EL PODER DE LA MENTE SOBRE EL TEJIDO VI
Camino sin rumbo por las cercan�as del puerto, perdido,
desorientado, al entrar en una l�gubre bodega de vinos el milagro sucede, mi
Lama guia espiritual est� all�, sobrio y sereno puede reconocerme. El camino del
cielo le ha enviado y un telegrama mio con un giro postal. Nos abrazamos y
sentimos de verdad sincera nuestra alegr�a.
Comenzamos a beber vino blanco, queremos sentir nuestro "yo
profundo" en la nada, elevarlo a la categor�a de pure de patatas para saber que
fortalecidos nuestro v�nculo sigue perfecto en el todo, el vino blanco "pele�n"
es de las peores cosas que el creador puso en la tierra, a palo seco, sin gambas
ni tapita que llevarse a la boca, vasos infames de grandes de vino blanco que
para colmo ni est� fresco.
Por el sexto vaso tengo dos Lamas guia, al menos eso veo y
percibo, y ambos cantan flamenco, tengo que reconocer por mucho afecto que le
tenga a mi Lama que canta fatal y desafina como los �ngeles de taberna. Si hay
algo en este mundo que carezca de sentido es un chino cantando buler�as :
-Y me ir� con el sol, acuando acaiga la tarde ler� ler�, yo
enquiero que entebesen otros labios, y as� dios mio te juro m�s que a naidie,
entonces yo me dar� la media vuelta ler�, y en me ir� con el sol, aju�, ler�,
!arsa que toma y dale!, con el sol, ler�, cuando caiga la tarde.
Mi Lama guia con los efluvios del alcohol me abraza y
confiesa, hace mucho, mucho, apenas dej� la Lamaser�a para cumplir su destino en
la vida sus dias eran diferentes, nunca de no estar as� de borracho y abrazado
conmigo podr�a confes�rmelo. Mi Lama guia cuando hablaba de su China natal
perd�a la traba en la lengua y por borracho que estuviera su discurso
transcurr�a fluido y sabio.
-Pero lejos de ser portador de los secretos y terminar mis
estudios me precipit� de servicial abandonando mi monasterio, quer�a volver a mi
lamaser�a con �xito y portando un enorme frigor�fico para mi comunidad, un
precioso frigor�fico blanco repleto de lucecitas y botones con mando a
distancia.
-Eso es pasarse, no conozco ningun frigor�fico con mando a
distancia.
-Por esa raz�n yo quer�a entregar mi mensaje a mis maestros.
Un dia pasado de copas de Machaquito intent� mantener el principio del Zen en mi
equilibrio y recit� en un burdel los doce poemas y la raz�n de Buda, el dolor,
la enfermedad y la muerte. All� mismo ped� que me abrieran el tercer ojo y un
negro infame me di� por el culo miserablemente, era peor que el fracaso, era la
humillaci�n.
-Grunch!, si que debe doler eso.
-Y lo peor es contarlo.
-�Y la clarividencia?.
-En el culo.
Mi Lama y yo salimos abrazados por la puerta de la taberna
cantando desafinadamente y en el punto ese en el que los caballeros empiezan a
dejar de serlo por una pura cuesti�n de equilibrio : "M�xico lindo y querido,
cuando yo te volver� a ver, si muero lejos de t� que digan que estoy dormido y
que me traigan aqu�, que digan que estoy dormidooooo". No camin�bamos de manera
elegante, los peatones se apartaban a nuestro paso, la ciudad segu�a entre su
bullicio de tr�fico y de prisas, y las horas parec�an solo existir en los
relojes. Los funcionarios caminaban erguidos en sus sombras, las se�oras miraban
las esquinas con aspecto de duda, y las j�venes no nos quer�an como signo de
cercan�a. No era ninguna especie de est�pido aunque comprend�a perfectamente que
para los ojos de la ciudad mi Lama solo era un pobre chino borracho con las
suelas de los zapatos agujereadas, los consejos de aquel hombre aunque torpes
resultaban sabios en su doctrina y uni�n con el ser de las cosas, el "todo" y el
"uno" del conocimiento, ser "uno" en la vida y ser parte de ella sin ser el
"todo", as� la madre es parte sin saber ni conocer el Tao engendra la vida, no
explica el origen del Cosmos pero lo continua.
-�Te gusta el Gospel?.
-�Y a ti los Beatles?.
-Creo que estamos borrachos.
