mi cara, tieso, brillante e impregnado de mi saliva, ligeramente
rojo por la acciones que acababa de protagonizar y en todo su esplendor, lo
primero que pude pensar fue en mirarle con mis ojos llenos de lagrimas; al
pasarle mi lengua por la punta de su polla y limpiarle una gota que estaba a
punto de caer, cuando son� el tel�fono...