MI NUEVA VIDA COMO GAY (Fin)
Despu�s de pasar la noche en la cama, con Frank. Regres� a mi
casa. All� estaba Ana esperandome con un c�lido beso.
No la mir� a los ojos, pues parece mentira, pero me daba
verg�enza que ella estuviera al tanto de que la noche anterior me hab�a
desvirgado un hombre.
No pregunt� nada. Tampoco yo quer�a que ella preguntara nada.
Me fui a dar una ducha. Un dolor horrible estaba sembrado en
mi ano. El cual palpitaba como llorando. Al enjabonarme casi grito.
Me era dif�cil caminar con firmeza. A cada paso el dolor
recordaba mi travesura.
Ana toc� la puerta del ba�o y entr�. Tra�a un balde con agua
y hielo.
-Se que debes estar adolorido, en la cara se te nota. Deja
que te alivie.
Afirm� con la cabeza.
Me acost� en el suelo del ba�o.
Ana empez� a echarme agua helada entre las nalgas. Luego tom�
el tubo de pasta dental y lo mezcl� con un anti inflamatorio (artren) en crema..
Esa pasta que se form� me la fue untando alrededor y adentro del recto. El
alivio fue inmediato.
Me di� una c�psula de ibuprofeno cada ocho horas por tres
d�as, dos veces diarias me untaba mi ano de pasta. Si se�ores en menos de 48
horas mi culito estaba reparado casi totalmente.
Frank me llamaba diariamente al negocio.
Al cuarto d�a de mi desvirgamiento me escap� hacia la casa de
Frank y este me di� otra raci�n mas fuerte que la anterior. Esta vez me gust�
m�s y el dolor fue menor.
As� aument� la frecuencia de esos contactos. Ya Frank hab�a
convertido mi ano en una especie de vagina que mord�a.. Mis esf�nteres estaban
tan dilatados que ahora Frank casi ni se lubricaba. Yo me hab�a enviciado
totalmente. Reconozco que durante esos dos meses abandon� bastante a mi adorada
Ana, quien con su paciencia me llevaba poco a poco.
En una oportunidad toc�mos el tema de mi homosexualidad.
Yo como un libro abierto le cont� mis experiencias. Ana me
abraz�. Not� que estaba super excitada. Pero mi pene no se elevaba. Estaba
muerto entre mis piernas.
Le hice sexo oral. Y con dos de mis desdos la penetr�
vaginamente. Logr� que tuviera orgasmo. Pero qued� preocupado. Entr� al ba�o y
comenc� a llorar. Dios m�o ser� que nunca mas podr� darle un coito a mi esposa.
Estaba seguro que Ana quer�a que yo la penetrara con mi verga, que le acabara
adentro. Pero Frank parec�a que hab�a anulado toda mi hombr�a.
De ahora en adelante quiero que sea Ana qui�n les cuente el
final de nuestra historia.
"Hola a todos.
Jean Carlos me pidi� que culminara este relato.
Bien.
Estar enamorada de nuestro hombre. Y verlo cada d�a mas
alejarse de nuestra cama, perdiendo inter�s por el sexo, es muy doloroso.
Not� que Jean perd�a su maravillosa erecci�n. Pero .........
eso no evitaba que yo lo amara como nunca amar�a a otro hombre.
Si amigos, Jean Carlos es el amor de mi vida. Mi hombre por
mas de veinte a�os, el �nico macho que ha entrado en mi cuerpo y que me sembr�
dos hermosas hijas.
Con �l hasta mi muerte.
Yo estaba fel�z porque lo ve�a fel�z a �l.
Pero mi cuerpo se estaba enmoheciendo.
Estaba comenzando a perderle el gusto al sexo. Aunque yo
siempre me consider� una mujer con una l�bido un poco mas baja de lo normal.
Pues estaba acostumbrada a tener sexo una vez a la semana o cada quince d�as,
eso s�........ quedaba muy satisfecha.
Con lo que Jean me daba me sent�a complacida. Ten�amos sexo
oral, anal y vaginal.
Cuando nos provocaba, pero no abusabamos de eso.
Por su parte Frank y Jean Carlos, cada d�a estaban mas
unidos. Quizas algo descarados.
Hay un dicho que dice que no se debe comer op�paramente
frente a un hambriento.
Eso lo hac�an ellos.
En una ocasi�n Frank nos visit� y Jean Carlos todo atento se
deshac�a en atenciones hacia �l. Me dieron celos, y decid� irme a dormir.
Ten�a muchas ganas de llorar. Me tom� una tabletita de un
tranquilizante y me qued� profundamente dormida adentro de esa oscura
habitaci�n.
Me despert� Jean Carlos muy cari�osamente. A�n estaba mas
dormida que despierta.