-Eso me temo.
-Y dime, �que perrera con la tal Juana?.
-Tengo algunas notas.
Tom� del bolsillo del pantal�n unas servilletas arrugadas
donde guardaba celosamente las notas de aquel camarero.
-Un anclaje de verdad me revel� no saber nada del Tao, de la
enfermedad, pero s� de la Homeopat�a.
-Ah!, la homeopat�a. La enfermedad es no tener salud.
-Oh!, sabio maestro. Te leo algunas notas inconexas que pude
tomar de aquel hombre, "Una lavadora es un objeto de contemplaci�n m�s verdadero
que un frigor�fico, somos uno para ser dos cuando somos ocho sin ser la nada en
el cosmos, no somos nada cuando una mujer nos habla de otra mujer que habla de
su naturaleza, la madre del Zen es la contemplaci�n de la no delicadeza en las
puertas del conocimiento, quien busca no encuentra y quien halla no busca, no
deseando no sufrimos la naturaleza de la vida en la frustraci�n de no ser uno en
el mar siendo parte del universo, los ej�rcitos que delegan en mujeres su
destino toman la fortuna de la hermana del g�nesis de la vida, y los camareros
son un gremio laboral infame y esclavo".
-Eso �ltimo es muy cierto. �Y de todo eso que conclusi�n
sacaste?.
-El deseo del libro es desear la frustraci�n.
-Es tu camino en el cielo pues la represi�n.
-Me temo que s�.
Hace tiempo hab�a leido en un art�culo que los hombres cuando
se separaban de sus parejas pod�an dividirse en dos grupos :
Los constituyentes y renovadores, y los conservadores. Los
�ltimos segu�an con el hilo de continuidad de sus vidas mientras los primeros la
pon�an patas arriba, as� pod�a recordar multitud de amigos mios casados que
cuando se divorciaron siguieron conservando ese sofisticado y caro objeto de
contemplaci�n en el equipo de m�sica repleto de luces y mecanismos raros, de su
sof� de leg�tima piel con olor aun a v�mito de vaca y sus cuatro estampitas de
Mir� en la blanca pared con el eterno Poto verde que trepa por todas las
ventanas de los "modernos". Cuando su nueva pareja entraba en sus vidas solo
hac�a de alguna manera suceder a la anterior en el espacio. Los primeros optaban
por una renovaci�n completa para terminar por alterar todo hasta la personalidad
de sus propios dias, de tal forma que si la nueva pareja lo conoci� en sus
mejores dias de "conservador" al final terminar�a por no gustarle la nueva
imagen "constituyente". En ese raro punto de ruptura de mi vida me hallaba y aun
no sab�a si yo era del primer � del segundo tipo. Mi maestro pareci� leerme el
pensamiento y quiso aliviarme con una rara y extraordinaria revelaci�n concreta:
-Ven, te mostrar� algo.
Mi Lama gu�a entonces comenz� a tomar calles y callejones,
dibuj�bamos eses por las aceras y al llegar a una enorme librer�a apareci�
frente a m� el milagro, todo el escaparate cubierto y sembrado del libro "El
poder mental", una c�nica Juana sonre�a en la contraportada del libro, unos
carteles gritaban en un est�pido ingl�s "Best Seller". Esa misma tarde firmar�a
all� mismo ejemplares la autora de fama en el momento, la escritora de moda
Juana Azpindandi. Tom� uno de los ejemplares y no se parec�a en nada al
original, todas las claves estaban recortadas y parec�a una est�pida broma, con
aquel libro nadie podr�a desdoblar la materia ni accionar tejido biol�gico
alguno a trav�s del algod�n. Se lo confes� a mi maestro y este comento
agarr�ndose pesadamente sobre la estanter�a de las obras de Vargas Llosa :
-No ves la televisi�n, no eres una persona culta. Supe que
esta Juana hab�a publicado el libro apenas te marchaste, pero aunque hubiera
revelado las claves del original a nadie m�s que a vosotros servir�a, son esos
libros que se encierran y esconden a s� mismos, son los verdaderos textos
sagrados.
