Por mi trabajo tenia la suerte de poder pasar de vez en
cuando por la oficina de mi mujer. Me gustaba mucho mirarla y como la miraban
sus empleados. Con deseo. No es que est� buen�sima; simplemente sabe como
vestirse para que un t�o se de la vuelta cuando se cruza con ella por la calle.
Aprovecho tambi�n para ver a Sonia, su secretaria. Ella s�
que esta buen�sima. Rubita, pechos perfectos y un culo para quitar el hipo.
Cuando lleva pantalones, se nota que usa tangas, por lo del triangulito que se
le marca en la parte superior.
Alguna que otra vez hemos follado en la oficina. Mi mujer,
que no es tonta, me insinuaba que lo hici�ramos encima de la mesa de Sonia. Por
aquello del morbo. Pero yo, para no darle pistas, siempre dec�a que no.
Un puente de cuatro d�as, decidimos ir a la playa. Alquilamos
un apartamento. A �ltima hora, Sonia se apunt� porque hab�a discutido con su
marido que le hab�a puesto los cuernos. Mi mujer me suplic� que no le dijera
nada pero la verdad es que la pobrecilla estaba bastante decepcionada.
La primera noche fue agradable. Despu�s de cenar seguimos
tomando vino. A lo que seguidamente acompa�aron las copas. Decidimos dar una
vuelta por el pueblo para ver ambiente. Entramos en varios garitos. Hab�a todo
tipo de personas, y unas t�as de impresi�n. Esa noche no pas� nada.
Por la ma�ana fuimos a ba�arnos y fue cuando pude ver el
cuerpazo de Sonia al ba�arse. Mi mujer me miraba con complicidad y yo de
verg�enza miraba para otro lado. Estando los tres tumbados, Sonia le dijo a
Mar�a, mi mujer, porqu� no sal�an las dos juntas esa noche, por si encontraba
alguien con quien ponerle los cuernos a su marido y devolverle la pelota.
Llegaron a las siete de la ma�ana borrachas como cubas. Mar�a
se acost� enseguida porque no se ten�a en pie. Sonia se duch� antes de
acostarse. En eso me despert�. Fui hacia el cuarto de ba�o y la encontr�
totalmente desnuda. El coraz�n me blinc�. Cerr� r�pido y fui a la cocina a
preparar caf�. Sonia salio a los cinco minutos. Llevaba unas braguitas y una
camiseta de tirantes donde se adivinaban sus hermosos pezones. Me pidi� caf�. Yo
segu�a tan nervioso que lo derram�. Me mir� sonriendo y dijo: "Pareces m�s
borracho que yo". Se meti� en la cocina a recoger un trapo. Al pasar junto a m�
como la puerta era estrecha, restreg� su culo sobre mi abultado paquete,
haciendo una parada en el momento en que mi polla, erecta como un palo, pas� por
su raja. Casi me muero. Volvi� a sonre�r.
Me fui a la cama. No pod�a dormir. No hac�a nada m�s que
pensar en aquel bomb�n. Y en mi mujer. Durmiendo y sin enterarse. Se despertaron
a las tres de la tarde. Les hab�a preparado la comida. Mientras com�amos no
hac�an nada m�s que decir que ninguno de los t�os que hab�an visto por la noche
eran m�s guapos que yo. Siguieron con bromas de ese tipo hasta que Sonia le dijo
algo a Mar�a que no logre entender. M�s risas.
Como casi no hab�a dormido por la noche, me qued� durmiendo
en el sof�. Al despertarme y despu�s de una ducha me encontr� con Sonia en mi
habitaci�n. Se disculp� diciendo que iba a cogerle un bikini a mi mujer que le
estaba esperando en la piscina. Al pedirle por favor que se saliera para poder
vestirme, me dijo que quer�a quedarse a mirar. Mi mujer le hab�a contado que
ten�a un culo magnifico y una polla enorme. L�gicamente le dije que no, pero
ante la insistencia, acced�.
Cuando estuve totalmente desnudo se abalanz� sobre m�,
comiendo el cuello y susurr�ndome al o�do que me quer�a follar. "F�llame,
cabr�n" "Soy tu puta" "Ll�name la cara de tu leche" "Revi�ntame el co�o" "Quiero
que me trates como a una perra". La cog� en brazos y la tir� encima de la cama.
Cuando estaba a punto de clavarle toda la polla, se me pas� por la cabeza la
imagen de mi mujer. Le ped� que por favor se marchara, que aunque me gustaba
mucho no quer�a herir a mi mujer y mucho menos ponerle los cuernos.
En eso, sali� mi mujer del armario donde hab�a permanecido
escondida. Me mir�, me dio un largo beso y coment�; "Cari�o, s� puedes follarla
y a m� tambi�n. Gracias de todos modos por ser como eres. Esto es una sorpresa
preparada desde hace semanas. Es mi regalo de cumplea�os. Felicidades.
Ni decir tengo que los dos siguientes d�as del puente,
estuvimos follando de todas las maneras posibles; pero eso es otra historia