Comenz� a besarme la espalda, el cuello. Me dec�a que me
adoraba, que me quer�a mucho. Que �l nunca hab�a tenido relaciones sexuales con
otra mujer que no fuera yo.
Comenz� a acariciar mis nalgas y f�cilmente me quit� las
pantaletas. Yo estaba mas adormilada que excitada. Pero indudablemente que esos
cari�itos me estaban gustando mucho.
Jean Carlos, lami� mi vulva y mi culo con un placer enorme.
Frotaba mi cl�toris con sus dedos. Y me masajeaba desde el pubis hasta el
nacimiento de las nalgas.
Empec� a calentarme, a pesar de mi obnubilaci�n y de tener
los parpados casi cerrandoseme por el efecto del lexotanil.
Me d�jo que me colocar� de rodillas en posici�n musulmana.
Lo hice , pero me qued� nuevamente dormida a pesar de la
excitaci�n.
Y me penetraron.
Me dio la sensaci�n que el pene que entraba y sal�a de mi
vagina era mas grueso, mas duro, digamos que con la dureza del acero.
Ese pene no era el de Jean, eso s�, estaba segura.
Comenc� a imaginarme otra cosa pero no lo pod�a creer.
Mi excitaci�n se fue a las nubes.
En la oscuridad no pod�a ver nada.
En la posici�n que me hayaba no pod�a voltear la cabeza para
ver hacia atr�s.
Con las manos pude agarrar unos robustos muslos, que por
supuesto jam�s podr�an ser los de mi esposo, quien era lampi�o. Esos muslos que
tocaba eran de un vello grueso.
Lo cierto era que sent�a la ilusi�n de que estaba siendo
penetrada por un hombre muy fuerte. Mi cuca estaba muy h�meda disfrutando de los
cabezazos que le daban al fondo de mi vagina. Super excitada met� una mano
dentro de mis piernas y pude palpar dos inmensos test�culos que golpeaban mi
perineo. Con la mano abierta tambien palp� la dureza de una parte de una verga
mojada que sal�a por momentos de mi vagina, pero que luego entraba abriendose
paso como un taladro.
Me culearon entonces con tanta fuerza que parec�a que se iba
a partir mi pelvis. Me apretaron por los hombros y recostaron con rudeza mi cara
del colch�n, perd� la respiraci�n, perd� el conocimiento.
Al d�a siguiente me despert� tard�simo.
Me dol�a todo el cuerpo.
Cre� haber tenido un sue�o er�tico.
Pero estaba sin pantaletas.
Con el co�o destilando l�quido abundante.
Mis piernas y mis nalgas estaban pegostosas. Mi
s�bana.......... ay mi sabana estaba con un inmenso circulo mojado de aspecto
amarillento, como almid�n.
Mi vulva ten�a un ardor c�mplicemente placentero.
No hab�a dudas ............me hab�an cojido durante la
noche..y lo peor era que yo no pude disfrutarlo plenamente, ni siquiera un
orgasmo me dieron.
Tambien record�, que ten�a la certeza que quien me hab�a
cojido no hab�a sido precisamente mi impotente marido.
Jean me ten�a preparado el desayuno. Frank se hab�a marchado
temprano.
No me mir� a los ojos luego de besarme y eso me llam� la
atenci�n.
-�Qu� me hicieron anoche Jean Carlos?
Baj� la cabeza y me d�jo:
-Quer�a que sintieras placer, ya que yo no he podido cumplir
como macho.
-�Por qu� no me preguntaste mi opini�n? A ver si yo estaba de
acuerdo. �Me molest�
Pero Jean se arrodill� ante m�. Bes� mis manos. Mis piernas.
Me tom� por mi cintura y me vi� con su mirada amada.
-Amor. Tu mereces satisfacci�n sexual. Yo s� que la
necesitas. Incre�blemente anoche cuando Frank te penetraba tuve una erecci�n
enorme. Luego que el acab� yo te penetr� tambien y acab� divino. Lamentablemente
tu estabas dormida. Nosotros estabamos ebrios y por eso fue que nos atrevimos.
�Me perdonas?
V� sinceridad en sus ojos.
Ay Jean Carlos tienes unas vainas..........Si yo quisiera
participar en la cama con ustedes................. � Me aceptar�an?
Claro que si mi vida. Frank te admira mucho. Y estoy
seguro que le va a gustar
Habla con �l pues.......... y si acepta, dile que se
venga a vivir con nosotros . En realidad mi amor............si deseo sexo,
tengo meses que no tengo conciencia de un orgasmo.