Di un paso atr�s y tropec� con un monte rid�culo de las "Ocho
m�l y una recetas de cocina por Simone Ortega" para terminar por desplomar mi
borrachera por el suelo, minutos despu�s sacud�amos el polvo en la puerta de la
librer�a "La moderna" donde esa misma tarde se esperaba la aparici�n de Juana,
deb�amos ser precavidos y a costa de lo que fuera quitarnos de encima esa
miserable borrachera. Pregunte de manera inocente a mi guia :
-�Es malo decirle a una mujer que es hermosa, que sus ojos
son la cosa m�s tierna y deseable que has visto nunca, que verla caminar es lo
�nico que anhelas en la vida, que sus manos son de papel, y sus labios de sue�o,
y sus tetas la palabra deseo?.
-En chino s� es malo, much�simo. A las mujeres hay que
decirles cosas bonitas pero tangibles, no en el plano astral.
-Este mundo es complicado, a t� puedo dec�rtelo maestro mio.
-Yo ya tuve novio, gracias, y no me gust� la experiencia.
-Me refiero a las mujeres.
-Ya lo dijo el Santo Buda, se hizo buda una madrugada de
juergas en una orgia, su padre quer�a para �l ese camino en la vida, una orgia
de pr�ncipe perpetua y Bodhisatva por llevarle la contraria se hizo santo.
-Por eso a mi el budismo no acaba de cuadrarme demasiado,
prefiero el Cristianismo con una Mar�a Magdalena m�s cercana.
-Bueno, hay rumores de una tal Mara, � el principio femenino
malvado, quiz�s fueran la misma cosa. Estos avatares siempren terminan en el
desierto y aparecen con una mujer mala � algo de eso. �Y que piensas hacer
cuando tengas a Juana delante?.
-Aun no se me ocurre nada, �que sugieres?.
-Algo civilizado, algo dentro del Tao, partirle la cara por
ejemplo.
-Hab�a pensado en partirle el culo.
-Tambien es buena idea, solo necesitas que se deje.
-Necesito concentrarme, tomar fuerzas, estas ondas ganma que
fabrica mi cerebro estan debilitadas, a ver, qu�date quieto un momento, �que
sientes?.
-Que me estas tocando los huevos.
-A dios gracias aun tengo un poco de poder.
-�Que haremos despu�s de recuperar el libro?.
-No tengo ni idea, supongo que volver a tocar culos y ligar
mucho.
-Tengo otra idea mejor, montar en globo, movernos con la
inercia del poder mental y el helio.
-Ni idea si servir� para eso.
-Todo es cuesti�n de imaginar el globo como una teta
gigantesca.
-Quiz�s tengas raz�n.
-Te dir� algo tambien, te he mentido nunca estuve en una
Lamaser�a.
-Lo se, cuando la revoluci�n comunista Mao Tse Tung las cerr�
todas. Solo se salvaron algunos nucleos aislados. Pero era tu camino del cielo
sentirte uno en una de aquellas reservas perdidas.
-Quiz�s fuera eso, nunca conoc� China, nac� en B�lgica, en la
trastienda de un restaurante, mi padre a su vez tampoco conoci� nunca China,
solo mi abuelo. Mi vida transcurr�a alejada de mis raices y en una pura
diversi�n perpetua, una noche los compa�eros del restaurante me gastaron una
broma, colocaron un peque�o altavoz bajo la cama y simularon que la voz de un
esp�ritu me hablaba y rega�aba por mi mala vida.
-Desde entonces cambi�, aunque me juraron y perjuraron que
todo fu� una broma mi camino del cielo se revel� aquella noche, y busqu� a mi
abuelo para refugiarme en su conocimiento.
-Entonces sabes hacer el chop suey de ternera como nadie.
-Me temo que lo pedir�as tarde o temprano, y la salsa
agridulce.
Fuimos a una pensi�n en la calle de las putas, suelen ser las
m�s baratas y las m�s sucias tambien. Nadie nos mir� con cara rara , alguilamos
una habitaci�n para tomar una ducha y nos confundieron con amantes gays. Nos
despejamos solo un poco, ten�a que reconocer que el vino blanco era de las cosas
mas horribles junto con el Jack Daniels para agarrar una cogorza. Puestos en el
sitio m�s tentador una chica joven se nos cruz� en el pasillo, el chino pact� el
precio y nos hizo una buena oferta por darnos una chupadita a los dos, as� que
en los mismos ba�os por turnos nos la fu� mamando hasta que nos quedamos
perfectamente relajados y vaciados sobre su pelo, mientras refunfu�aba y se
lavaba la cabeza tomamos conciencia de la gran responsabilidad que esa misma
tarde nos esperaba, la firma de ejemplares de Juana.
(continuar�)