Fue de esa simple manera, como inmiscu�mos a una tercera
persona en nuestro hogar, en nuestra cama. Frank siempre me hab�a agradado
como persona. Pero nunca me lo hab�a imaginado como hombre para m�. Sin
embargo les confienso que cuando �l empez� a tener sexo con Jean comenc� a
morbosearmelo, me figuraba estarlos viendo por un huequito cuando ellos dos
tiraban. Pero eso nunca lo confes� a Jean Carlos. Me daba una gran curiosidad
ver como se culeaban a mi esposo. Pensar solo eso me humedece la cuca.
Frank se mud� para la casa a los cinco d�as despu�s que
regres� de viaje.
La primera noche que estuvimos solos los tres fue de gran
incomodidad.
Ellos hablaban en la sala sobre lo desgraciados que eran
los Bush, padre e hijo, comentaban que esos dos hijos de puta eran unos
asesinos de masas.
Les llev� caf�. Sent� la mirada de Frank sobre mi trasero.
Jean Carlos lo ve�a y me sonre�a como un hermoso mariquito. Mi marido
hormonalmente se iba transformando ante mis ojos. Estaba mirando ahora como
una zorrita adolescente. A veces miraba a Frank y p�caramente le torc�a los
ojos, con una sonrisita afeminada.
Ya me marchaba, pero Frank me tom� con una de sus manotas y
me oblig� a sentarme sobre sus piernas.
Me dio calor. Y mucha pena, estar delante de mi esposo en
las piernas de otro hombre, quien me abrazaba cari�osamente por la cintura. Me
eriz� totalmente al sentir sus r�sticas mejillas, con unos pelos como
cepillitos besandome por el cuello y en el cabello. Suspir� involuntariamente.
Frank me hal� hacia atr�s y me sent� sobre sobre un bulto caliente y duro.
Mi coraz�n comenz� a latir mas fuerte, sent� que mis
parpados comenzaban a cerrarse, y mi respiraci�n se hac�a un poquito ruidosa.
Frank meti� sus manos bajo de mi blusa. Sus dedos enormes
acariciaban mis senos dulcemente, suavemente, divinamente.
Una de sus manos se fue introduciendo lentamente por debajo
de mi falda.
Fue directo a mi pubis.
Masaje� con delicadeza mi co�o. Para este momento ya
comenzaba a perder la verg�enza. Me importaba un carajo que el maric�n de mi
marido con la boca babeandose del placer nos buceara.
Empec� a restregarme de Frank. Ya sus dedos separaban mis
labios y acariciaban mi cl�toris. Abr� las piernas hasta su l�mite m�ximo. Mi
co�o quedaba a su disposici�n, a cada manoseada yo gem�a y apretaba con mi
mano la manota de �l.
Volti� la cabeza y busqu� la boca de Frank, disfrut� de
unos labios ricamente gruesos, los mord� suavemente, chup� su lengua y comenc�
a sentir la necesidad de desnudarme.
Me incorpor� y comenc� a desabrocharle el cintur�n del
pantal�n. Con maestr�a baje su cremallera y vi como se asomaba bajo del
interior una estructura voluminosa.
Yo estaba desenfrenada, fren�tica, excitada.
Le baj� el pantal�n y de rodillas ca� entre sus piernas.
Le quit� el interior. Y mis ojos tuvieron la suerte de
mirar al pene mas precioso que hab�a visto en mi vida. Nada de videos ni
revistas era siquiera parecido.
Enormemente gruesa en la base y a toda su longitud, la
verga de Frank promet�a momentos de locura. Bes� sus bolas su tronco, sus
vellos, lam� y lam�. Mam� y mam� con conocimiento de causa y veteran�a. Frank
se retorc�a y gem�a.
Note que se ven�a y apret� dur�simo la base del pene.
Abr� la boca y recib� el primer basucazo de semen, retire
su verga y qued� extasiada observar esa fuente que escup�a abundante secreci�n
grisacea y espesa. La dirig� hacia mi cara para sentir esos disparos. Estaba
ardiendo y el pene de Frank agonizaba entre mis manos.
Pero all� estaba Jean, de quien nos hab�amos olvidado.
Jean ven�a hecho un volc�n.
Ven�a jadeando con su verguita de 16 cent�metros, desnudo,
me encontr� arrodillada con el culo paradito y mi cara y mi boca ensementada.
Sent� como separ� mis nalgas y buscaba mi ano con su pene
ensalivado. Me afloj� y se lo recib�.
Jean lam�a el semen de mi rostro y de mis labios, me culi�
exquisitamente y me trajo el primer orgasmo de la noche.
Caliente a�n pude apreciar que Frank estaba de nuevo con el
asta arriba.
Clavada por Jean busqu� montarme sobre el palo de Frank,
pero Jean no quer�a salirse de mi culo............todav�a. Como pudimos, a�n
ensartada por detr�s, fui metiendome los treinta cent�metros de Frank. Sent�a
el choque de trenes dentro de m�.
Fue algo jam�s vivido.
Jean Carlos teniendome cojida por el culo, me subia y
bajaba sobre la estaca de Frank, cada momento lo hac�a con mas fuerza yo
abrazaba por el cuello a Frank y llorando ante cada embestida con el co�o
super empapado, me corr� dos veces hasta quedar maltrecha e inm�vil. Sent�
como el pene de Jean sal�a desvanecido desde mi culo, dejandome las nalgas
impregnadas de su semen. Frank a�n estaba r�gido moviendo su palo provocandome
contracciones involuntarias en la vagina.
Estaba cansada pero con un pene buscando pelea dentro de
m�, era como una ofensa dejarlo sin aceptar el reto.
Montate sobre m� le d�je.
Pronto lo tuve montado, envastag�ndome su hombr�a.
Me puy� salvajemente. Me sent�a culeada por un toro salvaje
que me convert�a en una mu�equita de papel.
Volv� a correrme.
Frank se separ� de m� con su pene llen� de la crema de mis
secreciones.
Iba directo al ba�o. Pero Jean Carlos lo detuvo y lo oblig�
a sentarse en el sofa.
Qued� extasiada viendo como mi marido limpiaba aqu�l m�stil
con su lengua.
Que placer amigos, ver a tu ser amado mamandose una verga
de treinta cent�metros ante tus ojos. Estaba como loco, perd�n como loca
chupando, lamiendo y mamandose a Frank.
Una droga visual ante m� que me recuper� totalmente. Fui a
donde ellos y comenc� a ayudar a Frank con aquel Huevote. El por un lado y yo
por esotro nos mamamos a Frank, nuestros labios se encontraban sorprendidos de
repente alrededor del tronco y aprovechabamos para besarnos apasionadamente.
Frank estaba casi en ext�sis.
-Papi quiero verlo entrar en tu culito.
Jean Carlos se volte� y ofreci� su culo blanquito y
delgado. Le d� una mamada ensalivandole su agujero. Luego mam� y ensaliv� el
asta de Frank.
Con la izquierda abr� las nalgas de Jean y con la derecha
ubique al calvo en el mero huequito. A escasos cent�metros qued� maravillada
observando como mi amado se engull�a tan soberbio aparato.
Frank lo cule� con veteran�a, Jean estaba �vido de huevo y
se mov�a como una putica, parando su boquita con un piquito y cerrando sus
ojito, al tiempo que sonre�a revolcandose y clavandose el verg�n.
Yo como pude me met� debajo de Jean, su huevito estaba
duro, lo acept� en mi raja y ........amigos hay que vivirlo para sentirlo.
Recib� todos los impulsos de Frank que iban al culo de Jean...........y este
entraba y sal�a por inercia de mi co�o caliente y baboso
Desde ese momento me convert� en multiorgasmica.
Hoy en d�a no puedo vivir sin esos dos hombres.
Frank me coje dos o tres veces al d�a mientras est� en la
casa.
Jean ya est� acostumbrado a llegar a algun sitio de la casa
y nos sorprende a mi y a Frank fornicando a rabiar.
Frank es todo un macho. El hombre que toda mujer normal y
anormal desea.
Por supuesto que me enamor� de �l como una loca.
A Jean lo amo, como mi amigo, hermano y compa�ero de vida.
Pero reconozco que nunca me hizo sentir toda una mujer como lo hace Frank.
A Frank lo deseo en extremo, solo pensar en su olor o en su
verga me hace masturbar.
Jean Carlos solo tiene erecci�n conmigo, cuando me ve
culeando con Frank.
Si estamos solos el y yo, es toda una ni�a con un fl�ccido
miembro, que ni mamandoselo levanta vuelo.
Cuando el esta solo con Frank es otra persona.
Anda como con escozor. Con su pene abultadito y moviendo el
culito como una ramera.
A veces siento inmenso placer insultandolo y vejandolo.
Cabr�n de mierda, mariquito, putita barata, son algunas
cosas que le digo cuando me enojo. Antes lo amaba y respetaba, ahora lo amo,
pero no lo respeto.
En casa hay un solo MACHO con dos putas.
Jean Carlos le fascina ser nuestra mucama los sabados
atendiendonos en la cama a Frank y am�.
Frank me adora, pero tambien siente cari�o y afecto por
Jean.
Se lo coje por lo menos una vez a la semana.
Y cuando tengo la regla, el culo de Jean queda roto por
varios d�as.
En fin vivimos felizmente los tres. Ante la mirada de
interrogaci�n de todos los seres que nos conocen y que no se imaginan las
inmensas org�as que hacemos los tres."
Gracias Mart�n por ayudarnos a redactar este relato.